1. Psicopatología
Fundamentos básicos de
la conducta anormal
Elaborado por: Raulymar Hernández.
CI: 23.567.532
¿Qué es? ¿y
sus objetivos?
Determinación
de anormalidad
Sistemas de
clasificación
Y mucho más…
2. Índice Introducción
La conducta anormal ha sido un tema que ha
despertado curiosidad y diversas opiniones a lo largo de
la historia de la humanidad. Términos como conducta
anormal o enfermedad mental ocupan una amplia
variedad de problemas que van desde los que son
privados en el sentido de que el resto de las personas
puede no percibir que alguien sufre de ansiedad, hasta
tragedias públicas como los tiroteos masivos en
escuelas de diferentes países.
Parte del trabajo psicopatológico se origina en el
intento de comprensión, no solo del fracaso de los
proceso evolutivos de maduración biológica y de
socialización sino, más a menudo, de los elementos de
perturbación en relación con situaciones específicas de
la vida cotidiana y del sufrimiento emocional en lo
cotidiano, en individuos con aceptable maduración
biológica y madurez psicológica.
II
Introducción ……………………………............ 02
Psicopatología: ¿Qué es?.......……………... 03
Desarrollo histórico de la
psicopatología………………………………. 05
Determinación de la anormalidad……….. …. 19
Limitaciones contextuales en la definición
de la conducta anormal…………………… … 25
Limitaciones culturales en la definición de
la conducta anormal………………………….. 26
Estrés, resiliencia, afrontamiento y
vulnerabilidad …………………….................... 28
Algunos mitos y realidades acerca
de las personas con enfermedad
mental…………….…………………… 31
El estigma de la conducta anormal…...... 33
Sistemas de clasificación……………………… 35
DSM-IV-TR……………………………………..... 37
CIE-10……………………………………………. 42
Principios de semiología……………………….. 43
Curiosidades…………………………………….. 45
Conclusiones ……………………………………… 47
Referencias bibliográficas ……………………….. 48
3. Psicopatología: ¿Qué es?
Psicopatología es un término que los psicólogos clínicos
utilizan como sinónimo de conducta anormal. Se puede
decir que la psicopatología es el conjunto ordenado de
conocimientos relativos a las anormalidades de la vida
mental en todos sus aspectos.
Por otra parte, se define a la psicología anormal como el
estudio científico cuyos objetivos son describir, explicar,
predecir y controlar conductas que son consideradas
extrañas o inusuales. Se definen como patológicos solo
aquellos elementos que logran trastornar el funcionamiento
psicológico en forma global y perturban la adaptación del
sujeto.
• Las respuestas patológicas del psiquismo
susceptibles de producir desadaptación, al
perturbar de forma significativa el funcionamiento
psicológico global.
• Las respuestas emocionales que se generan
como defensa adaptativa frente a la disfunción
del psiquismo.
• Las reacciones psicológicas que, aunque se
apartan de la homeostasis, no son en sí mismas
patológicas.
¿Qué estudia la psicopatología
exactamente?
0403
4. Desarrollo histórico de la
psicopatología
Los sufrimientos eran atribuidos a fuerzas externas de
origen sobrenatural. La comprensión del mundo se
inserta en aspectos mágicos y la enfermedad se debe a
fuerzas sobrenaturales: “demonios”, posesión o robo del
alma. Se ha sugerido que durante la Edad de Piedra se
pudieran tratar los trastornos mentales con un método
llamado trepanación, en el que parte del cráneo se
retiraba para dejar una abertura a través de la que el
espíritu maligno podía escapar.
Creencias prehistóricas y antiguas
¿Sabías que…?
Algunos historiadores no creen que la
trepanación fuera una intervención terapéutica,
más bien creen que se usaba para remover
astillas de hueso y coágulos sanguíneos por
medio de golpes en la cabeza durante el
combate.
