Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Marginalidad y pobreza
1. 4.1.- MARGINALIDAD
En sociología, se denomina marginación o exclusión a una situación social de
desventaja económica, profesional, política o de estatus social, producida por la dificultad
que una persona o grupo tiene para integrarse a algunos de los sistemas de
funcionamiento social (integración social). La marginación puede ser el efecto de
prácticas explícitas de discriminación —que dejan efectivamente a la clase social o grupo
social segregado al margen del funcionamiento social en algún aspecto— o, más
indirectamente, ser provocada por la deficiencia de los procedimientos que aseguran la
integración de los factores sociales, garantizándoles la oportunidad de desarrollarse
plenamente.
La marginación puede definirse como segregación social, incluso en términos
espaciales o geográficos, aunque el término
segregación se aplica más comúnmente para
planteamientos políticos de discriminación o intolerancia
de tipo racial (apartheid), sexual (sexismo, homofobia o
transfobia), étnico discriminación cultural, religioso
(intolerancia religiosa) o ideológico (represión política).
La marginación consiste en la separación efectiva de una persona, una
comunidad, o un sector de la sociedad, respecto al trato social; el proceso puede mostrar
diferentes grados y mecanismos, desde la indiferencia hasta la represión y reclusión
geográfica, y con frecuencia trae aparejada la desconexión territorial. Su carácter
definitorio, sin embargo, no es el aspecto geográfico, sino el aislamiento social.
4.1.2.- MARGINACIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL
2. Algunos autores definen la exclusión como "la imposibilidad de gozar de los
derechos sociales sin ayuda, en la imagen desvalorizada de sí mismo y de la capacidad
personal de hacer frente a las obligaciones propias, en el riesgo de verse relegado de
forma duradera al estatus de persona asistida y en la estigmatización que todo ello
conlleva para las personas y, en las ciudades, para los barrios en que residen". El
individuo no será integrado por las ventajas del empleo ni aunque mejore el empleo de
manera generalizada.
El concepto de exclusión social se refiere a la acción y al efecto de impedir la
participación de ciertas categorías de personas en aspectos considerados como valiosos
de la vida colectiva. Las principales formas de exclusión refieren a:
Situaciones en las cuales la población está fuera de la sociedad, a través de la no
inclusión en sistemas de protección social.
Situaciones, como la pobreza y la discapacidad, en las que la población no puede
participar en actividades comunes y corrientes.
Situaciones en las cuales la población es silenciada, ya sea por medio del estigma
o de la discriminación.
El hecho de padecer una privación económica de forma duradera supone la no
participación en la sociedad. Se considera la exclusión como una falta de participación
tanto en lo económico como en lo político, lo cultural y lo social. La exclusión social es
algo más que mera pobreza, se trata por tanto de una acumulación de problemas. Desde
esta perspectiva se parte de un proceso dinámico y multidimensional, propio de las
sociedades postindustriales.
3. 4.2.-POBREZA
Pobreza, se refiere a aquellas situaciones carentes en las que muchas familias no
pueden abastecer sus necesidades básicas y carecen de los recursos necesarios para
una buena calidad de vida. Estas familias se encuentran en condiciones sumamente
precarias, donde incluso no tienen vivienda, alimentos, ropa, agua potable, en fin,
ninguno de los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas propias.
Uno de los principales factores que permiten la marginación entre la humanidad
es la pobreza. A pesar de que estar en el siglo XXI, las tazas de pobreza aumentan y la
mayor parte de las familias no están recibiendo la ayuda económica necesaria. La falta
de viviendas y de alimentación es la principal causa de pobreza, lo cual afecta a los
grupos sociales más desprotegidos, marginándolos y generando una gran brecha entre
las distintas clases sociales. Así, estos grupos quedan excluidos, de una posible mejora
a su calidad de vida.
