El indescriptible regalo de Dios.
Nunca es demasiado tarde para reunir a tu familia y compartir una historia. Y nunca habrá mejor tiempo para hacerlo que en Navidad.
Algo increíble pasó en Belén hace dos mil años. El nacimiento de Jesús cambió la historia del mundo para siempre.
El regalo que Dios envió esa noche abrió puertas de prisiones, rompió cadenas, y dio libertad a quienes lo recibieron.
3. La Navidad
No es demasiado tarde para reunir
a tu familia y compartir una historia.
Y nunca habrá mejor tiempo para
hacerlo que en Navidad.
Algo increíble pasó en Belén hace
dos mil años. El nacimiento de
Jesús cambió la historia del mundo
para siempre.
4. La Navidad
El regalo que Dios envió esa noche
abrió puertas de prisiones, rompió
cadenas, y dio libertad a quienes lo
recibieron.
Los que entienden lo que pasó esa
noche hace mucho tiempo llevan
consigo un poco de esa maravilla,
pero los demás continúan encegue-
cidos.
5. La Navidad
El resto del mundo ha convertido el
nacimiento de Jesús en una
celebración comercial más. Las
familias se reúnen, intercambian
regalos y cenan alegremente,
¿pero son realmente conscientes
del significado de la Navidad?
Primero veremos lo que la Navidad
no es:
22. La Navidad
Sin duda se oirán muchos villanci-
cos durante la época navideña.
Pero ¿entiende la gente las buenas
nuevas que trajeron los ángeles?
¿Tienen alguna idea sobre los
hechos de los cuáles los ángeles
hablaron?
23. La Navidad
El mundo se prepara a nuestro alre-
dedor para algo que no entiende.
Mezclados entre los hombres bar-
budos en rojo, están los nacimien-
tos por ahí.
Pero la mayoría de la gente nunca
a comprendido la gloria del
pesebre.
24. La Navidad
Mi vecindario está alegremente
decorado con luces hermosas, pero
pocos de mis vecinos conocen la
belleza de la verdadera luz que
vino al mundo.
“En el mundo estaba, y el mundo
por él fue hecho; pero el mundo no
le conoció” (Juan 1:10).
25. La Navidad
La historia de la Navidad es la his-
toria más hermosa nunca antes
contada.
Deja que la montaña de regalos se
quede un rato más bajo el árbol,
puede esperar.
Invita a tu familia a contemplar el
regalo que permanecerá por siem-
pre.
26. La Navidad
“Aconteció en aquellos días, que se
promulgó un edicto de parte de
Augusto César, que todo el mundo
fuese empadronado. Éste primer
censo se hizo siendo Cirenio gober-
nador de Siria. E iban todos para
ser empadronados, cada uno a su
ciudad. Y José subió de Galilea, de
la ciudad de Nazaret, a Judea…”
27. La Navidad
“...a la ciudad de David, que se
llama Belén, por cuanto era de la
casa y familia de David; para ser
empadronado con María su mujer,
desposada con él, la cuál estaba ya
encinta. Y aconteció que estando
ellos allí, se cumplieron los días de
su alumbramiento. Y dio a luz a su
hijo primogénito y lo envolvió en…”
28. La Navidad
María tenía probablemente quince
años cuando dejó Nazaret para
hacer ese largo viaje. Era solo una
niña y ya estaba encinta. Dejó su
casa para obedecer las demandas
del emperador Romano.
“...pañales, y lo acostó en un pese-
bre, porque no había lugar para
ellos en el mesón” (Lucas 2:1-7).
29. La Navidad
Durante el viaje, María, probable-
mente recordaba las palabras del
ángel que había sido elegida para
traer a Jesús al mundo.
Ella dudó, pero el ángel le recordó:
”…porque nada hay imposible para
Dios" (Lucas 1:37).
Nos haría muy bien recordar esto
siempre.
30. La Navidad
El problema lo tuvo José cuando se
enteró que María estaba en la dulce
espera.
María se encontraba "desposada"
con José (Mt 1:18), es decir com-
prometida. Era el tiempo en que el
novio juntaba para pagar la dote
por la novia y preparar su hogar.
Era un tiempo de espera.
31. La Navidad
José concluyó que María le había
sido infiel. Sí lo hacía público, María
tendría que morir apedreada.
Porque era un hombre justo decidió
abandonarla en secreto e irse a
otro lugar, así le preservaría la vida
y él recibiría la culpa por no haber
esperado hasta el matrimonio.
32. La Navidad
Dios intervino, le mandó un ángel,
quien le explicó que el niño que Ma-
ría llevaba no tenía padre terrenal.
"José, no temas recibir a María, por-
que lo que en ella es engendrado
del Espíritu Santo es. Dará a luz un
hijo y llamarás su nombre Jesús,
porque salvará a su pueblo de sus
pecados" (Mt 1:20-21).
33. La Navidad
El César había enviado un decreto
que exigía a todo el mundo en su
imperio a pagar un nuevo impuesto.
