1. LA EVALUACCION
Si existe algo que define la concepción educativa profunda de los docentes es la
manera en que se enfrentan a la actividad de evaluar los aprendizajes de los
alumnos y sus propias estrategias institucionales.
Aunque las intenciones educativas se expresen a través del conjunto de los elementos
curriculares, objetivos, contenidos y actividades de enseñanza y aprendizaje en el
momento de definir los criterios de evaluación supone una reflexión sobre aquello
que verdaderamente se considera fundamentalmente cada una de las asignaturas y
revela por tanto la representación más realista de cómo se concibe la función de la
enseñanza.
La evaluación de los aprendizajes tiene una gran repercusión sobre los alumnos que
van construyendo una imagen de su propia competencia en función de los resultados
que obtienen.
La evaluación se muestra como un elemento configurador y vertebrador en gran
medida del conjunto de la práctica educativa.
En el siguiente resumen se analizará brevemente la evolución, enseguida se revisa el
papel de la evaluación desde el papel social y la función pedagógica y, finalmente se
presentan algunas consideraciones acerca de los principios que habría que tener en
cuenta en los procesos de evaluación desde el punto de vista de la concepción
constructivista de la enseñanza y el aprendizaje.
LOS CAMBIOS DE PARADIGMA EN LAS CONCEPCIONES SOBRE LA
EVALUACIÓN.
Según el análisis sobre los paradigmas la evolución de ciertas perspectivas se
observa un cambio desde enfoques psicométricos y conductistas hacia los marcos
teóricos propuestos por el constructivismo y la psicología cognitiva.
En este resumen se expondrán las diferencias a las preguntas básicas de la
evaluación
¿Para qué evaluar? ¿Qué evaluar? y ¿cómo evaluar?
¿PARA QUÉ EVALUAR?
Estos caminos de paradigmas han tenido otra consecuencia de suma importancia, es
la forma de entender el ¿para qué? de la evaluación.
El interés no debería estar centrado en la medida y la posterior clasificación de los
alumnos sino en evaluar para mejorar el aprendizaje y la enseñanza.
Modelo Psicométrico.
El modelo psicométrico es sin duda uno de los enfoques de evaluación que mayor
repercusión ha tenido, y todavía hoy tiene sectores educativos.
Se basa en un concepto de inteligencia como un atributo en gran parte innato, fijo y
escasamente modificable, y que puede medirse como otras características
observables de la persona y así asignarles a estos distintos grupos en función de los
resultados.
Desde esta perspectiva se puede contestar la primera pregunta el ¿para qué de la
evaluación? en el sentido de que debe servir para medir las capacidades de los
alumnos y poder compararlos entre si.
La teoría de la evaluación y su práctica han estado en gran medida influidas, junto
con el enfoque psicométrico.
2. En cuanto a ¿como evaluar? , el enfoque psicométrico da prioridad
fundamentalmente a los aspecto técnicos de las pruebas de evaluación y a su validez,
fiabilidad y capacidad de generalización.
Modelo constructivista y cognitivos
Al evolucionar el concepto de inteligencia y las teorías del aprendizaje hacia
perspectivas interactivas y constructivistas, ha variado también el marco de la
evaluación, a este cambio han contribuido de forma relevante las aportaciones de la
psicología cognitiva.
El aprendizaje se concibe desde estas teorías como un proceso de transformación de
las estructuras cognitivas del alumno, como consecuencia de la incorporación de
nuevos conocimientos, por un lado, el alumno tiene ahora más conocimientos pero
además, y fundamentalmente, cuenta con estructuras cognitivas más desarrolladas y
potentes que le permitirán aprender más por lo tanto esto implica que no pueden
seguir utilizándose formas de evaluación que atomicen el conocimiento y que centren
su interés principalmente en actuaciones específicas de los alumnos.
Las características de este enfoque exigen evaluar la significatividad de los nuevos
aprendizajes a través de su uso en la resolución de problemas y en la construcción de
nuevos conocimientos, es decir, de su funcionalidad, huyendo de posibles respuestas
memorísticas.