El diagnóstico, tratamiento y pronóstico se hacía a
través de la astrología, la interpretación de sueños y la
adivinación. Otro método que era usado por antiguos
griegos, chinos, hebreos y egipcios era el exorcismo.
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5. Civilizaciones antiguas
La cultura griega y más tarde la romana parten de una
concepción más organicista de la enfermedad mental. Los
primeros pensadores cuestionaron las creencias
supersticiosas y propusieron explicaciones más científicas
y racionales para los trastornos mentales.
Hipócrates (460-370 a.C) creía
que, debido a que el cerebro era
el órgano central de la actividad
intelectual, la conducta desviada
era ocasionada por una
patología cerebral.
También realizó la primera clasificación de los trastornos
mentales:
Manía: crónica/agitación.
Melancolía: depresión.
Frenitis: estados delirantes agudos.
Muchas de sus descripciones de síntomas aún se usan
hoy en día.
Por su parte, Platón (429.347 a.C) siguió con el
pensamiento de Hipócrates; insistió que las personas con
enfermedad mental no debían ser castigadas por su
conducta.
Galeno (129.199 d.C) también hizo contribuciones muy
importantes gracias a su experimentación científica con el
sistema nervioso y su explicación de la función del cerebro
y el sistema nervioso central en el funcionamiento mental
Su mayor contribución podría ser su recopilación de todo
el conocimiento médico europeo del tiempo de Hipócrates
y el suyo.
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6. Edad media
Por una parte hubo un retorno a las concepciones místicas
y esotéricas, no guiadas por la razón. Por otra, empiezan a
vislumbrarse ideas humanistas en que la razón aparece
como muy importante.
A nivel popular floreció la magia y la brujería, que era
considerada la medicina de los pobres, hay una mayor
tolerancia hacia la locura, lo cual permite su expresión.
Solo son excluidos los individuos muy perturbados que
ocasionan disturbio, estos son ubicados en lugares de
reclusión junto a mendigos y presos.
El fervor cristiano trajo consigo los conceptos de herejía y
castigo; algunas verdades se consideraban sagradas, y a
quienes las desafiaban se les denunciaba como herejes. El
pensamiento científico que estaba en conflicto con la
doctrina de la Iglesia no se toleraba.
Cuando la iglesia empieza a aumentar su poder, se afianza
los criterios demonológicos (locos = poseídos) de la
comprensión de locura. La enfermedad mental entonces
pasó a tener una connotación de peligro moral. El tipo de
tratamiento predominante era el exorcismo, que en
general era conducido por un líder religioso que usaba
rezos, encantamientos y algunas técnicas de tortura física
para extraer al espíritu maligno del cuerpo del afectado.
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7. Brujería (siglos XV a XVII)
Se emitió un decreto en el que se hacía un llamamiento
para identificar y exterminar brujas. Las personas cuyas
acciones se percibían como peculiares a menudo eran
sospechosas de brujería. Era aceptable usar la tortura
para obtener confesiones de supuestas brujas y muchas
víctimas confesaron porque preferían morir que prolongar
la agonía.
.
Un resurgimiento de la búsqueda racional y científica
durante el Renacimiento condujo a grandes avances en la
ciencia y el humanismo. Hasta ese momento, casi todos
los asilos eran centros donde se encadenaban, enjaulaban
y maltrataban a los enfermos mentales. Pero la nueva
forma de pensamiento sostenía que si las personas
estaban “enfermas mentalmente” y no poseídas, entonces
debían ser tratadas como enfermas.
Aparecen los Lazarotes (hospitales donde se tratan
enfermedades infecciosas), que marcan el inicio de la
exclusión de ciertos grupos humanos. Con un espíritu
segregacionista y estigmatizador.
Luego, los asilos y hospicios basados en una actitud
caritativa y de beneficencia en que los locos aún no son
diferenciados del resto de los asilados.
Renacimiento
En 1563, Johann Weyer,
publicó un libro revolucionario
en el que declaró que muchas
personas que eran torturadas,
encarceladas y quemadas
como brujas estaban
trastornadas, no poseídas por
demonios y debían ser
tratadas como enfermas. Fue
un libro controvertido y
censurado por la Iglesia.