Todos tenían que ir a su ciudad
natal y registrarse. Por esta razón
encontramos a José y María en su
viaje de 130 Km hacia Belén. María
estaba cerca del alumbramiento.
34. La Navidad
El viaje fue
un suplicio
para María,
probablemen-
te hicieron 20
km diarios, lo
que les tomó
una semana
de viaje.
35. La Navidad
El César ignoraba que 700 años
antes, el profeta Miqueas predijo
que el Mesías nacería en Belén de
Judá, Dios orquestaba los hechos.
Cuando arribaron todo estaba to-
mado, eran los últimos en llegar,
estaban cansados y hambrientos
por el viaje, y para colmo no había
un lugar disponible en todo Belén.
36. La Navidad
Sólo encontraron un corral lleno de
animales, donde podrían refugiarse
del frio y las fieras salvajes.
“Pero tu, Belén de Efrata, pequeña
para estar entre las familias de
Judá, de ti saldrá el que será Señor
en Israel; y sus salidas son desde
el principio, desde los días de la
eternidad” (Miqueas 5:2).
37. La Navidad
María comenzó la labor de parto,
sola, sin ninguna amiga ni pariente
para ayudarla. Envolvió al niño en
pañales y lo recostó en el pesebre.
El Hijo de Dios, el
regalo para la hu-
manidad, ¡acosta-
do en un comedero
para animales!
38. La Navidad
¿Porqué permitiría Dios que su Hijo
entrara al mundo en un lugar tan
humilde?
El niño en el pesebre había dejado
la belleza del cielo para entrar al
mundo, que a fin de cuentas, lo
despreció y rechazó.
Realmente como dice Juan 1:10, “el
mundo no le conoció”.
39. La Navidad
No lejos del lugar de su nacimiento,
los pastores estaban en el campo
cuidando sus ovejas. En medio de
la noche un ángel se les apareció
con extraordinarias noticias.
Dios planeó su nacimiento en un
lugar humilde y pobre para que
nosotros pudiéramos identificarnos
con él.
40. La Navidad
Esta noche mien-
tras cuidaban sus
ovejas, de pronto un
ángel les informa
que la luz del
mundo, el
Salvador, el
Mesías había nacido
en Belén de Judea.
“Os ha nacido
hoy el Cristo”
41. La Navidad
Por medio de ese bebé nacido hace
dos mil años, la paz con Dios era
posible. La pregunta es: “¿tienes tú
esa paz?”
De repente al ángel se le une una
multitud celestial declarando:
“Gloria a Dios en las alturas, y en la
tierra paz, buena voluntad para con
los hombres” (Lucas 2:15).
42.
43. La Separación
Vivimos en un mundo de acción y
reacción; somos responsables de
nuestros actos, pagaremos por ellos
La ley le mostraba al hombre que
era incapaz de alcanzar los están-
dares de Dios.
Dios es santo y un abismo infran-
queable lo separaba de la humani-
dad: el pecado.
44. La Separación
Es aquí cuando en el cumplimiento
del tiempo Dios determina irrumpir
en la historia de la humanidad.
La ley enseñaba que sin derrama-
miento de sangre no hay remisión
de pecados.
El pago por nuestros pecados es la
muerte, con lo cual no había para el
hombre escape por sus pecados.
45. La Separación
Todos sabemos que necesitamos
ser limpios. Todos conocemos la
profundidad de nuestro pecado.
Dios envió a un niño, esa noche en
Belén, mas no era un niño cualquie-
ra, era el mismísimo Hijo de Dios.
Quien tomaría nuestro lugar, para
llevar nuestro castigo, y así pagar
por nuestros pecados.
46. La Separación
Los pastores no sabían, cuando la
gloria del cielo brilló alrededor de
ellos y sus piernas temblaban, que
su salvación había venido.
No sabían que la esperanza había
respirado por primera vez en un
establo cercano, y que Dios había
mandado una luz a penetrar en sus
tinieblas.
47. La noticia traída por los ángeles
era grande. De hecho, el mensaje
cambiaría la mismísima historia.
La Separación
48.
49. El Regalo
El ángel les dijo: “No teman, porque
he aquí les doy nuevas de gran go-
zo que será para todo el pueblo: …”
“Porque un niño nos es nacido, hijo
nos es dado, y el principado sobre
su hombro, y se llamará su nombre:
Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz” (Is
9:6).
50. El Regalo
“… que les ha nacido hoy, en la ciu-
dad de David, un Salvador, que es
Cristo el Señor. Esto les servirá de
señal: Hallarán al niño envuelto en
pañales, acostado en un pesebre. Y
repentinamente apareció con el án-
gel una multitud de las huestes ce-
lestiales, que alababan a Dios y de-
cían: Gloria a Dios en las alturas…”
51. El Regalo
A través de los siglos, habían esta-
do esperando la venida del Salvador
y ahora por fin había venido, el Me-
sías prometido hacía su aparición.
