1. Arguedas indio de espíritu y mestizo de cuerpo
José María Arguedas fue un escritor y etnólogo peruano, renovador de la
literatura peruana, nació en el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas, sus
padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se
desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria
Altamirano Navarro. José María Arguedas, tuvo una vida muy difícil, ya que de
niño perdió a su madre y su padre decide casarse, la madrastra que cuidaba de
él lo maltrataba constantemente y la ausencia de su padre fue uno de los
tantos factores por el cual sentía soledad y dolor en su infancia ya que pese a
que vivía contento por convivir con mestizos le faltaba el amor de una madre y
la compañía de un padre en su vida. Lo que marco gran parte de sufrimiento en
su vida fue el hecho de que estaba dividido entre dos mundos el Quechua y el
Español.
Durante su infancia, fue obligado a convivir con el pueblo andino, ya que
cuando su padre, después de la muerte de su madre se casó con su madrastra
Grimanesa Arangoitia, tuvo una relación difícil con ella y su hermanastro Pablo
Pacheco, los cuales sentían desprecio hacia Arguedas y lo mandaban a
convivir con la servidumbre indígena y así pasaba parte de todo su tiempo junto
a ellos y solo cuando su padre llegaba a su casa se quedaba en la casa,
después solo estaba con la servidumbre, su hermanastro le obligaba a
presenciar como violaba a las sirvientas, lo cual fue uno de los factores que lo
llevo a escapar de su casa con su hermano Arístides de la opresión del
hermanastro donde tuvo sus primeros deseos de morir. Se refugiaron en una
hacienda, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su
idioma y aprendiendo sus costumbres, después de unos años fue recogido por
su padre quien los llevó por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para
finalmente establecerse en Abancay.
En sus libros expresa su admiración hacia la cultura indígena sin rechazar la
suya, Arguedas acompaño a su padre en sus frecuentes viajes conociendo
más de doscientos pueblos hasta que llegaron al pueblo de Abancay donde
ingreso al colegio Miguel Grau, esta etapa de su vida lo plasmo en su obra
‘‘Los Ríos Profundos’’ que fue su novela autobiográfica la cual fue considerada
como su obra maestra, tiene un contenido indigenista; que nos demuestra
como los indios eran discriminados, pero también como ellos querían hacer
valer sus derechos y también nos demostraba como Ernesto sobrevivió en un
mundo plagado de odio y racismo. Ernesto es el adolescente de catorce años
que es el narrador en esta obra, este adolescente se sitúa en el límite que une
y separa el mundo de los blancos con el mundo de los indios. Después de
haber sido criado en una comunidad indígena, Ernesto recorre el sur peruano
hasta quedar internado en un Colegio Religioso de Abancay, porque su padre,
2. un abogado de provincias, inestable e itinerante, no puede encontrar nunca
donde fijar su residencia. Y es ahí cuando Arguedas se encuentra en conflicto
con ambos mundos ya que el siempre trato de ver la cualidades en ambos de
ellos.
José María Arguedas conocía a la perfección ambos mundos, pero no se
sentía identificado con alguno de ellos, Arguedas como paso su niñez junto a
los indígenas aprendió bastante de ellos, su lenguaje, sus tradiciones y como
pensaban ellos, al igual como conocía a los blancos , es por ello que Arguedas
buscaba la manera de unir a estas dos culturas debido a que el quechua es un
idioma prácticamente ignorado por los peruanos, Arguedas quiso manifestar a
travez del español la cultura indígena y los pensamientos de sus pobladores
empleando palabras quechua, un ejemplo claro es en la obra ‘‘Los Ríos
Profundos’’ (Capitulo 1):
‘‘Me acorde, entonces, de las canciones quechuas que repiten una frase
patética constante: Yawar mayu; rio de sangre; yawar unu; agua sangrienta;
puk-tik´ yawar k´ocha; lago de sangre que hierbe; yawar wek´e; lágrimas de
sangre. ¿Acaso no podría decirse yawar rumi; piedra de sangre; o puk´tik
yawar rumi; piedra de sangre hirviente?
Era estático el muro, pero hervía por todas las líneas y la superficie era
cambiante, como la de los ríos del verano, que tiene una cima encima así,
hacia el centro del caudal, que es la zona temible, la más poderosa.
-¡Puk´tik yawar rumi!- exclame frente al muro, en voz alta.
(Capitulo 4)
Y escribí: ‘‘Uyriy chay k'atik'niki siwar k'entita…’’ ‘‘Escucha al picaflor esmeralda
que te sigue; te ha de hablar de mí; no seas cruel, escúchale. Lleva fatigadas
las pequeñas alas, no podrá volar más; detente ya. Está cerca la piedra blanca
donde descansan los viajeros, espera allí y escúchale; oye su llanto, es sólo el
mensajero de mi joven corazón, te ha de hablar de mí. Oye, hermosa, tus ojos
como estrellas blancas, bella flor, no huyas más, detente. Una orden de los
cielos te traigo: ¡te mandan ser mi tierna amante...!’’
(Capitulo 11)
Oí, de repente, otros gritos, mientras concluía la oración. Me acerqué a la
puerta. La abrí y salí al corredor. Desde allí escuché mejor las voces. — ¡Fuera
peste! ¡Way jiebre! ¡Waaay...! — ¡Rípuy, ripuy! ¡Kañask'aykin! ¡Waaay...!. Lejos
ya de la plaza, desde las calles, apostrofaban a la peste, la amenazaban.
A Arguedas se le escucho decir más de una vez que: ‘‘Vivo entre dos mundos,
soy indio de espíritu y mestizo de cuerpo’’. Pero los dos mundos en lo que
3. estaba dividido se juntaran o separaran definitivamente algún día, pero lo que
José María Arguedas quería era que valoricemos y respetemos al hombre
indígena que por los siglos fue maltratado, humillado y explotado por las clases
dominantes, Arguedas fue quien estuvo entre esos dos mundos y solo él fue
capaz de darse cuenta del valor que tiene nuestra cultura indígena.
Arguedas al escribir sus obras, relata hechos que demuestran la riqueza
cultural del Perú y no solamente lo positivo, sino la realidad en sí de este país,
dando a conocer en sus obras, la parte negativa de este, dando como claro
ejemplo que en muchas de sus obras además de resaltar las costumbres que
se preservan en los pueblos andinos, también se puede observar como la
persona con más “poder se aprovecha del más débil”.
Creo yo que Arguedas no se equivocó cuando nos mostró de esa manera tan
buena la cultura andina y española. Arguedas fue uno de los escritores más
importantes del país y creo que tiene muy bien merecido todos los premios que
le concedieron a sus obras porque si nos detenemos un poco en todas sus
obras tiene un mensaje muy bueno para la juventud de ahora, que está
perdiendo la identidad cultural.
Para mí personalmente me ha servido mucho saber que nuestro país es un
lugar que tiene tantas culturas y que nunca me detuve para ver eso y leyendo
un poco sus obras de Arguedas me acerco un poco a la cultura y sentimiento
andino de esa época.
Finalmente cabe decir que Arguedas fue y será un gran escritor que demostró
un gran mensaje multicultural para el mundo entero y nos hizo reflexionar sobre
todo lo que tenemos en el Perú y no nos detenemos a ver y sobre todo que
tenemos tantas culturas y nunca les damos la importancia que se debe.