El documento describe diferentes aspectos del duelo y la pena. Explica el duelo anticipatorio que ocurre cuando una persona sabe que va a morir, así como las etapas del duelo ante un diagnóstico de una enfermedad terminal. También describe la pre-agonía y agonía, así como técnicas para abordar el duelo normal de manera saludable.
4. Duelo Anticipatorio
• El duelo comienza con la confirmación
diagnóstica del cáncer (u otra enfermedad
no recuperable o degenerativa)
independientemente de su grado,
localización o pronóstico, ya que
representa la pérdida de la sensación
subjetiva de salud.
• Sufrimiento.
5. Duelo Anticipatorio
• Respuesta adaptativa positiva. Es una forma de
anticipar la pérdida que se presume ocurrirá a
corto o mediano plazo.
• Proceso normal de duelo que ocurre cuando
tanto la familia o la misma persona presiente la
muerte.
• Es importante valorar adecuadamente para
realizar intervención de mejor calidad.
• Este Duelo termina cuando se produce la pérdida.
6. Duelo Anticipatorio incluye:
• Preocupación por la persona que va a
morir.
• Preparación para el desenlace.
• Adaptación a los cambios que éste
conlleva.
7. Duelo Anticipatorio
• Ayuda a tomar conciencia de lo que está
sucediendo, a liberar los propios estados
de ánimo y a programar el tiempo en vista
de la muerte inevitable.
• Le otorga a las personas más elementos
internos para manejar la pérdida cuando
está realmente ocurra.
• Es un proceso que afecta a la familia, a la
persona y al personal de salud.
8. Duelo Anticipatorio
• Cuando hay una pérdida inminente y el sujeto no la
reconoce, no hay duelo (mecanismo de defensa).
• Las familias con duelos anticipatorios enfrentan y
elaboran además de la muerte otras pérdidas asociadas
a la enfermedad y deterioro gradual del ser querido y
con la pérdida de lo que significa el otro para la persona
en duelo (amor, compañía, protección, sustento, etc.
• La sintomatología de un duelo sin anticipar puede ser
mucho más prolongado, porque la capacidad de
enfrentar el duelo no es la misma.
• Es importante apoyar a las familias que viven esta
situación para facilitar el proceso no sólo para ellos sino
para la persona enferma.
9. Duelo Anticipatorio
• Es en este contexto cuando muchas de las familias se
ponen mucho más demandantes
• Por eso ayudar o apoyar a una familia en estas
circunstancias puede ser beneficioso para todos, la
familia tienen derecho a saber lo que está sucediendo, si
esto se reprime será más difícil afrontar la muerte.
10. Duelo Anticipatorio
• El intervenir y fomentar el Duelo Anticipatorio (D.A.)
permite la oportunidad de que la persona enferma se
exprese tanto a nivel físico como emocional, facilitando
una partida “apacible”.
• El D. A. evita un duelo patológico, acelera la aceptación
de la muerte y le permite a la familia una mejor
reintegración en su vida cotidiana.
• La evitación del reconocimiento de la muerte inminente
es una actitud que tiene que ver con las familias, las
personas enfermas y el equipo de salud, muchas veces
no se enfrenta el tema por el temor que genera la
expectativa de angustia y sufrimiento.
11. Duelo Anticipatorio
• La perspectiva de duelo anticipatorio o anticipado en lo
concreto está asociado a algunos cambios físicos
mayores: discapacidad, pérdida de un órgano o de una
parte estética del cuerpo o modificación del aspecto
externo que es lo que más frecuentemente se observa:
cambio de tonalidad de la piel, irrecuperabilidad del
peso, caída del cabello, utilización de oxigeno, etc.
• Con frecuencia hay un distanciamiento (emocional y
muchas veces físico), tanto de las familias como de los
equipos de salud, en muchos casos la
despersonalización.
• Distanciamiento que obviamente no es consciente.
