ACCIÓN SOCIAL: DISCURSO PREMIO JUAN LUIS LONDOÑO DE LA CUESTA
1. Discurso Premio Juan Luis Londoño de la Cuesta
Hoy quiero agradecer de manera especial a Fedesarrollo, a la Fundación Juan Luis
Londoño de la Cuesta, a Ana Maria Ibáñez y al equipo en ACCIÓN SOCIAL, con el
que he trabajado de la mano para aportar al mejoramiento de la red de protección
social del país, y que gracias a su trabajo constante me ha hecho merecedor de
esta mención especial.
Las redes de protección social, funcionan como un mecanismo de articulación de
programas sociales. En un principio, se concibieron como herramientas que
buscaban de una manera ágil poder aliviar los efectos coyunturales de las crisis
económicas sobre los hogares más vulnerables, y proteger la capacidad futura de
generación de ingresos, teniendo en cuenta que los daños provocados por las crisis
son muy difíciles de reversar en este tipo de población. No obstante, las redes de
protección social se han venido fortaleciendo; al punto de otorgarles el carácter de
permanentes ante los impactos evidenciados en la reducción de la inequidad y la
pobreza extrema.
Es erróneo pensar en las redes de protección social, exclusivamente como
asistencia social; por el contrario, el concepto está inserto como eje fundamental
de la política de desarrollo. De un lado, promueve la equidad, asegurando el
acceso a educación, salud, previniendo la desnutrición; de otra parte, garantiza la
generación de ingresos, la formalización laboral y el aseguramiento; como también
fomenta el crecimiento pro –pobre; al tiempo que brinda un marco para el manejo
del riesgo, permitiendo a los hogares hacer mejores inversiones en su futuro y
evadir las trampas de pobreza.
De tal forma que, las redes pretenden generar acciones preventivas para evitar
que las personas caigan en la pobreza, mitigar y superar la situación de aquellos
que se encuentran por debajo de la línea de la pobreza y así, impedir su
transmisión intergeneracional.
Esto quiere decir que, para que una política social sea eficiente, se debe lograr un
equilibrio que permita brindar herramientas para atender a las personas que sufren
de pobreza crónica, de pobreza transitoria, las personas que han sufrido pérdidas
coyunturales y los grupos más vulnerables, como la población en situación de
desplazamiento, los niños y niñas, los discapacitados y los grupos étnicos, entre
otros.
Juan Luis Londoño de la Cuesta nos enseñó desde sus intervenciones en distintos
ámbitos la academia, la administración pública y el periodismo, la importancia de
lograr dicho equilibrio.
Sin embargo, más allá de sus aportes a la innovación en política pública, de su
trabajo decidido para impulsar la generación de empleo, de su trabajo como
ministro de salud, en las reformas a la Seguridad Social en Colombia, en el
mejoramiento del Sisben, entre otros, Juan Luis Londoño nos enseñó la pasión por
2. servir, la inconformidad con la injusticia social, la pobreza, el desempleo y la
desigualdad. Una inconformidad que resumió diciendo: “No puede haber tanto
para tan poquita gente.”
En ACCIÓN SOCIAL compartimos la idea de que no podemos resignarnos, y que sí
es posible pensar en un país sin brechas sociales.
En el marco de la crisis económica que pasaba el país durante la década de los
noventa, se hizo evidente la necesidad crear una red de protección social para
hacer frente a los riesgos que enfrentaba la población, entre ellos, la caída de los
ingresos, la pérdida del empleo, la disminución del consumo de bienes y servicios
básicos, y la reducción de las inversiones en capital humano. La Red de Apoyo
Social (RAS), pretendió mitigar los efectos del impacto de la recesión económica a
través de tres programas: Empleo en Acción, Jóvenes en Acción y Familias en
Acción.
Más de una década después de su formulación, el programa Familias en Acción, ha
evolucionado. En su momento, el programa tenía un carácter transitorio,
interviniendo en municipios con menos de 100.000 habitantes; no obstante, los
buenos resultados evidenciados a partir de evaluaciones de impacto y la necesidad
de extender los beneficios a más sectores sociales; han conllevado a que Familias
en Acción pase, de ser un programa de gobierno, a situarse como una política de
Estado.
Las calidades de un esquema condicionado como el implementado por Familias en
Acción, han hecho que sea el programa de mayor magnitud en la historia de la
política social del país; tanto en términos de cobertura geográfica como en el
número de involucrados; al pasar de 320.000 familias en 2002 a 2.600.000
hogares beneficiados en 2010, con 5.300.000 niños y niñas recibiendo los
subsidios de nutrición y educación en 1.099 municipios del país; trazando la ruta
para el cumplimiento de varias Metas del Milenio.
Su flexibilidad en el modelo de implementación, ha permitido adecuar el programa
a diversas realidades del país y a dar respuesta a grupos poblacionales que
requieren de salidas diferenciales; es el caso de la aplicación de un esquema de
subsidios diferenciados en grandes centros urbanos, adaptaciones a necesidades
particulares de la población desplazada, el respeto por las tradiciones y
autoridades indígenas y afrocolombianas; así como la implementación del más
ambicioso proceso de bancarización que haya tenido noticia el país; entre otros.
Familias en Acción ha transformado la vida de muchos colombianos; ha
incrementado los niveles de consumo de los hogares participantes, ha incentivado
la demanda de servicios de educación y salud, ha contribuido para que los
menores completen los ciclos de vacunación, ha incidido en la disminución del
trabajo infantil, ha aumentado el poder de negociación de las mujeres al interior
de sus familias y comunidades y ha contribuido a la movilidad social
3. Una de las principales capacidades promovidas ha sido el ejercicio de
corresponsabilidad; Estado y familias comprometidos en forjar cohesión social.
