1. Revista de literatura. Noviembre de 2016 - 2.000 ejemplares
Director y editor: Iván Graciano Morelo Ruiz - eltagual.blogspot.com - Medellín - Colombia
131
Yo doy todos mis versos por un hombre en paz
Blas de Otero (España)
Yo he visto garras eras en las pulidas
manos;
conozco grajos mélicos y líricos
marranos
El más truhán se lleva la mano al corazón,
y el bruto más espeso se carga de razón.
Antonio Machado España
VII
Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
Miguel Hernández (España)
Tristes guerras
Si no quieres
que tu espíritu
se muera de hambre
camina con tu pueblo
Hugo Jamioy (Pueblo Camentsá, Colombia)
Camina con tu pueblo
PREMIOS
No. 131
Si las nubes no anticipan en sus formas
la historia de los hombres
Si los colores del río no guran los
designios del
Dios de las aguas
Si no remiendas con tus manos de
astromelias
las comisuras de mi alma
Si mis amigos no son una legión de
ángeles clandestinos
Qué será de mí
Raúl Gómez Jattin (Colombia)
Transcurridas varias horas
de negociación en la misma posición,
la sombra del árbol permanece ja,
sin moverse, hasta que los ancianos
lleguen a un acuerdo amistoso.
Sellado el pacto,
los abuelos se miran a los ojos,
rompen el círculo,
abrazan al capinurí,
mambean juntos:
esa es su losofía, me digo,
mientras la sombra del capinurí se extiende
hacia el Sur.
Filosofía
Iván Graciano Morelo Ruiz (Colombia)
El diálogo se debe hacer en círculo,
alrededor del árbol capinurí,
para resolver los desacuerdos
entre ancianos yagua del Amazonas.
Ilustración de Paolo R., del Águila Sajami, Perú.
2. 131131
Paseo
La noticia de que pronto el país entraría a construir una paz merecida y siempre negada, la
recibió en sus oídos como un estallido de palabras lacerantes. En su encallecido corazón no
había lugar para soñar tiempos mejores. Sin mediar palabra, arreó sus pasos hacia la
caballeriza y montó a Cólera, un equino de sangre caliente, asilvestrado, en el que cabalgó por
las vastas extensiones de sus dominios ajardinados de pasto de bestias. En la rabiosa
cabalgata soltó al aire tres tambores de su revólver Colt 45, hizo tronar gritos de furia,
maldiciones e improperios en medio de espumarajos para descargar su enconada ira. En la
tarde, de regreso al rancho de hacienda, sus áulicos lo recibieron en medio de un silencio
tenso. Bajó del caballo, que sudaba copiosamente y resoplaba de la ofuscación. Se dirigió a la
sala adonde lo esperaba una legión de periodistas. Envuelto aún en un penetrante olor a
monturas de bestias cansadas, se caló un elegante saco azul, se anudó la corbata color rojo
sangre y con pausado tono arzobispal, contestó cada pregunta que le hicieron. Luego ordenó
que lo dejaran solo, sin darse cuenta de que solo estaba, rodeado únicamente de una multitud
de muertos que iba creciendo e iba ocupando, noche a noche, su aire. Hacia la madrugada,
desvelado, dio un paseo por la cuadra y reconoció su condena: que la única paz que podía
disfrutar, era la paz de sus caballos cuando pastan.
Luis Ceballos Colombia
Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria.
Jorge Luis Borges (Argentina)
Alba Rocío Londoño (Colombia)
Un caballo de ajedrez fue a parar, no se sabe cómo, a una pesebrera donde se hallaban
varios equinos. El caballo de ajedrez miró, la manera de correr de éstos en cualquier
dirección, y se dijo: Y pensar que yo solo puedo saltar en forma de ele, desplazado por un
jugador que a veces hasta intenta sacri carme .
Un niño que pasaba por aquel lugar lo recogió, se lo llevó para su casa, y lo puso junto a
sus juguetes de colección, casi todos recogidos de la calle.
Pocos días después, un voraz incendio arrasó con la vivienda de tablas del niño, quien
lloró por varios días la perdida de su caballito negro. El niño aún conserva las cenizas de
su equino juguete en la caja de madera de un ajedrez que le regaló su profesora,
esperando que algún día renazca del polvo negro convertido en un brioso corcel azabache,
y en él, hacer su mejor jugada.
Caballito negro
La memoria conserva a su antojo lo
imprevisible,
lo ondulante: la última nube roja que
precede a la noche,
la tímida caricia de la mano sobre la piel
del agua,
la no oída palabra cuando nos
ahogábamos en otra pupila.
