5. Pope. Un gran pórtico de entrada (una característica común tanto al Museo Metropolitano como al
Museo de Bellas Artes de Montreal) conducía a una rotonda magnífica de 30 metros de diámetro,
además de las tradicionales galerías iluminadas desde el techo, Pope diseñó espacios de circulación
monumentales (éste era un edificio más grande que el del Altes Museum) y patios con techos de
vidrio y jardines interiores.
La fase siguiente en la evolución del museo de arte empezó en los años 30 con el advenimiento del
modernismo. A los arquitectos modernistas generalmente les disgustaban las soluciones
tradicionales, por eso no fue sorprendente que sus ideas para exhibir arte rompiera los modelos que
se habían establecido en un siglo y medio de diseño de museos. En el Museo de Arte Moderno de
r;ueva York, por ejemplo, diseñado por Philip L. Goowin y Edward Durell Stone (193739), el
énfasis fue en la flexibilidad; no habían galerías individuales, en cambio las paredes movibles les
permitían a los curadores rearreglar los espacios en la forma necesaria. Un sencillo vestíbulo de
entrada reemplazó la gran rotonda. Todo esto fue un despegue radical de la idea del siglo 19 de un
museo: el MOMA era más como un alto edificio de oficinas, al menos eso parecía.
En 1942, Mies van der Rohe produjo un diseño que llamó "un museo para una ciudad pequeña".
Era un edificio largo y bajo con una cantidad de columnas que sostenían el techo y paredes de
vidrio que encerraban un espacio abierto y flexible. Veinte años más tarde, en la Galería Nacional
en Berlín, Mies realizó un concepto similar a gran escala. Este extraordinario edificio es un
vestíbulo con paredes de vidrio (50 metros cuadrados) cubiertas con un techo macizo sostenido sólo
por ocho columnas periféricas. El espacio es completamente abierto y para exhibiciones
temporales: la colección permanente, las oficinas y otras funciones están abajo en el podio.
La planificación de galerías flexibles, también intrigó al arquitecto francés Le Corbusier, quien
construyo dos museos de arte, uno en Ahmedabad, India (195457) y el otro en Tokio (195759),
ambos diseños eran versiones de una idea que había propuesto en 1930. Los planos son similares,
un espacio cuadrado con un espacio hueco en el centro, rodeado por espacios para exhibiciones con
paredes movibles. Le Corbusier mantuvo la tradición de todo ésco hizo que el museo calificara 52
en Alemania del Oeste en términos del número de visitantes, el segundo más popular en el país.
6. La fase más reciente en la evolución de los museos de arte fue anticipada, por el museo Salomón R.
Guggenheim en Nueva York (194358). Frank Lloyd VYright adoptó un enfoque
característicamente original y produjo un museo como ningún otro. Fue como si hubiese tomado el
Altes Museum áe Shinkel y le hubiese demolido las galerías dejando sólo la gran rotonda. El foco
del Guggenheim es el dramático espacio en el centro, que está rodeado por una rampa en espiral
que lleva la visitante desde abajo hasta arriba y puede afrontar vistas cambiantes del interior. En
vez de aislar las galerías de la rotonda, Vi.'right las colocó en una serie de nichos directamente
fuera de la rampa.
Un concepto similar guió a I.II. Pei en su diseño del Edificio Este de la Galería nacional de arte de
Washington, D.C. (197678). Aquí el espacio central está coronado por un impresionante techo de
vidrio hecho de claraboyas geométricas, es triangular (resultado de la forma del terreno) y las
rampas están reemplazadas por puentes entrecruzados y escaleras vertiginosas. El Museo High en
Atlanta (198083) diseñado por Richard Meier y Asociados. también está construido alrededor de
un dramático espacio alto, sus rampas curvas y las galerías superpuestas, recuerdan
conscientemente al Guggenheim.
El crítico de arte Robert Hughes caracterizó el Guggenheim como uno de los ambientes más
hostiles imaginables para exhibir pinturas contemporáneas. Esbo es principalmente, resultado de la
baja altura '"';:1 cielo, el piso inclinado de la rampa y la pobre calidad de la luz. El museo Híg^ y el
Edificio Este han evitado éstas trampas pero ambos comparten un inconveniente menos obvio,
üebido a que las galerías áon relegadas a la periferia, a menudo son desagradables, mal iluminados
y difíciles proporciónete. El arte, que debía ser el centro de la experiencia del museo, son
empujado." 'lacia espacios sóbranos detrás de bastidores.
Los espacios centrales techados en vidrio del edificio Este y el museo High han sido comparados
con I,;1; rotondas centrales de touhinkel y Pope, pero lo que ellos realmente recuentan son los
atrios, que se han convertido en un razgo común de mucho hoteles recientes, edificios de oficinas y
paseos comerciales. Este atributo perturba a algunos críticos, quienes sentían que': .una atmósfera