2. El Cisma de Oriente y Occidente, también conocido como Gran Cisma (aunque a veces también se aplica este término al Cisma de Occidente ) es el nombre dado al evento de mutua excomunión que separó al Papa y a la cristiandad de Occidente , de los patriarcas y cristiandad de Oriente , especialmente del principal de ellos, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla . Cisma de oriente
3. Cisma de oriente Un precedente del Cisma tuvo lugar en el año 857 cuando el emperador bizantino Miguel Ñagly, llamado el beodo, y su ministro Bardas, expulsaron de su sede de Constantinopla a San Ignacio, que reprendía sus crápulas. Le reemplazaron por Focio, quien en seis días recibió todas las órdenes de la Iglesia. Focio se sublevó contra el Papa y se declaró patriarca universal. Fue descrito como "el hombre más artero y sagaz de su época: hablaba como un santo y obraba como un demonio". Su tentativa fracasó. Fue encerrado en un monasterio, donde murió en 886.
4. Cisma de occidente A la muerte de Urbano VI los cardenales fieles al difunto Papa escogieron a Bonifacio IX. De igual modo procedieron los cardenales disidentes, que por su parte eligieron tras la muerte de Clemente VII en Francia (a pesar de la negativa de los reyes), a Benedicto XIII como nueva suprema autoridad católica. Ante el nuevo papa de Aviñón, mucho menos manejable que su antecesor, los franceses cambiaron de bando y se inclinaron por encontrar una solución. La Universidad de París, Enrique de Laugenstein y Conrado de Gelnheusen, pronto seguidos por Pedro de Ailly y por Jean Gerson, indicaron las «tres vías» que podían poner fin al cisma: el compromiso, la cesión y el concilio.
5. Cisma de occidente La difícil situación de la relación entre el reino de Francia y el Papado, que venía arrastrándose desde los conflictos de Bonifacio VIII con Felipe el Hermoso eran una de las causas por las que los últimos cónclaves habían sido especialmente largos. La división en el seno del colegio cardenalicio se prolongaba ya que algunos consideraban que los papas de Aviñón eran demasiado serviles a la política del monarca francés. Por otro lado, el regreso a Roma se hacía imposible por las dificultades políticas entre familias que mantenían sumergida a la ciudad.
6. Relación entre los dos cismas El Cisma entre el Oriente y Occidente cristianos pesa fuertemente en la balanza de los hechos históricos. Sin embargo, hubo que esperar al siglo XIX para que la opinión pública occidental se conmoviera y tomara conciencia de la importancia de este acontecimiento.