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8. El movimiento de la reforma (siglos
XVIII y XIX)
En Francia, Philippe Pinel, quedó a cargo de La Bicetre,
un hospital para hombres locos en París, y estableció el
movimiento de tratamiento moral, un cambio hacia un
trato más humano para las personas con enfermedad
mental. Ordenó que se quitaran las cadenas de los
internos, reemplazó los calabozos por cuartos iluminados,
reforzó el ejercicio en el exterior y trató a los pacientes
con amabilidad.
En Inglaterra, William Tuke, estableció un retiro para el
“tratamiento moral” de los pacientes mentales. Ahí los
pacientes trabajaban, rezaban, descansaban y hablaban
de sus problemas.
En Estados Unidos, Benjamin Rush, Dorothea Dix y
Clifford Beers hicieron importantes contribuciones al
movimiento de tratamiento moral. Rush, intentó entrenar
a los psiquiatras para tratar a los pacientes mentales e
introducir políticas de tratamientos más humanos en los
hospitales de ese tipo. Dix, trabajo incansablemente para
las personas con enfermedad mental, realizó campaña
para reformar la legislación y reunir fondos para
establecer hospitales apropiados.
Clifford Beers publicó un libro sobre su colapso mental,
en el cual describe el trato terrible que él y otros
pacientes recibieron en tres instituciones mentales. Su
narración provocó gran simpatía del público y atrajo el
interés y apoyo para mejorar las instituciones
psiquiátricas.
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9. Siglo XX
Se inicia el modelo como tal, con las clasificaciones y
desarrollo de un modelo positivista. Se desarrollan diversos
modelos teóricos.
Se da a la enfermedad mental una explicación orgánica y
neurofisiológica. Se clasifica agrupando síntomas desde un
enfoque descriptivo considerando un tratamiento
Entre los nombres más destacados se encuentran Emil
Kraepelin, Eugen Bleuler, Karl Jaspers, Ivan Pavlov y
Sigmund Freud.
Situación actual
Los cuatro rasgos más importantes de la Psicopatología
desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy en
día son:
La fragmentación de la Psicopatología en modelos y
escuelas.
El establecimiento de nosologías y sistemas
diagnósticos unánimemente reconocidos.
La segunda revolución terapéutica, que se concreta en
la desaparición del hospital mental como institución e
referencia para el tratamiento de los trastornos
mentales, el nacimiento de la atención comunitaria y el
nacimiento de la psicofarmacología modera.
Las aportaciones de la neurociencias a los trastornos
mentales aunque incipientes ,pueden romper la
dicotomía entre las corrientes biologicistas y
psicologistas
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10. Conceptos recientes sobre
la conducta anormal
Las teorías del siglo XVIII otorgaron gran importancia al
pensamiento racional como la norma para lograr una
adaptación personal y social. Sin embargo, durante la
primera mitad del siglo XIX, atrajo mucho más la atención
el importante papel del pensamiento irracional en la
conducta normal y anormal. Muchos trabajadores clínicos
e investigadores empezaron a considerar los conflictos
internos como la causa principal de infelicidad personal y
de fracaso para adaptarse en el aspecto social.
Enfoque psicológico
Enfoque orgánico
Durante el siglo XIX, influidos por el progreso de la
fisiología y anatomía, muchos escritores argumentaron que
la mayor parte de los trastornos mentales eran provocados
por la influencia directa o indirecta de las alteraciones en el
funcionamiento cerebral.
Convergencia de los enfoques
Un enfoque integracional o biopsicosocial es el que
actualmente dirige el trabajo de la mayor parte de los
investigadores. Desde esta perspectiva es necesario
considerar las instancias de conducta desadaptada en
términos de la operación de variables psicológicas,
biológicas y sociales. Se supone que la relativa importancia
o papel de estos factores en causalidad varíe según el
problema de que se trate.