12. Duelo Anticipatorio
• El DA es un fenómeno multidimensional, abarca varios
procesos: reconocer, afrontar, interactuar, planear,
reorganizarse psicosocial y económicamente.
• Hay que tener presente las diferentes reacciones
emocionales ante esta situación del duelo anticipado:
que van desde la indiferencia hasta la sobrerreacción
emocional, además de la vivencia de diversos
sentimientos como tristeza, enojo, frustración,
impotencia, culpa, entre otros.
13. Duelo Anticipatorio
• Las familias al igual que el sujeto, vive las
mismas etapas del duelo “normal”, pero
sin la pérdida real aún y pasan por
diferentes etapas, las cuales no son
continuas sino que son dinámicas en su
presentación:
14. Ante el diagnóstico de la
enfermedad
• Ante el diagnóstico de una enfermedad las familias viven
un duelo real asociada a la pérdida de la salud de los
otros y suelen reaccionar del mismo modo que ante un
“duelo real”, observándose ciertas etapas que no son
sistemáticas en su aparición y que tienen un curso de
avance y retroceso, las fases son:
– Negación y aislamiento.
– Ira.
– Regateo y pacto (negociación).
– Depresión (entristecimiento).
– Aceptación.
15. Ante el diagnóstico de la enfermedad
• Las familias enfrentan este proceso de diferentes
formas, el entender este proceso permitirá ayudar a las
familias de mejor forma y en algunos casos establecer
un plan de ayuda.
• Incertidumbre.
• Durante la negación se tiende a o no expresar los
sentimientos y se niega la pena.
• La ira de la familia puede tomar diferentes formas, en
algunos casos se toma cierta distancia de la persona
enferma aterrados ante la posibilidad de pérdida real.
16. Ante el diagnóstico de la
enfermedad
• La depresión como etapa suele aparecer en las
primeras fases del cocimiento de la enfermedad, pero
más que depresión propiamente tal son profundos
sentimientos de tristeza asociado a lo inconcluso, a lo
que no se vivirá, a quienes se dejará…
• La depresión es una de los mayores miedos reflejados
en la familia respecto al efecto del diagnóstico de la
enfermedad cuando la persona enferma “desconoce” su
diagnostico y “conspiran” para no hablar respecto de
ella.
17. Ante el diagnóstico de enfermedad
• Es indudable que el diagnóstico afecta e impacta a las
familias, el grado de afectación en gran parte está
mediada de variables como:
– Momento en que ocurre la enfermedad.
• Ciclo familiar, edad.
– Naturaleza de la enfermedad, la respuestas adaptativas
dependen de ciertas características de la enfermedad:
• Forma de aparición, curso y tratamiento de la enfermedad.
• Naturaleza y extensión de las limitaciones que impone la enfermedad.
• El tipo y extensión de los cambios a nivel del enfermo y su familia.
– Apertura del sistema familiar.
• Existe mejor manejo incluso de los síntomas fpisicos cuando las familias
pueden conversar del tema y evitar la conspiración del sielcio.
18. Ante el diagnóstico de enfermedad
– Posición del enfermo en la familia.
– La estructura familiar.
• Composición, tamaño de la familia.
– Las condiciones materiales de vida familiar.
• Influye en un estrés emocional adicional.
– La concepción del mundo de la familia.
• Creencias, valoraciones, ideología de la personas y las familia respecto del
significado de las cosas.
19. Ante el diagnóstico de enfermedad
• El facilitar el proceso de toma de conciencia de
sentimientos como la tristeza puede ayudar que las
fases se vayan flexibilizando y luego se pueda caminar
con sentimientos cercanos a la aceptación (la que no
siempre es total…) que incluso refieran aprendizajes y
crecimiento en la personas que lo viven.
• Sin embargo hay que tener presente que la fase de
terminalidad genera en las familias desajustes y crisis,
asociadas al duelo anticipatorio, a la frustración e
impotencia que generan los síntomas de la persona
enferma, a las características y ciclo de cada familia.
