El documento define la honradez como lo real, genuino y auténtico, que respeta a uno mismo y a los demás, en contraste con la deshonestidad que no respeta a las personas y vive en la oscuridad y el engaño. Además, señala que la deshonestidad no tendría cabida en un mundo gobernado completamente por la razón, y que los seres humanos, a diferencia de criaturas puramente racionales, requieren esfuerzo para cultivar la integridad a través de la práctica y el estudio.