1. ESCUELA SUPERIOR POLITECNICA DE CHIMBORAZO
FACULTAD DE RECURSOS NATURALES
ESCUELA DE INGENIERIA EN ECOTURISMO
PROYECTO DE COMPUTACION
Nombre: EDDIE BOLAÑOS LOOR.
Prof.: NORMA POZO
TEMA: PROBLEMAS SOCIALES DE LA CIENCIA Y LA
TEGNOLOGIA
INTRODUCCION
En toda la historia de la humanidad, el hombre ha
procurado garantizar y mejorar su nivel de vida
mediante un mejor conocimiento del mundo que le
rodea y un dominio más eficaz del mismo, es decir,
mediante un desarrollo constante de la ciencia.
Hoy en día, estamos convencidos de que una de las
características del momento actual es la conexión
indisoluble, la muy estrecha interacción y el
acondicionamiento mutuo de la sociedad con la ciencia.
La ciencia y la tecnología son uno de los factores esenciales del desarrollo social y está
adquiriendo un carácter cada vez más masivo, al estudiar los efectos de la ciencia en la
sociedad, no se trata solamente de los efectos en la sociedad actual, sino también de los
efectos sobre la sociedad futura. En las sociedades tradicionales estaban bien definidas las
funciones del individuo, había una armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre.
Ahora bien, la ciencia trajo consigo la desaparición de este marco tradicional, la ruptura del
equilibrio entre el hombre y la sociedad y una profunda modificación del ambiente. Aunque
no debemos culpar directamente a la ciencia.
2. Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los
países desarrollados; en cambio, en los países
subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día
la diferencia entre dos tipos de países se hace más grande.
Dicho retraso contribuye a mantener e incluso a agravar la
situación de dependencia de los países subdesarrollados
con respecto a los desarrollados.
La ciencia y la tecnología han aportado incuestionables
resultados a la Humanidad, sin embargo a más de veinte
siglos de civilización del planeta, el ser humano afronta la
inexcusable necesidad de rectificar estilos y formas de desarrollo económico, que de
continuar su desenfrenado ritmo, amenazan agotar para siempre recursos inapreciables del
patrimonio universal, y lo que es peor, comprometer la existencia misma de las futuras
generaciones de seres humanos.
Sobre el particular, Castro, F(1992), señaló que “los portentosos avances de la ciencia y la
tecnología se multiplican diariamente, pero sus beneficios no llegan a la mayoría de la
Humanidad, y siguen estando en lo fundamental al servicio de un consumismo irracional
que derrocha los recursos limitados y amenaza gravemente la vida en el planeta”.
El desarrollo científico y tecnológico es una de los factores más influyentes sobre la
sociedad contemporánea. La globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder,
sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han
hecho posibles. Así también es inobjetable, que en los momentos actuales abordar la
relación naturaleza – sociedad, como procesos que interaccionan, tiene una importancia
significativa, se trata de explicar el comportamiento de la humanidad ante los retos de la
Revolución Científica Técnica, que si bien ha constituido un gran salto en la acumulación
de saberes humanos, también ha propiciado la acelerada destrucción y apropiación
irracional del medio ambiente, con la consecuente derivación hacia problemas tales como:
aumento poblacional, salud, vivienda, educación, alimentos e incluso conflictos armados.
3. DESARROLLO
El desarrollo científico y tecnológico es una de los factores
más influyentes sobre la sociedad contemporánea. La
globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder,
sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que
la ciencia y la tecnología han hecho posibles.
La ciencia es una actividad humana tan compleja, forma
hasta tal punto parte de nuestra civilización, cambia tan
rápidamente en forma y contenido, que no se la puede juzgar
con unas cuantas frases. Sin embargo, observamos que
algunos productos de la tecnología científica han sido
perjudiciales al bienestar humano.
Los ataques que se hacen a la ciencia proceden de muchos frentes, pero no están bien
coordinados. La opositora miscelánea incluye muchos compañeros de armas que siguen
causas contradictorias. El conservador teme que la ciencia destruya el único mundo que
conoce; el progresista imagina que envenenará el paraíso que ha de venir; el demócrata es
precavido ante las capacidades tiránicas de la técnica; el aristócrata teme la tendencia
igualadora de la máquina.
En esos casos se puede echar la culpa, por lo
general, a factores externos al reino de la ciencia:
demasiada innovación apresurada, subordinación a
causas indignas, distorsión de las necesidades
sociales o desplazamiento de los fines
auténticamente humanos. Pero ha surgido el
sentimiento de que el factor funesto es el propio
conocimiento; se caracteriza a la ciencia como una
fuerza antihumana, materialista, un monstruo de
Frankenstein fuera de control.
Los críticos más sutiles no minimizan el poder instrumental de la ciencia en su modalidad
técnica, material. De hecho no se pone en duda la fiabilidad del conocimiento científico en
la ingeniería, la producción o la medicina.
Nosotros los seres humanos formamos parte del orden natural de las cosas y estamos
sujetos a sus necesidades. Por este motivo, la cuestión de la fiabilidad del conocimiento
científico se ha convertido en un problema intelectual serio. En un terreno práctico, en
cuestiones de vida y muerte, nuestras bases para decidir y actuar pueden depender en
4. último término de si comprendemos lo que la ciencia nos dice y hasta qué punto hemos de
creerlo.
