La patología ORL es una causa frecuente de consulta tanto en Atención Primaria como
en Servicio de Urgencias. En esta sesión clínica trataremos la forma en la que se debe
realizar una buena exploración otorrinolaringológica. Realizaremos un recuerdo breve
de la anatomía de cada una de las exploraciones básicas, tanto del oído, nariz, cavidad
oral, orofaringe y exploración cervical. Comentaremos las técnicas más importantes y
la forma de emplear las herramientas de las que disponemos en Atención Primaria.
Además describiremos de forma general y sobre todo visual, las patologías más
frecuentes que podremos encontrar en nuestra consulta y qué secuencia deberemos
seguir para llevar a cabo una correcta exploración y llegar a un buen diagnóstico. No
nos hemos centrado en profundidad en ninguna patología en concreto, puesto que la
especialidad de ORL es bastante extensa. Son muchas las herramientas de exploración
que se utilizan en ORL, pero dese AP nos centraremos sobre todo en el otoscopio, el
diapasón, nuestra propia vista y nuestras manos.
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CONTENIDO
1. INTRODUCCION
La patología ORL es una causa frecuente de consultas tanto en Atención Primaria como
en Urgencias. En esta sesión haremos un repaso general de aquellas situaciones más
frecuentes en Atención Primaria, y quizás también en urgencias, de una forma sobre
todo visual. No nos hemos centrado en ninguna patología en concreto, puesto que la
especialidad de ORL es bastante extensa. Hablaremos sobre la exploración básica
desde AP, y de algunas entidades frecuentes.
Son muchas las herramientas de exploración que se utilizan en ORL, pero dese AP nos
centraremos sobre todo en el otoscopio, el diapasón, nuestra propia vista y nuestras
manos.
2. OIDO
2.1. Recuerdo anatómico.
Hélix
Trago
Antitrago
Lóbulo
Antehélix
Concha
Escotadura de la
concha
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La membrana timpánica tiene 3 capas: epitelio epidérmico (continuación de la piel del
CAE), capa intermedia fibrosa y capa interna de epitelio mucoso. En la unión al marco
timpanal encontramos un engrosamiento conocido como annulus. (3)
Para reconocer si estamos ante un oído derecho o izquierdo, nos fijaremos en el
mango del martillo, que apuntará hacia la nariz, si apunta hacia la derecha, estaremos
ante el oído derecho, y si apunta hacia la izquierda, ante el oído izquierdo. En este
esquema vemos un oído derecho.
2.2. Acumetría
Diferenciamos dos tipos de hipoacusias:
Hipoacusia de transmisión o de conducción: alteración de
oído externo, tímpano u oído medio que dificulte la
transmisión del sonido. La causa mas frecuente es el tapón
de cerumen.
Hipoacusia neurosensorial o de percepción: alteraciones de oído interno, ya sea
en la porción coclear o nervio auditivo, o corteza auditiva.
Es muy importante realizar en primer lugar una correcta anamnesis para conocer
antecedente familiares y personales, antecedentes laborales, forma de instauración,
síntomas acompañantes y además. Después, lo siguiente será realizar una OTOSCOPIA
y a continuación pasaremos a la ACUMETRÍA, que se realiza con un diapasón.
WEBER. Se coloca el diapasón en el centro de la cabeza, en la línea del cuero
cabelludo. Compara la transmisión por vía ósea de ambos oídos.
o En oídos sanos o hipoacusias simétricas, no lateraliza.
o En hipoacusia de transmisión, lateraliza a oído ENFERMO.
o En hipoacusias neurosensoriales, lateraliza a oído SANO.
RINNE. Compara la vía ósea y la vía aérea del mismo oído, colocando el
diapasón próximo al pabellón auricular y apoyándolo sobre la apófisis
mastoides.
o Si vía ósea > via aérea = Rinne NEGATIVO H transmisión.
o Si vía aérea > vía ósea = Rinne POSITIVO H neurosensorial.
Todo lo malo ocurre en la Hipoacusia de TRANSMISIÓN: Rinne negativo, Weber
desplaza a lado enfermo.
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2.3. Audiometría
Ante la sospecha de una H neurosensorial o de percepción, se debe realizar una
Audiometría tonal.
Los resultados de la audiometría los vemos en el audiograma, en el que está
representada la capacidad auditiva según los umbrales de audición ante varias
frecuencias.