Las restricciones en el acceso a los servicios e ingresos necesarios para tener un
nivel de vida mínimo que resultan de la exclusión social hacen que exista una alta
correlación entre pobreza y exclusión social.
En pleno siglo 21 los extremos de pobreza, hambruna y desigualdades han ido
incrementando en los últimos años. América se ha convertido en un país empobrecido.
Cabe mencionar, que muchos países han hecho grandes esfuerzos para combatir la
pobreza mundial. Esfuerzos, que han sido en vano ya que continúa en deterioro la
situación económica del país.
Algunos economistas consideran la pobreza como una violencia que está
acabando con la sociedad. La violencia de la pobreza ha incrementado millones de
muertes en comparación con la violencia doméstica. A pesar de la producción del
porcentaje de alimentos, aumenta cada vez más el porcentaje de muertes por hambrunas
y desnutrición. La pobreza ha ido incrementando de manera tal, que incluso en los países
4. más ricos se han abastecido por un empobrecimiento de la población. Ya sea por la
situación del capital, fenómenos naturales, entre otros.
A consecuencia de este empobrecimiento, es que se ha llegado a la marginación
y exclusión social de los menos favorecidos.
Las características de la pobreza son sus mismas cualidades intrínsecas y va
arraigada y sujeta a la falta de uno u otro renglón socioeconómico:
•Falta de Salud
•Falta de Vivienda
•Falta de Ingresos
•Falta de Empleo
•Falta de Agricultura estable
•Falta de Nutrición
•Falta de Tecnología
•Falta de Educación
•Mortalidad infantil
4.3.- POBREZA EN LA ECONOMÍA DE REPÚBLICA DOMINICANA
La República Dominicana es un país en vías de desarrollo de ingreso medio,
dependiendo, principalmente, de la agricultura, comercio, servicios y el turismo. Aunque
el sector servicios ha sobrepasado a la agricultura como el principal proveedor de
empleos (debido, sobre todo, al auge y crecimiento del turismo y las Zonas Francas), la
agricultura todavía se mantiene como el sector más importante en términos de consumo
doméstico y está en segundo lugar (detrás de la minería) en términos de exportación. El
5. turismo aporta más de US$ 3.000 millones al año. Zonas Francas y turismo son los
sectores de mayor crecimiento. Remesas de dominicanos viviendo en los Estados
Unidos se estiman en unos US$ 2.000
millones por año.
La República Dominicana es la
novena economía más grande de América
Latina después de Brasil, México,
Argentina, Colombia, Venezuela, Chile,
Perú y Ecuador.
El índice de pobreza humana para países en desarrollo, es un indicador social -
un índice de pobreza-, elaborado para los países en vías de desarrollo, que mide las
carencias o pobreza en tres aspectos:
Vida larga y saludable, medido según la probabilidad al nacer de no vivir hasta
los 40 años.
Educación: medido por la tasa de analfabetismo de adultos.
Nivel de vida digno: medido por el porcentaje de la población sin acceso
sostenible a una fuente de agua mejorada y el porcentaje de niños con peso
insuficiente para su edad.
Luego de la recesión económica durante la segunda mitad de los 80 y principios
de los 90, durante la cual el PIB se contrajo un 5 % y la inflación alcanzó un 100%, la
República Dominicana entró en un período de crecimiento moderado y disminuyente
inflación hasta 2002, luego del cual, la economía entró en recesión. El PIB se contrajo
un 1% en 2003, mientras la inflación se disparó por encima del 27%.
A pesar de un creciente déficit comercial, el turismo y las remesas han ayudado a
obtener reservas en moneda extranjera. En la actualidad, las remesas provenientes de
EUA, Europa y otros países, constituyen parte de la economía nacional.
6. Según el Informe
Nacional de Desarrollo Humano
del Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo,
PNUD, República Dominicana
2005, establece que este país
se ha insertado en la economía
mundial de manera social y
políticamente excluyente,
conociendo tasas de
crecimiento económico
promedio anual en los últimos años por encima del 5%. Sin embargo, el carácter
excluyente del modelo económico que se ha impuesto no ha revertido este crecimiento
al bienestar de la población.
