2. Introducción / presentación.
Detalles de la vida del pintor / época
histórica a la que pertenece.
Estilo artístico al que pertenece /
características de este estilo artístico.
Obras más significativas / explicación y
comentarios sobre estas obras.
3. Francisco de Goya y Lucientes (Fue de todos, provincia
de Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos, Francia,
16 de abril de 1828)[1] fue un pintor y grabador
español. Su obra abarca la pintura de caballete y
mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas
desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El
arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la
pintura contemporánea, y se considera precursor de las
vanguardias pictóricas del siglo XX.
4. INFORMACION
Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el
ámbito estilístico del barroco tardío y las
estampas devotas, viaja a Italia en 1770, donde
traba contacto con el incipiente neoclasicismo,
que adopta cuando marcha a Madrid a
mediados de esa década, junto con un
pintoresquismo costumbrista rococó derivado de
su nuevo trabajo como pintor de cartones para
los tapices de la
manufactura real de Santa Bárbara. El magisterio
en esta actividad y en otras relacionadas con la
pintura de corte lo imponía Mengs, y el pintor
español más reputado era Francisco Bayeu, que
fue cuñado de Goya.
5. INFORMACION
Los 82 años de la vida de Francisco de Goya y
Lucientes (1746-1828) abarcan un amplio y
trascendente espacio de la vida española. No ha
habido ningún pintor en la historia de España tan
comprometido con su tiempo, que dejara una visión
tan mordaz y tan profunda. Y es que le tocó vivir dos
épocas muy distintas, que casi coinciden con sus
etapas vitales: la del optimismo de la Ilustración y la del
pesimismo de la guerra y el oscurantismo. Hay un Goya
sano, alegre y esperanzado que confía en la razón
para cambiar el mundo en el que vive y un Goya
enfermo que se duele de la tragedia de la invasión
napoleónica, el fracaso liberal y el enfrentamiento
entre las dos Españas.
6. Goya en Madrid (1775–1792)
El cacharrero, 1779.
Cartones para tapicesArtículo principal: Cartones de
GoyaLa confección de tapices para las dependencias
de la realeza española había sido un empeño de los
Borbones que se ajustaba al espíritu de la Ilustración,
pues se trataba de una empresa que fomentaba la
industria de calidad. A partir del reinado de Carlos III,
las estampas se esforzarán por representar motivos
españoles, en línea con el pintoresquismo vigente en los
sainetes teatrales de Ramón de la Cruz o las populares
estampas grabadas por Juan de la Cruz Cano y
Olmedilla, Colección de trajes de España tanto
antiguos como modernos (1777-1788), que tuvieron una
enorme repercusión.
7. La década de los noventa
(1793–1799)
El capricho y la invención Asalto de ladrones, 1794.
Óleo sobre hojalata. 42 x 31 cm. Colección Castro Serna (
Madrid).
En 1792 presenta un discurso en la Academia donde expresa
sus ideas respecto a la creación artística, que se aleja de los
supuestos idealistas y de las preceptivas neoclásicas vigentes
en la época de Mengs para afirmar la necesidad de libertad
del pintor, que no debe estar sujeta a estrechas reglas. Según
sus ideas «la opresión, la obligación servil de hacer estudiar y
seguir a todos el mismo camino es un obstáculo para los
jóvenes que profesarán un arte tan difícil». Es toda una
declaración de principios a favor de la originalidad, de dar
curso libre a la invención y un alegato de carácter
decididamente prerromántico.10
cuadros «de gabinete»:12
9. Los albores del siglo XIX
(1800–1807)
La familia de Carlos IV y otros retratos
En 1800 Goya recibe el encargo de pintar un gran
cuadro de grupo de la familia real, que se materializó
en La familia de Carlos IV. Siguiendo el antecedente de
Las Meninas de Velázquez, dispone a la realeza en una
estancia del palacio situándose el pintor a la izquierda
pintando un gran lienzo en un espacio en penumbra.
Sin embargo, la profundidad del espacio del cuadro
velazqueño queda aquí truncada por una pared
próxima en la que vemos dos grandes cuadros de
motivo indefinido. En Goya el juego de perspectivas
desaparece y la familia real simplemente posa.
10.
11.
12. La Restauración (1815–1819)
El periodo de la Restauración absolutista de
Fernando VII supone la persecución de liberales y
afrancesados, entre los que Goya tenía sus
principales amistades. Juan Meléndez Valdés o
Leandro Fernández de Moratín se ven obligados a
exiliarse en Francia ante la represión. El propio
Goya se encuentra en una difícil situación, por
haber servido a José I, por el círculo de ilustrados
entre los que se movía y por el proceso que la
Inquisición inició contra él en marzo de 1815 a
cuenta de La maja desnuda, que consideraba
«obscena», del que el pintor se vio finalmente
absuelto.
