El documento describe la alegría de Pablo Ibar y su familia después de que el Tribunal Supremo de Florida anuló su condena a muerte. El padre de Pablo dice que durante la visita familiar del fin de semana en la prisión, sólo se reía y lloraba de alegría, y que Pablo está loco de felicidad. La Fiscalía de Estados Unidos aún no ha anunciado si recurrirá la decisión del tribunal.

1. «Me cuentan que allí
no se hacía otra cosa
más que reír y llorar
de alegría; yo le visitaré
próximamente», afirma
emocionado el padre
:: JAVIER PEÑALBA
SAN SEBASTIÁN. Ha sido, sin
duda alguna, el fin de semana más
feliz de los últimos veintidós años.
Tres días después de conocer que el
Tribunal Supremo del estado de Flo-
rida había anulado su condena a
muerte y ordenado la repetición del
juicio, Pablo Ibar aguardaba con an-
siedad el reencuentro semanal con
sus familiares en el penal de Raiford,
en Starke, al norte de Florida. «To-
dos queríamos visitarle.Yo también
habría ido, me hubiera gustado dar-
le un fuerte abrazo, pero preferí que
fueranTanya, la mujer de Pablo, Mi-
chael, su hermano, y otros allega-
dos. Me cuentan que el encuentro
fue muy emocionante. Me han di-
cho que Pablo está loco de alegría»,
explica Cándido Ibar, padre del re-
cluso de origen guipuzcoano, a quien
la vida le ha cambiado de forma ra-
dical tras la última decisión de la Jus-
ticia de EE UU.
Por cuatro votos a favor y tres en
contra, el tribunal de Florida, tras
veinte meses de deliberación con-
cluyó que no existían «pruebas físi-
cas» que conectasen a Ibar con el tri-
ple asesinato que se le imputa, y car-
gó sin ningún miramiento contra el
abogado que defendió a Pablo en el
juicio por el que finalmente termi-
nó siendo declarado culpable. «No
hay excusa para las numerosas de-
ficiencias y fallos del abogado», sen-
tencia la Sala.
Fue el abogado Benjamin
Waxman quien el viernes informó
personalmenteaPabloIbardelatras-
cendental decisión judicial. «El mis-
mo día en el que se hizo pública la
sentencia, Waxman quiso entrevis-
tarse con Pablo. Sin embargo, no le
dieron permiso para esa jornada,
pero sí para la siguiente. Le acom-
pañamos hasta el centro peniten-
ciario, pero solo él pudo hablar con
Pablo. Nosotros no pudimos cruzar
ni una palabra con él. Ni tampoco
le pudimos ver. Benjamin nos con-
tó luego que Pablo estaba tremen-
damente feliz. Le dijo que estaba
convencido de que lo iba a conse-
guir.Ambos han trabajado estrecha-
mente en la apelación», explicaCán-
dido Ibar.
La señal de un funcionario
Con anterioridad al encuentro en-
tre el letrado y Pablo, éste había sido
informado del contenido del fallo
judicial. «Parece ser que la misma
mañana en la que se hizo publica la
sentencia, uno de los funcionarios
de la prisión le había hecho alguna
señal a Pablo dándole a entender
que había buenas noticias respecto
a él. Tampoco le dijo nada concreto
y sé que se puso muy nervioso».
Este fin semana era, por lo tan-
to, muy especial para los Ibar y tam-
bién para los Quiñones, familia po-
lítica de Pablo. Era el primero que
todos ellos vivían sin la amenaza
directa de la pena de muerte. «Fue-
ron quince personas a visitarle. Des-
de Tanya, sus padres, mi mujer con
otro hijo, también Michael el her-
mano de Pablo... Yo decidí quedar-
me. Estaba agotado. Desde que el
jueves saltase la noticia, práctica-
mente no he descansado. No hago
más que atender a todos los que se
interesan por la situación. Y tam-
bién las llamadas de otros familia-
res, amigos y conocidos. Yo iré la
semana que viene. Iré solo y esta-
remos mano a mano. Ya tengo ga-
nas. Esta semana se me va a hacer
realmente larga», afirma el padre.
Cándido relata que el reencuen-
tro del fin de semana con la fami-
lia ha sido «maravilloso. Me ha co-
mentado que Pablo está loco de ale-
gría. En realidad lo estamos todos.
Después de quince años esperando
una decisión de estas, por fin ha lle-
gado».
En la dependencia el penal re-
serva para las visitas, las lágrimas
por primera vez en mucho tiempo
fueron de alegría, no de tristeza.
«Me cuenta que allí no se hacía otra
cosa más que reír y llorar. La emo-
ción era increíble. Pablo estaba muy
feliz, como lo estamos todos noso-
tros. Te puedes imaginar...».
La visita se prolongó desde las
nueve de la mañana hasta las tres
de la tarde. «Las normas de la pri-
sión no permiten estar todos al mis-
mo tiempo. Se tuvieron que distri-
buir en grupos de cinco».
A Cándido ya le queda menos
para poder estrechar de nuevo su
hijo. «Para mí va ser un momento
indescriptible, como lo son estos
que estamos viviendo desde el pa-
sado jueves».
A la espera del recurso
Por el momento no hay noticias de
que la Fiscalía haya formalizado
ningún recurso a la sentencia fa-
vorable a Ibar. Aun deberán trans-
currir unos días o incluso semanas
antes de que se conozcan las inten-
ciones del ministerio público. La
asociación contra la Pena de Muer-
te Pablo Ibar explicó que el estado
de Florida puede apelar el fallo, y
que lo puede hacer bien mediante
un recurso de reposición ante el
propio Tribunal Supremo de Flori-
da o en otro ante el Tribunal Supre-
mo de Estados Unidos.
Todo apunta a que, probablemen-
te, se incline por la primera de las
opciones. De esta manera, la apela-
ción recaería en manos del mismo
tribunal que la semana pasada dic-
tó sentencia. Sería, por tanto, sor-
prendente que los mismos jueces
adoptaran ahora una decisión dife-
rente a la recogida en la resolución.
Fuentes jurídicas consultadas
por dicha asociación indican que
este órgano judicial podría tardar
en torno a dos meses en revolver
el recurso. Si, como se espera, se
confirma la revocación de la con-
dena, el caso pasará a manos del
juzgado que en 1994 condenó a Pa-
blo. El proceso volvería a comen-
zar de cero «y con la presunción de
inocencia intacta», afirman desde
la asociación.
Cabe, sin embargo, que la Fisca-
lía optase también por acudir di-
rectamente al Tribunal Supremo
del país. Fuentes jurídicas indica-
ron que ello «no sería bien visto»
por dicho órgano, ya que sería in-
terpretado como un intento de evi-
tar el segundo pronunciamiento de
la instancia competente, como es
el Tribunal Supremo del estado de
Florida.
«Pablo está loco de alegría»
Pablo, con camisa naranja, junto a su esposa Tanya (d) y su hermano Michael, (i) y la mujer de este. En los extremos, los padres de Tanya. La foto se tomó el fin de semana.
La familia Ibar vivió un encuentro «muy emocionante» en la visita del fin de semana pasado
«Desdequeeltribunal
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centenardepersonas»
LaFiscalíadeEstados
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LA ODISEA JUDICIAL DE PABLO IBAR Martes 09.02.16
EL DIARIO VASCO
12 AL DÍA