El documento presenta una fotografía ganadora del Premio Pulitzer de 1994 que muestra a un niño hambriento y agonizante caminando hacia un campo de alimentos de la ONU mientras un buitre lo espera. La fotografía capturó la crisis de hambre en Sudán y creó conciencia global sobre la necesidad de ayudar a los más necesitados. Sin embargo, también afectó profundamente al fotógrafo Kevin Carter, quien se suicidó tres meses después debido a una depresión.