El conocimiento científico es el producto de una empresa humana colectiva a la que los
científicos hacen aportaciones individuales que la crítica mutua y la cooperación intelectual
se encargan de refinar y ampliar. Según esta teoría, el fin de la ciencia es lograr un
consenso de opinión racional sobre el ámbito más amplio posible. Desde este punto de vista
se pueden comprender muchas cosas acerca del modo en que se educan los científicos,
eligen sus temas de investigación, se comunican entre sí, critican y refinan sus
descubrimientos y se relacionan entre sí como miembros de un grupo social especializado.
En los momentos actuales abordar la relación naturaleza – sociedad, como procesos que
interaccionan, tiene una importancia significativa, se trata de explicar el comportamiento de
la humanidad ante los retos de la Revolución Científica Técnica, que si bien ha constituido
un gran salto en la acumulación de saberes humanos, también ha propiciado la acelerada
destrucción y apropiación irracional del medio ambiente.
A las puertas del siglo XXI el nivel de desarrollo nunca antes alcanzado por la ciencia y la
tecnología está marcando transformaciones tan significativas en la sociedad actual como lo
hicieron en su momento las dos revoluciones industriales, de ahí la denominación de tercera
revolución industrial al cambio cualitativo y la interrelación ciencia-técnica-tecnología-
producción y el papel protagónico de la ciencia y su conversión en fuerza productiva
directa, proceso que identificamos como Revolución Científica Técnica.
EL ACTUAL DESARROLLO Y EL MEDIO AMBIENTE.
Sin lugar a equívocos, las formaciones socioeconómicas prevalecientes durante la
evolución del desarrollo de la Humanidad, incluidos el capitalismo y el socialismo, no han
logrado ofrecer una solución al deterioro ecológico ancestral y a la creciente crisis
ambiental de nuestros tiempos. De una parte las posiciones afiliadas al capitalismo
mantienen supeditadas las acciones de
beneficio ambiental a la maximización
de las ganancias económicas y a los
resortes del mercado, con una extrema
desigualdad e injusticia social, mientras
que las percepciones de corte socialista
están dominadas por un marcado
humanismo, pero con limitaciones en
cuanto a las concepciones ecológicas y
al crecimiento económico.
5. El resultado histórico que ha devenido del desarrollo conocido hasta el presente no ha
conducido sino, a un marcado deterioro del medio ambiente, a consecuencias de una
insensata y despiadada intervención humana sobre los sistemas ambientales de nuestro
entorno planetario, poniendo en peligro la existencia de los sistemas sustentadores de vida
en la Tierra, que a su vez colocan en riesgo de desaparición a la propia especie humana.
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y TECNOLÓGICA.
El siglo XX, que ha sido un siglo intensamente industrial y tecnológico, proporciona una
perspectiva impresionante de lo conseguido en términos de evolución tecnológica. La
magia soñada en otras épocas se ha hecho
realidad ante los ojos de los habitantes del
siglo, ya sea en términos de volar como las
aves, comunicarse a distancia, producir y
controlar la energía, dominar la materia a
través de sus interrelaciones químicas y
producir así nuevos productos y materiales,
crear alimentos sin límite con bastante
independencia del sol y de la lluvia, curar las
enfermedades y extender la vida de las
personas, dominar las inclemencias del tiempo, y acercarse al infinito en todas las
direcciones. Hemos creado un mundo artificial del que dependemos inevitablemente para
vivir.
Un mundo al que se ha llegado con el concurso de tres habilidades o cualidades específicas
del hombre, sin las cuales no sería tal: la habilidad ya mencionada, de crear artefactos
multiplicadores de sus capacidades físicas; la habilidad de fijarse objetivos externos a él
mismo y alcanzarlos; y la habilidad de multiplicarse, expandirse y colonizar todos los
espacios posibles, incluidos los más lejanos y adversos. Es decir, hemos creado un mundo
artificial pero profundamente humano, ya que ha surgido del hombre mismo dando libertad
a su naturaleza más profunda y a sus características más genuinas.
El único problema es que la tecnología, una vez fuera de la mente del hombre, es decir,
una vez hecha realidad física, y una vez puesta al servicio de los intereses de unos y de
otros, adquiere autonomía, se rebela y causa, o puede causar, estragos sin límite en la vida
del hombre. Entre otros, y para empezar, puede afectar a lo que hemos dado en llamar
“humano”, un término y concepto, siempre en los primeros lugares de la actividad de
reflexión de los hombres, que atrae de nuevo con fuerza en la actualidad, el interés de
todos: pensadores, intelectuales y políticos. Puede que, además de la naturalidad de la
6. tecnología, es decir, de su generación espontánea desde el interior del hombre, la sociedad
tecnológica actual haya surgido de la enorme utilidad que proporciona vía de crecimiento
económico, acumulación de riqueza y dominio y preeminencia de unos sobre otros.