Por otra parte, los enfoques cognitivos destacan la importancia de los ámbitos de
conocimientos concretos sobre los que se ha centrado el aprendizaje, así como su
dependencia de los contextos específicos.
Esas características implican desde el punto de vista de la evaluación el uso de
procedimientos que permitan evaluar la generalización del aprendizaje, además de
la focalización del aprendizaje en las capacidades de alto nivel cognitivo y de su
dependencia del dominio de contenido y del contexto la importancia que desde estos
marcos teóricos se otorga a la metacognición el cual es otro de los factores que
influyen en la manera de entender la evaluación el cual es como un proceso de toma
de conciencia por parte del alumno de aquellas acciones que han permitido
solucionar un problema o aquellos errores que lo han dificultado.
Esto supone entre otras cosas introducir la autoevaluación y la coevaluación como
actividades habituales en el aula, utilizar procedimientos variados de evaluación que
permitan analizar el proceso de aprendizaje y no sólo el producto.
¿COMÓ EVALUAR?
Se puede adoptar un paradigma constructivista y naturalista pero para hacer esta
evaluación, supone la reconceptualización tal y como se entiende de los conceptos de
la fiabilidad, validez y generalización tal y como se entiende el enfoque psicométrico.
LA FIABILIDAD
Se refiere a la estabilidad de una puntuación independientemente del contexto
específico en el que se presenta el contenido de la prueba y de las características de
la situación de evaluación.
LA CREDIBLIDAD
3. Exige una evaluación continua en el aula y, para varios autores, aumenta claramente
cuando en el juicio de valor se toma en cuenta la información que los padres pueden
ofrecer sobre la actuación de sus hijos.
TRANSFERENCIA
Define exhaustivamente aquel en el que se ha producido la actuación del alumno, ya
que la generalización automática queda cuestionada por el carácter contextual de los
aprendizajes.
CONFIANZA
Depende del equilibrio conseguido entre la fiabilidad y la validez de una evaluación.
LA FUNCION SOCIAL Y LA FUNCION PEDAGOGICA DE LA EVALUACION
Para cumplir con ambas funciones es necesario sin duda evaluar para comprobar si
el proceso de enseñanza está resultando eficaz para promover el aprendizaje de los
alumnos en la dirección adecuada y tomar las decisiones de reajuste necesarias y
para informar a la sociedad de quiénes de entre todos los alumnos han alcanzado los
criterios asociados a las diversas acreditaciones y titulaciones y dado el caso abrir o
cerrar a los alumnos futuras vías académicas y profesionales.
La función pedagógica; exige comprender el proceso de enseñanza aprendizaje por
ello no puede limitarse a emitir un juicio sobre el nivel de aprendizaje del alumno
pues es imprescindible que los procedimientos e instrumentos de evaluación
permitan identificar aquellos aspectos que puedan explicar el mayor o menor éxito
en el aprendizaje, esto supone llevar acabo una evaluación continua a lo largo de
todo el proceso, valorando la evaluación del alumno no sólo con respecto a un
criterio común sino tomando como referente su situación anterior, y hacer un juicio
de valor que describa de la manera más cualitativa el momento del aprendizaje en el
que se encuentra el alumno, también implica convertir en objeto de evaluación los
propios procesos de enseñanza.
La función social; valora el resultado del aprendizaje y no el proceso, no conlleva un
análisis del polo de la enseñanza, obliga a comparar a los alumnos con un criterio
común para todos y se expresa a través de una calificación necesariamente sintética,
ofrece una información muy pobre sobre los procesos educativos individuales y
obligan a homologar los resultados del aprendizaje de todos los alumnos y el modo
en el que se plasman finalmente los datos repercute en el conjunto de la evaluación
y, a su vez, en el propio proceso de enseñanza y aprendizaje, uno de los más graves
sesgos la mentalidad selectiva que impregá este tipo de evaluación acreditativa, ya
que lógicamente la decisión se centra en identificar quiénes superan y quiénes no los
criterios establecidos, cuando el objetivo fundamental desde el punto de vista
pedagógico debería ser definir que tipo de ayuda es la mas adecuada para que el
alumno pueda llevar acabo los aprendizajes deseados.
