1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
UNIVERSITARIA
INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA
“ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN
EXTENSIÓN MÉRIDA
Prof. Rosalba Méndez Álvarez
ENSAYO DE LAS FINANZAS
FECHA 05/06/2016
APELLIDO Y NOMBRE
Dávila Angulo Orlando José
C.I. Nº 21.181.300
ESCUELA: 71
2. Las finanzas, consideradas durante mucho tiempo como parte de la economía,
surgieron como un campo de estudios independiente a principios del siglo
pasado. En su origen se relacionaron solamente con los documentos,
instituciones y aspectos de procedimiento de los mercados de capital. Con el
desarrollo de las innovaciones tecnológicas y las nuevas industrias provocaron
la necesidad de mayor cantidad de fondos, impulsando el estudio de las
finanzas para destacar la liquidez y el financiamiento de las empresas. La
atención se centró más bien en el funcionamiento externo que en la
administración interna. Hacia fines de siglo se intensificó el interés en los
valores, en especial las acciones comunes, convirtiendo al banquero
inversionista en una figura de especial importancia para el estudio de las
finanzas corporativas. Para Zamorano, a principios del siglo XX, las finanzas
centraban su énfasis sobre la materia legal (consolidación de firmas, formación
de nuevas firmas y emisión de bonos y acciones con mercados de capitales
primitivos). En la década de 1920 las innovaciones tecnológicas y las nuevas
industrias provocaron la necesidad de mayor cantidad de fondos, impulsando
el estudio de las finanzas para destacar la liquidez y el financiamiento de las
organizaciones. Arthur Stone Dewing, (1920) En ThefinancialPolicy of
Corporation, uno de los textos clásicos de ese periodo, reunió las ideas
existentes, introdujo nuevas ideas y sentó la pauta para la enseñanza de las
finanzas; refleja esta visión tradicional de las Finanzas basada en una
metodología positiva, que describe la realidad, con excesivo énfasis en
aspectos externos, legales e institucionales, así como en procesos
excepcionales para las empresas como quiebras, fusiones, absorciones y
consolidaciones. Aunque este autor mostrase cierta inquietud acerca de la
estructura financiera y la política del reparto de dividendos, vemos que es una
visión poco preocupada por las decisiones financieras. La depresión de los
años treinta obligo a centrar el estudio de las finanzas en los aspectos
defensivos de la supervivencia, la preservación de liquidez, las quiebras, las
liquidaciones y reorganizaciones. La principal preocupación en el
financiamiento externo era saber cómo un inversionista podía protegerse. En
1936, con el fondo de la Gran Depresión apareció "La teoría General de la
ocupación, el interés y el dinero", de Jhon Maynard Keynes, obra memorable
en la que se describía una nueva manera de enfocar la economía que iba
ayudar a los estados a atenuar los peores estragos de los ciclos económicos
por medio de la política monetaria y fiscal. Durante la década de 1940 hasta
principios de 1950, las finanzas siguieron un enfoque tradicional que se
desarrolló de 1920 a 1930. Analizaban a la organización desde un punto de
vista ajeno a ella, por ejemplo, cómo podía ser un inversionista, pero sin poner
énfasis alguno.
3. En la toma de decisiones dentro de la organización. A mediados de la década
1950 adquirió un papel importante el presupuesto de capital y las
consideraciones relacionadas con el mismo. Después de Ia guerra comienza
a estudiarse los desarrollos de la Investigación Operativa y la Informática
aplicados a la empresa. Comienza a despertar importancia la planificación y
control, y con ellos la implantación de presupuestos y controles de capital y
tesorería. De esta época es la obra del profesor Erich Schneider Inversión e
Interés (1944), en la que se elabora la metodología para el Análisis de las
Inversiones y se establecen los criterios de Decisión Financiera que den lugar
a la maximización del valor de Ia empresa. En su trabajo el profesor pone de
manifiesto una idea en la actualidad vigente: una inversión viene definida por
su corriente de cobros y pagos. Con la llegada de la computadora en la década
1950, sistemas complejos de información comenzaron a brindar al
administrador financiero información sobre la cual tomar decisiones correctas,
aplicando herramientas analíticas poderosas, se generó el uso de técnicas de
investigación de operaciones y de decisiones, los análisis financieros fueron
más disciplinados y provechosos. El administrador financiero ahora tenía a su
cargo los fondos totales asignados a los activos y la distribución del capital a
los activos individuales sobre la base de un criterio de aceptación apropiado y
objetivo. Entre los años cincuenta y la crisis energética de 1973 se vive un ciclo
alcista en la economía, en el que la empresa tiene una gran expansión. La era
electrónica afectó profundamente los medios que emplean las empresas para
realizar sus operaciones bancarias, pagar sus cuentas, cobrar el dinero que
se les debe, transferir efectivo, determinar estrategias financieras, manejar el
riesgo cambiario, etc. Se idearon modelos de valuación para utilizarse en la
toma de decisiones financieras, en el que la empresa tiene una gran expansión
y se asientan las bases de las finanzas actuales. En este período de
prosperidad los objetivos que priman son los de rentabilidad, crecimiento y
diversificación internacional, frente a los objetivos de solvencia y liquidez del
período anterior. En 1963, H. M. Wingartner, generaliza el planteamiento de
Lorie y Savage a n períodos, introduciendo la interdependencia entre
proyectos, utilizando Programación Lineal y Dinámica. Se aborda el estudio de
decisiones de inversión en ambiente de riesgo mediante herramientas como
la desviación típica del VAN, técnicas de simulación o árboles de decisión,
realizados por Hillier (1963), Hertz (1964) y Maage (1964) respectivamente.
En 1965 Teichroew, Robichek y Montalbano demuestran que en casos
algunos casos de inversiones no simples, éstas podrían ser consideradas
como una mezcla de inversión y financiación. Sharpe (1964,1967), Linttner
(1965), Mossin (1966) o Fama (1968). Son autores que continuaron la
investigación sobre formación óptica de carteras de activos financieros
(CAPM) iniciada por Markowitz en la década de los cincuenta.
4. Desde el primer shock del petróleo en 1973 hasta nuestros días los estudios
sobre la Ciencia de la Gestión Financiera de la Empresa se han expansionado
y profundizado notablemente. Surgen nuevas líneas de investigación como la
Teoría de Valoración de Opciones, la Teoría de Valoración por Arbitraje y la
Teoría de Agencia. Durante la década de los setenta Jensen y Meckling (1976)
comienzan a dibujar la Teoría de Agencia. La relación de agencia es aquella
en la que se ven envueltos los propietarios del capital (principal) y los directivos
(agentes). El problema en esta situación es el conflicto de intereses entre los
participantes, el principal delega responsabilidades en el agente, y tiene que
establecer un contrato con el agente de modo que éste último lleve a cabo su
labor con el fin último de llegar al objetivo del principal. Pero de todo ello se
derivan unos costes debido al contexto de información asimétrica, unos costes
de supervisión por parte del principal al agente, unos costes de influencia y
unos costes de pérdida de eficiencia. Estos costes se derivan de que el trabajo
realizado por el agente no siempre es observable por el principal, y si lo es
puede llegar a ser muy costoso, de las relaciones entre los distintos colectivos
dentro de la empresa y de las desviaciones de las actuaciones de los agentes
en relación con el esfuerzo óptimo. Todo ello ha generado una amplia literatura
con diversidad de opiniones. Se acentúa el interés por la internacionalización
de los fenómenos y decisiones financieras, dando lugar a multitud de estudios
sobre aspectos como el riesgo político y el riesgo de variabilidad del tipo de
cambio de las monedas en las que opera la Gestión Financiera Internacional.