A las puertas del siglo XXI el nivel de desarrollo nunca antes alcanzado por la ciencia y la
tecnología está marcando transformaciones tan significativas en la sociedad actual como lo
hicieron en su momento las dos revoluciones industriales, de ahí la denominación de tercera
revolución industrial al cambio cualitativo y la interrelación ciencia-técnica-tecnología-
producción y el papel protagónico de la ciencia y su conversión en fuerza productiva
directa, proceso que identificamos como Revolución Científica Técnica.
En la actualidad la Humanidad asiste a la crisis de la era del desarrollismo industrial, dado
el acusado declive que muestran sus efectos sobre los sistemas sustentadores de la vida en
el Planeta y sobre la propia subsistencia del ser
humano. Resulta evidente reconocer que la
tecnología y la eficiencia económica comienzan a
rendirse ante las respuestas y reacciones de los
sistemas biofísicos, a su transformación desmedida, y
al hecho de que no se respeta la lógica propia de las
leyes de la Naturaleza (Jiménez Herrero, 1995).
Si bien señala Clark (1998), que se experimenta un
“abismo creciente entre el avance de la ciencia y de
la tecnología mismas y el ritmo y alcance del
progreso social”, se aprecia además la
profundización de tales contradicciones con respecto al medio ambiente, donde habita el ser
humano y del cual depende para su propia existencia.
Incuestionablemente, los actuales patrones de desarrollo y consumo se perciben ante el
conocimiento científico contemporáneo, como absolutamente insostenibles en términos
ecológicos y no pueden por tanto servir de referencia futura a los que pretenden
desarrollarse.
La situación global de la protección del medio ambiente se caracteriza por el carácter global
y la urgencia que ha adquirido el debate ecológico en la contemporaneidad, manifestándose
éste por todo un amplio espectro de rasgos que gravitan negativamente en todos los
confines de la sociedad y la economía planetarias, en tanto que ha surgido un nuevo debate
ético: el motivado por los cambios ambientales que a escalas global y local afectan a toda la
Humanidad.
7. Es precisamente en el seno de los países poderosos donde se encuentra el origen de la
pobreza ambiental predominante en el mundo de hoy, al imponer a la Humanidad los
actuales patrones de desarrollo, donde ha predominado la ignorancia ambiental, junto a la
avaricia, el egoísmo y la necedad propias de la especie humana.
En consecuencia, por la magnitud y la urgencia del asunto que convoca a la Humanidad en
su conjunto a la solución de esta problemática , el objetivo del presente trabajo esta dirigido
a valorar algunos de los principales problemas sociales derivados de la ciencia, la técnica y
la tecnología, que sustentan los hasta ahora conocidos modelos de desarrollo y la
complejidad que enfrenta la propia Humanidad para enfrentar su solución, frente al reto que
le impone el nuevo paradigma del desarrollo sustentable.
EL PARADIGMA DEL DESARROLLO SUSTENTABLE
Hasta la década de los años ochenta, varios conceptos de desarrollo ya incluían en su
contenido el propio beneficio de la naturaleza y el uso racional de sus recursos, esto no
resultaba suficiente para demostrar la imperiosidad de tomar en serio la extensión de su
denominación. Así se hizo evidente la necesidad de buscar un nuevo termino para catalogar
al desarrollo en un espectro emergente y todo abarcador, o lo que es lo mismo el medio
ambiente.
Por lo tanto surgieron numerosos acercamientos
conceptuales al propósito señalado, hasta la final
aparición del nuevo apellido sostenible o sustentable
que se la ha adjudicado al término, con el ánimo de
ponderar su faceta ambiental y plasmarlo
posteriormente por la Comisión Mundial sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo (1987), en el informe
Nuestro Futuro Común o documento antecedente a la
que resultó ser la Conferencia de Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y Desarrollo, efectuada en Río
de Janeiro, Brasil en junio de 1992.
Con independencia de unas u otras definiciones, los contenidos más sensatos que se han
brindado sobre desarrollo sustentable, apuntan hacia la consecución de un crecimiento con
eficiencia económica, garantizando el progreso y la equidad social por medio de la solución
de las necesidades básicas de la población y la salvaguardia de las culturas, sobre la base
del funcionamiento y la eficiencia ecológica de los sistemas biofísicos.
8. En todo caso, el nuevo paradigma de la sustentabilidad presupone alcanzar una armonía
entre todos los atributos que corresponden al desarrollo, a saber, sus aristas referentes a la
economía, la sociedad, la naturaleza, la cultura y la tecnología, donde la dimensión
ambiental formase parte integral del proceso de desarrollo.
De otro modo se interpreta que al desarrollo sustentable, le resultan inherentes: la posible
única opción viable para salvaguardar a la Humanidad, la adopción de una nueva ética
humana para con la naturaleza, un motivo de solidaridad intergeneracional, una teoría
humanista y progresista, el sentido de responsabilidad por salvar las condiciones que
sustentan la vida en el planeta, un móvil para la paz y la estabilidad mundial, una
alternativa sensata a los modelos existentes de desarrollo y la globalización de la
solidaridad ambiental.