La confusión entre ambos tipos de evaluación ha llevado en muchos casos a un
dominio de la sociedad sobre la pedagógica que ha impedido el desarrollo de
prácticas de evaluación en el aula que colaboren a un mejor proceso de enseñanza y
aprendizaje.
4. Pero desde el punto de vista de la calidad los procesos educativos no debe haber
confusión, es claro que la evaluación debe servir para tomar decisiones de carácter
pedagógico, decisiones que permitan planificar la enseñanza de manera ajustada a
las características peculiares de los alumnos, a sus conocimientos previos y a su
forma de aprender, función de la denominada evaluación diagnóstica que al
comienzo de cada secuencia didáctica ofrece una información imprescindible para
llevar a cabo una enseñanza adaptativa, para ello es necesario obtener una
información continua que guíe la toma de decisiones en el aula, esta es la función de
la evaluación formativa, que recibe también el nombre de reguladora por el papel
que desempeña en la actuación del docente ,finalmente es preciso obtener
información que posibilite verificar, al termino de una secuencia de enseñanza y
aprendizaje, hasta qué punto los alumnos han realizado los aprendizajes que se
pretendían, la evaluación sumativa se dirige a este objetivo.
EVALUACIÓN Y REGULACIÓN DE LOS APRENDIZAJES
El aprendizaje desde una perspectiva constructivista presta especial atención a los
procesos metacognitivos es decir a los mecanismos que permiten al alumno tomar
conciencia tanto de lo que ha aprendido como de los procesos que le han permitido
construir nuevos aprendizajes, así como regular estos procesos, por lo tanto se deben
promover en el aula procedimientos que permitan a los alumnos reconocer por si
mismos sus dificultades para aprender.
La evaluación formadora tiene como objetivo un traspaso progresivo de la
responsabilidad de la evaluación desde el profesor al alumno, se trata de hacer capaz
al alumno de hacer suyos los objetivos del aprendizaje y los criterios que se van a
utilizar para evaluarlo, ya que esto es imprescindible para planificar, desde este
punto de vista el agente de la evaluación deja de ser exclusivamente el profesor y
pasan a desempeñar un papel fundamental el propio alumno y sus compañeros, la
autoevaluación, se entiende como una representación que el alumno se hace de sus
propias capacidades y formas de aprender, la coevaluación, referida tanto a
procesos de evaluación compartidos por el profesor y el alumno como a aquellos en
los alumnos evalúan a sus compañeros en la evaluación mutua, el aprendizaje que se
produce es doble, el alumno evaluado recibe una información que contrasta con la
suya y que puede hacerle ver aspectos en los que él no ha reparado, a su vez el
alumno o grupo de alumnos que valora el trabajo de un compañero toma también
conciencia durante este proceso de los aspectos mas relevantes del contenido de
aprendizaje objeto de evaluación.
Cuando los alumnos utilizan de forma habitual estos procedimientos de evaluación
aprenden la importancia de destacar los aspectos positivos y no sólo los negativos, el
valor de la ayuda y del trabajo en común y a valorar el error como un paso
necesario en el aprendizaje.
LOS COMPONENTES DE LA EVALUACIÓN FORMADORA
La autorregulación de los aprendizajes.
Supone que los alumnos lleguen a adquirir determinadas representaciones de los
objetivos que se pretende conseguir, de los criterios de evaluación de estos logros, así
como de las operaciones necesarias para anticipar y planificar la acción.
La regulación de los aprendizajes.
5. Se basa, desde esta perspectiva, en la comunicación entre el profesor y los alumnos
así como de los alumnos entre sí, para negociar los distintos puntos de vista y llegar
al acuerdo y la concertación.
Los cuatro pasos en torno a los cuales se organizaría le regulación conjunta de
profesor y alumnos.
1. La evaluación inicial de carácter diagnóstico.
2. La regulación de la representación de los objetivos del aprendizaje.
3. La regulación de la capacidad de anticipar y planificar las acciones
necesarias para pode aplicar el nuevo conocimiento en diferentes situaciones.