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11. Determinación de la
anormalidad
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (DSM-IV-TR), define la conducta anormal
como:
Un síndrome o patrón conductual o psicológico
clínicamente significativo que ocurre en un individuo y
está asociado con una angustia presente (p. e., un
síntoma doloroso) o incapacidad (p. e., deterioro de una o
más áreas importantes del funcionamiento) o con un
riesgo significativamente elevado de sufrir muerte, dolor,
incapacidad o una pérdida importante de la libertad.
(American Psychiatric Association, 2000)
Angustia
Muchas personas que buscan ayuda profesional sufren
angustia física o psicológica. Diversas reacciones físicas
se derivan de fuertes componentes psicológicos; por
ejemplo el asma, la hipertensión y las úlceras, así como
síntomas físicos como la fatiga, la náusea, hipertensión y
dolor. La angustia también puede manifestarse en
reacciones emocionales extremas o prolongadas, de las
que la ansiedad y la depresión son las más prevalentes y
comunes.
Claro que, es normal que una persona se sienta
deprimida después de haber sufrida una pérdida. Pero si
la reacción es tan intensa, exagerada y prolongada que
interfiere en la capacidad del individuo para funcionar en
forma adecuada, debería considerarse anormal.
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12. Desviación
La desviación está relacionada de manera estrecha con
el uso de promedio estadístico. El criterio estadístico
iguala la normalidad con aquellas conductas que ocurren
con mayor frecuencia en la población. La normalidad,
entonces, se define en término de aquellas conductas
que ocurren con menor frecuencia.
La conducta extraña o inusual es una desviación anormal
de un estándar aceptado de conducta (como un acto
antisocial) o una falsa percepción de la realidad
(alucinación o delirio). Este criterio puede ser subjetivo en
extremo; depende del individuo que se somete al
diagnóstico, de la persona que lo realiza y del contexto
cultural particular.
Durante la época victoriana, las mujeres
usaban hasta ocho capas para cubrir sus
cuerpos. Mostrar el tobillo era equivalente a
andar sin la parte superior del traje de baño
en la playa hoy en día. También se debía
evitar toda palabra con connotación sexual.
Decían “extremidad” en lugar de “pierna”,
porque consideraban que esta última palabra
era erótica. Las personas que no se adherían
a estos códigos de conductas se percibían
como inmorales y por lo tanto fuera del
promedio estándar de normalidad.
¿Sabías que…?
Ciertas conductas como la delincuencia y el homicidio,
son ejemplos de actos que se consideran anormales en
nuestra sociedad. Pero las normas sociales están lejos
de la estabilidad y los estándares conductuales no
pueden considerarse absolutos.
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13. Disfunción
Los problemas emocionales a veces interfieren con el
desempeño de los roles de la vida tales como
estudiantes, maestros, trabajadores, padres, amantes o
cónyuges, etc., y la disfunción de rol resultante se
puede usar como un indicador de anormalidad. Por lo
tanto, una forma de evaluar la disfunción es comparar
el desempeño del individuo con los requerimientos del
rol.
También se puede evaluar una disfunción comparando
el desempeño de un individuo con su potencial.
Predecir la peligrosidad de los pacientes hacia sí
mismos y hacia otros se ha convertido en una parte
inevitable de la práctica clínica. Los terapeutas tienen la
responsabilidad de evaluar la peligrosidad de los
pacientes (para sí mismos y para otros) y de proteger a
la víctima en cuestión; los psicólogos han intentado
diseñar procedimientos para evaluar el riesgo y
establecer cuáles acciones se deben efectuar para
lograr proteger tanto al paciente como a terceros.
A pesar de lo mucho que se teme a la violencia en una
persona con trastorno mental, la realidad es que se
trata de una rareza estadística. En todo caso, predecir
la peligrosidad no es tarea fácil y no hay un criterio bien
definido correlacionado con la misma.
