Explicación del proyecto 1000 días de aventura en el CEIP San Pedro Apóstol de La Mojonera. Curso 2019-2020

1. OPORTO

2. Hace muchos años, en una época lejana, vivió Fernando de Magallanes, en una ciudad de
Portugal llamada Oporto. Era un niño intrépido al que le gustaba jugar con su espada de
madera y su catalejo a surcar los mares en busca de aventuras.
Era ya tarde cuando su padre salió al jardín a buscarlo para la cena. ¡Magallanes sal
de donde estés!, se escuchaba a su padre por todo el jardín.
Fernando parecía no escucharlo, mirando por su catalejo se veía al mando de una armada
compuesta nada menos que por cinco naves llamadas, Trinidad, San Antonio, Concepción,
Victoria y Santiago. En su viaje le acompañaría, su amigo Rui Faleiro que sabía leer las
estrellas, para así poder trazar un mapa del viaje que iban a realizar.
Al mando de cada nao irían amigos y familiares suyos e iría buscando a valientes
marineros que quisieran embarcarse en la aventura que iban a comenzar y es que
¡ATENTOS! Quería encontrar un paso entre el Océano Pacífico e Índico para ir en
busca de las preciadas especias. ¿Pero de dónde conseguiría el dinero para ello?. Se le
ocurrió que podría ayudarle el Rey de Portugal, pero al escuchar la idea lo trató de loco, y
entonces probó con el Rey del país vecino, EPAÑA que era Carlos I que vio en este viaje
una gran oportunidad para conseguir un tesoro muy preciado en esa época, las especias.

3. 20 de septiembre de
1519
TRINIDAD
SAN
ANTONIO
CONCEPCIÓN
VICTORIA
SAN
AGUSTÍN

4. Y así empieza la expedición. Entre los marineros que se apuntaron a semejante
aventura estaba, Juan Sebastián El Cano, que había sido Capitán de barco, pero por
unos problemillas con la justicia acabó convirtiéndose en un fugitivo.
Una vez habían logrado formar la tripulación no podían olvidarse de lo más importante
en un viaje ¿Sabéis qué es?, por supuesto ¡la comida!.
El alimento estrella eran las galletas, además de llevar harina, legumbres, pescado en
conserva, queso, aceite, miel y frutas. Para mantenerse calientes toneles de vino y para
antes de dormir un vaso de leche calentita con miel, pero si entonces no había frigorífico,
cómo iban a llevarse la leche…¡Ahhh no hay problema nos llevamos la vaca!.
Con todo ya preparado empieza la expedición, el 20 de septiembre de 1519, desde el
puerto de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, cuyo propósito era abrir una ruta
comercial con las islas de las especias buscando un paso entre el Océano Atlántico y el
Océano Pacífico.

5. RÍO DE JANEIRO
¡TIERRA A LA
VISTA!
¿QUIÉN
SOY?

6. Tras días navegando no tardaron en aparecer los primeros problemas y es que entre tanto
Capitán todos querían mandar y Magallanes siempre resolvía todos los problemas igual,
a gritos y golpes.
Sin embargo había un marino que era todo lo contrario con sus compañeros, los trataba
con amabilidad y respeto, era Juan Sebastián El Cano, que era muy respetado por todos
los marineros, todo lo contrario que Fernando de Magallanes.
A lo lejos se escuchó ¡TIERRA A LA VISTA!, habían llegado al sur del Continente
Americano .A aquella tierra la llamaron “Río de Janeiro”. Decidió que para olvidarse
de las peleas en el barco bajaría a tierra a explorar, y que sorpresa se llevó, parecía que
estaba en el paraíso, de pronto se vio rodeado de una gente extraña , eran los indígenas que
vivían allí, ambos se miraron extrañados, pero tras un tiempo se hicieron amigos,,aunque
se tenían que comunicar por gestos , ya que no hablaban el mismo idioma.
De las cosas que encontraron en esa tierra lo que más les gustó fueron las frutas del
lugar, ya que allí descubrieron los plátanos. Aprovecharon para cargar las despensas de
los barcos para continuar el viaje y agradecieron su hospitalidad a los nativos
regalándoles, cuchillos, peines, espejos… y los nativos les regalaron, patatas, aceite, pescado,
piña y azúcar.