Arqueología de la memoria
Wilson Uribe Pérez Colombia
Hay gentes que llegan pisando duro
que gritan y ordenan
que se sienten en este mundo como en su
casa
Gentes que todo lo consideran suyo
que quiebran y arrancan
que ni siquiera agradecen el aire
Y no les duele un hueso no dudan
ni sienten un temor van erguidos
y hasta se tutean con la muerte
Yo no sé francamente cómo hacen
cómo no entienden
Hay gentes que llegan
pisando duro
José Manuel Arango (Colombia)
¡Escuchen: un desierto nos llamará a juicio!
¡No olviden las amígdalas en los cestos de
basura!
¡Aleluya: la tierra reclamará lo suyo!
¡No se lleven los violonchelos de jade!
¡A trepar el monte del papagayo mudo!
¡Escuchen: las mandarinas se niegan a ser
guardadas
en la bolsa de valores!
¡Por favor no esconderse debajo de la cama;
abrir las ventanas!
¡No dejen que la or se evapore!
II
¡En promoción la bestia y el babero; entren y
no tosan!
¡El volatinero loco hace equilibrismo en la
cuerda oja
del arco iris!
¡Recuerden la ruta del sol: ¿quién yace
herido en los acantilados?
¡Sólo la cobija de plomo es con able:
llévenla a precio de sarcófago!
¡Abandonen la madriguera y no coman más
polvo!
En voz alta
Jairo Guzmán (Colombia)
Ya en casa
los pies sumergidos
en el tazón con la árnica
(rojizo como la sangre)
descansa sus pies hinchados
el moderno arriero patiancho
el viejo maestro dicharachero
Todo el día
habló y bailó sobre una silla
para atraer a los muchachos
y muchachas
a su estante de libros
Maestro
Rubén Darío Lotero (Colombia)
Pierdo la memoria, desaparecen
los nombres de las cosas, cesa
la palabra "perro" y aparece limpio
el ladrido, las fauces, la mordida.
La bestia de los años devora
los recuerdos: ya no importa
la carne de tu nombre, queda
el hueso.
CAVE CANEM
Svetana Staiev (Leningrado)
Un gran vuelo de cuervos mancha el azul
celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
[ ]
Canto de esperanza
Rubén Darío (Nicaragua)
Esta será mi venganza:
que un día llegue a tus manos
el libro de un poeta
famoso
y leas estas líneas
que el autor escribió
para ti
y tú no lo sepas.
Ernesto Cardenal (Nicaragua)
La luz que ahuyenta la oscuridad no es la que alumbra el libro cuando estoy leyendo;
es la del libro cuando estoy ante sus páginas.
Yajaira Morelo Londoño, edad 12 años Colombia
Peripatético: Que camina de aquí para
allá. Relativo a la losofía de Aristóteles
quien, al exponerla, caminaba de un
lado a otro, para eludir las objeciones
de sus discípulos. Precaución
innecesaria, ya que ellos ignoraban el
tema tanto como él.
Ambrose Bierce (USA). En El Diccionario del Diablo.
3. Diagramación: Diego León Marín - Impreso en papel 100% fibra de caña de azúcar - El Tagual Editores Tel: 320 689 5118 latagua@gmail.com
Hoy es día contra la pobreza.
La pobreza no estalla como las bombas, ni suena como los tiros.
De los pobres, sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto
no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, en qué no creen. Solo nos falta
saber por qué los pobres son pobres.
¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer?
Guerras calladas
Eduardo Galeano (Uruguay)
Ilustración: Jhonatán Salazar - Colombia
"Los sueños son revelación para la rebelión".
Jorge Miguel Cocom Pech (México)
Se diría
que tenemos
mucho dolor en los ojos;
pero hay
más ansias de paz
en el corazón.
Pena y amor
Iván de Jesús Guzmán López Colombia
El tibio viento había barrido con el tiempo las letras del poema que de niño había
garabateado, en la tierra húmeda del patio de su casa, con una ramita de guayabo.
Muchos años después, de regreso del largo exilio, sentado bajo el frondoso palo de mango
que creció sobre el preciso lugar donde palabra y tierra se habían unido, trataba
inútilmente de recordar sus letras. Entre las ramas del árbol, una comparsa de guacamayas
picoteaba mangos maduros en medio de una algarabía; él, Jacinto Umbral, nunca
sospechó que los versos del poema olvidado eran recitados, tarde a tarde, por el
arlequinado coro de guacamayas.
Recital
Cándida Rosa Cruz (Colombia)
Esta imperfección
que nos asiste,
y la Tierra a nuestro alcance.
¡Qué peligro!
Luis Alberto Arango Puerta Colombia