1. LOS USOS DEL AGUA: LOS RECURSOS HÍDRICOS
1. ¿Cómo se reparte el agua en España?
El hecho de que las aguas discurran en su mayoría en dirección hacia el Atlántico,
crea un desequilibrio hídrico respecto a la vertiente mediterránea, en la que sólo desemboca
un único río caudaloso, el Ebro. Esta situación está relacionada con la disposición de las
principales unidades del relieve, que marca una importante disimetría entre las vertientes
mediterránea (31% de la superficie peninsular) y atlántica- cantábrica (69%).
Se estima que el volumen medio de precipitaciones en el territorio español es de
346.000 hm3, de los cuales, dos tercios aproximadamente son devueltos a la atmósfera por
evapotranspiración, quedando el tercio restante como aportación a la red fluvial. Esta
cantidad se distribuye de modo muy irregular a lo largo y ancho del territorio; por ello, el
balance de agua en la Península arroja saldos positivos en las cuencas al norte del Tajo,
un excedente moderado en las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir, y déficit muy
acusados en las del litoral mediterráneo.
En conclusión, el agua disponible en España es un recurso desigualmente
repartido: es más abundante en el Norte, en las Cuencas internas de Cataluña, Tajo y Ebro,
y es más escaso en el Guadiana, Júcar, Canarias y Segura. (ver mapa de la página 111 y
completarlo con el antepenútimo párrafo de dicha página)
A ) ¿A qué se debe el reparto desequilibrado de las aguas en España?
Las cuencas de la vertiente cantábrica son muy caudalosos por la abundancia
de precipitaciones anuales de la zona por la que discurren (superiores a
800mm, las masas de aire húmedos llegan del Atlántico), su caudal no sufre
variaciones (crecidas y estiajes).
Las cuencas de la vertiente atlántica están ocupadas por ríos caudalosos, su
caudal disminuye norte sur conforme a la distribución espacial de las
precipitaciones, y sufren estiaje en verano. La causa de su caudal es la
aportación de sus numerosos afluentes que nacen en las montañas, límite
entre las cuencas; así, el Duero (4.505Hm3) recibe agua de sus afluentes que
nacen en la cordillera Cantábrica y el Sistema Central. El Guadalquivir, aunque
su balance es positivo, sin embargo disminuye mucho su caudal respecto al
resto de los ríos atlántico (319Hm3).
Las cuencas de la vertiente mediterránea, en cambio presenta un balance
negativo en todas sus cuencas excepto en la cuenca del Ebro (tiene
características de la vertiente atlántica, recibe agua de sus numerosos
afluentes que nacen en los Pirineos y Sistema Ibérico, su balance es positivo
(5.323Hm3) El caudal de estos ríos es irregular, con fuertes crecidas en otoño
debido a las lluvias torrenciales del otoño (gota fría) y fuertes estiajes en
verano por la ausencia de precipitaciones (aridez) La cuenca del río Segura,
por ejemplo, presenta un balance negativo de menos 1.702Hm3. Las Islas
Baleares, incluidas en el ámbito mediterráneo presenta también un balance
negativo.
Las islas Canarias tienen aguas esporádicas y se encauzan a través de los
barrancos. Esto se debe a la permeabilidad del terreno y a la escasez de
precipitaciones. Su balance es, por tanto negativo.
2. 2. ¿De dónde provienen los recursos hídricos?
Los recursos hídricos son la cantidad de agua disponible para el consumo humano.
Para aprovecharlos adecuadamente es necesario realizar obras hidráulicas.
3. La principal procedencia de los recursos hídricos proviene del agua de las
precipitaciones. Con ella se alimentan las aguas superficiales de los río, lagos y los
humedales (representan el 67 % de las captaciones de agua) y los acuíferos (30%).
Tan sólo un pequeño porcentaje (3%) proviene de recursos no convencionales, como
son la desaladora del agua y la reutilización del agua depurada.
3. ¿Cómo es el uso del agua?
El agua es un recurso esencial que se emplea en numerosas actividades humanas,
por un lado para usos consuntivos, es decir, para aquellos que implican una pérdida
significativa de la cantidad de agua por evaporación o incorporación a los productos (por
ejemplo, en la agricultura de regadío, en el consumo doméstico o en el uso industrial), y por
otro, para usos no consuntivos, esto es, que no producen un descenso del volumen
utilizado al principio, como por ejemplo en la producción de energía hidroeléctrica o en el
uso recreativo de los ríos y lagos (pesca y navegación). ver gráfica de la página 111
a) El agua para consumo agrario: agricultura y ganadería
El sector agrario es el principal consumidor de agua (en torno al 80% del consumo
total de agua), y más concretamente, la agricultura de regadío. El elevado consumo de agua
para el regadío se debe a que la agricultura más rentable se encuentra en la España seca y
depende en gran parte de la existencia de regadío, ya que el regadío continúa siendo la
técnica más adecuada para mejorar los rendimientos y la productividad de las explotaciones
agrícolas, para poder elegir con más flexibilidad los cultivos más rentables (diversificación de
cultivos) y para aprovechar de manera más eficaz el agua, un recurso escaso que se
aprovecha mejor con las nuevas tecnologías aplicadas al riego. Por eso, la superficie regada
se ha incrementado hasta los 3 millones de Ha.