Entre las exigencias que el nuevo paradigma del desarrollo sustentable le impone a la
ciencia y a la técnica actual, se impone reorientar las nuevas tecnologías, hacia la
sustitución de recursos naturales y a la prevención de la contaminación ambiental,
desarrollando programas pertinentes y coherentes que propicien la educación ambiental,
contribuyan a mitigar las desigualdades entre ricos y pobres y propicien la búsqueda de la
calidad de vida en lugar del nivel de vida de la población.
Si para alcanzar los niveles de desarrollo que hoy ostenta la Humanidad, ha sido necesario
transitar por procesos históricos matizados por las revoluciones industriales y científico -
técnica, no resulta descabellado afirmar, que para acceder al desarrollo sustentable, habrá
que transitar por una revolución ambiental; que a diferencia de sus precedentes, obedecerá a
la evolución ambiental del pensamiento humano, debido a lo cual sólo sería alcanzable a un
imprevisible lapso de tiempo, en tanto que desaparezcan las condiciones que han
propiciado el actual anti-desarrollo, que prevalecerá aún por mucho tiempo en el planeta.
Inexorablemente, saltar de la actual pre-historia del desarrollo humano a una era ambiental,
donde se instaure el desarrollo sustentable, implica rebasar un complejo, difícil y dilatado
proceso de revolución en la conciencia humana, que destierre todo signo de egoísmo y se
apodere de una elevada dosis de altruismo, para encarar exitosamente el derrotero que
conduce a prolongar la estancia del Homo sapiens sobre La Tierra.
Los cambios hacia la sustentabilidad presuponen poner en funcionamiento la capacidad de
la sociedad para apelar a otras alternativas (industriales, tecnológicas, biotecnologías, etc.),
capaces de complementar las exigencias y las necesidades humanas, a introducir los mas
novedosos avances científicos y tecnológicos en materia de desarrollo sostenible.
Conscientes de la abismal ignorancia que atesora el ser humano sobre su ambiente y de su
incapacidad actual para enfrentar un desarrollo sustentable, pero esperanzados en que más
9. temprano que tarde la sensibilidad por su ambiente y propia existencia propicien un cambio
hacia lo ambiental, entonces cabe predecir que sólo en un muy prolongado lapso de tiempo
imposible de determinar, la Humanidad podrá aspirar a ese anhelado desarrollo sustentable.
CIENCIA, TECNOLOGÍA Y SOSTENIBILIDAD
De los grupos serios, responsables y preocupados, participantes del mundo avanzado
tecnológicamente hablando, se podrían identificar dos posicionamientos enfrentados: los
optimistas en relación con el desarrollo tecnológico y los pesimistas. Los primeros, aún
reconociendo los efectos colaterales no deseables de la tecnología, argumentan que el
desarrollo tecnológico es imprescindible para mantener
a la población mundial y para hacer crecer el nivel de
vida de la población. Sin la tecnología el mundo
volvería a la barbarie y al subdesarrollo y muchos
habitantes del planeta simplemente desaparecerían. La
respuesta a nuestros problemas es más tecnología, ya
que si la tecnología nos ha traído hasta aquí y nos
enfrentamos a grandes problemas por ello, es la
tecnología y el desarrollo científico, lo que nos tiene
que sacar de esta situación comprometida actual.
Los pesimistas, por otra parte, son partidarios de actuar
sobre el mundo actual, simplificando los estilos de vida, descentralizando las actividades
productivas, volviendo a los cultivos naturales sin fertilizantes ni otros productos químicos,
patrocinando el uso de energías alternativas y difundiendo en el mundo la idea de un
desarrollo sostenible que proteja nuestro medio ambiente y la biodiversidad de la
naturaleza. Sin dejar por ello, lógicamente, de alimentar a la población mundial y conseguir
un nivel de vida aceptable para todos. Este grupo es, por supuesto, enemigo de la energía
nuclear, del petróleo y de otras energías peligrosas y contaminantes, y se opone, como
cabría esperar, a los productos transgénicos y a la manipulación de los genes en general.
Hoy, sin embargo, existe la conciencia generalizada de no poder ir mucho más lejos sin
control del desarrollo tecnológico y sin fuerte atención a la protección del medio ambiente.
Las nuevas tecnologías, por otra parte, especialmente las relacionadas con la vida y la
genética, se manifiestan más amenazantes que nunca, aunque también en esto hay
confrontación y diversidad de opiniones.
El reforzamiento de la capacidad científica ha sido establecido como una de las piezas
claves del desarrollo sostenible. La Agenda 21 enfatiza la necesidad de “reforzar las bases
científicas para llevar a cabo una gestión sostenible.”
10. Es necesario hacer especial hincapié en que los países en desarrollo fortalezcan su propia
capacidad para estudiar su base de recursos y sus sistemas ecológicos respectivos y para
ordenarlos mejor con objeto de hacer frente a los problemas en los planos nacional,
regional y mundial”.
A lo que se añade en párrafos sucesivos que la “…investigación necesita llegar a ser más
pro-activa y centrarse en la prevención e identificación temprana de los problemas
emergentes así como en las oportunidades, más que en su actual enfoque en el que los
problemas se afrontan una vez que se han agudizado.”
