Establecer poblados o asentamientos en laderas de cerros o montañas conlleva varios riesgos. Entre ellos se encuentran los aluviones y aludes, que son flujos de tierra, rocas y otros materiales que pueden ocurrir durante lluvias intensas y deslizamientos de tierra. Estos eventos ponen en peligro la vida de los residentes y pueden dañar la infraestructura construida.