1. La oración del justo puede mucho
Jeremías 33:
2 Así ha dicho Jehová, que
hizo la tierra, Jehová
que la formó para
afirmarla; Jehová es su
nombre:
3 Clama a mí, y yo te
responderé, y te
enseñaré cosas
grandes y ocultas que
tú no conoces.
Santiago 5:
14 Está alguno enfermo
entre vosotros? Llame a
los ancianos de la
iglesia, y oren por él,
ungiéndole con aceite
en el nombre del Señor.
15 Y la oración de fe
salvará al enfermo, y el
Señor lo levantará; y si
hubiere cometido
pecados, le serán
perdonados.
16 Confesaos vuestras
ofensas unos a otros, y
orad unos por otros,
para que seáis sanados.
La oración eficaz del
justo puede mucho.
Instrumento: Pastor Orangel Carrasquillo Peña
2. Oración = acto mas grande de fe =
hablar con Dios
Oren
G4336
προςεύχομαι
proseújomai; de G4314
y G2172; orar a Dios,
i.e. suplicar, adorar:-
hacer oración, orar,
pedir.
Oración
G2171
εὐχή eujé; de G2172;
prop. deseo, expresado
como petición a Dios, o
en obligación votiva:-
oración, voto.
Hebreo 11:
6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.
3. Con una oración Josué detuvo el tiempo y lograron la
victoria sobre sus enemigos
Josué 10:
12 Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová
entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo
en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón;
Y tú, luna, en el valle de Ajalón.
13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente
se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito
esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del
cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.
14 Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él,
habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre;
porque Jehová peleaba por Israel.
4. Con una oración Ana tuvo un hijo
1 Samuel 1:
11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu
sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva
un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja
sobre su cabeza.
12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de
ella.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se
oía; y Elí la tuvo por ebria.
4 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino.
15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu;
no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová.
16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y
de mi aflicción he hablado hasta ahora.
17 Elí respondió y dijo: Vé en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has
hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino,
y comió, y no estuvo más triste.
19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su
casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.
20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un
hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.
5. Con una oración Elías tuvo la victoria “cayó fuego de Dios
frente a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal”
1 Reyes 18:
21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre
dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo
no respondió palabra.
22 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta de Jehová; mas de los
profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.
23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo
sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré
sobre leña, y ningún fuego pondré debajo.
24 Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de
Jehová; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo
respondió, diciendo: Bien dicho.
36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo:
Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en
Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová,
eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el
polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.
39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
40 Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y
ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.
6. Con una oración Ezequías añadió años de vida y su
enfermedad sanó
Isaías 38:
1 En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta
Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque
morirás, y no vivirás.
2 Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová,
3 y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado
delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que
ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.
4 Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:
5 Vé y dí a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: He oído tu
oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince
años.
6 Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta
ciudad ampararé.
7. Con una oración Jabes añadió
bendición a su vida
1 Crónicas 4:
9 Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al
cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por
cuanto lo di a luz en dolor.
10 E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo:
¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi
territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me
libraras de mal, para que no me dañe! Y le
otorgó Dios lo que pidió.
8. La oración tiene que ir sin engaño, con
un corazón contrito y humillado
Salmos 17: (Salmos 51:6-17, Lucas 16:15 )
1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha mi
oración hecha de labios sin engaño.
2 De tu presencia proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud.
3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a
prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca no haga
transgresión.
4 En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios Yo me he
guardado de las sendas de los violentos.
5 Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis pies no resbalen.
6 Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu
oído, escucha mi palabra.
7 Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se
refugian a tu diestra, De los que se levantan contra ellos.
9. Jesús nos enseño como orar
Lucas 11:
2 Y les dijo: Cuando oréis,
decid: Padre nuestro que
estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo,
así también en la tierra.
3 El pan nuestro de cada día,
dánoslo hoy.
4 Y perdónanos nuestros
pecados, porque también
nosotros perdonamos a
todos los que nos deben. Y
no nos metas en tentación,
mas líbranos del mal.
Hebreos 5: (Santiago 4:1-5)
7 Y Cristo, en los días de su
carne, ofreciendo ruegos
y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que
le podía librar de la
muerte, fue oído a causa
de su temor reverente.
8 Y aunque era Hijo, por lo
que padeció aprendió la
obediencia;
9 y habiendo sido
perfeccionado, vino a ser
autor de eterna
salvación para todos los
que le obedecen;
10. Necesidad de orar siempre y no desmayar
Lucas 18:
1 También les refirió Jesús una parábola sobre la
necesidad de orar siempre, y no desmayar,
2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía
a Dios, ni respetaba a hombre.
3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual
venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi
adversario.
4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de
esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni
tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le
haré justicia, no sea que viniendo de continuo,
me agote la paciencia.
6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
7 Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que
claman a él día y noche? ¿Se tardará en
responderles?
8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando
venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Lucas 11:
9 Y yo os digo: Pedid, y
se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y
se os abrirá.
10 Porque todo aquel
que pide, recibe; y
el que busca, halla;
y al que llama, se le
abrirá.
11. El Espíritu Santo nos ayudara en
nuestra oración
Gálatas 4:
6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a
vuestros corazones el Espíritu de su
Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
Romanos 8:
24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la
esperanza que se ve, no es esperanza;
porque lo que alguno ve, ¿a qué
esperarlo?
25 Pero si esperamos lo que no vemos, con
paciencia lo aguardamos.
26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles.
27 Mas el que escudriña los corazones sabe
cuál es la intención del Espíritu, porque
conforme a la voluntad de Dios intercede
por los santos.
28 Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son
llamados. (Juan 14:21-27)
12. Una definición que le dio un hermano en Jesucristo con quien
hable en mi trabajo secular fue:
La Oración es el vehículo que el creyente posee para trasladarse hasta el
trono del Padre Celestial. Con ella, se establece un estrecho vínculo
entre nuestro creador y nosotros su máxima creación.
Cuando vamos hacia su presencia en oración, propiciamos un diálogo de
confianza entre padre e hijo en donde le contamos nuestras
necesidades y le pedimos que sea nuestro pronto auxilio y fortaleza
en los momentos tormentosos que en ocasiones experimentamos en
nuestra travesía en busca de la salvación.
La Oración juega un papel preponderante e irremplazable en la vida del
que decide seguir los pasos del Maestro. Si fallamos, rompemos esa
confianza que él nos otorga de podernos acercar a su trono, pero,
para recuperarla, la única forma de lograrlo es a través de ella. No
olvidemos que como muestra de esa gran relevancia así quedó
perpetuado cuando el Mesías nos enseñó la Oración modelo.
A sí pues, de la forma en que todos aquellos grandes hombres se
comunicaron con el Altísimo en sus momentos de calamidad,
tenemos nosotros también la oportunidad de dirigirnos a Él para que
nos extienda su mano poderosa y nos mantenga en su regazo.
Por Ángel Gaddiel Resto Adorno, 13 febrero 2006.