1. FABULAS
1: LAS LÁGRIMAS DEL RICO
Cierta tarde verano un grupo de "mujeres lloronas”, se les había pagado, para que llorar la
muerte de una de las hijas de un acaudalado hombre. Una de las hijas muy sorprendida se
acercó a su madre y le pregunto:
- Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia en carne propia, apenas si lloramos? en
cambio esas lloronas, que jamás la conocieron, se deshacen en grandes lamentos.
La madre contestó:
- No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino dinero. Nunca olvides que
las monedas son las lágrimas del rico.
MORALEJA
Con el dinero conviertes a sanos en sufrientes
2: EL CABALLO VIEJO
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó
para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía otra cosa desde la
mañana a la noche que girar y girar alrededor de aquella rueda, lo cual no sólo le cansaba
mucho, sino que lo ponía muy triste.
Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de
juventud, en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los
otros caballos que eran más viejos y lentos que él.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a dicho
molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:
"Después de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las carreras, mira a que
vueltas me veo reducido ahora. Este es un justo castigo por burlarme de aquellos que veía
más débiles e inferiores"
MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder
El caballo viejo
2. 3: EL LOBO Y EL CORDERO EN EL TEMPLO
Volvía un pequeño cordero a reunirse con su madre después de ir a beber el agua limpia y
clara del río, cuando de repente sintió que una presencia extraña lo estaba siguiendo cada
vez más cerca. Al ver que era seguido por un lobo con la cara desencajada y las babas
colgando a ambos lados de su boca, el corderillo aceleró el paso todo lo que le permitían
sus finas patas, encontrando a pocos metros la puerta de un templo abierta.
Sin dudarlo un momento, se introdujo en su interior, con la esperanza de haber
despistado a tan terrible perseguidor.
Al ver donde se había metido su ansiada presa, el lobo le grito muy fuerte para que le
escuchara, que si alguno de los sacerdotes del templo lo encontraban, iba a ser la próxima
víctima ofrecida a los dioses.
- ¡Mucho mejor! – le gritó el cordero- me es mucho más grato pensar en honrar con mi
cuerpo a un dios, que acabar mi corta existencia en el interior de tu boca.
MORALEJA
Si tienes que sacrificado en alguna ocasión, que sea con el mayor reconocimiento posible
4: LA MOSCA Y LA CACEROLA DE CARNER
Había una vez un cocinero muy entusiasta que planeo preparar una rica y deliciosa salsa
de pura carne, en una cacerola especial.
Al terminar de preparar la rica salsa se dió cuenta lo sabroso y rico aroma que tenía; sin
duda era todo un arte culinario, ´pero de pronto el cocinero recibió una llamada
inesperada y salió tan pronto como bala disparado, que olvido tapar la cacerola.
Una mosca glotona y hambrienta volaba muy cerca de la cacerola , se sentía atraída por el
sabroso olor y empezó a volar alrededor dando vueltas y vueltas y muchas vueltas más ,
hasta que cayó en ella , y estaba tan feliz de haber caído en la rica salsa de carne , dentro
de la cacerola que dijo:
“oh! que rico comí, bebí y hasta me bañe así que si en estos instantes me muero ya nada
me importaría después de todo el gusto que me dí en esa cacerola de carne“.
MORALEJA
Al irresponsable no le importa el fracaso si su llegada a él le depara buenos momentos.
3. 5: LA CORNEJA FUGITIVA
Tras mucho tiempo intentando dar caza a una corneja, un hombre consiguió al fin su
premio. Para evitar que se escapara su tan codiciada pieza, le anudó un filo hilo a una de
sus patas y se la llevó a su hijo como regalo.
A pesar de que su pequeño dueño se desvivía por darle los mejores cuidados del mundo,
la corneja no acababa de sentirse cómoda en su nuevo hogar. Una tarde, mientras el
pequeño limpiaba la jaula que le servía como hogar, la corneja aprovecho que nadie la
vigilaba para salir por la ventana y volar hacia el lugar en que estaba construido su nido.