20. Ante el diagnóstico de enfermedad
• Los usuarios y las familias que pasan de la negación a
la toma de conciencia de sus miedos “evolucionan” de
manera mucho más positiva, generándose mayor
sentimiento de unión, apoyo y contención mutua.
21.
22. Pre Duelo
• En los procesos de fase terminal, ya sean largo o cortos,
la enfermedad “arrebata” a la persona que antes se
conocía: físico, carácter y emociones.
• Alguien que muere antes de morir, poco a poco va
siendo testigo de su propio deterioro.
• Deterioro físico: quizás es el más evidente.
• Deterioro del carácter: las reacciones cambian, si antes
era amable ahora parece todo el tiempo como enojada.
• La familia no puede encontrar al ser querido de antes.
• En lo funcional aparece en el sujeto las mismas
manifestaciones de duelo que vive la familia en el duelo
anticipatorio.
23.
24. Pre Agonía y Agonía
• Agonía es el estado precedente a la
muerte.
• Un estado de deterioro progresivo del
estado físico general, con pérdida
paulatina de estado de conciencia y de las
funciones mentales superiores.
25. Pre agonía y Agonía
• Es importante informar a la familia de los principales
síntomas que surgen en la agonía:
– Deterioro progresivo y evidente del estado físico con la
consecuente dificultad o pérdida de la ingesta.
– Pérdida de tono y masa muscular, con sus consecuencias en el
aparato locomotor.
– Pérdida paulatina de conciencia.
– Afilación del perfil de la cara.
– Enlentecimiento de la circulación que produce pérdida de
temperatura corporal.
26. Pre Agonía y Agonía
– Trastornos respiratorios.
– Presencia de delirios, agitación nocturna, inquitud motriz.
– Presencia de alucinaciones visuales y cinestesicas.
– Alteraciones comunictivas
– Informar de otros sintomas que puedan aparecer y
normalizarlos.
27.
28. El DUELO
• El duelo representa una desviación del
estado de salud y bienestar, e igual que
es necesario curarse en la esfera de lo
fisiológico para devolver al cuerpo su
equilibrio homeostático, asimismo se
necesita un período de tiempo para que
la persona en duelo vuelva a un estado
de equilibrio similar.
29. La pena y el duelo
Duelo
•Dolor o aflicción causado por la muerte de
alguien.
Pena
•Sentimiento de tristeza producido por una
situación adversa.
Luto
•Muestra exterior de dolor y pena causados por
la muerte de una persona. Esta pena se
manifiesta a través de distintos rituales
dependiendo de la religión y la cultura (uso de
ropa negra, objetos, adornos, etc.)
30. El duelo
• El duelo es un proceso que toma tiempo.
• Es difícil determinar la duración de un duelo. Los criterios del
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de
la American Psychiatric Association (DSM IV por sus siglas en
inglés) pueden no aplicarse en todos los casos; sin embargo,
estos indican que después de un período determinado, el duelo
se vuelve anormal.
• Las personas que viven un duelo normal pueden volver a
manifestar pena luego de varios meses o años tras la muerte
de un ser querido, especialmente durante fechas significativas
(aniversarios, cumpleaños, etc.)
31. • Necesidades de aprendizajes
• Distinguir duelo normal y patologico
• Elaborar una tecnica para abordar el
duelo
32. Duelo normal
Manifestaciones físicas:
•Sensación de vacío en el estómago, opresión en el pecho, palpitaciones
cardíacas, etc.
Manifestaciones emocionales:
•Entumecimiento, tristeza, miedo, rabia, alivio, etc.
Manifestaciones cognitivas:
•Incredulidad, confusión, dificultad para concentrarse, etc.
Manifestaciones espirituales:
•Cuestionamiento sobre la existencia de Dios y enojo hacia la divinidad,
reevaluación de la fe, búsqueda de significado, etc.
33. Clasificación del duelo
Duelo normal
•Anticipado
•Agudo o post mortem
Duelo anormal o complicado
•Crónico
•Retardado
•Exagerado
•Enmascarado
•Prolongado
34. Factores de riesgo de un duelo
complicado
• Relación con la persona fallecida
Ej.: hijo, cónyuge, etc.