13.
14. Los desastres de la guerra
(1808–1814)
l periodo que media entre 1808 y 1814 está presidido por acontecimientos turbulentos para la historia
de España, pues a partir del motín de Aranjuez Carlos IV se ve obligado a abdicar y Godoy a
abandonar el poder. Tras el levantamiento del dos de mayo dará comienzo la llamada
Guerra de la Independencia.
Goya, pintor de la corte, no perdió nunca su cargo, pero no por ello dejó de tener preocupaciones
a causa de sus relaciones con los ilustrados afrancesados. Sin embargo, su adscripción política no
puede ser aclarada con los datos de que se disponen hasta ahora. Al parecer no se significó por sus
ideas, al menos públicamente, y si bien muchos de sus amigos tomaron decidido partido por el
monarca francés, no es menos cierto que tras la vuelta de Fernando VII continuó pintando
numerosos retratos reales.
Su aportación más decisiva en el terreno de las ideas es la denuncia que realiza en
Los desastres de la guerra de las terribles consecuencias sociales de todo enfrentamiento armado y
de los horrores sufridos en toda guerra de cualquier época y lugar por los ciudadanos,
independientemente del resultado y del bando en el que se produzcan.
15. Sobre Goya y su estilo después
de la conquista francesa
Pinturas negras (1819–1823) es el nombre que
recibe una serie de catorce obras murales de
Francisco de Goya, pintadas con la técnica de
óleo al secco (sobre paredes recubiertas de
yeso). Las creó como decoración de los muros de
su casa, llamada la Quinta del Sordo, que había
adquirido en febrero de 1819. Estos murales fueron
trasladados a lienzo a partir de 1874, y
actualmente se conservan en el Museo del Prado
de Madrid.
20. Obras mas importantes de
Goya
Maja desnuda, en parte favorecida por
la polémica generada en torno a la
identidad de la bella retratada.
21. Fusilamiento del 3 de mayo
El tres de mayo de 1808 en Madrid
(también conocido como Los
fusilamientos en la
montaña del Príncipe Pío o Los
fusilamientos del tres de mayo ) es un
cuadro del pintor aragonés
Francisco de Goya terminado en 1814
que se conserva en el Museo del Prado (
Madrid, España).
23. El coloso
El coloso (1808-1812), también denominado El
gigante, El pánico y La tormenta,[1]
es un
cuadro tradicionalmente atribuido a
Francisco de Goya en el que un gigante de
tamaño colosal se yergue tras unos montes
qué ocultan sus piernas hasta los muslos—,
ocupando el centro de la imagen, rodeado
de nubes y con los puños en alto. El tercio
inferior del lienzo lo ocupa un sombrío valle
donde una multitud de gente y ganado se
dispersa caóticamente en todas direcciones
25. Muerte de Goya y destino de
sus restos
El 28 de marzo de 1828 llegaron a verle a Burdeos su nuera y su nieto Mariano, pero
no llegó a tiempo su hijo Javier. Su estado de salud era muy delicado, no solo por el
proceso tumoral que se le había diagnosticado tiempo atrás, sino a causa de una
reciente caída por las escaleras que le obligó a guardar cama, postración de la
que ya no se recuperará.49 Tras un empeoramiento a comienzos del mes, Goya
muere a las dos de la madrugada del 16 de abril de 1828, acompañado en ese
momento por sus deudos y por sus amigos Antonio de Brugada y José Pío de
Molina.
Al día siguiente se le entierra en el cementerio bordelés de La Chartreuse, en el
mausoleo propiedad de la familia Muguiro de Iribarren,50 junto a su buen amigo y
consuegro Martín Miguel de Goicoechea, fallecido tres años atrás. Tras un
prolongado olvido, en 1869 se efectúan desde España distintas gestiones para
trasladarle a Zaragoza o a Madrid, lo que no era posible legalmente hasta pasados
cincuenta años. En 1888 (a los sesenta años, pues) se hace una primera
exhumación (encontrándose los despojos de ambos esparcidos por el suelo), que
por desidia española no concluye en traslado.51 En 1899 por fin se exhuman de
nuevo y llegan finalmente a Madrid los restos de los dos, Goya y Goicoechea.
Depositados provisionalmente en la cripta de la Colegiata de San Isidro, pasan en
1900 a una tumba colectiva de «hombres ilustres» en la Sacramental de San Isidro52
y finalmente, en 1919, a la ermita de San Antonio de la Florida, al pie de la cúpula
que el aragonés pintara un siglo atrás, donde desde entonces permanecen.53