Sentir las emociones, o tener sentimientos, es equivalente a disponer de una guía de actuación, o dicho de otro modo, tener una brújula vital que nos orienta para tratar de obtener el máximo beneficio de las relaciones con el mundo. ...
2. Sentir las emociones, o tener sentimientos,
es equivalente a disponer de una guía de
actuación, o dicho de otro modo, tener una
brújula vital que nos orienta para tratar de
obtener el máximo beneficio de las
relaciones con el mundo.
3. Saber sentir debe ser un objetivo de la educación, y desde
luego, de cualquier psicoterapia. Pero para saber sentir es
condición necesaria saber expresar lo que sentimos,
porque ello implica tomar contacto con el sentimiento,
nombrarlo, comprenderlo y comunicarlo.
4. Parafraseando a Aristóteles,
Aprender a expresarnos
con la persona adecuada,
en el grado exacto, en el
momento oportuno, con el
propósito justo y del modo
correcto.
5. Un modo muy directo de hacerlo es regulando la expresión
o comunicación de los sentimientos, en función del valor
que confiere la cultura a los acontecimientos que los
suscitan y a la propia respuesta expresiva.
Por ejemplo, la ira,
cuando se trataba de
controlar el propio
miedo y exhibir
superioridad ante un
enemigo.
Así, a lo largo de la historia, se han
exagerado determinadas expresiones
o bien, se han ocultado casi por
completo.
Por ejemplo, la tristeza,
cuando se trataba de
reflejar la valentía y
fortaleza de carácter
6. Las deficiencias en la educación emocional se reflejan
comúnmente en los problemas de autoestima.
La autoestima es el grado en que los
individuos tienen sentimientos positivos o
negativos acerca de sí mismos y de su
propio valor.
Esto desarrolla en las personas, dificultad para contactar íntimamente con
los demás, en la hipersensibilidad a las críticas, en las adicciones – a
sustancias y afectivas-, en la ausencia de empatía e inmoralidad, etc. En
general, en la base de todos los trastornos psicológicos.
7. No es posible el desarrollo humano individual si
permanecemos mental, social o físicamente aislados.
Pongamos como ejemplo a cualquier hombre del que tengamos memoria y
que haya destacado como líder, científico, empresario, etc. Si analizamos la
cantidad de cosas que comunicaron al mundo y que les fueron comunicadas,
podríamos darnos cuenta que la esencia de su desarrollo personal radicó
precisamente en esta actividad de proyección exterior. La comunicación de
muchos de estos hombres sigue viva a través de los siglos.
8. La comunicación es el proceso a través del cual los
individuos condicionan recíprocamente su comportamiento.
Nuestro cerebro emocional es más rápido que nuestro
cerebro racional, y es por ello que se nos define como seres
emocionales.
Estas emociones además tienen otras cualidades
fundamentales para la comunicación, como por ejemplo, que
no podemos ocultarlas en nuestro rostro, que el cerebro es
capaz de interpretarlas, o algo todavía más crítico: que se
contagian.
9. Las emociones se contagian como un proceso natural, resultado
de millones de años de nuestra evolución; así, son las emociones
que tenemos, las que generan más emociones en las personas
con las que nos comunicamos. Por tanto, si queremos
comunicar un mensaje positivo, antes debemos sentir
emociones positivas.
Normalmente nos empeñamos en mejorar nuestras palabras y
lenguaje corporal para comunicar, creyendo que serán éstas las
herramientas que causen mayor impacto en nuestro
interlocutor, sin pararse a entender que será nuestro estado y
emoción el determinante para generar algo en la persona que
está frente a nosotros.
10. Además, aunque podamos entrenar el disimulo de
una emoción, en ningún caso podremos llegar a eliminarla
por completo; y esto se relaciona directamente con la
comunicación, porque internamente, contamos con una
extraordinaria máquina (nuestro cerebro) que nos permite
interpretar el significado de dichas emociones.
11. Esto nos hace entender la importancia que tiene un
buen control en los sentimientos, para así, tener una buena
autoestima y su influencia sobre nuestra vida. Muestra una
realidad positiva de nuestro ser y de manera que la
persona al leerlo se pueda instruir y pueda recapacitar
sobre conceptos, que inconsciente o conscientemente,
pueden estar bajando de una manera u otra nuestra
calidad de vida.
12. Aprendamos a aceptar
nuestras cualidades y
defectos, sin
compararnos ni
menospreciarnos.
Además de conocer que
cada persona tiene
cosas valiosas para
compartir.
13. “Amarse a sí mismo de manera realista y sana es
uno de los principales requisitos de la salud y el
mejor camino para expresar y comunicar afecto
a las personas que queremos.”
Walter Riso