• Naturaleza del vínculo con la persona fallecida
Ambivalente, de dependencia, etc.
• Tipo de pérdida
Inesperada, violenta, producto de un acto criminal, etc.
• Pérdidas múltiples
• Historial de enfermedades psiquiátricas, dificultad para
sobreponerse
35. • Variables de la personalidad
• Falta de redes de apoyo real o (imaginaria)
• Pérdidas que implican cambios drásticos
• Cambio de rol en la familia, cambio en la situación
económica
• Historial de pérdidas múltiples
• Mal manejo de pérdidas anteriores
• Adulto mayor de sexo masculino que pierda a su cónyuge
• Haber estado a cargo de la persona fallecida por un período
largo
Factores de riesgo de un duelo
complicado
36. Técnicas de manejo primario del duelo
•Técnicas exploratorias: Recogida de datos
básicos para la intervención. Se debe hacer
de forma ordenada:
● Datos generales: edad y nombres del fallecido y doliente,
fecha de fallecimiento, cumpleaños, etc.
● Datos sociofamiliares: genograma, relaciones familiares,
amigos, situación económica, etc.
● Antecedentes personales: problemas de salud
psicofísicos, elaboración de posibles duelos previos,
coincidencia de otros problemas de trabajo, familia,
amigos, etc., tiempo de convivencia y tipo de relación con
el fallecido, etc.
37. – Evolución del proceso del duelo: causa y lugar
del fallecimiento, conocimiento de la
enfermedad, sentimientos que manifiesta como
añoranza, culpa, rabia, ansiedad, tristeza, etc. y
apoyo emocional de la familia.
Acabamos la técnica exploratoria, haciendo un
resumen de lo mas relevante en cada uno de
los apartados explorados, esto nos dará un
perfil del duelo y de él sacaremos un listado de
problemas que debemos de abordar en la
intervención.
38. Técnicas de intervención generales
• Establecer una buena relación
• Escucha activa
• Facilitación
• Informar
• Normalizar
• Orientar
39. Estrategias para la comunicación con
personas con duelo
• Usar el nombre de la persona fallecida
• Reconocer el fallecimiento de la persona ej. “lamento
mucho la muerte de Juan”
• Hablar sobre la persona fallecida, recuerdos, anécdotas,
etc. Ej. “¿Qué recuerdos de Juan tiene hoy?”
• Acercar a la persona a la muerte de su ser querido, ej.
“¿Tiene alguna duda con respecto a la muerte de Juan o
sobre su tratamiento?”
• Hablar sobre el duelo. Ej. “¿Cómo le ha afectado la muerte
de Juan?”.
40. • “lo siento mucho”
• “debe ser difícil para usted”
• “¿Qué es lo que más necesita en este momento?”
• “¿Desea hablar al respecto?”
• “¿Qué puedo hacer para ayudarlo?”
• “¿Desea comunicarse con alguien en particular?”
• “¿Qué es lo que más extraña de Juan?”
• “¿Quiénes lo están ayudando en este momento?”
Estrategias para la comunicación con
personas con duelo
41. Comentarios y actitudes que se deben evitar
•“Entiendo por lo que está pasando” (a menos que efectivamente
haya experimentado una pérdida personal)
•“Es para mejor”
•“Las cosas pasan por algo”
•“Sé lo que siente” (a menos que efectivamente haya
experimentado una pérdida personal)
•“El tiempo todo lo cura”
•“Pronto lo va a superar”
•Evite dar ejemplos sobre personas que están peor.
Estrategias para la comunicación con
personas con duelo
42. Comentarios y actitudes que se deben
evitar
•Ser casual o distante. Evite hacer comentarios
fríos cómo: “llámeme” o “¿Cómo está?”
•Respuestas paternalistas cómo “Juan está
descansando” o “Es lo que Dios quiso”
•Quitar valides a los sentimientos del paciente. Ej.