4. La regulación de la capacidad para autogestionar los errores y dificultades a
partir de a apropiación de los criterios de evaluación.
LA EVALUACIÓN INICIAL
Tiene una doble finalidad, para el profesor, adecuar la programación a las
características peculiares de los alumnos y, para el alumno, tomar conciencia del
momento de aprendizaje en el que se encuentra, fundamentalmente a través del
planteamiento de dudad e interrogantes a los que sus conocimientos todavía no
dan respuesta en este caso se habla de una autoevaluación inicial diagnóstica.
Para llevar acabo esta evaluación deben utilizarse instrumentos sistemáticos que
permitan conocer la información del conjunto de alumnos, en estos instrumentos
se encuentran los mapas conceptuales, los cuestionarios abiertos y cerrados y su
codificación en redes sistémicas, los informes personales, o las pautas de
observación.
LA REPRESENTACIÓN DE LOS OBJETIVOS
Es necesario superar la creencia de que lo único importante en relación con los
objetivos del aprendizaje es que estos estén claros para el profesor, por el
contrario, es igualmente necesario que los alumnos comprendan y compartan los
objetivos para que puedan dar sentido al aprendizaje.
Para ello es vital hacer una representación explícita de los objetivos por parte del
profesor, junto con ella, es preciso realizar actividades que faciliten una
representación lo más ajustada posible de las intenciones que los objetivos
expresan, pero hay que ser conscientes de que esta presentación obedecerá a la
lógica del docente y que, por lo tanto, las representaciones que de los objetivos se
hagan de los alumnos pueden estar muy alejadas de la del profesor, en cualquier
caso esta primera representación durante el proceso enseñanza y aprendizaje se
irá modificando siempre que se haya producido una fluida comunicación en el
aula que haya permitido la construcción de significados compartidos.
ANTICIPAR Y PLANIFICAR LA ACCIÓN
La autorregulación exige igualmente desarrollar en el alumno estrategias de
anticipación y planificación de la acción que le permitan orientar la actividad en
un determinado sentido.
Anticipar supone identificar las distintas estrategias que podrían resultar
adecuadas a una tarea y el orden de ejecución de las operaciones en cada
estrategia, y hacer una predicción de los resultados que se obtendrían si se lleva a
cabo determinadas acciones.
6. La planificación se refiere a la elección de la estrategia más adecuada en cada
caso en función del tipo de tarea y de las condiciones de realización, así como el
establecimiento de un plan de trabajo.
Los instrumentos que se proponen son tres recursos metodológicos que resultan
especialmente eficaces. El primero de ellos es la base de orientación, esta técnica
consiste en la representación escrita o gráfica de las distintas operaciones que
componen la acción, convenientemente relacionadas según su orden de ejecución,
otros dos instrumentos igualmente útiles para desarrollar capacidades de
anticipación y planificación son los mapas conceptuales y la V de Gowin.
Sin embargo el uso más interesante es cuando los alumnos elaboran estas
representaciones, o, para ser exactos, elaboran y reelaboren estos instrumentos,
ya que a lo largo del proceso de aprendizaje el alumno va construyendo
conocimientos cada vez más precisos acerca de las estrategias de resolución de
una determinada tarea que le llevan a ir completando sus representaciones.
APROPIACIÓN DE LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN Y AUTOGESTIÓN
DE LOS ERRORES.
Es el último paso señalado dentro de un modelo de enseñanza y aprendizaje basado
en la regulación y autorregulación de estos procesos.