Peligrosidad
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14. Limitaciones contextuales en la definición
de la conducta anormal
La mayoría de los criterios que se usan para definir la
anormalidad emplean una desviación estadística de algún
estándar normativo. Sin embargo, esto presenta
problemas:
El criterio estadístico es estático y falla al tomar en
cuenta las diferencias entre lugares, tiempo y estándares
comunitarios.
El criterio estadístico no provee ninguna base para
distinguir entre las desviaciones deseables y las
indeseables de una norma.
Las personas que se mueven en nuevas direcciones, en
los aspectos artísticos, político o intelectual, pueden ser
consideradas candidatas para la psicoterapia sólo
porque no se ajustan a la conducta normativa.
Limitaciones culturales en la definición
de la conducta anormal
Una de las críticas más importantes de las definiciones
de anormalidad viene de la perspectiva multicultural. Si
las desviaciones de la mayoría se consideran
anormales, entonces muchas minorías étnicas y
raciales que muestran fuertes diferencias subculturales
respecto de la mayoría deberían considerarse
anormales.
Los multiculturalistas sostienen que todas las
conductas, normales o anormales, se originan desde un
contexto cultural.
25 26
15. Otro problema es que la definición de enfermedad
mental de un grupo quizá no sea compartida por otro.
Esto contradice el punto de vista tradicional de la
psicología anormal, que se basa en la universalidad
cultural, la suposición de que existe un conjunto
determinado de trastornos mentales, cuyas
manifestaciones obvias trascienden las culturas.
En contraste con el punto de vista de universalidad
cultural ha estado el relativismo cultural, creencia de
que los estilos de vida, los valores culturales y las
perspectivas del mundo afectan la expresión y la
determinación de la conducta desviada.
Estrés, resiliencia, afrontamiento y
vulnerabilidad
Estrés se refiere a la
reacción ante una
situación que presenta
demandas, restricciones u
oportunidades y no es
normalmente placentero.
Las personas están sujetas a experimentar estrés
psicológico cuando tienen que enfrentar un cambio
inesperado o poco usual. El número promedio de
situaciones estresantes durante la vida es más elevado
para los casos clínicos.
El término vulnerabilidad se refiere a cuál es la
probabilidad de que respondamos de manera inadaptada
en ciertas situaciones. Esta puede aumentar debido a la
herencia, ciertas características de personalidad, por la
falta de ciertas capacidades, o por la acumulación de
experiencias negativas.
27 28
16. Por otra parte, los factores de protección pueden
compensar elementos de alto riesgo en la vida de
alguien y contribuir a la resiliencia, es decir, la
capacidad de funcionar eficazmente de cara a la
adversidad y “reponerse” después de sufrir un estrés
importante. Hay personas que a pesar de su exposición
a múltiples factores de riesgo no muestran las
consecuencias que uno pudiera esperar bajo estas
circunstancias
A su vez, las personas resilentes se describen como
buenos afrontadores. La capacidad de afrontamiento
se refiere a las técnicas disponibles para que un
individuo de la cara a las situaciones difíciles y trate de
superarlas.
Factores de riesgo
• Susceptibilidad genética
• Negligencia o abuso durante la infancia.
• Inteligencia por debajo del promedio.
• Desavenencia marital severa.
• Desventaja socioeconómica.
• Criminalidad paterna.
• Trastorno mental materno.
• Racismo y discriminación
• Hacinamiento o familia de gran tamaño.
• Escuelas inadecuadas
Factores de protección
• Temperamento positivo, alegre.
• Inteligencia por encima del promedio.
• Competencia social.
• Estructura familiar de menor tamaño.
• Relaciones comprensivas con los padres.
• Buenas relaciones con los hermanos
Algunos factores de riesgo y protección
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17. Algunos mitos y realidades acerca de
las personas con enfermedad mental
Mito: las personas con alguna alteración mental
siempre pueden ser reconocidas por su conducta
anormal desviada.