“Ya debería estar mejor a estas alturas”.
•Dar consejos anticipados.
Estrategias para la comunicación con
personas con duelo
43. ¿Cuándo es conveniente no decir nada?
• Cuando le resulte complicado decir algo
• Cuando sienta que lo que pudiese decir
sería forzado
• Cuando no sabe la respuesta
• Cuando decir algo podría empeorar la
situación
44. Duelo anormal o complicado
• En caso de que la vida profesional, social
o personal del paciente se vea
perjudicada de manera significativa, se
debe considerar derivar al paciente a un
especialista.
• Identifique recursos locales que podrían
ser de ayuda.
45. Recuerde….
• Asistir a miembros de la familia, seres
queridos o amigos del paciente que estén
de duelo es un componente importante de
los cuidados paliativos
• Las personas que sufren un duelo pueden
manifestar reacciones relacionadas con la
pérdida, meses o incluso años, después
de la muerte de su ser querido.
• Un duelo complicado puede requerir de
tratamiento médico especializado.
46. • Los duelos reprimidos o mal elaborados
pueden traer problema psicológicos.
• El duelo es un proceso de integración y
luego de aceptación de la perdida de un
ser querido.
Hinweis der Redaktion
Asociado a esta noticia que conlleva la sensación de pérdida va el sufrimiento es una vivencia subjetiva, una reacción personal subjetiva frente a la percepción de una realidad sentida como compleja.
Ante el proceso de diagnóstico de la enfermedad es importante realizar una valoración de este proceso, aunque sea someramente, porque muchas de las dificultades que presenta la familia, desde la conspiración del silencio, la participación, la adhesión al tratamiento entre otras tiene que ver en como reacciona la familia y la persona enferma ante el diagnóstico.
Al mecanismo de defensa que nos referimos en el no reconocimiento de la pérdida inminente es la negación, el cual como ya se sabe es un mecanismo de defensa, que como tal es adaptativo y positivo en un primer momento, sin embargo hay que estar alerta si este mecanismo se “congela” en el tiempo, lo cual se transformará en una disfunción para la familia.y que repercutirá, lo más probable en el cuidado de la persona enferma.
Las demandas de las familias en este contexto, puede obedecer a que no están asumiendo tan funcionalmente la pérdida de la salud de su familiar y de hecho puede ser una señal de la angustia que presentan que están viviendo negativamente o no están asumiendo este duelo anticipatorio adecuadamente. Lo cual repercute con frecuencia en los equipos de salud. De qué manera repercute?, muchas veces con requerimientos inadecuados, poco realistas (Visitas a domiclio todos los días, la entrega de todos los insumos de enfermería, la visita a domicilio del médico, etc.)
En este último punto, y que quizás es lo más observable a nivel de practica es que los equipos deben trabajar más que multidisciplinariamente, interdisiciplinariamente, los integrantes del equipo deben saber leer la necesidad de las personas para derivar a cada profesional en particular. Por ejemplo esta angustia podría ser trabajada por el psicólogo y asistente social de los equipos, o referirlos a estos profesionales de la red del usuario si entro del equipo no está la posibilidad de acceso directo a ellos.
En cuanto a la despersonalización que muchas veces vive la familia de la persona enferma, lo podemos ver en el siguiente ejemplo de percepción de un enfermo respecto de su esposa, él señala como se va dando un progresivo alejamiento de su esposa en el contacto físico, en un principio ella lo saluda con un beso en la boca, en un tiempo más con un beso en la frente, luego le toca las manos, más adelante los hombros y finalmente, según el relato de la persona enferma ella sólo le toca a través de la ropa de cama los dedos gordos de los pies.