Los avances científicos están abriendo nuevos dominios en la innovación de potencial
tecnológico, con potenciales consecuencias para la salud humana, la oferta energética, la
producción de alimentos y la ingeniería ambiental. Estos campos de conocimiento
avanzado conllevan muchas esperanzas para la humanidad, pero al mismo tiempo, ciencia y
tecnología traen nuevos azares a la sociedad y nuevos retos para asegurar la calidad.
Los recursos financieros destinados al desarrollo sostenible siguen siendo extremadamente
limitados, y muchas veces condicionados; el acceso de las naciones más pobres a las
tecnologías ambientalmente idóneas continúa siendo sumamente restringido; no se han
registrado modificaciones sustanciales en los patrones insostenibles de funcionamiento
socioeconómico global; y consecuentemente, se han agravado muchos de los problemas
ambientales locales, regionales y globales que afectan a la humanidad.
Los problemas complejos como la salud, el medio ambiente, entre otros, han demostrado
los límites de la capacidad de la ciencia de predecir y controlar. Un testimonio son los
problemas globales como el cambio climático. Se observa que antiguas enfermedades que
se consideraban extinguidas reaparecen y se multiplica el número de nuevas enfermedades;
se producen accidentes nucleares; el caso de las vacas locas demuestra la vulnerabilidad de
los controles tecnocientíficos y los desastres ecológicos ocurren a diario. Todos estos
ejemplos son también el resultado de los procesos de industrialización que la tecnología ha
hecho posibles. La Revolución Verde es un claro ejemplo de destrucción ambiental
asociada al avance tecnológico.
Las actividades industriales y agrícolas provocan cambios en los ciclos biológicos,
químicos y geológicos que perturban los sistemas naturales. Asistimos a la desaparición de
especies, contaminación del aire y del agua, el agujero en la capa de ozono, sequías y
exceso de lluvia, inundaciones, huracanes, tsunami, entre otros.
11. Se observan un montón de paradojas: los plaguicidas crean plagas, los antibióticos hacen
surgir nuevos agentes patógenos, los hospitales son focos de infección, el desarrollo
agrícola aumenta la brecha entre ricos y pobres. Se abre paso la convicción de una nueva
conciencia de la ciencia, sistémica y humanista, que asimila la incertidumbre y los
compromisos con los valores. La comprensión de la complejidad se abre paso.
Una lección a aprender es que la relación entre los avances en la ciencia y las tecnologías
científicas, por un lado, y el desarrollo sostenible por otro, es compleja, ambigua y presenta
múltiples facetas. Simplemente, el reconocimiento de los límites ecológicos en términos de
producción y consumo económicamente sostenibles conllevan que “más output” no es lo
mismo que “buen output”, así, no necesariamente más conocimiento científico expresado
en innovaciones científicas tendrá como resultado una sociedad más sostenible.
Ante todo esto se deben plantear importantes cambios en la relación existente entre los
problemas afrontados por la ciencia y las soluciones científicas que sean necesarias.
Algunos de estos cambios son:
• La Ciencia no debe ofrecer el „beneficio‟ de nuevos descubrimientos y aplicaciones, como
un tipo de valor añadido para la inversión.
• En cambio, debe jugar el papel de intentar rellenar un déficit de conocimiento ante el
crecimiento de la preocupación por problemas como la contaminación de las aguas,
desechos radiactivos, disminución de recursos renovables, cambio climático, otros aspectos
de la contaminación atmosférica y efectos en los hábitat terrestres y acuáticos.
• Cada vez más, los análisis se desarrollan con el fin de contribuir a respuestas políticas o
tecnológicas. A este respecto, se puede hablar de una actividad científica diseñada con el
fin de servir a los fines del desarrollo sostenible.
• Sin embargo, esta “ciencia para la sostenibilidad” tendría que ser una ciencia orientada a
problemas, así como generadora de curiosidad o dirigida a un objetivo; dirigirse a los
problemas claves para la sostenibilidad, sin considerar su capacidad para encontrar una
solución tradicional. Estas cuestiones incluyen complejos y difíciles problemas, sin olvidar
aquellos en los que nuestro conocimiento está afectado por la incertidumbre, la ignorancia y
el conflicto de valores.
Una de las implicaciones que se deducen es que dentro de las prioridades de la ciencia se
debe analizar si la ciencia puede contribuir efectivamente al desarrollo sostenible. Este es
un mensaje que se tiene que comunicar a sí misma la comunidad científica; la práctica
científica no está básicamente libre de valores, pero tiene que encontrar sus justificaciones
12. en referencia a las preocupaciones sociales prevalecientes. El objeto del ámbito científico,
en este nuevo contexto, podría bien ser el de impulsar el proceso de resolución social del
problema, incluyendo la participación y el aprendizaje mutuo entre los agentes
involucrados, en vez de la búsqueda de soluciones definitivas o implementaciones
tecnológicas.