Realidad: Las personas con alguna alteración
mental no siempre pueden distinguirse de otras con
base en la conducta inusual consistente.
Mito: Los individuos mentalmente afectados han
heredado esos trastornos. Si un integrante de una
familia tiene un problema emocional, los otros
probablemente tendrán el mismo destino.
Realidad: la herencia no juega un papel importante
en algunos trastornos mentales, como la
esquizofrenia y la depresión, algunos tipos de retraso
mental y en los trastornos bipolares. Sin embargo, la
evidencia sugiere que la herencia si influye en otros
trastornos mentales.
Mito: Las personas con enfermedad mental son
inestables y potencialmente peligrosas.
Realidad: esta concepción errónea ha sido
perpetuada por los medios masivos de
comunicación. De acuerdo a estudios, hay una
pequeña elevación del riesgo de violencia,
especialmente entre individuos con diagnóstico
doble, pero el riesgo es mínimo.
Mito: Las personas con enfermedad mental nunca
se curan ni serán capaces de funcionar normalmente
o llevar a cabo trabajos en la comunidad.
Realidad: esta creencia errónea ha causado mucha
angustia en muchas personas que han sido
etiquetadas como enfermas mentales. Cerca de tres
cuartas pates de los pacientes que son
hospitalizados con trastornos severos mejorarán y
van en camino a tener vidas productivas. Muchos
pacientes que se han recuperado son empleados
excelentes.
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18. ¿Sabías que…?
Personas famosas que se han recuperado de
trastornos mentales incluyen:
Abraham Lincoln, ex presidente de los
Estados Unidos.
Mike Wallace (presentador).
Tipper Gore (esposa del ex vicepresidente
estadounidense, Al Gore).
Deepika Padukone, actriz de Bollywood.
El estigma de la conducta anormal
Saber que se ha sido etiquetado como mentalmente
enfermo puede dar como resultado una estigmatización
tanto externa como interna. En respuesta a la
estigmatización de la sociedad, las personas con
trastornos mentales pueden internalizar actitudes
públicas y sentirse tan avergonzados o apenados que
muchas veces ocultan sus síntomas y evitan buscar
tratamiento. Esto lleva a una menor autoestima e
incrementa el aislamiento y la desesperanza.
33 34
19. Sistemas de clasificación
En la psicopatología, son sistemas de distintas
categorías, indicadores y nomenclatura para diferentes
patrones de conducta, procesos del pensamiento, y
alteraciones emocionales.
Cuatro contribuciones del diagnóstico y la
clasificación
1. Se redujo la complejidad de los fenómenos clínicos,
lo que permitió una mejor planeación del
tratamiento.
2. Se facilitaron las comunicaciones entre los clínicos.
3. Se puede predecir el curso y resultado de una
condición clínica con mayor seguridad.
4. Se proporcionan claves con respecto a la causa de
la condición.
Sistema multiaxial
En la actualidad, se utiliza un sistema de clasificación
multiaxial diseñada para resumir la información diversa
importante para el caso de un individuo, más que para
ofrecer una simple etiqueta.
El primer sistema multiaxial,
una revisión del Manual
Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales
(DSM-III) se presentó en 1980,
el DSM-IV en 1994, y el DSM-
IV-TR se publicó en 2000.
Las categorías adicionales del sistema multiaxial
proporcionan información sobre el contexto en el cual
se presenta la conducta anormal, así como una
descripción de la misma. Hace posible que se señale de
manera formal la etiología del trastorno cuando se
puede identificar, así como las experiencias subjetivas
de los pacientes, y sus factores favorables y
desfavorables.
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20. Ejes del DSM-IV-TRDSM-IV-TR
El DSM-IV-TR brinda categorías diagnósticas y enlista
criterios para juzgar si los síntomas y las conductas de
una persona entran en la categoría. Permite examinar y
evaluar el estado mental del individuo de acuerdo con
cinco factores o dimensiones (llamadas ejes en el
manual). Los ejes I, II Y III se refieren a la condición
mental y médica presente del individuo. Los ejes IV y V
brindan información adicional acerca de la situación de la
vida y el funcionamiento de una persona. En resumen, el
DSM-IV-TR proporciona información sobre los aspectos
biológicos, psicológicos y sociales de la condición de una
persona.
