SEGUNDA Y TERCERA SEMANA DEL DESARROLLO EMBRIONARIO.pptx
Afrontar Impulsividad
1. 5- Orientaciones generales para regularla
Hemos ya definido lo que entendemos por niño impulsivo, sus síntomas y, también,
algunos planteamientosdesde la neurobiología.Eneste aparatado vamos a exponer
algunas orientaciones y estrategiaspara trabajar con niños que presentan estas
características.
En primer lugar, debequedar claro que elniño tiene dificultadespararegular su
estado de activación.Por eso siempre suelo recordar que: “No es tanto que no
quieran autocontrolarsesino que no pueden”. Una vez activados(descargas
hormonales conjuntamente con emociones intensas defrustración) tienen que
efectuar alguna acción (rabietas,huída, agresión, lanzamiento objetos,etc.). Ello
no quiere decir que seamos tolerantes, sino que desdela comprensión de lo que
pasa podemosayudarlede forma más eficaz. A este respecto, hayque señalar, que
la mayoríade niños impulsivos suelen luego arrepentirse y se comprometen a no
volver a hacerlo cuando se lo razonamos. No obstante, vuelven a recaer en los
mismos comportamientosdisruptivosal tiempo que manifiestan una cierta
perplejidado inquietud alverse superados por sus propiosactosy no saber por qué
vuelve a ocurrir. También puedesuceder que estos episodiosse refuercen si con
ello el niño consigue lo que quiere y, portanto, puedeaprender a manipularnos a
través de ellos.
El niño debe aprender, aunque aceptemos el hecho deque tiene dificultadespara
controlarse, que sus actos tienen consecuencias. Por ello, contingentementea las
rabietas, conductas desafiantes, agresiones u otros, deberemos ser capaces de
marcar unas consecuencias inmediatas(retiradade reforzadores, tiempo fuera,
retiradade atención, castigo,etc.). Por ejemplo si halanzado objetos,deberá
recogerlos y colocarlosen su lugar; si hainsultado deberá pedirdisculpas, etc.
Deberemos, pero, esperar a que se tranquilice para aplicarlas contingencias
marcadas.
Es muy importanteque cuando se produzca un episodio deimpulsividadextrema
(rabieta,insultos, etc.)los padres, maestros o educadores mantengan la calma.
Nunca es aconsejableintentar chillarmás que él o intentar razonarle nada en esos
momentos. Esto complicaríalas cosas. Tenemos que mostrarnos serenos y
tranquilos pero,a la vez contundentes y decididos.Por ejemplo,ante las rabietas
incontroladasde los más pequeños, decirle:“Mamá (o papá)están ahoratristes con
tu comportamiento yno queremos estar contigo mientras estés así”. Los padresse
retiran buscando una cierta distanciafísica (según las circunstancias: calleo casa)
2. pero tambiénafectiva. De esta forma, el niño, recibe a nivel inconsciente un
mensaje muy claro: Así no vas a conseguir las cosas.
Contingentemente a estas actuaciones, tambiénpodemosintroducir las medidas
correctoras (castigo):“Cómo has insultado a papá(o mamá) hoyno podrás ver los
dibujosque tanto te gustan (o no jugarás a la play,etc.). Papá está triste porque no
quiere castigarte,pero tiene que hacerlo paraayudarte a mejorar”.
No entrar en más discusiones o razonamientos en el momento de activaciónpor
partedel niño.
Nunca decirle que es malo sino que se ha portado maldurante unos momentos y
que eso puede arreglarlo en un futuro si se empeña en ello.Tampoco hayque
compararlo con otros niños que son más tranquilos yse portan bien. En todo caso,
recordarle primero los aspectospositivosque probablementetiene almismo
tiempo que leseñalamos los que debecorregir.
Hay que insistir en lanecesidad de mostrarnos tranquilos delante delniño cuando
queramos corregir sus actos. Siéste percibeen nosotros inseguridad,incerteza o
discrepancias entre los padresu otros, percibiráque tiene mayor controlsobre
nosotros y las rabietas u otras se incrementarán. Nunca debe vernos alterados
emocionalmente(chillando,llorando o fuera de control).Tampoco debecogernos
en contradicciones,es decir: No podemospedirlea gritosa un niño impulsivo que
se esté quieto y callado.
No basta con saber contestar adecuadamentea sus conductas impulsivas. Estos
niños requieren también que les expliquemos qué es lo que les pasay qué puede
hacer (más adelante se dan algunas pistas).Las reflexiones sobre los hechosnunca
deben ser hechasen calientesino en frío cuando las cosas se han tranquilizado. Un
buen momento es porla noche antes de acostarse.