En este sentido, las orientaciones normativas de desarrollo sostenible deben guiar el trabajo
científico hacia innovaciones tecnológicas que respeten los valores fundamentales de
sostenibilidad, tales como la resistencia de los ecosistemas locales, la mitigación de los
impactos provocados por el cambio climático, la eficiencia energética, la seguridad
alimenticia impulsando, al mismo tiempo, la capacidad de las poblaciones locales de influir
en los procesos de resolución de problemas. Una parte importante de las ideas aquí
sugeridas, es el diseño e implementación de procesos de acuerdos sociales para asegurar la
calidad del conocimiento científico y de las implementaciones tecnológicas. Esto nos dirige
al resurgir de nuevas instituciones sociales que desarrollen la función de asegurar la
calidad. En este estilo de ciencia, el conocimiento de un lugar específico y los recursos de
las comunidades locales necesitarán ser integradas de forma complementaria al
conocimiento universal de la práctica científica tradicional.
LA CIENCIA EN EL CONTEXTO DE LA COMPLEJIDAD AMBIENTAL
El gran éxito de la ciencia europea moderna fue la simplificación de la complejidad. El
conocimiento abstracto, normalizado, dominó los particulares éxitos y procesos naturales.
Sabemos ahora que por este éxito se pagó un precio. ¿Cuál fue este precio?
La creencia de los fundadores de la ciencia moderna fue
que la ignorancia sería conquistada por el poder de la
razón. La incertidumbre era resultado de las pasiones
humanas. La tarea de la ciencia era la creación de un
Método que asegurara la separación entre la razón y la
pasión. Su objetivo era el descubrir los puros hechos
duros, no contaminados por sistemas de valores blandos.
El incipiente método científico incluía los siguientes
supuestos: el sistema de la naturaleza podía ser dividido
en componentes aislados casi estables, y los objetos de
estudio podían ser separados del sujeto que los
estudiaba. Eso ha dado como resultado una ciencia
dividida en disciplinas (que es la base del sistema universitario) y el mito de una ciencia
neutral, libre de valores, que legítima a los expertos. Al mismo tiempo que Europa
13. conquistaba nuevos mundos, la ciencia moderna conquistaba a la Naturaleza: ambas
conquistas están interrelacionadas.
El éxito de la ciencia dio al Estado moderno un modelo legitimador en la toma de
decisiones racionales. El descubrimiento de los hechos verdaderos llevaba a tomar las
acciones correctas. En otras palabras, lo Verdadero conducía al Bien. La racionalidad se
convirtió en sinónimo de racionalidad científica y el conocimiento fue sinónimo de
conocimiento científico. Otras formas de conocimiento y otras apelaciones a la
racionalidad, como el conocimiento práctico agrícola, medicinal o artesanal, fueron
considerados de segunda categoría.
El sistema científico recientemente ha dado a la sociedad moderna una nueva comprensión
de la noción de peligro, etiquetando las situaciones de peligro como riesgos sometidos a
una evaluación probabilística cuantitativa. La gestión de los riesgos corresponde a los
"sistemas expertos", es decir, a la ciencia, a la tecnología basada en la ciencia, y a los
expertos científicos. Se trata de un mecanismo diseñado para que parezca puramente
racional, pero la pasión está implícitamente presente en los juicios de valor que disimulan o
se imponen sobre las muchas incertidumbres científicas. Es la pasión y no la razón, la que
da el contexto de confianza que hace falta para que la gestión del riesgo pueda funcionar
bien. Algunos episodios recientes, como la enfermedad de las vacas locas (BSE), muestran
que el mecanismo que permite traducir el peligro en riesgo es ahora frágil, poniéndose en
cuestión los métodos que permiten plasmar lo desconocido en términos cuantitativos o de
control. Los intentos de los funcionarios para tranquilizar al público sirven sobre todo para
confirmar que existe un peligro. El supuesto tradicional de que la ciencia sólo puede llegar
a lo Verdadero, está ahora en entredicho.
Más por lo general, se difunde el sentimiento de que el sistema científico (incluida la
tecnología basada en la ciencia) es responsable de muchos de los problemas que percibimos
en el ambiente natural y en nuestra salud. La sociedad percibe también la conexión entre
ese sistema científico y una ciencia económica que privilegia el crecimiento económico
como la única forma de desarrollo, olvidándose de las cuestiones de equidad y justicia, y
que adopta un despreocupado optimismo tecnológico. Así pues, el Bien que deriva de la
ciencia, también está en entredicho.
El sistema científico moderno y su modelo de toma de decisiones no puede por sí mismo
dar respuestas completas a los problemas de salud individuales, sociales o ambientales. La
salud sólo puede entenderse y abarcarse como un concepto sistémico que incluye una
pluralidad de perspectivas legítimas.
El nuevo paradigma del desarrollo sustentable requiere de una democratización de la
ciencia, una ciencia más humanista, más cuidadosa del medio ambiente, de más amplio
14. acceso a diferentes grupos sociales y países; en suma la ampliación de los seres humanos
que participa y se beneficia del desarrollo científico y tecnológico, la contribución de la
ciencia y la tecnología al desarrollo social equitativo, sustentable, que incorpore la justicia
social como una prioridad esencial. Esto requiere:
- La ampliación del conjunto de seres humanos que se benefician directamente de los
avances de la investigación científica y tecnológica, la cual deberá privilegiar los problemas
de la población afectada por la pobreza.