En el eje vertical se representa el volumen o intensidad del sonido en forma de
decibelios (dB), y en el eje horizontal, el tono o frecuencia, en forma de herzios (Hz).
El color rojo hace referencia al oído derecho y el color azul al oído izquierdo. La vía
aérea está representada con la línea continua que une los círculos en el caso del oído
derecho, y las cruces en el oído izquierdo.
En el caso de una Hipoacusia de transmisión, encontraríamos un descenso en la vía
aérea (GAP óseo), y suelen afectarse más las frecuencias GRAVES. En el caso de una
Hipoacusia neurosensorial, veríamos un descenso de ambas vías, con mayor afectación
en frecuencias AGUDAS. Para diferenciar las neurosensoriales entre coclear y
retrococlear, se deberá realizar una audiometría supraliminar para ver si hay
fenómeno de reclutamiento (H NS coclear) o de fatiga/adaptación (H NS retrococlear).
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Hipoacusia neurosensorial
Hipoacusia de transmisión
2.4. Otoscopia
El otoscopio consta de un sistema de iluminación, además de una lupa en la parte
posterior del mismo para magnificar la imagen iluminada. Necesitamos además un
cono desechable que se coloca en la parte anterior del otoscopio.
Nos colocamos frente al pabellón auricular, de forma perpendicular al plano de la
oreja.
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Exploramos lo primero el pabellón auricular y región retroauricular. Comenzaremos
siempre por el oído sano o el clínicamente mejor, si lo hay (sobre todo ante sospecha
de infecciones agudas). Puesto que el CAE no es un conducto recto (hace una forma de
“S” itálica), realizaremos una tracción del hélix hacia atrás y arriba (en los niños hacia
atrás y hacia abajo) y nos adentramos con el otoscopio hasta la zona de transición
entre CAE cartilaginoso y CAE óseo. Si el conducto es permeable, pasamos a valorar la
membrana timpánica, pero a partir de aquí deberemos ser más cuidadosos con la
movilización del otoscopio ya que podríamos ocasionar dolor (ya que está formado
solo por capa epidérmica y hueso muy sensibles a cualquier roce).
En una persona joven y sana, la membrana timpánica es de coloración grisácea y
transparente, sin embargo, con la edad, se va opacificando ya que va aumentando la
consistencia fibrosa, a veces incluso con placas cicatriciales blanquecinas.
PABELLÓN AURICULAR: malformaciones, alteraciones circundantes, pericondritis
Microtia Pericondritis
OÍDO EXTERNO:
Tapón de cerumen – Tapón impactado.
Cuerpo extraño
Dermatitis
Otitis externas (OE)
o OE circunscrita: edema de CAE localizado.
o OE difusa: edema de CAE generalizado, apenas deja visualizar
membrana timpánica.
o OE maligna: afecta más frecuente a ancianos, diabéticos,
inmunodeprimidos… Veremos tejido de granulación en forma de
pólipos, esfacelos… y posibles alteraciones de pares craneales.
o Otomicosis: predomina el prurito, además de membranas blanquecinas
o imágenes algodonosas en caso de Cándida, o filamentos blancos con
gránulos negruzcos en caso de Aspergillus.
Osteoma (tumor benigno más frecuente en oído externo, si son múltiples pasan
a considerarse exostosis).
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Osteoma (si son múltiples: exostosis)
OIDO MEDIO:
Membrana timpánica: miringoesclerosis, timpanoesclerosis, retracción atical,
retracción posterior, retracción completa, perforación, miringitis bullosa
Ototubaritis: sensación de taponamiento ótico y autofonía.
Otitis seromucosa: sensación de taponamiento ótica y autofonía, acompañado
de membrana timpánica ambarina con niveles hidroaéreos, opacidad de la
misma y pérdida del reflejo luminoso. A veces puede observarse retracción
timpánica (horizontalización del mango del martillo y relieve llamativo del
annulus).
Otitis media aguda: se caracteriza por una membrana timpánica eritematosa,
opaca, además de abombada e inmóvil. Puede asociar o no otorrea a través de
una perforación timpánica.
Otitis media crónica: se caracteriza por la presencia de otorrea durante 2 o más
meses, sin otalgia. Puede haber o no hipoacusia. En la otoscopia veremos
perforación timpánica.
o Otitis media crónica simple: perforación timpánica de localización
central.
o Otitis media crónica colesteatoma: perforación timpánica de
localización atical, además de escamas, perlas, pólipos, o incluso otorrea
purulenta.