La multidimensionalidad del duelo anticipatorio es lo que provoca la mayoría de las alteraciones que se viven en las familias, ya que generan una especie de crisis adaptativa, ya que dependiendo de ciertos factores (que se verán más adelante), se viven diferentes situaciones en la familia, la desorganización, la pérdida financiera preocupación que es la más frecuente cuando la persona enferma es el proveedor del hogar, y donde muchas veces la esposa pasa a tomar este rol y es ella la que tiene que traer el sustento al hogar.
Para algunos teóricos hay una cierta distinción entre duelo anticipatorio y el pre duelo, el duelo anticipatorio estaría más referido a lo que vive la familia en función de la persona enferma y el pre duelo, sería el proceso del propio sujeto respecto de la propia pérdida de su salud y de su vida. Aquí se visualizan la exacerbación de ciertas características emocionales, lo cual va acorde con lo que sucede en el aspecto físico y funcional de cada individuo.
Acá sólo por una razón académica es que haremos esta distinción (duelo anticipado- pre duelo), pero en el fondo es el mismo proceso que viven tanto familia como la persona enferma respecto a su percepción de la pérdida de salud y de la vida, si, que en muchas ocasiones en tiempos diferentes, en muchos casos la persona enferma vive más rápido su proceso que la familia.
Una educación de esta naturaleza es sumamente efectiva y es una acción preventiva, ya que la experiencia dice que las mayores preguntas y aprehensiones de la familia tienen que ver precisamente con estos síntomas que se han dado a conocer y que tienen que ver con la agonía, lo cual es causante de mucha angustia y estrés en la familia, el educar para prevenir en parte este estado emocional es muy beneficiosos para la familia y su entorno.
El proceso de duelo es similar al proceso de curación. Al igual que en la curación física, se puede restaurar el funcionamiento total o casi total, pero también hay casos de funcionamiento y de curación inadecuados. De la misma manera que los términos sano y patológico se aplican a los distintos cursos en el proceso de curación fisiológica, también se pueden aplicar al curso que toma el proceso del duelo. El proceso de duelo lleva tiempo, hasta que tiene lugar la restauración del funcionamiento y obviamente hay distintos grados en el nivel de funcionalidad de la evolución.
Es importante tener claro algunas definiciones, para poder usar los términos correctos cuando lo hablamos con nuestros pacientes.
Es así como definimos el concepto de duelo como el dolor o aflicción por la muerte de alguien.
La pena, por otro lado, corresponde al sentimiento de tristeza producido por cualquier situación adversa, y obviamente se encuentra presente en el duelo, y
El luto se refiere a la muestra exterior de dolor y pena causados por la muerte de una persona.
La evolución del dolor causado por la pérdida de un ser querido presenta una enorme variabilidad, el duelo es un proceso que toma tiempo en evolucionar y esta evolución que va a depender de las múltiples circunstancias que rodean a esa persona y de su momento vital.
Sin embargo, y a pesar de esa gran variabilidad, se pueden describir, a grandes rasgos, distintos periodos de tiempo característicos a lo largo del proceso, que nos ayudarán a entenderlo, aunque esto suponga una fragmentación artificiosa de un "continuo único":
El duelo normal, dependiendo del momento en que se presente, se puede clasificar en anticipado o premortem, y agudo o postmortem.
El duelo anticipado es un tiempo caracterizado por el shock inicial ante el diagnóstico y la negación de la muerte próxima, mantenida hasta el final, por la ansiedad y el miedo. Deja profundas huellas en la memoria.
El duelo agudo corresponde a momentos muy intensos y excepcionales, de verdadera catástrofe psicológica, caracterizados por la anestesia emocional e incredulidad ante lo que se está viviendo.
El duelo anormal aparece en varias formas y se le ha dado diferentes etiquetas. A veces se le llama patológico, no resuelto, complicado, crónico, retrasado o exagerado. En la versión más reciente del Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana, se hace referencia a las reacciones anormales de duelo como «duelo complicado». Pero se elija como se elija llamarlo, ya sea anormal o patológico, éste es:
“la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso del duelo hacia su resolución. Esto implica procesos que no van hacia la asimilación o acomodación sino que, en su lugar, llevan a repeticiones estereotipadas o a interrupciones frecuentes de la curación.