- La expansión del acceso a la ciencia, entendida
como un componente central de la cultura.
- El control social de la ciencia y la tecnología y su
orientación a partir de opciones morales y políticas
colectivas y explícitas. Todo ello enfatiza la
importancia de la educación y la popularización de
la ciencia y la tecnología para el conjunto de la
sociedad.
La búsqueda de un desarrollo sostenible requiere
integrar factores económicos, sociales, culturales,
políticos, ecológicos; exige tomar en cuenta
dimensiones locales y globales y sus interrelaciones; obliga a considerar la equidad
intrageneracional e intergeneracional. Estos problemas no sólo exigen un enfoque
interdisciplinario, sino cambios en la metodología de la ciencia y las vías para la
construcción de consensos.
La complejidad de los objetos y la metodología que sintoniza con ella, obliga también a
considerar el concepto de calidad de la investigación y los métodos para estimarla. El
método habitual de estimación de la calidad es la “evaluación por pares, es decir, el juicio
de los expertos sobre las contribuciones de sus semejantes. Sin embargo, en los sistemas
socioecológicos, el conocimiento del contexto específico que se investiga, la experiencia
práctica de los actores, la memoria de una colectividad pueden ser fundamentales para los
nuevos desafíos al conocimiento. Y ese saber puede no pertenecer a los expertos.
La naturaleza práctica y compleja de los problemas a emprender obliga a la superación del
enfoque disciplinario y abre paso a la transdisciplinariedad, que es la forma privilegiada y
atributo del conocimiento. El absolutismo y la arrogancia disciplinaria cede paso a un
diálogo más abierto y participativo. De algún modo ello supone una cierta democratización,
llamémosle interna. Como sabemos, las disciplinas científicas no representan solamente
espacios cognitivos diferenciados sino también zonas que traducen intereses y distribuyen
15. poder. El diálogo transdisciplinario es una forma de ejercicio comunicativo que para ser
efectivo tiene que ser participativo y puede ayudar a superar las clásicas dicotomías entre
“ciencias duras” y ciencias blandas”, ente otras denominaciones que apenas disimulan la
arrogancia disciplinaria.
Esto puede ejemplificarse con el caso de un debate sobre el manejo integrado de una zona
costera que ha soportado en alto grado la degradación que el turismo hotelero y los cruceros
puede generar.
La ciencia se concibe como un “bien compartido solidariamente en beneficio de todos los
pueblos”. El derecho a la educación, en particular la científica, se considera necesaria para
la “plena realización del ser humano”. La práctica científica debe fundarse en un “amplio
debate público” y los sistemas tradicionales y locales de conocimiento deben ser
reconocidos. La práctica científica regulada por normas éticas apropiadas debe basarse en
un amplio debate público.
CONCLUSIONES
Ante la encrucijada que se enfrenta la Humanidad, de reconocer o desconocer el peligro
ambiental que se cierne sobre la propia especie humana, no cabe dudas en calificar como
desacertado, toda manifestación de desarrollo que hasta el presente haya tenido cabida en
La Tierra, al negar como factor común dentro del desarrollo, la inclusión de la complejidad
y diversidad ambiental, en sus componentes naturales, sociales, económicos, culturales y
tecnológicos.
En tanto que las definiciones precedentes de desarrollo hayan incluido o no términos
inherentes a la protección ambiental, lo cierto es que las actuaciones humanas bajo los
modelos conocidos de desarrollo, no cubren pertinentemente todo el espectro de
necesidades del desarrollo y en consecuencia, se puede afirmar que jamás haya existido
desarrollo sobre la faz del planeta, de acuerdo a la concepción más certera que se conoce
bajo el paradigma de la sustentabilidad.
Conocida la amplia interpretación que la ciencia contemporánea le ofrece al nuevo
paradigma de la sustentabilidad, se hace necesario la aspiración a un nuevo modelo de
desarrollo, basada en la reinserción armónica del ser humano en su medio ambiente, como
alternativa a la responsabilidad social de los científicos en el contexto y tiempo que le
corresponde vivir.
Objetivamente los modelos de desarrollo prevalecientes hasta el presente, muestran
evidentes enfoques antropocéntricos, productivistas y reduccionistas, al negar lo inhumano
y ponderar la ignorancia y arrogancia humanas, para imponer una verdadera tiranía sobre el
16. ambiente, que implora a salvar al Homo sapiens, en menoscabo de las propias bases que
sustentan a la vida humana. Cualquier intento de proteger al ser humano y no a su entorno
que lo incluye, pues tributará a la aceleración de la extinción de ésta especie, única capaz de
propiciar su propia desaparición sobre la faz de La Tierra.
Aspirar a la sustentabilidad no implica aplicar a una meta tangible, ni cuantificable, para
alcanzar a corto plazo, sino se trata de una posibilidad de mantener un equilibrio dinámico
– evolutivo y armónico entre los factores que integran los componentes del nuevo
paradigma: la economía, la sociedad y la naturaleza.