Tan emocionada estaba por recobrar su libertad, que al posarse sobre su árbol, el hilo que
colgaba de una de sus patas se enredó terriblemente en varias ramas. Al darse cuenta de
la situación, comenzó a aletear con todas sus fuerzas, enredándose cada vez más.
Prisionera en el lugar que tanto añoraba, dijo con resignación:
-¡Que tonta he sido! Por culpa de mis deseos de vivir de nuevo en libertad, voy a terminar
mis días en el árbol que me vio nacer.
MORALEJA
Cuanto más grande sea lo que deseamos, mayores son los riesgos.
6: EL PERRO, EL GALLO Y LA ZORRA
Hace muchísimos años, un perro y un gallo se pusieron de acuerdo para abandonar el
triste lugar en el que vivían y viajar por todos los rincones del mundo. Cansados de
caminar llegaron a un gran árbol, en el cual el gallo se encaramó a lo más alto para dormir
más tranquilo y el perro se quedó recostado a los pies de tan magnífico tronco.
Tal y como todos los gallos hacen nada más ver un pequeño rayo de sol, nuestro gallo se
puso a cantar enérgicamente para anunciar la llegada de un nuevo día. Escuchó tan
melodioso cántico una zorra y en un abrir y cerrar de ojos se plantó a los mismos pies del
árbol. Localizado el objeto de su deseo, le gritó desde abajo que deseaba poder verle más
de cerca y besar la cabeza del intérprete de tan encantadora melodía. Una invitación a la
que contestó el gallo, que antes de bajar, hiciera el favor de despertar al portero que
había debajo del árbol.
Antes de que la zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre ella, no dejando de ella
nada más que el rabo.
MORALEJA
Si vencer a un enemigo poderoso no puedes, busca a alguien más fuerte que quiera
ayudarte
4. 7: LOS 2 PERROS
Un rico labrador poseía dos hermosos perros. Mientras uno de acompañaba en sus largas
jornadas de caza, el otro se quedaba cuidando el hogar en el que vivía su dueño. Todos los
días cuando salía a cazar, el labrador guardaba la pieza más jugosa de todas las que había
conseguido capturar, para dársela al perro guardián nada más llegar a casa. Cansado de
que esta situación se repitiera constantemente, el perro de caza comenzó a decirle a su
querido compañero:
- No entiendo porque yo debo correr hasta lastimarme las patas detrás de las liebres de
los conejos sin obtener ningún premio y mientras tu aquí parado sin hacer nada siempre
consigues que nuestro dueño te dé la más sabrosa de las piezas.
Cuando el perro de caza se quedó en silencio, el guardián le respondió:
- Comprendo que estés molesto conmigo, pero el único culpable que hay en todo esto es
nuestro dueño. Ve y quéjate a él, ya que fue el que te enseñó a ti a cazar y a mí a vivir
apaciblemente.
MORALEJA
Intenta aprender un oficio para el día de mañana.
8: EL LOBO Y LA GRULLA
Tanta hambre tenía un lobo, que no se dio cuenta que el hueso que se estaba comiendo
se había astillado antes de tragárselo. Nada más introducido en su garganta, este se
atascó, asustando al lobo de tal manera, que corría desesperado por todo el bosque
buscando a alguien que pudiera ayudarle a salir de tan complicada situación.
Afortunadamente para él, se encontraba por el lugar una preciosa grulla de largo pico, a la
que pidió ayuda, prometiéndole una gran recompensa si le ayudaba a solucionar su
problema. Accedió la grulla ayudarle, sacando en hueso de la garganta del lobo
rápidamente. Tal y como habían acordado le pidió su recompensa, pero a cambio solo
obtuvo la siguiente respuesta:
- Me encantaría poder pagarte lo acordado – dijo el lobo- pero no tengo nada con que
satisfacer nuestra deuda. Date por pagada con que al sentir tu cabeza en mi garganta, mi
instinto no haya querido ordenar a mi boca que la cerrara dejándote si esa cabeza de la
que estás tan orgullosa.
MORALEJA:
Jamás le hagas un favor a gente malvada, ya que nunca verás recompensada tu
generosidad.