2. En la mitología griega,
Pandora fue la primera mujer,
hecha por orden de Zeus para
introducir males en la vida de
los hombres.
Etimológicamente se ha dado
a la palabra «Pandora» un
significado con distintos
matices: la han interpretado
como "el regalo de todos“ y
"la que da todo"
3. Estaban relegadas a estar en casa, las
labores del telar, enseñanza y cuidados a
los hijos y cuidados de la casa.
Eran consideradas como algo débil, tenían
que ser protegidas. Su única condición era
la de esposa y madre.
Se sentían aliviadas por la religión. Podían
ser sacerdotisas para encargarse del
cuidado de los templos.
4.
5. Las mujeres
estaban bajo la
de los hombres. Así
pasaban de la
autoridad de su
padre a la
autoridad de su
marido.
6.
7.
8.
9. Las mujeres casadas, las doncellas
y las niñas mientras estaban al
cuidado de sus madres y esclavas,
permanecían en el gineceo, del
cual salían en raras ocasiones.
El cuidado que prestaban a los
deberes domésticos entre ellos el
telar y la crianza y educación de
los hijos y a su atuendo era todo
el interés de su monótona
existencia, y no había relación
intelectual alguna con el otro
sexo.
Incluso en las ceremonias públicas
actúan independientemente de
los hombres.
10. Se denomina gineceo a
la sala, habitación o
estancia que poseían las
grandes casas de la
antigua Grecia, para uso
exclusivo de las mujeres
de la casa: esposa, hijas,
sirvientes.
Preferiblemente estas
estancias estaban en la
segunda planta de las
mismas. Esta sala era la
contraposición al Andrón.
11. Las mujeres llevaban vida muy
apartada, salían poco de casa
y se las vigilaba mucho, siendo
así muy recatadas, dóciles y
sumisas.
Ni siquiera el matrimonio
cambiaba su situación.
La doncella se limitaba a
pasar del gineceo de su padre
al de su marido, si bien en
este último ella era la dueña
absoluta.
El esposo vigilaba su honor
con celo, y no se consideraba
que la mujer tuviera muchos
más derechos que los de un
esclavo doméstico.
12. y
El griego tiene una palabra específica para
designar el matrimonio: γάμος
No existía un trámite ni civil ni religioso.
Para el acto mediante el cual un varón se
comprometía a unirse a una mujer, se utilizaba el
vocablo griego ἐγγύη, en él el padre cabeza de
familia entregaba su hija a otro hombre
Este contrato sólo se realizaba cuando existía
patrimonio para heredar. Los herederos de la
mujer en la Antigua Grecia eran los hijos, pero no
el esposo.
13. y
El matrimonio griego se caracterizaba fundamentalmente por su
aspecto religioso. La diosa del matrimonio y protectora de las
mujeres casadas era Hera. Sin embargo, no intervenían
sacerdotes en la celebración de la boda.
La principal finalidad era tener hijos varones que dieran
continuidad al linaje, celebrasen el funeral del padre y
continuaran los ritos familiares tras su muerte. Esto se percibía
como necesario para la felicidad de los muertos en el otro
mundo.
El vínculo matrimonial era, además, una forma de establecer
alianzas. No tiene en cuenta el amor; los contrayentes no se
eligen mutuamente, sino que son los padres de ambos los
encargados de decidir quién es la persona más adecuada para sus
hijos.
El novio ofrece al padre de la joven importantes regalos, que
reciben el nombre de hedna ἕδνα. Es lo que se conoce como
matrimonio por compra. La mujer en realidad no se casa, sino
que es tomada por esposa. Los hedna permitían al esposo pasar a
la mujer del οῖκος paterno al suyo propio, y con eso se sellaba la
alianza entre ambas familias.
14. El ritual de la boda se celebraba generalmente en invierno,
en el mes de γαμηλιών. Era recomendable celebrarla en el
mes de enero y durante la luna llena. Las celebraciones
duraban tres días, llamados praílía, gámoi y epaílía.
El primero se dedicaba a la , y tenía
lugar en la casa de su padre. Se empezaba con un sacrificio.
La novia ofrecía en el altar sus juguetes de infancia, junto
con algunos mechones de su cabello o su cinturón, o ambas
cosas. Ofrecer el cabello simbolizaba el abandono de la
infancia y la sumisión al esposo, y el cinturón la entrega de la
virginidad. También el novio se cortaba el cabello y hacía
sacrificios a los dioses del matrimonio.
15. Antes o después de esto
tenía lugar el
de la novia en una
fuente o río sagrado.
Podía bañarse en su casa,
pero entonces tenían que
transportar el agua desde
los lugares adecuados.
El baño simbolizaba la
purificación de la novia y
el deseo de hacerla
fértil.
16. El segundo día comenzaba un banquete que
solía celebrarse en casa del padre de la
novia. El novio se reunía con todos sus
amigos, mientras que ella se sentaba con las
suyas en una mesa aparte.
Era típico comer pasteles de sésamo.
Después un niño, coronado de hojas de
acanto y bellotas, y cuyos padres tenían que
estar vivos, repartía pan o roscos que
portaba en una canastilla mientras repetía
que “
”.
17. Tras la comida se quitaba el velo a la novia
en una ceremonia que se llamaba
anakalipteria, y durante la cual se procedía a
la entrega de los regalos del novio.
Al caer la noche la novia abandonaba sus
aposentos y atravesaba la ciudad en un carro
tirado por mulas o caballos hasta la casa
del que pasaba a ser su esposo. Iba sentada
entre éste y su parochos, πάροχος es decir, el
amigo o pariente más próximo de él.
18. Se coronaba a los novios y se los adornaba
con cintas de colores, ambos se vestían de
gala, ella con su velo, y en épocas muy
remotas se intercambiaban los trajes, para
simbolizar la íntima compenetración del uno
con el otro. La madre de la novia, los
esclavos y otras mujeres seguían a la
portando , símbolo que
legitima la boda.
19. Todos iban cantando al son de las
liras, flautas y cítaras, los jóvenes
bailando en corros; se arrojaban
confites y dulces, y toda la ciudad era
fiesta y regocijo. La gente se detenía a
mirar desde los vestíbulos de sus
casas.
20. Al llegar a la casa del novio, adornada con
guirnaldas, hojas de olivo y laurel, se quemaba
el eje del carro para que la esposa nunca
sintiera la tentación de abandonar el hogar del
marido.
Luego la familia del novio le daba la bienvenida.
Era la madre la encargada de recibirla con una
antorcha, llamada del himeneo. Se arrojaba
sobre la cabeza de los novios dátiles, higos y
nueces, como símbolo de pertenencia al nuevo
hogar. La novia era conducida al aposento
nupcial, delante de cuya puerta se cantaba el
epitalamio.
Esa noche los recién casados se reúnen en el
, que el novio ha adornado también con
guirnaldas, y comen el membrillo que simboliza
la consumación.
21.
22. Y el tercer día, pasada la noche de bodas,
consistía en la ofrenda de regalos y la entrega de
la dote acordada. A los novios se los despertaba
con una serenata, el diegertikon, y los parientes
les hacían múltiples presentes, muchos de ellos
con connotaciones eróticas. Ese día se celebraba
una comida en casa del padre del novio o del
propio novio, algo de lo que se excluía a las
mujeres. Ni siquiera la recién casada podía
asistir, aunque era ella quien tenía la misión de
preparar los platos que se servirían durante esa
jornada.
Los invitados aportaban lo que podían: ovejas,
vino, pan… Apenas el aedo comenzaba a tocar la
cítara se inauguraba de nuevo el baile.