La gravedad de los problemas ambientales inserta a los científicos en una dinámica social
que necesita replantear su perspectiva de desarrollo, urge la demanda de reelaborar el papel
de la ciencia ante la situación de deterioro, en la necesidad de reivindicar la tradición
ecológica y los aportes que puede ofrecer al análisis crítico de la protección de ese medio
en notable depauperación.
Hoy emerge la necesidad de un saber ambiental donde la concientización de la complejidad
del medio se convierta en un punto de partida para asumir su dimensión, se vuelve
impostergable el replantear las coordenadas de la ciencia, con la intención de que la vida y
el propio lenguaje puedan ajustarse a las nuevas problemáticas que la degradación
ambiental presenta, vinculando el mundo científico y académico a una práctica cotidiana
que urge ser transformada.
El desarrollo sustentable en tanto que hoy se presenta como una utopía inalcanzable, ha
llegado a erigirse en una alternativa que requiere de una sensibilización del ser humano y
de su necesaria educación y capacitación, para poner en práctica la búsqueda de soluciones
propias e imaginativas ante la armonía que precisa alcanzar con la extrema complejidad
ambiental, y sólo así propiciar el necesario cambio en la sociedad humana, conscientes de
sutributo a ese anhelado y posible cambio, hacia un mundo mejor.
VENTAJAS DE LA TECNOLOGÍA.
La tecnología hizo que las personas ganaran más control sobre la naturaleza y construyeran
una existencia civilizada. Gracias a ello, incrementaron la producción de bienes materiales
y de servicios y redujeron la cantidad de trabajo necesario para fabricar una gran serie de
cosas. En el mundo industrial avanzado, las máquinas realizan la mayoría del trabajo en la
agricultura y en muchas industrias, y los trabajadores producen más bienes que hace un
siglo con menos horas de trabajo. Una buena parte de la población de los países
industrializados tiene un mejor nivel de vida (mejor alimentación, vestimenta, alojamiento
y una variedad de aparatos para el uso doméstico y el ocio). En la actualidad, muchas
17. personas viven más y de forma más sana como resultado de la tecnología.
En el siglo XX los logros tecnológicos fueron insuperables, con un ritmo de desarrollo
mucho mayor que en periodos anteriores. La invención del automóvil, la radio, la televisión
y teléfono revolucionó el modo de vida y de trabajo de muchos millones de personas. Las
dos áreas de mayor avance han sido la tecnología médica, que ha proporcionado los medios
para diagnosticar y vencer muchas enfermedades mortales, y la exploración del espacio,
donde se ha producido el logro tecnológico más espectacular del siglo: por primera vez los
hombres consiguieron abandonar y regresar a la biosfera terrestre.
DESVENTAJAS
Durante las últimas décadas, algunos observadores
han comenzado a advertir sobre algunos resultados
de la tecnología que también poseen aspectos
destructivos y perjudiciales. De la década de 1970 a
la de 1980, el número de estos resultados negativos
ha aumentado y sus problemas han alcanzado
difusión pública. Los observadores señalaron, entre
otros peligros, que los tubos de escape de los
automóviles estaban contaminando la atmósfera, que
los recursos mundiales se estaban usando por encima
de sus posibilidades, que pesticidas como el DDT
amenazaban la cadena alimenticia, y que los
residuos minerales de una gran variedad de recursos
industriales estaban contaminando las reservas de
agua subterránea. En las últimas décadas, se
argumenta que el medio ambiente ha sido tan dañado por los procesos tecnológicos que uno
de los mayores desafíos de la sociedad moderna es la búsqueda de lugares para almacenar
la gran cantidad de residuos que se producen.
Por enumerar algunas consecuencias del mal empleo de la tecnología tenemos: la gran
cantidad de desechos radioactivos producidos por las actividades de las plantas nucleares,
la lluvia ácida producida por la contaminación atmosférica, el debilitamiento progresivo de
la capa de ozono producto del uso desmedido de los agentes fluorocarbonados, la
contaminación y constante desgaste de los suelos aptos para la siembra a causa del empleo
de pesticidas, herbicidas y otros agentes químicos tóxicos, entre muchos otros. Los
problemas originados por la tecnología son la consecuencia de la incapacidad de predecir o
valorar sus posibles consecuencias negativas. Se seguirán sopesando las ventajas y las
desventajas de la tecnología, mientras se aprovechan sus resultados.
18. BIBLIOGRAFIA
Castro, F. (1992): Informe presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Medio Ambiente y Desarrollo. Ed. Granma, La Habana, pp 12
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Jiménez Herrero, L. (1995): El desarrollo sostenible como proceso de cambio. UNED,
Colección Monografías, Madrid, 77 pp.
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Seleccionadas, Editorial Ariel, Barcelona.
Funtaviez Silvio y De Marchy Bruna, Aprender a Aprender la Complejidad Ambiental.
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Jaula BotetJose A, Algunos problemas sociales de la protección del medio ambiente frente
al reto del desarrollo sustentable. Revista Guayana Sustentable Nro4, Educación
Productividad y Vida, Editorial Universidad Católica Andrés Bello, Caracas 2003
LINK DE MI PAGINA WEB.
http://problemassocialesdelacyt.jimdo.com