Asimismo, para superar algunas críticas al CAPM ha surgido el ECAPM obra
inicial de Pogue en un contexto internacional referido a compañías de
oleoductos, y ampliado posteriormente por Litzenberg, Ramaswamy y Sosin
(1980). En relación con la política de dividendos, es destacable el trabajo de
Jalilvand y Harris (1984), éstos concluyen que las imperfecciones del mercado
pueden implicar interdependencias entre las decisiones de inversión,
financiación y dividendos. Sobre las repercusiones fiscales en la política de
dividendos se pronuncian Poterba y Summers (1984) concluyendo un mayor
gravamen de los dividendos frente a las ganancias del capital. Por otra parte,
Sarig y Scott (1985) se sitúan en una línea similar a Dim, Lewellen y McConell,
reafirmando el fenómeno de los segmentos diferentes o clientelas.
Incluso cuando el remedio estaba haciendo efecto en la economía, se
generaron argumentos suficientes para prevenir caídas financieras futuras. La
sociedad comenzó a percatarse de que las finanzas se habían convertido en
una pirámide de burbujas, y buscando proteger aprendices inocentes de
inversiones riesgosas, se comenzaron a estipular leyes bancarias para el
curso del comercio en el futuro. Entonces se consideró el rescate financiero
de Hamilton como una de las salidas más airosas del declive financiero,
sentando un precedente para las crisis posteriores, convirtiendo el sistema
financiero en un recurso mucho más confiable. Sin embargo, las crisis siempre
5. empiezan con una nueva esperanza, en 1820 la expectativa se afincaba sobre
una nueva Latinoamérica libre de la opresión española, y al mismo tiempo,
Londres había desplazado a Holanda del núcleo financiero Europeo,
atrayendo gobiernos externos como potenciales inversionistas. Mientras tanto,
el decadente gobierno español luchaba por reponerse después de la liberación
de las naciones latinoamericanas, de las cuales, Colombia, Chile, México y
Guatemala vendieron exitosamente en Londres, bonos por un monto
equivalente a 21.000.000 de libras esterlinas. El único problema que surgió
entonces fue muy simple, la distancia. Para llegar a Suramérica y regresar
tomaba no menos de seis meses, y esto significaba que los acuerdos se vieran
basados en informaciones escasas. De todo lo anterior, se da por sentado que
hasta en las épocas menos desarrolladas, el auge financiero fue capaz de
superar las situaciones económicas más críticas, de las cuales se derivaron
las bases suficientemente sólidas para sostener lo que ahora se conoce como
sistema financiero, en el que inversionistas e instituciones, tanto públicas como
privadas, alrededor del mundo luchan y cooperan para fomentar la actividad
económica de cada nación a través de diferentes recursos financieros. No
obstante, no son únicamente los estados quienes se favorecen de las finanzas,
sino cada individuo o pieza del sistema, desde los núcleos familiares, pasando
por las pequeñas y medianas industrias, hasta llegar a los gobiernos en sí, los
cuales asimismo se ven perjudicados cuando la economía de su propio estado
decae, bien sea en la figura de una crisis o de una recesión económica; de la
que no puede prescindir ningún país por centralizado que sea tipo de gobierno.
Si bien no viene al caso el tema político, queda especialmente claro que
cuando los gobernantes de una nación no cumplen efectivamente con la
gerencia económica de la misma, ésta se ve altamente perjudicada, al igual
que sus habitantes, en el que no resulta únicamente afectado financieramente
el país sino el bolsillo de cada uno de quienes lo conforman.
De todo lo anterior, la importancia de cuidar cada uno de los recursos que
componen el sistema financiero, desde el ente más pequeño, hasta el mayor
de ellos, con la finalidad de que cada uno del resto de los sectores económicos
pueda funcionar a cabalidad, ya que cuando se distorsiona uno de los
engranajes del motor económico de cualquier estructura, se lesiona el conjunto
de piezas en su totalidad, en materia de salud, alimentación, seguridad,
agricultura, transporte, educación, comercio y administración.