Los valores son cualidades humanas que determinan a las personas a elegir actuar con base en la verdad y la justicia. La honestidad consiste en reconocer la verdad objetiva sin depender de consensos. La puntualidad requiere disciplina para cumplir obligaciones a tiempo. La responsabilidad es cumplir con los deberes comprometidos para generar confianza.
2. Los valores
Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar
siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo
que le corresponde, incluida ella misma).
Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia que presenta el mundo y sus
diversos fenómenos y elementos; es ser genuino, auténtico, objetivo. La
honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás, que, como
nosotros, "son como son" y no existe razón alguna para esconderlo. Esta
actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en
contacto con la persona honesta.
La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad)
sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o
consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e
imprescindible de reconocer.
3. La puntualidad
El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir
nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un
compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de
carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en
condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser
merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la
escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras
actividades, y por supuesto de una agenda, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?
4. La responsabilidad
La responsabilidad (o la irresponsabilidad) es fácil de detectar en la vida
diaria, especialmente en su faceta negativa: la vemos en el plomero que no
hizo correctamente su trabajo, en el carpintero que no llegó a pintar las
puertas en el día que se había comprometido, en el joven que tiene bajas
calificaciones, en el arquitecto que no ha cumplido con el plan de
construcción para un nuevo proyecto, y en casos más graves en un
funcionario público que no ha hecho lo que prometió o que utiliza los
recursos públicos para sus propios intereses.
Sin embargo plantearse qué es la responsabilidad no es algo tan sencillo. Un
elemento indispensable dentro de la responsabilidad es el cumplir un deber.
La responsabilidad es una obligación, ya sea moral o incluso legal de cumplir
con lo que se ha comprometido.
La responsabilidad tiene un efecto directo en otro concepto fundamental: la
confianza.
5. La familia
Cuando hablamos de familia hacemos referencia a un grupo
humano que convive y comparte un mismo espacio. De esta
forma, se hace explícita la importancia de la manutención, el
respeto, los cuidados y la educación de todos sus miembros.
En este sentido, el objetivo es descubrir la esencia que hace a
la familia el lugar ideal para forjar los valores, y de esta
forma, alcanzar un modo de vida más humano y tolerante,
que luego será transmitido a la sociedad entera. Lo que hay
que tener en cuenta es que, el valor de la familia no reside
solamente en aquellos encuentros habituales que se gestan
en su seno, así como los momentos de alegría y la resolución
de problemas cotidianos. El valor nace y se desarrolla cuando
cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y
alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia,
procurando
6. La Decencia
Constituye aquel valor que nos hace conscientes de la propia dignidad
humana, a través de él los sentidos, la imaginación y hasta el propio
cuerpo son resguardados de la morbosidad y al uso promiscuo de la
sexualidad.
Si una persona abandonara este valor como guía para su vida, de seguro
sufriría una transformación tanto en su personalidad como en su vida
social: de seguro se volcaría a la búsqueda del placer mundano y
continuo, muchas de sus conversaciones aludirían al tema sexual;
continuamente buscaría algo que estimule su imaginación y sentidos
(revistas, películas, internet, etc.); portaría una mirada inquieta, se
enfocaría en personas físicamente atractivas...
En realidad la persona se torna superficial, en vez de considerar como
importantes los aspectos humanos de las personas (inteligencia,
cualidades, sentimientos), ahora la presencia y el aspecto físico se
tornan valores fundamentales que estructuran su vida, los afectos ya no
importan.
7. El valor de la amistad
Nos permite tener experiencias y adquirir conocimientos. Es uno
de los valores más hermosos y poderosos, pero debe ser recíproca
y sincera para que sea verdadera y duradera.
Se basa en la mutua confianza, el objetivo es ayudar al otro y
consecuentemente a sí mismo. Es una relación que hay que
cultivarla y cuidarla.
No se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un
esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios
para lograrlo y mantenerlo.
Es una relación entre iguales con alguna característica en común.
Por eso los profesores, los padres, los jefes no pueden ser amigos
de sus alumnos, de sus hijos o de sus empleados.
8. el valor de el amor
El amor es el sentimiento más importante de los
seres humanos. El amor es comprender, servir, dar,
compartir, querer, respetar y convivir. A través del
amor podemos compartir cosas buenas y malas con
lo que nos rodean. No sólo sentimos amor por
nuestros padres, sino también por nosotros mismos,
por nuestros semejantes y por el medio ambiente
que nos rodea.
En nuestra familia, gracias al amor, participamos de
las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo
haríamos con un amigo... cuando nos sentimos
apreciados, respetados y comprendidos, mejoramos
la convivencia y fomentamos el espíritu.
9. El valor de Aprender
Solamente a través del aprendizaje, las personas obtenemos un conjunto de
habilidades y conocimientos que nos proveen las herramientas para resolver
todo tipo de problemas. Aprender supone una búsqueda cotidiana y
permanente de conocimientos incorporados a través del estudio, la reflexión de
las experiencias vividas y la realidad.
Es así que en nuestra vida nos encontramos rodeados de diversas situaciones, ya
sea en nuestro trabajo, la familia y en las relaciones interpersonales, en cada
lugar debemos tomar iniciativas, resolver situaciones y enseñar a los demás a
trabajar, y aprender de nuestros semejantes, a crear una mejor convivencia y a
llevar una vida mejor. En este sentido, quien posea más herramientas para
realizar estas tareas cotidianas, cumplirá con ellas de forma más eficaz, porque
este valor no consiste en acumular conocimientos sino utilizarlos para ayudar,
para transformar nuestra vida y nuestro medio.
Muchas veces, se piensa que debemos aprender sólo lo que es necesario e
indispensable, para desempeñar una actividad profesional determinada, o
incluso, que la vida académica se resuelve haciendo un mínimo esfuerzo.
10. el valor de la Sensibilidad
El valor de la sensibilidad reside en la capacidad que tenemos los
seres humanos para percibir y comprender el estado de ánimo, el
modo de ser y de actuar de las personas, así como la naturaleza de
las circunstancias y los ambientes, para actuar correctamente en
beneficio de los demás. Además, debemos distinguir sensibilidad de
sensiblería, esta última siempre es sinónimo de superficialidad,
cursilería o debilidad.
Sin embargo, en diferentes momentos de nuestra vida cotidiana
hemos buscado afecto, comprensión y cuidados, y a veces no
encontramos a esa todo. persona que responda a nuestras
necesidades e intereses. ¿Qué podríamos hacer si viviéramos
aislados? La sensibilidad nos permite descubrir en los demás a ese
“otro yo” que piensa, siente y requiere de nuestra ayuda.
Ser sensible implica permanecer en estado de alerta de todo lo que
ocurre a nuestro alrededor, va más allá de un estado de animo como
reír o llorar, sintiendo pena o alegría.
11. La Voluntad Humana
Los seres humanos poseen una capacidad que los mueve a realizar cosas de
manera intencionada, por encima de las dificultades o contratiempos de las
mismas.
Todas nuestras acciones se orientan por aquellas situaciones o cosas que
aparecen como buenas ante nosotros, desde las actividades recreativas
hasta el empeño por mejorar en nuestro trabajo, sacar adelante a la familia
y ser cada vez más productivos y eficientes.
En relación a esta cuestión, podemos decir que nuestra voluntad opera
principalmente en dos sentidos:
- De manera espontánea cuando nos sentimos motivados y convencidos a
realizar algo, como salir a pasear con alguien, empezar con un pasatiempo,
organizar una reunión, asistir al entrenamiento.. .