1. La Lógica de Einstein
Dos niños patinaban en un lago congelado de Alemania. Era una tarde
nublada y fría. los niños jugaban despreocupados.
De repente, el hielo se quebró y uno de los niños se cayó, quedando preso en
la grieta del hielo.
El otro, viendo a su amigo preso y congelándose, tiró un patín y comenzó a
golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta, por fin, conseguir quebrarlo y
liberar a su amigo. Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había
pasado, preguntaron al niño: "¿Cómo conseguiste hacer eso? ¡Es imposible
que consiguieras partir el hielo, siendo tan pequeño y con tan pocas fuerzas!
En ese momento , el genio Albert Einstein, que pasaba por allí comentó: "Yo
se cómo lo hizo" "¿Cómo?- Le preguntaron "Es sencillo, respondió Einstein,
no había nadie para decirle que no era capaz".
"Dios nos hizo perfectos y no escoge a los capacitados, sino que capacita a los
elegidos. Hacer o no hacer algo, sólo depende de nuestra voluntad y
perseverancia"
Albert Einstein
Conclusión: preocúpate más con tu conciencia que con tu reputación. Porque
tu conciencia es lo que eres, y tu reputación es lo que los otros piensan de ti.
Lo que los demás piensen es un problema de ellos.
Cuando tomamos conciencia de que somos totalmente responsables de
nuestros actos y que son éstos los que nos van a llevar hacia donde es que
nos dirigimos, debemos impedir que el molesto ruido de los demás, que
nos dicen que no podemos hacerlo, nos impida seguir.
Pensemos un instante, ¿Cómo seríamos felices? ¿Qué nos gustaría hacer?
¿Con quién nos gustaría compartirlo?
Pensemos un instante que es posible.
Como le sucedió al niño, rompamos con el patín de la perseverancia, el
hielo de nuestra limitación.
Si creemos que no podemos, tenemos razón y si pensamos que podemos,
también.