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Título: ¿EDUCAR PARA INCLUIR O INCLUIR PARA EDUCAR?
Autora: Virginia González Rozada. Lic. En Psicología Lic. En Ciencias Biológicas.
Colegio Hans Christian Andersen- Sede Pacheco. Provincia de Buenos Aires.
República Argentina
E mail : vgrozada@hotmail.com
Introducción
Los niños de la misma edad no son todos iguales en lo que respecta
al aprendizaje, al igual que en materia de estatura, aficiones, personalidad
o gustos y aversiones. Es cierto que tienen muchas cosas en común,
porque son seres humanos y porque son todos niños. Pero también
presentan diferencias importantes. Lo que tenemos en común nos hace
humanos. Lo que nos diferencia nos hace individuos.
(C.A. Tomlinson, 2005, p.15).
La educación inclusiva es un paradigma educativo que se apoya en los derechos
humanos, que apela a los valores y tiende a la igualdad entre los seres humanos, sin
distinción de habilidades, tanto en materia de aprendizaje como en el trato, el acceso a
lugares, materiales, etc.En la historia de la educación para la diversidad, se han ido
produciendo cambios. Desde el énfasis en la Educación Especial pasando por la
integración hasta la idea de inclusión como cambio paradigmático total que implica no una
adaptación del curriculum para un alumno, sino la creación de un curriculum para todos.
La inclusión es un concepto amplio, que involucra a todo el sistema educativo:
alumnos, padres, profesores, directivos, equipos de orientación y profesionales
externos.En mi experiencia personal, cada inclusión educativa es un reto que implica un
trabajo ampliamente participativo de toda la comunidad y que tiene todavía muchas
aristas para ser trabajadas por toda la sociedad.
El objetivo de este trabajo es comentar mi experiencia como psicóloga en el área
de secundaria de un colegio inclusivo de la Provincia de Buenos Aires, República
Argentina y compartir las dificultades que se plantean en este ámbito, desde los docentes,
el sistema educativo, la comunidad, sumado a la etapa evolutiva tan compleja por la que
atraviesan nuestros alumnos.
Nuestro proyecto escolar es bilingüe inglés, con la particularidad de que cada
alumno desarrolla sus capacidades en la medida de sus posibilidades. La escuela trabaja
bajo el lema “una escuela para todos”, y tenemos entre nuestros alumnos, niños y
adolescentes con diferentes patologías como autismo, Giles de la Tourette, esclerosis
tuberosa, síndrome de Apert, síndrome de Down, diferentes grados de disfasia y dislexia,
disfunción sensorial y atencional. Trabajamos con inclusión desde jardín, en algunos
casos con maestra integradora individual dentro del aula o maestra auxiliar, ayudante del
docente.

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Nuestro primer desafío consistió en contar con un cuerpo de maestros y
profesores dispuesto a trabajar con la diversidad, convencido de que no todos los
alumnos aprenden igual, que cada uno posee habilidades diferentes y necesita ayudas
distintas.
Formar a los docentes para reconocer y aceptar las diferencias entre sus alumnos
y aprender a realizar adecuaciones curriculares de contenido o acceso, en función de las
dificultades de cada uno es una de nuestras premisas cada vez que se incorpora un
docente nuevo a nuestro plantel. Involucrarlos en la educación inclusiva es imprescindible
para la continuidad del proyecto.
Aceptamos el reto de crecer con nuestros alumnos y decidimos acompañarlos en
la etapa adolescente, continuando con ellos su formación en nuestra escuela secundaria,
ayudándolos a fortalecer lazos con sus compañeros y privilegiando lo social, aún cuando
esto significara el trabajo con adecuaciones de contenido cada vez más significativas.
Trabajamos en forma permanente con cada grupo de alumnos para crear la
conciencia de que todos pueden pero en diferente medida, que es importante alcanzar la
meta más alta en cada uno, y que la única comparación válida es la que se hace con uno
mismo.
En el aspecto formal de la Educación, la escuela secundaria, en su carácter de
obligatoria ha conseguido el ingreso de muchos alumnos con diferentes patologías que
sin esta “obligatoriedad”, tal vez no hubieran continuado estudios secundarios.
Esto sirvió para que en todos los ámbitos de la Educación se tratara el tema y
comenzaran a surgir las dificultades de esta “inserción “.Todas las escuelas comenzamos
a recibir documentos aclaratorios con respecto a cómo elaborar proyectos individuales de
integración, información sobre la realización de las adecuaciones curriculares, cómo
trabajar con los profesores o padres.
A modo de prueba piloto, directivos y equipos de orientación de varias escuelas
secundarias de la zona, comenzamos a reunirnos mensualmente para comentar nuestros
proyectos, plantear dudas comunes a todos y tratar de establecer normas comunes.
De estas reuniones salimos siempre con la certeza de que el camino de la
inclusión es el adecuado, con todas las dificultades y desafíos que nos plantea y que la
educación para la inclusión debe abarcar no solo a docentes y alumnos sino a padres y a
la sociedad entera.
En nuestra tarea, se nos han presentado dificultades en varios aspectos:
• Con respecto a los profesores, la preparación en sus estudios de
profesorado suele ser escasa en cuanto al trabajo con la diversidad,
desconocen muchas veces el concepto de NEE y suele variar su
disposición para realizar adecuaciones curriculares.
• En relación a la comunidad educativa, la toma de conciencia de los padres
de la comunidad es un factor que ayuda a la inclusión, si bien en nuestra
experiencia sólo la cotidianeidad de la convivencia y el vínculo demuestran