Hemotímpano
Drenaje transtimpánico
Paraganglioma timpánico (tumor más frecuente en oído medio). Acúfeno
pulsátil y masa rojiza pulsátil, con Hipoacusia de transmisión. El tratamiento se
basa en la cirugía con previa embolización por el alto riesgo de hemorragia.
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Paraganglioma timpánico Hemotímpano
3. NARIZ
3.1. Recuerdo anatómico
La exploración física de la nariz debe englobar una evaluación interna y externa de la
misma, incluyendo la pirámide nasal y las fosas nasales. Para ello debemos fijarnos
tanto en el aspecto como estructura de la piel, y la proporción de la pirámide nasal con
respecto al resto de los elementos faciales.
Por lo tanto, para la exploración de la nariz realizaremos: Inspección y palpación de la
nariz, además de una rinoscopia anterior.
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3.2. Inspección y palpación.
- Características de la piel: alteraciones de la coloración, signos
inflamatorios.
- Deformaciones externas visibles de la estructura cartilaginosa y/o de la
ósea: malformaciones congénitas o defectos adquiridos de la fosa nasal,
por ejemplo: nariz en silla de montar, en giba, secuelas inmediatas o
tardías de un traumatismo, tumefacción dolorosa como síntoma
acompañante de una inflamación, tumefacción no dolorosa como síntoma
asociado a un tumor.
- Estudio del vestíbulo nasal, el bode anterior del tabique nasal y el interior
de las narinas, mediante la elevación de la punta de la nariz.
- Exploración del esqueleto nasal, analizando crepitación y capacidad de
desplazamiento o dislocación.
- Sensibilidad a la percusión sobre el seno maxilar, el seno frontal, la raíz
nasal y la calota cefálica.
3.3. Rinoscopia anterior
Se lleva a cabo con la ayuda de un rinoscopio (si no disponemos de uno podemos
utilizar el otoscopio) y de una potente fuente de luz. Habitualmente es la mano
izquierda la que sostiene el rinoscopio y lo introduce cerrado en el vestíbulo nasal, con
la punta dirigida en sentido lateral. La extracción del instrumento se realiza
manteniéndolo ligeramente entreabierto, para evitar el arrancamiento doloroso de las
vibrisas. La mano derecha se utiliza para orientar la cabeza del paciente en la dirección
deseada.
Para visualizarse el cornete medio y el meato medio, se inclina la cabeza del paciente
hacia atrás y con una mayor hiperextensión observaremos la hendidura olfatoria.
Además de visualizar las estructuras citadas, mediante esta técnica valoraremos el
estado de la mucosa nasal.
En la rinoscopia anterior debe prestarse atención especialmente a:
- Secreción nasal: coloración, cantidad, mucosa, purulenta, etc.
- Localización de los exudados patológicos.
- Estado de ingurgitación de los cornetes; amplitud o estrechez de los meatos
nasales.
- Características de la mucosa de la fosa nasal: húmeda, seca, rugosa, coloración,
etc.
- Situación del tabique nasal y deformidades septales.
- Puntos sangrantes: área de Kiesselbach.
- Neoformaciones hísticas.
- Ulceraciones y perforaciones.
- Cuerpos extraños: debemos sospecharlo cuando exista rinorrea unilateral
purulenta.
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Poliposis nasal Desviación del tabique nasal Papiloma invertido
Cuerpo extraño nasal
4. CAVIDAD ORAL Y OROFARINGE
4.1. Recuerdo anatómico
Labio superior
Arcada dental
superior
Úvula
Pilar anterior
Pilar posterior
Labio inferior
Arcada dental
inferior
Lengua
Amígdala palatina
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4.2. Exploración de cavidad oral y orofaringe
La exploración de la cavidad oral se realiza básicamente a través de la inspección y la
palpación. Es necesaria una buena iluminación, el uso de guantes de látex así́ como el
empleo de un depresor.
Labios: las patologías más frecuentes que podemos observar en AP son queilitis
angular, aftas orales, vesículas o costras como en el caso del herpes simple
labial, y cambios en la coloración como palidez como ocurre en las anemias y
cianosis en enfermedades cardiopulmonares.