Ante el contrario, señala el Informe, República Dominicana, al año 2002 era el país
número 13 (de un total de 177 en el mundo) que menos había aprovechado para mejorar
el posicionamiento en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Con esto se puede hablar
de un fracaso de las élites políticas de los últimos 50 años en conducir a su población a
estadios de bienestar y seguridad.
Por igual, el Informe deja claramente establecido, que el problema de la economía
dominicana no es de inserción en mercados, sino de estrategias de competitividad que
debieran estar asociados al bienestar de su población.
El Informe concluye diciendo que la "causa principal de la pobreza dominicana y
del bajo desarrollo humano relativo no es la falta de financiamiento y de recursos
económicos, sino el escaso compromiso con el progreso colectivo del liderazgo nacional
y empresarial durante las últimas décadas y la ausencia de un pacto social y de
empoderamiento de los sectores mayoritarios de la sociedad dominicana".
En diciembre de 1996, el entonces entrante presidente Leonel Fernández,
presentó un paquete de reformas - incluyendo la devaluación del peso, reducción en las
7. tarifas de importación e incremento en el precio de los combustibles - en un intento de
crear una economía orientada al mercado que pueda competir internacionalmente.
Entre 2000 y 2004, el gobierno de Hipólito Mejía introdujo cambios que impactaron
a la economía dominicana. Relegación de reformas que estaban en curso,
desaceleración de la oferta exportable (algo que ya había comenzado en el anterior
gobierno de Fernández), y sobre todo, la crisis cambiaria y bancaria (el tercer banco y
grupo financiero del país: el BANINTER; y dos grupos financieros bancos más,
conocieron una quiebra que
ascendió a cerca del 15-20% del
PIB anual), unido a la corrupción
administrativa generalizada y
asociada a estas quiebras, y debido
a la acentuación de la crisis del
sector eléctrico, compendian un
cambio de naturaleza nunca vista
en la economía dominicana. La
magnitud de la crisis hizo colapsar
sectores completos de la economía,
y se estima, que entre un 12 a un 15% de la población pasó de ser pobre a muy pobre o
indigente. Esto significa cerca de 2 millones de personas.
Aunque la economía ha comenzado a crecer bajo la nueva administración de
Fernández que se inició en agosto de 2004, construcción, turismo y telecomunicaciones
son los sectores que están a la vanguardia.
Sin embargo, no hay que olvidar lo sostenido por el Informe Nacional de Desarrollo
Humano 2005 del PNUD/RD, cuando señala que el modelo actual de turismo no
constituye, a pesar de su vigor, una propuesta sostenible, y que si el mismo "no se
modifica, se agota". Por lo cual, queda como asignatura pendiente en el país, que el
8. liderazgo nacional discuta a fondo cuál será esa modificación que hay que hacerle a este
sector pujante de la economía dominicana.
Según el citado Informe, las externalidades negativas relacionadas con: la
inseguridad ciudadana, el deterioro medioambiental (que va desde desmonte de áreas
protegidas, destrucción de hábitats de especies endémicas, hasta el uso de fuentes de
agua para propósito de desechos y destrucción de manglares y de ámbitos marinos), la
especulación inmobiliaria, y sobre todo, la exclusión de la población dominicana y su
valor agregado al contexto de la actividad turística, son factores de mediano y largo plazo
que "harán insostenible en el tiempo esta actividad". Más aún, con la fuerte competencia
que el mismo entraña en el ámbito caribeño.
La actual administración está trabajando para incrementar la capacidad de
producción de energía eléctrica, pieza clave para el crecimiento económico continuado,
aunque su problema principal no es de generación sino de financiamiento. La compañía
eléctrica estatal, fue privatizada, luego de numerosos retrasos.