El reconocimiento de la pobreza como un problema multidimensional y complejo,
dio como resultado la implementación de una novedosa estrategia de protección
social, la Red JUNTOS para la superación de la pobreza, puesta en marcha en
Colombia en el año 2007.
Esta iniciativa complementa las transferencias condicionadas de Familias en Acción
e implementa un esquema de acompañamiento constante. Para esto, el Estado
identifica a las familias más vulnerables, las acompaña en la formulación de un
plan familiar y les brinda acceso preferencial a los servicios del Estado, con miras
al cumplimiento de logros básicos para la superación de la pobreza.
Hoy más de un millón de familias cuentan con acompañamiento social y familiar en
1.060 municipios del país, permitiendo la cualificación de la demanda para
aumentar la efectividad de la oferta institucional.
Actualmente sabemos quiénes son los más pobres del país, dónde están ubicados,
en veredas y barrios marginales, el Estado ha ido a buscarlos. Así mismo, sabemos
con mayor precisión cuáles son las necesidades que se deben atender primero.
Esto, a través del levantamiento de la línea de base familiar, que ha permitido
identificar diagnosticar el estado de las familias en diversas dimensiones como
identificación, educación, salud, ingresos, nutrición, habitabilidad, dinámica
familiar, entre otras.
Durante estos ocho años, los más de 10 millones de beneficiarios de los programas
de Acción Social, el trabajo intersectorial, coordinado y comprometido, nos ha
demostrado que es posible producir impactos positivos en la situación social del
país.
Mientras que en el año 2008, en una de las peores crisis mundiales de la
economía, la incidencia de la pobreza en América Latina alcanzó un 33%,
aumentando en un 12.9% las condiciones de pobreza extrema; representado por
9.000.000 de personas que entraron a la pobreza y 3.000.000 a la indigencia;
Colombia consiguió reducir la pobreza y la indigencia.
En el año 2002, el país tenía el 53.7% de su población en pobreza y en el año
2009 esta cifra se redujo al 45.5%; una caída de más de 8 puntos.
Según el DNP, si se tomaran en cuenta los subsidios que entrega el gobierno en
materia de salud, educación y transferencias, el indicador de pobreza bajaría
aproximadamente al 32% de la población en el año 2008, una caída de más de 14
puntos porcentuales.
Además, Colombia logró disminuir los índices de indigencia del 19.7% al 16.4%,
una caída de casi 4 puntos.
4. Reflejo de todo lo anterior, es que Colombia entre 2006 y 2007, experimentó un
salto en más de tres posiciones en el ranking de desarrollo humano; igualmente
que sin la implementación de estas medidas las familias vulnerables hubiesen
enfrentado grandes pérdidas para su calidad de vida; es la primera vez en la
historia del país que una política que promueve la acumulación de capital humano,
llega a millones de beneficiarios, focalizado en el sector más vulnerable. Así, se
puede afirmar que el país cuenta con una Red de Protección Social que ataca las
causas estructurales de la pobreza y provee herramientas para enfrentar las crisis;
Red que merece ser fortalecida.
Juan Luis Londoño afirmaba que "lo que funciona es lo que sirve" y en ACCIÓN
SOCIAL nos hemos comprometido con esta premisa al implementar una política
social de resultados.
Para el futuro se plantean importantes retos, entre ellos, la sostenibilidad de los
subsidios, evitar la creación de dependencia en los programas, evitar el
surgimiento de incentivos para que las familias tengan más hijos, mantener el
balance entre la inversión en capital humano y la atención inmediata de las
necesidades, consolidar la coordinación entre el nivel central y el descentralizado,
garantizar no sólo el acceso sino también la calidad de los servicios y mantener la
transparencia y la eficiencia en la administración de los programas.
Todos estos retos han sido objeto de especial atención en ACCIÓN SOCIAL y
podemos hacer frente a ellos gracias a la innovación, la flexibilidad y la calidad en
el diseño de nuestros programas.
Las condiciones de salida y la buena focalización nos garantizan la sostenibilidad,
los montos y los límites de los subsidios nos permiten evitar dependencia, la
generación de capacidades y el fortalecimiento institucional local, garantiza la
coordinación, la planeación nos permite balancear la inversión en el mejoramiento
de los servicios y el aumento de las coberturas, y las estrictas políticas de
evaluación y auditoría son la clave para garantizar una buena administración.
El trabajo de estos años, me ha demostrado que la teoría es aplicable, que es
posible atender a los retos planteados por la situación del país haciendo acopio de
la creatividad y del pensamiento estratégico, para lograr impactos reales en el
mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos.
El privilegio de haber participado en el desarrollo de algunas de las políticas
públicas mas trascendentales de la historia del país me ha permitido comprobar
que por medio del trabajo coordinado y de intervenciones diferenciales, es posible
cambiar el futuro y el presente de las poblaciones que más nos necesitan.
Entre estas se encuentra el programa Familias en Acción, la red JUNTOS para la
superación de la pobreza, esquemas de coordinación interagencial, de atención a
población desplazada y víctima de la violencia y más recientemente, la Red
Territorial de Promoción Social, que será un consejo consultivo y deliberativo en
materia social para intercambiar experiencias y conocimientos relacionados con el
5. sistema de protección social de las regiones. Este consejo permitirá fortalecer la
red de protección social del país, y hacer realidad sus fines en el ámbito local.
Soy testigo de que avanzar en lo social sí es posible, y por eso reitero mi
compromiso como administrador de lo público y como colombiano decidido a
aportar en la construcción de un país libre del flagelo de la pobreza y de la
violencia, compartiendo con Juan Luis Londoño la única aspiración de “tratar de
hacer las cosas bien.”