El documento discute cómo las emociones y la memoria afectan la toma de decisiones financieras. Explica que las representaciones mentales de los costos y beneficios a menudo activan emociones que distorsionan el análisis racional. También explora cómo las tarjetas de crédito funcionan como un representante simbólico de segundo orden del tiempo y cómo esto puede conducir a un consumo presuntuoso. Además, analiza cómo la corteza prefrontal juega un papel en contrarrestar las valuaciones emocionales.