El duelo siempre va asociado a una serie de circunstancias, que actúan como predictores de riesgo, como son: causa y entorno de la muerte,, personalidad y recursos psicoemocionales del doliente, ambiente sociofamiliar y el tipo de relación con el fallecido. Estas circunstancias pueden considerarse como normales, ya que no añaden dificultades por sí mismasa las ya propias del duelo, o por el contrario pueden complicarlo enormemente.
Podemos considerar predictores de malos resultados o de dificultades en la elaboración del duelo, los siguientes factores:
Como profesionales de la salud debemos ejercer prevención respecto al duelo. En prevención primaria debemos cuidar que la persona elabore su duelo de la manera más natural y saludable posible -saliendo incluso crecida de la crisis- y que no enferme. En prevención secundaria debemos detectar precozmente el duelo complicado, para poder establecer una terapia temprana y/o derivar a otro nivel, y realizar labores de seguimiento y/o soporte de personas con duelos complicados ya diagnosticados. Y en prevención terciaria asumir -también- el seguimiento y/o soporte de personas con duelos crónicos, de años de evolución y secuelas de por vida.
Para iniciar la evaluación de una persona en duelo debemos partir usando técnicas exploratorias que tienen como objetivo conocer todos los datos que pueden ser determinantes en la evolución del duelo. Estos datos proporcionarán un “perfil del duelo” que servirá para orientar nuestra intervención, priorizando los problemas detectados y nos ayudará a saber si estamos ante un duelo normal o de riesgo. Deben recogerse los datos en orden para no omitir antecedentes importantes, así, debemos interrogar respecto a:
Luego de utilizar las técnicas exploratorias y diagnosticar la evolución del duelo, debemos utilizar algunas técnicas de intervención generales, que conformarán nuestra actitud al intervenir, ellas son:
Establecer una buena relación con el doliente, es el fundamento y el principio de todo, para ello debemos darnos tiempo, mostrar empatía y respeto y estabecer una relaciòn entre pares pero simepre teniendo en cuenta que uno es el que ayuda.
La escucha activa debe ser atenta, centrada e intensa; es una escucha del otro y de uno mismo.
Facilitar es favorecer la comunicación, esperar, tener paciencia, es también hacerle un espacio al otro (al doliente) y darle “permiso” con nuestra actitud y ese clima “seguro” que hemos creado, para que cuente lo que se le ocurra o exprese sus emociones más profundas. Son técnicas facilitadoras de la comunicación: preguntas abiertas, baja reactividad, miradas, silencios, ecos, asentimientos, hacer resúmenes para resituar mentalmente al doliente.
Informar al doliente es: Explicarle lo que es el duelo, pero siempre volviendo a insistir que lo suyo es “único” y que tiene permiso para sentir lo que quiera y cuando quiera. Aclararle que la evolución teórica del proceso es hacia el ajuste, que todos los seres vivos se adaptan instintivamente a las nuevas situaciones Orientarle sobre las dudas más habituales: “¿Es bueno ir al cementerio?, ¿y llorar...?, ¿y hablar siempre del muerto....?, ¿porqué ahora tengo más miedo de morirme y a la vez quiero morirme?.
Normalizar es asegurarle al doliente –y se lo está diciendo su médico- que lo que siente, piensa, hace... es totalmente normal y lo natural en su situación... Esto valida sus reacciones y sentimientos, los legitima, confirma, desculpabiliza y además puede seguir sintiéndolos.
Orientar es guiar, sugerir, aconsejar... o incluso prescribir mediante instrucciones concretas determinadas conductas o rituales, y a veces lo contrario; por ejemplo, disuadir de una decisión precipitada.
A continuación mencionamos algunas estrategias generales para comunicarse con una persona viviendo un duelo:
Algunas frases que podemos utilizar para comunicarnos con la persona con duelo son:
Existen algunas actitudes y comentarios que debemos evitar, tales como: