La alquimia surgió entre los años 300 a.C. y 300 d.C. con la creencia de que los materiales podían cambiar su cualidad a través de la transmutación. Los alquimistas buscaban transformar metales baratos como el plomo en oro usando la Piedra Filosofal. La alquimia se desarrolló en diferentes tradiciones como la griega, oriental e islámica, siendo Avicenna un pionero en la experimentación sistemática. El objetivo principal de la alquimia era la transmutación de metales