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a los padres de los alumnos “típicos”, que la presencia en el aula de los
chicos con alguna dificultad es altamente beneficiosa para todos.
• Con respecto al aspecto formal, la falta de independencia de cada escuela
para decidir la conveniencia del cursado de algunas asignaturas de años
superiores a alumnos con capacidades limitadas para esa cursada; a la
aprobación de algunos espacios cuyos contenidos son prácticamente
inalcanzables, aún con adecuaciones curriculares.
• En cuanto a la importancia de establecer un acuerdo familia - escuela –
profesionales y sostenerlo a lo largo del año para trabajar juntos
alcanzando objetivos comunes centrados en el alumno.
Estamos convencidos de que el trabajo conjunto y la comunicación
constante con la familia y los profesionales que atienden a cada alumno es
un factor indispensable para el éxito de la integración.
• Falta de escuelas que reciban a los alumnos con dificultades, con lo cual la
demanda en las escuelas que sí lo hacen se torna excesiva para las que sí
incluyen a éstos alumnos.
• Integración social, siendo ésta la dificultad mayor que enfrentamos en la
etapa secundaria, en especial de aquellos alumnos que ingresan nuevos
en la escuela, sin haber compartido con los compañeros una historia
previa.
“Porque lo propio del hombre no es tanto
el mero aprender como el aprender de otros
hombres, ser enseñados por ellos”.
F. Savater
La escuela es un ámbito de socialización y el lugar donde los chicos pasan gran
parte de su día. Es el lugar donde se crean lazos de amistad para toda la vida.
En el caso de los chicos con patología, observamos diariamente que, si bien están
incluidos en las actividades escolares, forman grupos de trabajo y comparten juegos y
actividades en los recreos, esta relación no continúa por fuera de la escuela y los padres
nos transmiten con angustia el hecho de ver a sus hijos aislados, sin salidas programadas
ni amigos que los llamen por teléfono. Es en ese punto en el que interviene la educación y
conciencia de la sociedad. Y es cuando empiezan a surgir cuestionamientos,
inclusive de los profesionales sobre la conveniencia de la inclusión de un alumno
con patología en la escuela común o la preferencia de que asista a una escuela
especial con “pares”, con quienes comparta intereses.
Esta dificultad de relación, en algunos casos se ve atenuada llegando a la
adolescencia y cuando hay detrás intenso trabajo terapeútico y apoyo familiar. En otros
casos en los cuales las dificultades son más evidentes o cuando se agregan dificultades
motrices, es más difícil la inclusión.

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La sociedad no está preparada para la aceptación de las diferencias y los
adolescentes en su vulnerabilidad son atrapados por esta necesidad de ser “exitosos”,
“lindos”, “perfectos”, ”iguales”, dentro de lo cual no cabe “lo diferente”.
Es en ese momento cuando es necesario plantearse si la educación a la sociedad no
debería ser previa a la inclusión de los chicos en las escuelas. La pregunta es ¿educar
para incluir o incluir para educar?
¿De qué manera podemos desde la escuela trabajar con las familias de todos los
chicos para lograr esta inclusión social, que signifique un tránsito más feliz durante
la escolaridad y un paso importantísimo hacia la vida de adultos inmersos en esta
sociedad?
Bruno es un alumno que cursa 2° año en nuestro colegio. Su diagnóstico es TGD no
especificado.
Ingresó al colegio al comienzo de la etapa secundaria, proveniente de una escuela
primaria común, en la que no se le realizaban adecuaciones curriculares y en la cual su
rendimiento estaba muy por debajo de lo esperado.
Nuestro desafío fue doble desde el primer día: por un lado adecuar los contenidos de las
materias del ciclo secundario a las posibilidades de Bruno y por el otro conseguir su
inserción social dentro de un grupo de adolescentes que si bien estaban acostumbrados a
compartir el aula con compañeros con capacidades diferentes, a éstos los conocían
desde el jardín y nunca había entrado al grupo un compañero nuevo con NEE.
En el aspecto cognitivo Bruno fue necesitando adecuaciones en cuanto al contenido, a
medida que se complejizaban los temas de cada materia.
Por ejemplo, en el área de Ciencias Sociales, los alumnos trabajan con guías de estudio.
En este caso, para Bruno y otros compañeros con NEE, se realizan guías especiales
sobre los mismos y con las mismas características que las de sus compañeros, pero con
párrafos más cortos, vocabulario más simple, mayor cantidad de estímulos visuales y
ejercitación intercalada entre los contenidos.
Todos los alumnos con NEE son evaluados siempre al mismo tiempo que sus
compañeros, aunque sus evaluaciones difieren en complejidad, o en formato (letra más
grande, mayor espacio para responder, consignas simplificadas). En ocasiones se dividen
las evaluaciones en partes, a los efectos de que puedan trabajar más tranquilos o se les
permite completarlas en forma oral cuando su cansancio les impide continuar escribiendo.

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En todos los casos y en especial en los alumnos como Bruno, la premisa principal es
asegurarse que comprende la consiga antes de empezar a trabajar, ya que difícilmente
pregunte si no comprende una actividad y simplemente, deje esa actividad sin completar.
Otro aspecto que trabajamos con los alumnos con NEE, es la organización (trabajo con
agenda y calendario). En el caso de la agenda, cada profesor debe asegurarse de que los
chicos agenden correctamente lo que tiene que traer o hacer, en ocasiones algún
compañero colabora con ellos en esta acción, (compañero tutor que va rotando durante el
año). El calendario es una estrategia muy útil que consiste en volcar la información de la
agenda en un calendario mensual, que sugerimos que esté en la casa a la vista de la
familia, para contar con la colaboración de sus integrantes en ayudar a los chicos a
organizarse con tiempo para las actividades.Calendario de organización mensual
En la medida en que Bruno y sus compañeros van pasando de curso, nos encontramos
con nuevas dificultades:
En lo cognitivo:
• Asignaturas cuya complejidad es demasiada.
• Dificultad para acercar los contenidos a la cotidianeidad de los chicos.
En lo emocional:
• Diferencias marcadas en los intereses de los chicos con NEE y sus
compañeros.
• Dificultad para organizar actividades fuera del colegio que pudieran
convocar a todos los chicos.
Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado
1Trabajo
práctico C.
Naturales
2 3 4
5
6 7 8 9Prueba
de
Historia
10 11
12
13 14 15Traer
información
16 17 18
19
20
Tarea
de
Lengua
21 22 23 24 25

