1. Edwin Lugo Bittman 2011-0269
“Suddenly, options abound for castration resistant prostate cancer”
Actualmente, el tratamiento más efectivo para los pacientes con cáncer de próstata
avanzado es la terapia de privación de andrógenos. En presencia de un cáncer resistente a la
castración el receptor de andrógenos se mantiene activo en muchos pacientes, lo cual puede
explicar porqué la adición de anti-andrógenos como la bicalutamida puede ofrecer respuestas a
corto plazo del antígeno prostático específico en un 30 a 35% de los pacientes.
En 2002 un estudio de Fase 3 demostró que el ácido zoledrónico brindaba un beneficio
significante en la reducción del riesgo de complicaciones del hueso en pacientes con cáncer
resistente a la castración metastásico.
Luego, en el 2004 el docetaxel se convirtió en el primer medicamento con evidencia de
prolongar la vida en pacientes resistentes a la castración a la vez que brindaba respuestas
paleativas.
En el 2010 el cabazitaxel se convirtió en el primer y único agente quimioterapéutico que
prolonga la superviviencia de los pacientes resistentes al docetaxel.Otro estudio de Fase 3,
publicado el año pasado, demostró que en más de mil pacientes el riesgo de muerte fue reducido
en un 35% utilizando este agente no tóxico y bien tolerado.
También se han encontrado buenos resultados con la abiraterona, la cual interfiere en la
producción de testosterona, no solamente en los testículos y en las glándulas adrenales, sino en
las células del cáncer de próstata.
Otro nuevo agente que ha mostrado buenos resultados es el MDV3100 o enzalutamida.
Este agente bloquea completamente los receptores de andrógenos mientras interfiere con la
señalización al núcleo y la interacción con el DNA, ejerciendo un bloqueo de andrógenos en
múltiples niveles.
La utilización de la abiraterona y el MDV3100 en la planificación pre-quimioterapéutica
podría brindar beneficios indescriptibles ya que estos actúan en las últimas etapas de la
enfermedad y son relativamente no tóxicos.
Hoy en día, la mayoría de los pacientes no obtienen ninguna terapia luego del fracaso de
la terapia hormonal. Con estos descubrimientos, se espera que el tratamiento del cáncer de
próstata avanzado cambie drásticamente muy pronto.
2. Gretchen L. Maldonado Bordallo 2011-0261
“Guidelines largely ignored in bladder cancer”
El cáncer de vejiga es la enfermedad urológica con el tratamiento más costos desde su
diagnóstico hasta su tratamiento, pero estos altos costos no puede traducirse como una mejoría
en sus resultados. La supervivencia de vida a los 5 años desde 1980 hasta la actualidad solamente
ha aumentado de un 79 a un 80%.
Sin embargo, la supervivencia de vida a los 5 años del cáncer de próstata y del cáncer de
riñón ha aumentado de un 83 a 100% y de un 57 a un 71%, respectivamente. Con el cáncer de
vejiga, esto ha llevado al cuestionamiento de la necesidad de cambios en el enfoque terapéutico.
Una investigación realizada con los pacientes de cáncer de vejiga que son beneficiarios
del Medicare demostró que de 4,500 pacientes, solamente 1 había recibido una orientación
comprensiva de cuidados recomendados para el cáncer de vejiga no músculo invasivo de alto
grado.
La vigilancia y las medidas de tratamiento para estos pacientes son típicamente
procedimiento que no requieren de un abordaje de alto nivel. De estos pacientes, un 75% va a
presentar recurrencia y una progresión del cáncer de una tercera parte. De aquéllos con
progresión, la mitad va a fallecer a causa del cáncer de vejiga.
En 2003 un estudio demostró que los pacientes con cáncer invasivo que recibieron
quimioterapia neoadyuvante antes de una cistectomía radical aumentaron su supervivencia en
comparación con los que no la recibieron. Sin embargo, en el 2007 solamente un 8% de los
pacientes con cáncer invasivo recibió quimioterapia neoadyuvante y a un 45% no se le realizó
una disección estándar de nódulos linfáticos al momento de la cistectomía.
Por lo tanto, si no se puede manejar el cáncer no invasivo apropiadamente se disminuye
el pronóstico de los pacientes con cáncer invasivo que necesitan un manejo más complejo.
Aunque el tratamiento del cáncer de vejiga es muy costoso, como administrar BCG semanal en
la vejiga por 6 semanas y realizar una cistoscopía cada 3 meses por los primeros 2 años, la
prevención temprana y evitar la progresión puede evitar costos más altos en etapas avanzadas de
la enfermedad.