Sin embargo, el consumo de agua para usos agrícolas y ganaderos plantea algunos
problemas para la sostenibilidad de los recursos hídricos, como por ejemplo
1.- El sistema de riego de inundación o a manta (28,4% en 2013) supone un elevado
consumo de agua. Para frenar este consumo, los agricultores reciben ayudas para
transformar esta técnica de riego tradicional en riego por aspersión (14,9%), el automotriz
(8,4%) y sobre todo en riego localizado por goteo o microaspersión (48,3%), que permiten
obtener una mayor eficacia del riego ya que las plantas aprovechan casi toda el agua
consumida.
2.- En grandes zonas de España (Baleares, Canarias, Murcia, Castilla La Mancha y
Comunidad Valenciana), se riega mayoritariamente con aguas subterráneas debido a la
escasez de las aguas superficiales, totalmente insuficientes para atender las demandas
generales del regadío y de la población.
3.- El uso de abonos químicos y pesticidas en la agricultura, así como el vertido de
purines (orina y excrementos procedentes de la ganadería) pueden causar la contaminación
de las aguas. Para frenar esta contaminación, se ha prohibido el uso de productos muy
contaminantes y se están controlando los vertidos de purines para transformarlos en
abonos.
b) El agua para consumo urbano, industrial y turístico.
Las actividades urbanas, industriales y turísticas han experimentado un crecimiento
paralelo al proceso de urbanización e industrialización en España. El mayor nivel económico
de la población y la adopción de nuevos hábitos de vida urbanos (segundas residencias,
zonas turísticas, aumento del consumo doméstico, mantenimiento de zonas ajardinadas,
piscinas, parques acuáticos o campos de golf) han provocado el aumento de las demandas
4. de agua potable de calidad, sobre todo en las zonas del litoral mediterráneo, para el
consumo humano y urbano y la eliminación de desechos.
Resulta muchas veces un verdadero problemas para los poderes públicos el asegurar
la cantidad y la calidad del agua
Para garantizar el abastecimiento de agua potable para las actividades urbanas e
industriales en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Murcia, Alicante,
Sevilla o Cádiz) y atender las necesidades de esos usos, se ha acometido la construcción
de complejas y costosas infraestructuras (presas, canales, túneles, estaciones de elevación,
depuradoras, grandes depósitos y desaladoras), además de trasvases que transportan agua
apta para el consumo hasta zonas que carecen de ella, como por ejemplo el trasvase Tajo-
Segura. Los trasvases de aguas superficiales proporcionan agua potable a más de 15
millones de personas, además de aportar agua para el turismo y la agricultura de regadío.
c) El agua para la producción de Energía Hidroléctrica
España cuenta con uno de los mayores parques hidroeléctricos del mundo, sólo
superada por países como Estados Unidos, Rusia, Canadá, Suecia o Noruega. Sin
embargo, la producción de energía eléctrica que se genera supone un porcentaje muy
inferior al de la energía procedente de centrales térmicas, que queman petróleo, carbón o
gas natural, y de centrales nucleares.
El problema de las centrales hidroeléctricas es su elevado coste inicial, tanto por las
dificultades de su construcción como por los costes sociales que supone, a veces, la
inundación de fértiles valles. Sin embargo, su mantenimiento resulta relativamente
económico, aunque con los años la sedimentación de los materiales arrastrados por las
aguas reduce su capacidad de embalse. En cualquier caso, en España ya está
prácticamente completada la capacidad para construir más centrales hidroeléctricas.
Las cuencas del Norte, Ebro, Duero y Tajo, en su conjunto, poseen más del 85% de la
capacidad de producción de energía hidroeléctrica nacional.
4. ¿Cómo se puede aprovechar los recursos hídricos?
Para intentar dar una respuesta a la desigual distribución de los recursos hídricos en
España y garantizar el abastecimiento humano y cubrir las necesidades económicas, la
política hídrica en las últimas décadas se ha centrado en diversas actuaciones.
a) Los embalses. Son grandes extensiones de agua almacenada artificialmente
detrás de una presa o barrera transversal a la corriente. A partir de mediados del siglo XX,
en España se han construido presas en todos los ríos principales, aprovechando las fuertes
pendientes (relieve abrupto) y la existencia de caudal suficiente. Hoy en día, no está previsto
la construcción de nuevos embalse.
Los embalses se usan para:
- la producción de electricidad
- el regadío agrario
- el abastecimiento urbano e industrial
- la regularización del caudal para evitar inundaciones
- algunos tienen uso recreativo como la natación, pesca o navegación
(ejemplo: carrera a nado en el embalse de Guadalest
http://www.elmundo.es/comunidad-
valenciana/2014/06/29/53afeff722601d9e478b4577.html )
Sin embargo, presentan una serie de problemas, como:
5. - su construcción es cara
- la cumulación de sedimentos, en ocasiones, reduce su capacidad
- no todos son rentables, al localizarse en zonas de alta evaporación o
insuficiente alimentación de agua
- proporcionan riego a cuencas hidrográficas que, por sí solas, son
excedentarias.
Por último, la construcción de embalses presentan diversas alteraciones como:
- la inundación de pueblos y tierras agrarias
- modificación del cauce del río y reducción de sus aportaciones de
sedimentos
b) Los canales de distribución, que presentan el problema de las fugas causadas
por la antigüedad o por el mal estado
c) Las políticas de trasvases o envíos de agua de unas cuencas a otras. El
suministro de agua potable de las grandes ciudades depende de trasvases de agua y
de la construcción de complejos sistemas regionales a base de canales de
distribución. Estos grandes trasvases requieren de costosas obras de ingeniería
hidráulica (canales y presas) y de bombeo, aunque se pierde mucha agua por
evaporación y por filtraciones. Algunos trasvases generan conflictos entre las zonas
receptoras y las zonas suministradoras.
Un ejemplo es el trasvase del Tajo al Segura, que ha estado trasvasando un promedio
de 300 hm3 al año para el riego de los campos de huerta (frutales y hortalizas) y para
el abastecimiento urbano, industrial y turístico en las cuencas del Segura, Júcar, Sur y
al parque nacional de las Tablas de Daimiel.
6. d) Las aguas subterráneas: La recuperación de los acuíferos. Las aguas
subterráneas se aprovechan mediante la perforación de pozos . Este aprovechamiento
es muy intenso en el Sur, Levante y los dos archipiélagos (cuenca del Guadiana, en
Canarias y en el litoral mediterráneo) para regar las huertas.
Un posible problema es que si el agua es fácil de extraer y el ritmo de extracción
supera ampliamente al de la recarga natural por las lluvias, se produce la
sobreexplotación y degradación de estos acuíferos, la desecación progresiva de
humedales, así como la salinización del agua en las zonas costeras al permitir la
irrupción de agua salada procedente del mar, haciendo que la calidad del agua se
degrade y no sea apta para el riego ni para el consumo humano.
Además, la filtración de aguas residuales y de productos químicos ha contaminado en
ocasiones estos acuíferos, por lo que se han emprendido actuaciones para
aprovecharlos
7. racionalmente, evitando su sobreexplotación, para recuperarlos, inyectando agua
potable procedente de otros lugares, y para depurar las aguas que se obtienen de
ellas.
e) La desalinización del agua del mar.- Para satisfacer la demanda de agua en las
áreas deficitarias (Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia y litoral
andaluz), se emprendió en las últimas décadas del siglo XX la construcción de plantas
desalinizadoras: en 2006 ya existían en España más de 700 plantas desalinizadoras,
de las que el 70% realizaban la desalinización del agua del mar (para el consumo
humano) mientras que el 30% (para el regadío) se obtenía de aguas salobres
subterráneas (acuíferos en contacto directo con el mar o acuíferos aislados).
Esta solución resulta muy costosa y su funcionamiento consume mucha energía. Sin
embargo, poco a poco la técnica de desalinizar está abaratando sus costes y bajando
el consumo de energía, obteniendo agua de buena calidad
f) El saneamiento de los ríos y la depuración de aguas residuales.- Para reducir el
deterioro de las aguas de los ríos se han emprendido planes de actuación con el fin de
controlar los vertidos industriales y urbanos, además de instalar colectores y construir
plantas depuradoras de agua. Estas aguas “verdes” (no potables) permiten ser
reutilizadas para el regadío, la limpieza de las calles y del alcantarillado de las
ciudades y el riego de parques y jardines. El principal problema reside en las
reticencias de algunos regantes por miedo al rechazo de sus productos.
5. POLÍTICAS HÍDRICAS
Los planes hidrológicos españoles se regulan por la Ley de Aguas, que organiza su
gestión y planificación.
a) Los Planes Hidrológicos de Cuenca. Elaborados por las confederaciones
hidrográficas en las cuencas intercomunitarias y por los gobiernos de las
comunidades autónomas en las cuencas intracomunitarias
b) El Plan Hidrológicos Nacional: coordina los planes de las cuencas y diseña
las actuaciones generales. Es elaborado por el Estado y sus objetivos se
proponen cumplir la normativa europea (Directia AMrco del Agua). Sus
funciones son:
- Asegurar el suministro del Agua
- Garantizar el uso racional
- Paliar los efectos de las inundaciones
BIBLIOGRAFÍA:
- AAVV, Libro de texto GEOGRAFÍA, Anaya, 2016
- Quiñonero Fernández, Paco, Unidad 3: EL AGUA Y LOS RÍOS EN
ESPAÑA: desequilibrios y problemas. En:
http://mestreacasa.gva.es/c/document_library/get_file?grupoEsp=47004
00523&folderId=500012720928&name=DLFE-966750.pdf