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A los efectos de evitar que los horarios de las materias más complejas fueran “horas
vacías” para los chicos con NEE y con el objetivo de lograr que puedan formar un
grupo y sentirse dentro de un grupo de pares, organizamos talleres.
Decidimos reunir a los chicos con NEE en grupos de acuerdo a intereses comunes,
durante las horas en que cursaban las asignaturas más complejas: física o química de
los cursos superiores, materias en inglés o francés. Para esto organizamos los
horarios de tal manera que en el mismo bloque horario, todos los alumnos con NEE de
los diferentes años, tuvieran alguna de estas materias, para permitirles salir al mismo
tiempo.
Para esos bloques organizamos talleres: de arte, computación, banda musical e inglés
comunicativo.
De esta forma, chicos de diferentes cursos han comenzado a relacionarse y
conocerse a través de una actividad compartida y esto posibilitó que empezaran a
invitarse a las casas y a compartir salidas con intereses comunes.
Estos talleres también permitieron un acercamiento del resto de los chicos. Al taller de
banda comenzó a asistir en ocasiones, a modo de apoyo, un alumno sin NEE, que
toca muy bien la guitarra eléctrica y logró muy buen ensamble con uno de los chicos
de la banda. Esto permitió que comenzaran a juntarse para tocar en la casa de uno u
otro y que integraran a otros compañeros con el objetivo de formar una nueva banda.
Otra actividad que planteamos fue incorporar una hora por semana de “encuentro”, en
la cual los chicos conversan o juegan con diferentes juegos de mesa que traen o les
brindamos desde el colegio. Esta actividad fue absolutamente bienvenida desde el
primer día, tanto por los chicos que participan en ella como por las familias y les
permitió “sentirse amigos”, de chicos de cursos y años diferentes, compartir con ellos
intereses, películas, juegos y animarse a invitarse a las casas a jugar o compartir
salidas. Una de las actividades fue
planear una tarde con amigos y
realizar las invitaciones para cada
uno.
Con mucha alegría pudimos ver
como estos alumnos salían del
colegio en grupo para ir a la casa de
alguno de ellos o arreglaban para
juntarse el domingo en una casa a
ver el partido de Argentina. Para ello
contamos con la ayuda de las
familias que se sintieron felices de
participar en este proyecto de
integración social.
Nuestra estrategia fundamental es,
desde siempre la conversación con todos y cada uno de los grupos e individualmente
con los alumnos con y sin NEE. Los valores no se enseñan en papel, se viven cada
día y la integración, la solidaridad, la ayuda mutua deben sentirse en forma
permanente cada día.

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Y la satisfacción no se hace esperar. Durante muchos años, cada vez que se
acercaba el cumpleaños de Pipe, conversábamos con el grupo para que aceptaran
con agrado la invitación, a veces más infantil al cumpleaños de nuestro querido Pipe,
hablábamos con los chicos y con sus familias para que la concurrencia fuera la
esperada, los preparábamos para la presencia de un inflable o un mago (lo que Pipe
más quería), cuando empezaban a transitar por intereses más cercanos a los primeros
bailecitos de pre adolescentes.
Hoy Pipe está en 3° año, se acerca su cumpleaños y sus compañeros están
organizándole un cumpleaños sorpresa!
Estos son los momentos que nos confirman que vale la pena, que éste es el camino,
que así es como la sociedad de a poco va a permitirse aceptar que todos somos
diferentes y valiosos y que así se conforma la humanidad.
“...Lo que tenemos en común nos hace
humanos. Lo que nos diferencia nos hace individuos.”
C.A. Tomlinson, 2005

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Resumen:
La inclusión de alumnos con NEE en la escuela secundaria, plantea un desafío doble:
cognitivo y social. El nivel de complejidad creciente de los contenidos obliga a una mayor
adecuación en las actividades, diferentes evaluaciones y nos enfrenta a decisiones sobre
lo que es más útil para el alumno con NEE como contenido a aprender.
Los profesores de nivel medio, especialistas en su tema, no siempre están preparados
para reconocer lo imprescindible de enseñar de diferentes maneras o con un nivel de
contenidos disminuido en complejidad a determinados alumnos.
Además, la etapa evolutiva que están atravesando los alumnos, agrega un componente
emocional al de por si dificultoso camino de la inclusión.
El desfasaje en cuanto a los intereses de los chicos se hace cada vez más grande, las
actividades que se comparten son cada vez menos y esto implica, en muchos casos, un
corte en cuanto a lo social, ya que alumnos perfectamente incluidos y aceptados dentro
de las actividades escolares, una vez fuera del horario escolar, no son llamados por sus
compañeros ni incluidos en planes de salida extraescolar.
Es fundamental lograr en los chicos un sentimiento de pertenencia a un grupo de pares
con el compartan no solo los momentos de aprendizaje, sino también las actividades
sociales fuera del colegio.
En nuestro colegio hemos implementado una serie de talleres para alumnos con NEE de
diferentes cursos y años, que crean de esta manera y a través del arte o la música, lazos
que continúan fuera del colegio, con compañeros con similares intereses y gustos.
Intentamos de esta manera, buscar la integración social que la sociedad, muchas veces,
dificulta.
Palabras claves: inclusión – secundaria – pertenencia – pares – inclusión social