“y en la tierra paz, buena voluntad
para con los hombres” (Lc 2:10-14).
La multitud de ángeles era suficien-
te para convencerlos de que su
Mesías había venido.
52. El Regalo
Dios había dado muchas señales
para que su Hijo sea reconocido.
Si los pastores necesitaban prue-
bas, lo único que tenía que hacer
era consultar las Escrituras.
“Por tanto, el Señor mismo les dará
señal: He aquí que la virgen conce-
birá, y dará a luz un hijo, y llamará
su nombre Emanuel” (Isaías 7:14).
53. El Regalo
El regalo envuelto en pañales cre-
ció hasta ser un hombre, y entraría
en un asno a Jerusalén.
¿Cuántos que dicen ser el mesías
vienen de madre virgen? ¿Cuántos
nacieron en Belén?
Sería despreciado, traicionado por
30 monedas de plata, crucificado, y
después de 3 días se levantaría
otra vez.
54. El Regalo
En su venida, nacimiento, vida,
muerte y resurrección, Jesús cum-
plió más de 300 profecías del AT,
probando sin lugar a duda que Él
es el Mesías prometido.
Solo Jesús cumplió estas profecías.
El Niño nacido esa noche era el
Hijo de Dios, el Salvador del
mundo.
55. El Regalo
Jesús vino a revelar la bondad del
Padre, a proveer una salida para
los que están atados al pecado.
Vino a tomar el aguijón e la muerte
y a robar la victoria a la tumba.
Y vino a traer la paz, a terminar la
guerra entre el hombre y Dios, a
restaurar la relación con nuestro
Creador.
56. El Regalo
En esa noche oscura en Belén, se
comprobó que dentro de ese sucio
pesebre, envuelto en pañales, esta-
ba el regalo más increíble que el
mundo había recibido.
En ese pequeño niño, Dios mandaba
la respuesta a cada necesidad del
hombre. El Padre había enviado al
mundo la expresión de su amor.
57. El Regalo
La Luz había pene-
trado las tinieblas.
El Niño había
llegado
60. La Decisión
“Sucedió que cuando los ángeles
se fueron de ellos al cielo los pasto-
res se dijeron unos a otros: Pase-
mos, pues, hasta Belén, y veamos
esto que ha sucedido, que el Señor
nos ha manifestado. Vinieron, pues,
apresuradamente, y hallaron a Ma-
ría y a José, y al niño acostado en
el pesebre …”
61. La Decisión
“... al verlo, dieron a conocer lo que
se les había dicho acerca del niño.
Y los que oyeron, se maravillaron
de lo que los pastores decían. Pero
María guardaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón. Y vol-
vieron los pastores glorificando y
alabando a Dios por las cosas que
habían oído y visto…” (Lc 2:15-20).
62. La Decisión
Nosotros dos mil años después al
ver esa escena, todavía nos deja
boquiabiertos sin realmente enten-
der lo infinito de la gracia de Dios
en el Niño que nació esa noche.
Los pastores no podían entender lo
ocurrido esa noche: los infinitos
misterios de la gracia y el amor de
Dios revelados en este Niño.
63. La Decisión
Los pastores aunque no compren-
dían completamente lo profundo del
Regalo en el pesebre, con solo ver-
lo sus corazones se llenaron con
alabanzas.
Con sus ojos, habían contemplado
el indescriptible amor de Dios. Al
oír a los ángeles optaron por ir al
encuentro del regalo de Dios.
64. La Decisión
Lo increíble es que hay personas
que se niegan ha aceptar el Regalo
que Dios nos envió aquella noche
quieta de Belén. La expresión de su
amor estaba y está en Jesús.
Para muchos el Regalo aun perma-
nece sin abrir, desechado,
ignorado.Lo irónico es que, a esta misma
gente le encanta la navidad.
65. La Decisión
Se emocionan con los regalitos que
reciben. Sin embargo un regalo per-
manece cerrado, el más importante;
el que expresa amor indescriptible.
El amor de Dios clama, mientras la
gente canta villancicos, toman cho-
colate e intercambian regalitos.
En el bullicio de las fiestas Jesús es
ignorado por la algarabía pasajera.
66. La Decisión
El Niño en el pesebre creció y llegó
a ser un hombre que caminó hacia
la cruz en nuestro lugar, para pagar
por nuestros pecados.
Enfrentó la muerte, y se levantó
para que tuviéramos la esperanza
de la resurrección.
Ningún regalo se iguala al Regalo
que nos hizo Dios en Cristo Jesús.
67. La Decisión
“Y este es el testimonio, que Dios
nos ha dado la vida, y esta vida está
en su Hijo, el que tiene al Hijo tiene
la vida, el que no tiene al Hijo de
Dios, no tiene la vida” (1 Jn 5:11-12).
En Belén, no había lugar para Je-
sús y hoy ocurre lo mismo. Hoy se
te ofrece el Regalo de Dios: Jesús,
¡Recíbelo!