Encías: es frecuente la gingivorragia y gingivitis, y cabe también destacar la
hiperplasia gingival (característica de escorbuto, tratamiento prolongado con
fenitoína…).
Dientes: es habitual encontrar caries, ausencia de piezas dentales e infecciones
tales como flemones dentales.
Lengua: se pueden encontrar anomalías como la glositis (reacción alérgica,
Síndrome de Sjogren, enfermedades dermatológicas, infecciones…),
macroglosia (hipotiroidismo congénito, acromegalia, S Down), microglosia
(deshidratación), lengua saburral (estados febriles, estomatitis) o lengua
geográfica.
Paladar: además de anomalías estructurales del paladar, cabe destacar la
herpangina, que no se debe confundir con la gingivoestomatitis herpética.
Amígdalas palatinas: cabe destacar la hipertrofia amigdalar, procesos
infecciosos como la amigdalitis con acumulación purulento en su superficie. La
complicación más frecuente de la amigdalitis es el absceso periamigdalino. Lo
sospecharíamos ante una amigdalitis que no mejora, que asocia otalgia refleja,
voz gangosa, y a la exploración vemos abombamiento del pilar amigdalino y del
paladar blando, con desviación de la úvula hacia el lado sano.
Faringe: una de las patologías más frecuentes que podemos encontrar es la
faringitis aguda, donde observaríamos una faringe tumefacta, enrojecida y
brillante para pasar posteriormente a tener secreciones que tapizan la faringe,
e hipertrofia de folículos linfoides. Pueden aparecer adenopatías latero
cervicales y edema de úvula del velo del paladar y de los pilares amigdalinos.
Queilitis angular Herpes simple labial
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Absceso periamigdalino Hipertrofia amigdalar
Faringitis aguda
5. ADENOPATÍAS Y EXPLORACIÓN CERVICAL
Las linfadenopatías representan una de las principales consultas en Atención Primaria.
Con una adecuada anamnesis, exploración física y pruebas complementarias, se llega
al 90 % de los diagnósticos de las adenopatías periféricas. La mayoría son procesos
autolimitados benignos, la etiología maligna sólo representa el 1,1 % en atención
primaria.
Existen 7 niveles de drenaje cervical que se muestran en la siguiente imagen:
I: Submaxilares y submentonianos
II: Cadena yugular, desde base de cráneo hasta bifurcación carotídea
III: Cadena yugular, desde bifurcación carotídea hasta intersección del músculo
homohioiodeo
IV: Cadena yugular, porción infrahomohioidea
V: Triángulo cervical posterior
VI: Central, asociados a glándula tiroides
VII: Surco traqueoesofágico y mediastino superior
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Los lados derecho e izquierdo del cuello se deben examinar de manera simultánea,
preferentemente por abordaje posterior y palpando con los dedos índice y del medio
de cada mano. Puede ser útil una ligera flexión de la cabeza y girarla alejándose del
área que va a ser examinada. Debemos palpar los ganglios usando sistemáticamente
una secuencia determinada.
Además, debemos saber diferenciar entre adenopatía de características benignas
frente a adenopatías de características malignas fijándonos en los siguientes aspectos:
- Tamaño y extensión, compromiso único o múltiple.
- Extensión y existencia de conglomeración de ganglios.
- Conformación: forma y superficie.
- Consistencia: elástica (normal); reblandecida, fluctuante (disminución de
consistencia de tipo líquido); firme, indurada (aumento de consistencia);
calcárea (consistencia pétrea).
- Carácter inflamatorio y presencia de dolor ganglionar
- Adherencia a planos profundos, que dificulte su delimitación y movilidad.
- Infiltración de piel y tejidos profundos que hacen que el ganglio no se pueda
movilizar (adenomegalia fija).
- Características de la piel y tejidos vecinos circundantes (edema, inflamación,
lesiones).
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Características de Benignidad vs Malignidad
BENIGNIDAD MALIGNIDAD
EDAD Joven Adulto >40 años
TIEMPO DE EVOLUCIÓN <15 días >1 mes
CRECIMIENTO Rápido (días) Lento
NÚMERO Múltiples Lesión única
TAMAÑO Pequeñas >2cm (>1cm en niños)
CONSISTENCIA Elástica Dura
DOLOR A LA PALPACIÓN Sí No
ADHERENCIA A PLANOS PROFUNDOS No (móvil) Sí
SIGNOS DE INFLAMACIÓN Sí No
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