2. Un signos (vocablo procedente del término latino signum) es toda clase
de objetos, acciones o fenómenos que, ya sea por naturaleza o por
convención, pueden representar, simbolizar o reemplazar a otras
cuestiones o elementos. La lingüística, por su parte, refiere a aquello que
guarda relación o gira en torno al lenguaje (entendido como un sistema o
herramienta de comunicación).
Y es que por algo el origen etimológico del citado término se encuentra
en el latín y más concretamente en la palabra lingua que puede
traducirse como “lengua”.
3. A partir de las definiciones del párrafo anterior se puede comprender la
noción de signo lingüístico. Se trata de la unidad más pequeña de toda
oración, en la cual hay un significante y un significado que están
vinculados de manera inseparable a través de la significación.
Un signo lingüístico, por lo tanto, es una realidad que puede ser
percibida por el hombre mediante los sentidos y que remite a otra
realidad que no está presente. Este signo combina el significado (una
noción o concepto) con su significante (basado en una imagen de tipo
acústico), presentándose como una entidad de 2 facetas dependientes
entre sí que no pueden ser separadas.
4. Además de todo lo matizado podemos exponer que todo signo
lingüístico tiene cuatro señas de identidad que lo identifican claramente:
Lineal. Esto significa que dentro del citado signo todos los elementos que
lo componen se presentan unos tras otros tanto oralmente como por
escrito.
Articulado. Lo que viene a expresar esta característica es que las unidades
lingüísticas mayores tienen la capacidad para dividirse en otras menores.
En concreto, se pueden dividir en lo que son monemas, que tienen
significado y significante, y también en morfemas, que se identifican por
no tener significado.
Arbitrario. Este término viene a dejar patente que la relación que se
establece entre el significado y el significante es arbitraria y tradicional,
pues en cada lengua hay un significante distinto para el mismo
significado.
5. Mutable e inmutable. Con ello lo que se viene a determinar es que, por
un lado, los signos lingüísticos van cambiando conforme va pasando el
tiempo y con ellos las lenguas por lo que son mutables. Sin embargo, por
otro lado, también queda claro que una persona en cuestión no puede
modificar aquellos como le parezca, es decir, son inmutables.
Es importante destacar que un signo lingüístico representa una
construcción de respaldo social, es decir, es válido en el marco de un
determinado contexto lingüístico. El signo sitúa a un elemento en lugar
de otro: la palabra “bicicleta” hace referencia a un vehículo de dos ruedas
que sirve como medio de transporte personal. Que “bicicleta” sea el
significante de este vehículo es una convención social.
Por todo ello podemos determinar que los signos lingüísticos son
elementos imprescindibles en todo acto de comunicación. En concreto
son la esencia del código que permite que se comuniquen el receptor y el
emisor, que se transmita un mensaje teniendo en cuenta también el
referente y mediante un canal.