Proceso que se había iniciado en la pasada Administración de Fernández, y que
en la de Mejía, tomó forma y se ejecutó, no sin infundirle su particular sello a dicha
ejecución.
Sin embargo, luego de múltiples retrasos, posponiéndose soluciones, de
préstamos internacionales (Banco Mundial y otros), la superación del déficit del
suministro energético parece estar aún muy lejana. El Acuerdo de Madrid, mediante el
cual, el país re-compró las empresas distribuidoras de energía, y se planteó a largo plazo
el pago de las deudas en el sector eléctrico (al 2015), no dejan mentir respecto al hecho
de que las medidas actuales, son apenas un paliativo a la difícil situación del sector.
9. 4.3.1.- CULTURA URBANA Y POBREZA EN REPÚBLICA DOMINICANA
Hace muchos años que la población dominicana pasó a ser mayoritariamente
urbana, dejando en los campos una población reducida, mayormente masculina,
trabajando en una producción agrícola creciente. Esos pocos que han quedado en el
campo alimentan una población numerosa que vive en las ciudades, la cual exhibe unas
tasas de crecimiento mayores. La migración rural alimentó este incremento durante
varias décadas. Pero actualmente no es esta la causa de su progresión, pues esta dejó
de ser significativa ante el crecimiento vegetativo de los habitantes urbanos.
Actualmente la mayor parte de nuestros niños dominicanos y medio dominicanos
ha nacido en las ciudades grandes. Nos enfrentamos a una gran transformación de la
cultura urbana, en
especial de lo que los
sociólogos y la gente
de izquierda
de los años setenta
llamaban
10. “marginalidad urbana”. Se hace necesario reenfocar el paradigma de la pobreza urbana
y el modo de interacción de los llamados “pobres” en el medio ambiente urbano. Cerca
de la mitad de la población de República Dominicana vive en la pobreza. Y un poco
menos de la tercera de estos vive en extrema pobreza. Unas cifras alarmantes para
cualquier país del primer mundo, pero, lamentablemente, para los países
Latinoamericanos no es novedad porque miles de sus habitantes, por no decir millones,
viven en la misma condición.
Entre los años de 1197 y 2002 el 1 por ciento de los dominicanos pudo escapar
de la pobreza. Esta magra mejoría no se vio reflejada en la realidad porque el país se
perjudicó por la crisis financiera del 2002 – 2004. Que llevó a más de un millón de
dominicanos a la pobreza. Lo que generó que más del 40% de la población sea pobre y
el 16% de estos viva en la extrema pobreza. Muchas de las familias que no tienen como
mantenerse sobreviven de las remesas que le llegan de sus familiares. Representando
el 66 por ciento de su ingreso total.
En un Informe Nacional de Desarrollo Humano
del 2005, República Dominicana se encuentra entre
los 13 países en el mundo que menos han
aprovechado el aumento del ingreso per cápita en
favor de su población.
Por esta mala administración gubernamental y
por los escasos ingresos económicos han llevado a
los jóvenes a dedicarse a trabajar y dejar de lado el
estudio.
Por ello, Uno de cada tres jóvenes entre 18 y 25 años no termina la escuela
primaria y un tercio de los que terminan, no acaban la secundaria. A partir del 2007, el
11. Sistema de las Naciones Unidas y el Gobierno dominicano elaboraron estrategia para la
solución de este problema. Hasta la fecha no se ven grandes mejorías para la población
más sufrida del país.
En la actualidad, toda la sociedad dominicana sufre una crisis global del sistema
socioeconómico, donde la mayoría de la clase media, de los intelectuales y
profesionales del país ven, en el emigrar, la única opción racional para garantizar su
estatus social. La desesperanza, el derrotismo social y el pesimismo histórico, han
dominado el ideario colectivo paralizando todo activismo social que no sea, el
indispensable, para asegurar la sobrevivencia cotidiana.