• Eje I: trastornos clínicos y otros problemas que
pueden ser objeto de atención clínica. Reporta la
mayoría de los trastornos o condiciones incluidas en
el sistema de clasificación, excepto los trastornos de
personalidad y el retraso mental. Si un individuo
tiene más de un trastorno mental, están todos
listados. El trastorno principal se lista primero.
• Eje II: Trastornos de la personalidad y retraso
mental. En este eje se listan los trastornos de la
personalidad así como las características
prominentes de la personalidad inadaptada. Lo
trastornos de la personalidad pueden presentarse
solos o en combinación con un trastorno del Eje I. En
este eje también se incluye el retraso mental.
• Eje III: Enfermedades médicas. En este eje se
listan todas las condiciones médicas que son
potencialmente relevantes para el entendimiento y el
tratamiento de una persona (por ejemplo, los
antecedentes de un paciente con respecto de los
ataques cardíacos).
37 38
21. • Eje IV: Problemas psicosociales y ambientales.
Estos problemas pueden afectar el diagnóstico, el
tratamiento y la prognosis de los trastornos
mentales. Por ejemplo, un cliente puede
experimentar la muerte de un miembro familiar, el
aislamiento social, la indigencia, la pobreza extrema
y los servicios de salud inadecuados. El clínico
enlista estos problemas si han estado presentes
durante el año previo a la evaluación o si ocurrieron
antes del año anterior y contribuyen claramente al
trastorno o se han convertido en el centro del
tratamiento.
• Eje V: Evaluación de la actividad global. El clínico
brinda una valoración del funcionamiento
psicológico, social y ocupacional de una persona.
Normalmente, la valoración se hace para el nivel de
funcionamiento en el momento de la evaluación. Se
usa una escala de 100 puntos, en la que el número 1
indica un deterioro severo en el funcionamiento y
100 se refiere a un funcionamiento superior carente
de síntomas.
Trastornos mentales del DSM-IV-TR
La mayoría de los trastornos encontrados en los
pacientes se listan en el Eje I y II, pero algunos pacientes
pueden tenerlos en ambos ejes o más de uno en cada
eje.
Trastornos de inicio en la infancia, la niñez o la
adolescencia: Delirio, demencia, amnesia y otros
trastornos cognitivos.
Trastornos mentales que se deben a una condición
médica general no clasificada en otro apartado.
Trastorno relacionado con el uso de sustancias.
Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
Trastornos del estado de ánimo.
Trastornos de ansiedad.
Trastornos somatomorfos.
Trastornos facticios.
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22. Trastornos disociativos.
Trastornos sexuales y de identidad de género.
Trastornos de alimentación.
Trastornos del sueño.
Trastornos del control de los impulsos que no
están clasificados en ningún otro apartado
Trastornos adaptativos.
Trastornos de la personalidad.
Otras condiciones que pueden ser un foco de
atención clínica.
Clasificación internacional de
enfermedades, 10 (CIE-10)
Tiene ejes diagnósticos variables, entre ellos:
• Eje I (síndromes psiquiátricos clínicos)
• Eje II (trastornos específicos del desarrollo)
• Eje III (nivel intelectual)
• Eje IV (condiciones médicas)
• Eje V (situaciones psicosociales)
• Eje VI (evaluación global de la discapacidad)
El CIE-10 tiene varias características que también se
pueden observar en el DSM-IV-TR, pero no son idénticos.
Por ejemplo, el CIE-10 contiene un conjunto de criterios
de diagnóstico de investigación.
El CIE-10 es la décima revisión
de la Clasificación Internacional
de las Enfermedades y
Trastornos relacionados con la
Salud Mental realizada por la
OMS en 1992.
