1. Yo Jacinta, nací en Aljustrel
(Portugal) el día 11 de marzo de
1910 y mi hermano Francisco el 11
de Junio de 1908. Desde muy
pequeños nuestra Tía materna
María Rosa nos enseñó a amar
mucho a Jesús, así que por amor
a él nos apartábamos de las
malas compañías y buscábamos
momentos para hablar con Dios
por medio de la oración.
En los tiempos libres nos
gustaba cuidar las ovejas
y nuestra prima Lucía nos
acompañaba casi
siempre.
2. Siempre aprovechábamos Siendo el año de
esos momentos para rezar 1916, en Cova de
los tres juntos el Santo Iria (Portugal), Se
Rosario y luego jugábamos nos apareció por
un poco. tres veces el
ángel de la paz y
nos pidió que
rezáramos mucho
e hiciéramos
sacrificios por la
conversión de los
pecadores.
Repitan conmigo esta
oración:“Dios mío, Yo
creo, Yo adoro, Yo espero
y os amo. Te pido perdón
por aquellos que no
creen, no adoran, no
esperan y no te aman”.
3. Así que, comenzamos a tratar de
ser más obedientes con nuestros
papás, de rezar más
frecuentemente y no quejarnos de
las pequeño sufrimientos que
tuviéramos para poderlos ofrecer
como sacrificio a Dios por la
conversión de los pecadores.
¿Se ofrecerían ustedes mismos a Dios
y las penas y sufrimientos que Él les
envíe? ¿Todo en reparación por los
pecados con los que es ofendido? ¿Y
por la conversión de los pecadores?
S
i
Después, a del 13 de Mayo de
1916, en Coba de Iria, La Virgen
María se nos empezó a aparecer
varias veces y nos trajo algunos
mensajes de parte de Dios.
4. Nos dijo que rezáramos el
Rosario todos los días para
traer la paz al mundo, el
final de la guerra y el
establecimiento de la
devoción a su Corazón
Inmaculado.
En una ocasión nos mostró el
infierno donde van las almas que
desobedecen a Dios y no lo
aman.
Las personas y las autoridades no trataban como unos
mentirosos, pero nosotros, aprovechábamos todos esos
sufrimientos para ofrecerlos a Dios por la conversión de los
pecadores
5. Después de todas las recomendaciones de la
Virgen María y de haber visto el infierno,
decidí cambiar mi vida. Buscaba la soledad
y el silencio para elevar a Dios mis pequeñas
oraciones por los pobres pecadores, en mi
corazón se grabaron estas palabras:
“Oren, oren mucho. Hagan sacrificios por los
pecadores. Muchas almas se van al infierno,
porque nadie está dispuesto a ayudarlas con
sacrificios”.
Me gustaba mucho mirar el
crucifijo y lloraba mucho
cuando me hablaban de la
pasión de Jesús, entonces
hice el propósito de no pecar
para no ofenderlo nunca.
6. Amaba muchísimo la Eucaristía y me gustaba visitar a Jesús en la
iglesia, luego de que rezaba cada misterio del Santo Rosario,
repetía siempre esta oración que María nos enseñó:
“ Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del
infierno, lleva al cielo todas las almas, especialmente las más
necesitadas”.
En 1918, comencé a
enfermarme de una gripe
muy fuerte ( llamada
española), y tuvieron que
llevarme al hospital, pero yo
no desaprovechaba ningún
sufrimiento para unirlo a
Jesús y ofrecerlo por la
salvación de las almas.
El 20 de Febrero de 1920, tuve
la alegría de poder ir al cielo.
7. A mi me gustaba recitar
frecuentemente la oración que
nos enseñó el ángel, trataba de
ser bueno y de hacer siempre
sacrificios por las almas que no
creen en Dios y no lo aman.
Como me agradaba mucho
mirar la belleza de Dios en la
creación, acostumbraba
esconderme detrás de los
árboles y de las rocas para
hablar a solas con Jesús por
medio de la oración.
8. Me gustaba mucho
decir esto y me propuse Al igual que Jacinta, tenía un gran
vivirlo: amor por la Eucaristía y pasaba
mucho tiempo en la Iglesia
“¡Qué bello es Dios, qué acompañando a Jesús en el
bello! Pero está triste Sagrario
por causa de los
pecados de los
hombres. Yo quiero
consolarlo, quiero sufrir
por su amor”
Durante el día, rezaba
muchos rosarios para:
consolar a Dios,
honrar a María, por las
almas del purgatorio y
la salvación de las
almas.
9. Como tenía un deseo de irme al
cielo, me confesaba
frecuentemente de mis pecados en
el Sacramento de la Confesión. De
esta manera, tenía mi alma
siempre limpia y mantenía
contento a Jesús.
El 4 de Abril de 1919, después
de enfermarme de una gripe
muy fuerte y haberme
confesado y comulgado, les
prometí a todos que rezaría
por ellos en el cielo y
después fallecí.
10. Emilia Santos, era una mujer que no podía caminar , ni mover su
cintura, por más de 27 años. Creyendo en la fuerza de la oración,
comenzó a hacer novenas a Francisco y Jacinta pidiéndoles la salud.
Finalizando su novena le dijo a Jacinta: “ya falta sólo un día para
acabar una novena más y todavía nada...” y de pronto comenzó a
sentir un hormigueo por todo el cuerpo, y una voz de niño le decía:
“Siéntate que tú puedes”, sucedió entonces que pudo pasar a silla de
ruedas. Después, el 20 de Febrero de 1898, aniversario de la muerte
de Jacinta, hizo esta oración: “Si hoy me hicieras caminar, seré la
mujer más feliz del mundo” y en ese mismo instante comenzó a
caminar.
Una vez Lucia le preguntó a Francisco: ¿Qué prefieres más, consolar al Señor
o convertir a los pecadores?" Y el respondió: "Yo prefiero consolar al Señor.
¿No viste qué triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres
no deben ofender mas al Señor, que está ya tan ofendido? A mi me gustaría
consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no
ofendan mas al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue,
voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."
11. Cuando Francisco estaba
enfermo jamás dejó de rezar El cuerpo de Jacinta
el Rosario, y nunca se Está incorrupto.
quejó
Jacinta iba a misa todos
La mayor preocupación de
los días y deseaba mucho
Francisco era consolar a Jesús
recibir a Jesús
en la Eucaristía.
12. 6 1 3
7
1. Por medio de ella, 5
hablaban con Jesús.
2. La Virgen les recomendó
que lo rezaran todos los días
3. Jacinta, rezaba mucho
por ellos.
4. Francisco, siempre quería
consolar a _______
5. Lugar donde van los
que aman a Dios y hacen 2
Siempre su voluntad.
6. Lugar donde van los
Que no aman a Dios.
7. Se llamaba la prima de
Francisco y Jacinta
4
Solución: 1. Oración; 2. Rosario; 3. Pecadores; 4. Jesús; 5. Cielo; 6. Infierno; 7.Lucía
13. Colorea las palabras, luego recórtalas y arma la frase que María nos enseñó
para rezarla después de cada misterio del rosario, y finalmente
escribe la última parte de la oración que hace falta completar.
14. Significa consolar a Jesús por los pecados del mundo,
amándolo por los que no lo aman.
Es dejar el pecado, para poder estar más unido a Dios.
Es como un lugar de limpieza que nos purifica por medio
del fuego, para poder entrar limpios de pecado al cielo.