Comunicado ues facultad ciencias y humanidades sobre la gestión de Pandemia por Covid19
Facultad de Ciencias y Humanidades
Universidad de El Salvador
Comunicado
La Facultad de Ciencias y Humanidades, Universidad de El Salvador, ante las últimas disposiciones del
Gobierno frente a la Emergencia Nacional, a la comunidad salvadoreña manifiesta:
Para el día lunes 23 de marzo de 2020, a las 8:38 de la mañana, se reportaron 353,692 casos confirmados de
COVID19 (coronavirus), 15,430 decesos y 100,443 personas recuperadas (Universidad Johns Hopkins) en
el conjunto del planeta. Para una población mundial estimada, al día 22 de marzo, en 7,784,410,922
habitantes (https://countrymeters.info/es/World), el porcentaje de personas confirmadas con esta
enfermedad, hace una proporción de población contagiada de un 0.0041%. En estas cifras es importante
considerar dos aspectos: Primero, que ningún gobierno del planeta parece estar aplicando las pruebas que
confirman el contagio a toda la población que presenta síntomas; y Segundo, que las estadísticas que se
están registrando no revelan con precisión el panorama real de la pandemia de COVID19. En algún
momento, en los próximos días, cuando la población humana desarrolle inmunidad, esta contabilidad
comenzará a descender.
Para situar los datos mundiales de la pandemia del COVID19 en perspectiva, se puede comparar que, para
este año, al día de hoy, la principal causa de muerte a nivel mundial la constituye la enfermedad de las
arterias coronarias, con 2,105,889 muertes, seguido del accidente cerebro vascular con 1,500,988 y en tercer
lugar, de las infecciones del tracto respiratorio inferior, con 767,395 decesos registrados
(https://countrymeters.info/es/World). En este sentido, es relevante considerar que el porcentaje de muertes
asociadas al COVID19 en Italia aparece como el mayor del planeta, entre otras razones, porque el gobierno
de ese país está aplicando las pruebas de confirmación básicamente a las personas que presentan síntomas
graves.
Estos datos no llevan el propósito de que la población subestime la actual pandemia, sino de informar
adecuada y oportunamente respecto a los riesgos que se corren y estimar las capacidades de nuestra nación
para enfrentar y superar esta crisis de salud pública.
La capacidad de una nación y del estado para enfrentar y superar la pandemia con menos morbilidad y
mortalidad está en relación directa con las capacidades de sus aparatos de salud pública. La organización de
la salud pública de naciones como Italia y España han demostrado una eficacia menor respecto a la de
Alemania, China o Cuba. De hecho esta pequeña nación del Caribe se ha demostrado como un ejemplo
mundial por la gestión de salud pública de la pandemia en su propio territorio, y por la contribución con
personal médico y fármacos al abordaje de la epidemia en otros estados del planeta, incluyendo la
capacidad de recibir a un navío con casos confirmados para resolver la problemática.
En el caso de El Salvador, es necesario considerar que nuestra organización nacional de atención a la salud
pública está escindida en cuatro sectores: La medicina privada, que cuenta con una dotación de recursos de
nivel superior al resto del sistema, pero cuyo acceso es restringido por los precios de los servicios; la
medicina socializada de forma tripartita (Instituto Salvadoreño del Seguro Social), que únicamente cubre
básicamente al 30% de la fuerza laboral y a beneficiarios asociados; la medicina pública, que en términos
de proyección debería tener la capacidad de proveer los servicios al conjunto total de la población; y las
prácticas populares de gestión de la salud.
La actual crisis de la pandemia COVID19 es fundamentalmente una crisis de salud pública, de manera que
las medidas a considerar deben articular bajo una sola conducción a los cuatro sectores que conforman la
atención a la salud para la nación, y poner a la disposición de la población más afectada y con mayor riesgo
de morbilidad, todos los recursos de los cuales la nación dispone, independientemente de su condición
socio-económica. Por supuesto, al frente de esa conducción debe nombrarse al personal con la experiencia y
capacidad requeridas, y contar con las asesorías pertinentes.
Las medidas de aislamiento domiciliar, restricción y disminución de contactos sociales que actualmente se
promueven son válidas y pueden contribuir al abordaje resolutivo de la pandemia, siempre y cuando la
prolongación más allá de 15 días no vaya en detrimento de la salud mental y la percepción de ingresos de
las personas, familias y comunidades.
Es necesario activar las capacidades y experiencia de la nación, ganadas a través de múltiples eventos de
afectación social, como tormentas y terremotos, que se han enfrentado y superado en el pasado, el cual está
especialmente articulado en la experiencia de Protección Civil y participación comunitaria, que demostró
ser efectiva e imprescindible en la atención a emergencias, superando la improvisación de medidas que
desorganizan a la población.
El recurso a la fuerza militar y policial para controlar el comportamiento de restricción del contacto social
debe contenerse y aplicarse excepcionalmente en casos de fuerza mayor, pasando a dar mayor énfasis en
proporcionar información veraz y oportuna, y suspender la exacerbación y propagación del sentimiento de
pánico contra la población.
Por tanto, la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador propone a todos los
sectores de la nación:
a) Convocar a la conformación de una Comisión Nacional de Salud para atender la Pandemia del
COVID19, a integrarse por las personas responsables de las principales instituciones y
organizaciones de salud de los cuatro sectores que conforman la atención a la salud pública en El
Salvador. También las emergencias de salud no asociadas a la pandemia deben ser atendidas bajo la
orientación de esta Comisión.
b) Convocar a una Comisión Nacional de Comunicación Social para garantizar que la información que
llega al público sea verídica, orientadora, formativa, y contribuya a reforzar los comportamientos
adecuados a las medidas de aislamiento domiciliar y social, generando seguridad y confianza en la
población. La información se debe producir y organizar como un bien público que contribuya a un
desempeño ciudadano que asuma protagonismo en las actividades de prevención, evitando
procedimientos informativos verticales y represivos que apelan al instinto de supervivencia
individual.
c) Activar la Comisión Nacional de Protección Civil, promoviendo la participación y operación de
equipos multidisciplinarios en los niveles departamental, municipal y comunitario, rescatando la
gestión y desarrollo territorial y local.
d) La acción policial y militar debe ser acompañada por observadores de derechos humanos y
orientada a la educación comunitaria, no a la represión, las personas que procuran resolver sus
necesidades vitales no deben ser objeto de penalización judicial.
e) Las medidas extremas de confinamiento domiciliar deben ser cuidadosamente reconsideradas a
partir de que la mayoría de la población laboral obtiene cotidianamente sus ingresos a partir de
actividades y empleos informales.
f) El acceso a la educación es vulnerable en nuestras sociedades, por lo que en estos momentos se
debe flexibilizar las exigencias educativas, reconociendo los derechos humanos de nuestros
educandos, maestros y padres de familia, y, con base a la estrategia del gobierno aplicando la
educación en línea, considerando la brecha digital del país para crear una red pública de internet que
posibilite la accesibilidad de datos para fortalecer la comunidad de aprendizaje.
HACIA LA LIBERTAD POR LA CULTURA
Lunes 23 de marzo de 2020