La Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 prohíbe el trabajo infantil en todas sus formas a nivel mundial. A pesar de esto, muchos niños todavía se ven obligados a trabajar en condiciones de riesgo en diferentes países. El Convenio 182 de 1999 pide la prohibición y erradicación urgente de las peores formas de trabajo infantil como la esclavitud, la trata de niños, el trabajo forzoso y la explotación sexual.