Para que los alumnos aprendan a hacer esta evaluación por si mismos de manera
ajustada, es necesario que, al igual que se hicieron una representación de los
objetivos, tengan claros ahora los indicadores que permiten emitir un juicio de valor
sobre la corrección de las acciones realizadas. Para ello es importante que los
profesores hagan explícitos los criterios de evaluación que utilizan para valorar un
aprendizaje, estos indicadores serán distintos dependiendo del tipo de contenido al
que se refiere el aprendizaje, para favorecer este tipo de evaluación puede utilizarse
otro recurso como son las parrillas de evaluación en la que figuran los criterios y los
posibles niveles de logro que cada alumno ha alcanzado el alumno puede diseñarla,
con la utilidad que ello tiene para identificar los criterios, y complementarla
llevando a cabo el correspondiente juicio de valor, lo que favorece la toma de
conciencia de estos errores, otra actividad útil es que los propios alumnos diseñen las
pruebas de evaluación o al menos colaboren en su diseño, otro instrumento muy
relacionado con los diarios es la evaluación a través de los portafolios o carpetas de
los alumnos en este caso a diferencia del diario del alumno incluye los criterios de
evaluación que están explícitos desde el principio, los contenidos que van a trabajar,
y los distintos documentos en los que se plasman las tareas realizadas.
Todo esto pone de manifiesto hasta que punto la evaluación condiciona totalmente el
proceso de enseñanza y aprendizaje o si se quiere ver desde la perspectiva
complementaria, hasta que punto una concepción de la educación en la que lo
fundamental es dotar al alumno de herramientas intelectuales que le permitan
aprender a aprender conlleva una evaluación imbricada en el conjunto del proceso
de enseñanza y aprendizaje.
LA EVALUACION DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA CONCEPCIÓN
Como se ha comentado anteriormente el aprendizaje se entiende en la concepción
constructivista como un proceso de construcción de significados por parte del
alumno con la ayuda ajustada del docente, el grado de significatividad de los
7. aprendizajes se convierte, desde este punto de vista en el principal indicador de
evaluación.
Coll y Martín proponen una serie de ideas básicas desde este punto de vista estos
puntos pretenden señalar algunas orientaciones que, por la potencialidad que les
otorga el responder el mismo análisis que la concepción constructivista hace del
proceso de enseñanza y aprendizaje, estos pueden resultar útiles a la hora de guiar
las prácticas evaluativos en el aula.
1. Significado y sentido en el aprendizaje escolar. (los ingredientes afectivos y
relacionales de la evaluación del aprendizaje)
2. El grado de significatividad de los aprendizajes escolares y las actividades de
evaluación.
3. La interrelación de los significados y el carácter intrínsecamente parcial de
las actividades de evaluación.
4. La dinámica del proceso de construcción de significados y los límites de la
evaluación.
5. La importancia del marco en la construcción de significados y en la
evaluación de los significados construidos.
6. La funcionalidad de los aprendizajes y la búsqueda de indicadores para la
evaluación.
7. La asunción progresiva del control y la responsabilidad en el proceso de
aprendizaje.
8. La enseñanza como proceso y la función reguladora de la evaluación del
aprendizaje de los alumnos.
9. El aprendizaje como proceso y la función autorreguladora de la evaluación.
LAS DECISIONES COLEGIADAS SOBRE LA EVALUACIÓN
Con la escolarización se pretende ayudar a desarrollar en el alumno una serie de
capacidades que no están vinculadas en exclusividad con ninguna área del
currículo. Si no por el contrario son aprendizajes que deben trabajarse desde
distintas asignaturas. Estas capacidades constituyen el referente último de la
evaluación y la promoción, que deben llevarse acabo desde una perspectiva
integradora.
Las concepciones sobre la evaluación están profundamente arraigadas en la
estructura conceptual de los docentes y vertebran gran parte la practica
educativa, por esto debemos ponernos de acuerdo en una serie de aspectos en el
momento de elaborar el proyecto curricular, es preciso también definir las
pautas que han de utilizarse para tomar decisiones sobre promoción y titulación
y como tercer aspecto se refiere a los acuerdos acerca de los procedimientos y
estrategias que van a utilizarse para evaluar y para comunicar los resultados de
la evaluación al alumno.
