LO QUE NUNCA DEBARIA HABER PASADO PACTO CiU PSC (Roque).pptx
Balance mujer 2021
1. Balance: Un 2021 contra las mujeres
En el 2021, el Perú terminó cerrando como uno de los países con más asesinatos y
casos de secuestros contra las mujeres. Llevamos dos años de pandemia, la violencia
antes de la crisis sanitaria de la Covid-19 era brutal hacia las mujeres, pero ha empeorado
y dado saltos cualitativos en los 24 meses pasados.
La Defensoría del Pueblo informó que, de enero a junio del año 2021, se han reportado
2891 notas de alerta por desaparición de niñas, adolescentes y adultas mujeres (16 en
promedio por día), lo que representa un 18 % más que lo advertido en el mismo periodo del
2021 (2457). Esto significa que la problemática se va agravando en un contexto en el cual
se han ido flexibilizando las medidas sanitarias por el COVID-19, ante lo cual se debe
asegurar un adecuado tratamiento de las denuncias y una búsqueda efectiva que garantice
la integridad de las víctimas.
La OMS declaraba que: Cerca de 736 millones de mujeres sufren violencia física o sexual
infligida por un compañero íntimo o agresiones sexuales perpetradas por otras personas.
Estaviolencia empiezadesde cortas edades o desde el enamoramiento, una de cada cuatro
mujeres de entre 15 y 24 años que han mantenido alguna relación íntima habrán sido objeto
de las conductas violentas de un compañero íntimo cuando cumplan 25 años.
Los índices de violencia varían y se incrementan a medida que los países son más pobres,
donde la economía es inestable. Las que más expuestas están son las mujeres jóvenes,
las negras y las indígenas, y otras poblaciones más vulnerables, que además a esto se
suma los tipos de discriminación.
La Defensoría del Pueblo expresó su preocupación por los 132 feminicidios que se han
registrado en lo que va del 2021, una cifra que está por encima de los 127 feminicidios
advertidos entre enero y noviembre de 2021. Ante ello, a través de un reporte recientemente
2. publicado sobre este tema, se ha solicitado un análisis profundo de las causas que están
generando este aumento anual de casos, así como fortalecer el rol permanente del Estado
para una prevención, atención y erradicación de este delito.
A esta situación se sumaademás para las mujeres trabajadoras la violencia económicaque
ha superado niveles históricos. Según el último informe de la ONU “la pandemia sumirá a
96 millones de personas en la pobreza extrema en el 2021, de las cuales 47 millones son
mujeres y niñas.”
Según la INEI el desempleo afectó más a mujeres que a hombres, en el trimestre de
análisis, el desempleo afectó más a las mujeres que a los hombres. Así, el 17,9% de las
mujeres económicamente activas estuvieron desempleadas, mientras que los hombres el
12,9%. Según grupos de edad, el desempleo se incrementó en todos los grupos y afectó
en mayor proporción a la población joven.
Es muy desesperante que muchos jóvenes y mayormente mujeres estén inmersas en el
desempleo, muchas optan por encontrar una estabilidad económica en trabajos ilícitos
poniendo en riesgo su vida. A esto se suma la violencia sexual y el impedimento a la
planificación familiar por parte de los gobiernos sigue siendo un hecho innegable de
violencia. Las muertes por aborto clandestino, o la cárcel y castigo a las que acceden al
mismo son aún muy altas.
La situación de las mujeres ya era terrible antes de la pandemia, porque este sistema de
explotación y opresión que está en decadencia sólo funciona para garantizar ganancias a
los empresarios y no para garantizar nuestros derechos. Los gobiernos en su gran mayoría
redujeron los presupuestos en atención a la violencia machista, cerraron programas e
incluso negaron atención médica prioritaria al aborto. Las denuncias por violencia
aumentaron exponencialmente y hasta se ha creado una señal con el puño para identificar
a nivel internacional una situación de emergencia.
El desempleo, el hambre y los confinamientos sin subsidios y servicios básicos disponibles
son responsabilidad de los gobiernos burgueses, no del virus. Que las mujeres tuvieran que
3. perder el empleo, renunciar a sus estudios por cuidar a la familia y los enfermos en esta
pandemia es responsabilidad de los gobiernos y los empresarios.
Ante semejante situación mundial, se expresaron con mayor crudeza las violencias sobre
las migrantes, refugiadas e indígenas. La brutal represión en la frontera sur de EEUU, en la
Palestina sitiada sin acceso a vacunas, las violaciones realizadas por las tropas de
ocupación en Haití o en Afganistán, donde ahora las mujeres cambian de opresor en manos
del terrible Talibán. Nosotras soportamos la carga, aumentamos las tareas, cuidamos la
niñez, ancianos, enfermos, nos aislamos con nuestros agresores, nos siguieron violando,
matando o golpeando por nuestra identidad de género. Pero decimos ¡Basta!, salimos a la
calle y seguimos peleando.