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23. Principios de semiología
La semiología en psicopatología se ocupa del estudio
de los signos y de los síntomas de las enfermedades
mentales; por lo tanto, es fundamental para la
realización de un buen diagnóstico y para la práctica
clínica.
Síntomas y signos
Por síntomas se entiende cualquier fenómeno anormal,
funcional o sensitivo, percibido por el enfermo, indicativo
de enfermedad. Tiene un carácter más subjetivo que el
signo y se refiere a manifestaciones no observables
directamente. Ejemplo: astenia, alucinaciones visuales
Un signo es una manifestación de una enfermedad,
perceptible por el observador, que una vez evaluada,
será factor del diagnóstico. Ejemplo: taquicardia..
Enfermedad, síndrome y trastorno
La enfermedad es un conjunto de signos y síntomas,
que evolucionan a un mismo tiempo, definiendo un
cuadro clínico cuya etiología es única. Por su parte, un
síndrome es una agrupación de síntomas y signos,
que pueden tener diferentes causas, y puede deberse a
varias enfermedades.
Un trastorno es un conjunto
de síndromes que cumplen
con las características de
estar juntos en un tiempo y
orden establecido. Luego de
recoger los síntomas,
organizarlos en síndromes y
compararlos, podemos tener
un diagnóstico certero.
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24. Curiosidades
D.L Rosenhan (1973) envió ocho
experimentadores (pseudopacientes) que eran
“normales” a diferentes hospitales psiquiátricos.
Su primer objetivo era fingir síntomas
psiquiátricos para lograr ser admitidos en los
pabellones psiquiátricos, y una vez ahí,
comportarse de manera normal. Los
descubrimientos fueron interesantes. Primero,
nadie del personal de seguridad del hospital
detectó que los pseudopacientes eran normales.
Segundo, en un inicio a casi todos ellos se les
diagnosticó esquizofrenia y muchas de sus
conductas normales se interpretaron
subsecuentemente como manifestaciones de
dicho trastorno.
Aproximadamente 7.3% de los adultos padecen
de una enfermedad mental seria.
Entre los adultos con enfermedades mentales
serias, 20.3% eran dependientes o abusaban del
alcohol o de drogas ilícitas.
Los porcentajes de enfermedades mentales
serias disminuyen con la edad: 11.7% de las
personas tenían entre 18 y 25 años, 7.9% de
ellas estaban entre los 26 y 49 y 4.9% tenían 50
años o más.
El porcentaje de enfermedad mental seria en
todos los grupos de edad fue mas elevado en
mujeres que en hombres.
Las personas con menos educación tienen
índices más altos de trastornos mentales que
las que tienen más educación.
45 46
Curiosidades
25. Referencias bibliográficas
Sarason, I., y Sarason, B. (2006). Psicopatología.
Psicología anormal: el problema de la conducta
inadaptada (11ma ed.). Ciudad de México: Pearson
Educación.
Sue, D., Wing Sue, D. y Sue, S. (2010). Psicopatología:
Comprendiendo la conducta anormal. Ciudad de
México: Cengage Learning.
Conclusión
La psicopatología es una rama de la ciencia
psicológica. De hecho también es conocida como
psicología de la anormalidad. Sus aportaciones tienen
un valor teórico y práctico para la psicología y la
psiquiatría. La gran mayoría de las conductas que
estudia la psicología anormal se relaciona con la fallas
e inadecuaciones del hombre. Estos errores en la vida
se deben sobre todo a fallas en la adaptación.
La conducta anormal cubre un amplio espectro de
conductas que causan infelicidad a la persona que está
relacionada con los que provocan daño a sus
semejantes. A menudo resulta difícil decidir cuándo se
ha cruzado la línea entre normal y anormal. Aun
cuando la conducta sea claramente anormal no
siempre puede decidirse con facilidad si se debe a una
enfermedad mental o a actitudes y creencias
antisociales.