8. CONCLUSIÓN Y APORTACIÓN PERSONAL
Espero haber brindado elementos para entender mejor la discusión acerca de las
posibilidades y condiciones de la evaluación, creo que las formas de evaluar en mi
caso poco a poco cambiaran de forma positiva, sinceramente por mi practica diaria
se que en grupos numerosos de alumnos no es fácil disponer del tiempo y de la
oportunidad para observar de manera eficiente e individualizada a el grupo de
alumnos, es difícil, mas no imposible puesto que podemos valernos de instrumentos
muy indispensables y hasta hoy desconocidos, de esta forma mejorar la labor
educativa y el proceso de pensamiento y aprendizaje de cada estudiante para poder
asistirlo y apoyarlo en el momento oportuno, como lo requiere la perspectiva
pedagógica e involucrarnos en el momento y la calidad del proceso de reflexión en
que vive cada uno de nuestros alumnos.
No obstante, aunque puede maximizarse la versatilidad de estos instrumentos hasta
obtener de ellos algunas precisiones sobre logros de aprendizaje superiores en los
estudiantes, es preferible, cuándo el tiempo y la dedicación del profesor lo permitan,
aprovechar con rigor las ventajas que brindan las preguntas tipo ensayo para captar
9. la capacidad expresiva, argumentativa y creativa de cada estudiante y el momento
que atraviesa cada uno, en el proceso de convertirse en pensador competente de los
fenómenos que son objetos de estudio en el área respectiva. Pienso que hay que
aclarar que la evaluación tipo ensayo puede durar todo el semestre y todo el año, si
la perspectiva de enseñanza que asume es cognitiva.
Creo que debemos ser muy objetivos en cuanto a la evaluación se refiere, tomando
en cuenta en cada momento a nuestros alumnos y sus capacidades, quiero encausar
ahora la evaluación en los niños de nivel preescolar pues la evaluación según este es
un proceso que consiste en comparar o valorar lo que los niños conocen y saben
hacer, sus competencias, respecto a su situación al comenzar el ciclo escolar, un
periodo de trabajo o una secuencia de actividades, y respecto a las metas o
propósitos establecidos en el programa educativo, esta valoración emisión de juicio
se basa en la información que se recoge, organiza e interpreta en diversos momentos
del trabajo diario y a lo largo de un ciclo escolar.
La evaluación de la educación preescolar tiene tres finalidades
1. Constatar los aprendizajes de los alumnos, sus logros, y las dificultades que
manifiestan para alcanzar las competencias señaladas en una serie de campos
formativo, como uno de los criterios para diseñar actividades adecuadas a sus
características, situación y necesidades del aprendizaje.
2. Identificar los factores que influyen o afectan el aprendizaje de los alumnos,
incluyendo la práctica docente y las condiciones en que ocurre el trabajo
educativo, como base para valorar su pertinencia o su modificación.
3. Mejorar con base a los datos anteriores la acción educativa de la escuela, la
cual incluye el trabajo docente y otros aspectos del proceso escolar.
En seguida presento, a manera de síntesis, un esquema que ilustra las características
del proceso de evaluación en el nivel preescolar.
No obstante, aunque puede maximizarse la versatilidad de estos instrumentos hasta
obtener de ellos algunas precisiones sobre logros de aprendizaje superiores en los
estudiantes, es preferible, cuándo el tiempo y la dedicación del profesor lo permitan,
10. aprovechar con rigor las ventajas que todos estos nos brindan para registrar y
valorar las necesidades y capacidades de cada estudiante y el momento que atraviesa
cada uno, en el proceso de convertirse en pensador competente de los fenómenos que
son objetos de estudio en el área respectiva.
Por ultimo menciono que la evaluación sólo tiene sentido si la información y las
conclusiones obtenidas sirven de base para generar reflexión de la educadora o los
maestros en general, pues con ello se modificarían aquellos aspectos del proceso
escolar que obstaculicen el logro de los propósitos educativos, fortalecer aquellos que
lo favorecen, o diseñar y experimentar nuevas formas de trabajo si con las formas
usuales no se han alcanzado los propósitos fundamentales. Del miso modo, los
resultados de la evaluación deben ser uno de los elementos principales para la
reflexión colectiva del personal docente en el Jardín de Niños y para la comunicación
con las madres y padres de familia.