8. Continuaron con su viaje, después de visitar esta tierra navegaron sin parecer
tener rumbo fijo, la tripulación empezaba a pensar que Magallanes no sabía a
donde iba. De pronto les sorprendió una gran tormenta que hizo que la nao
Santiago se hundiera.
Tras el fatídico acontecimiento siguieron viaje y el 31 de marzo se escuchó
¡TIERRA A LA VISTA!, habían llegado a una bahía a la que llamaron
San Julián, y decidieron pasar allí el invierno, ya que estaban en el hemisferio
sur y hacía mucho frío, lo único que veían eran focas y pingüinos.
Por aquel entonces Magallanes estaba muy triste, ya que llevaba meses de
viaje y no había encontrado el paso entre los dos océanos, la tripulación no tardó
en revelarse y querer volver a España, pero fue El Cano quién ayudó a
Magallanes y convenció a la tripulación a seguir en esta aventura.

9. ¡TIERRA A LA
VISTA!

10. Emprendieron viaje cada vez más al sur buscando el estrecho. Pasaron los meses sin
ver a nadie, hasta que de repente se escuchó ¡TIERRA A LA VISTA! , cuando
desembarcaron encontraron a unos habitantes muy extraños, con la cara pintada y
vestidos con pieles de animales, a ese lugar lo llamaron La Patagonia, y decidió
llevarse con ellos a dos de aquellos habitantes.
Y siguieron rumbo, llegando a un paso que parecía ser un estrecho, ante es
Magallanes reunió a los Capitanes para decidir qué camino tomar, fue entonces
cuando al capitán de la nao San Antonio , Esteban Gómez le entró el miedo y dijo
que era mejor regresar a España. Las respuestas no se hicieron esperar ¡Ahora!,
después de todo lo recorrido, y Magallanes le contestó que no volverían atrás, así que
Juan Sebastián El Cano capitaneando la Concepción iba el primero y la San
Antonio detrás en un pis pas despareció abandonando a las otras naves y emprendiendo
camino a España.

11. ESTRECHO DE MAGALLANES

12. Tras varios días navegando en noviembre de 1520, El Cano y varios marineros fueron
en barca a explorar y ver si se llegaba al Océano Pacífico, y efectivamente al final se
encontraba este, a lo lejos se podían escuchar los gritos de alegría, por fin habían
encontrado lo que buscaban y emprendieron la vuelta al barco deseosos de contarles el
descubrimiento que habían hecho.
Cuando los vio llegar Magallanes no podía contener sus ansias por preguntarles. Al
desembarcar del bote El Cano le informó que habían encontrado aquello que estaban
buscando. Tal fue la alegría de Magallanes que le dio un fuerte abrazo a El Cano y
todos los marineros comenzaron a gritar y bailar montando una fiesta para celebrar
las nuevas noticias.
En ese momento ya solo quedaban tres naves, la Trinidad, la Concepción y la Victoria,
que llegaron a ese océano que era de aguas tranquilas y cálidas. Pasaron los días y
los meses, la comida y el agua escaseaban, y por fin el 17 de marzo se escuchó
¡TIERRA A LA VISTA!, menos mal porque ya no les quedaba ni una sola
galleta.

13. CEBÚ
G
U
A
M

14. Habían llegado a Guam, sus habitantes iban vestidos con hojas y montados en sus
canoas fueron a los barcos a visitarlos, cuando subieron a bordo empezaron a coger todo
aquello que les llamaba la atención y les gustaba, lo que hizo que Magallanes
montara en cólera, y ya sabemos que cuando se enfada…
Al llegar a tierra cogieron toda la comida que encontraron y la subieron a los barcos.
Pero a Magallanes no se le había pasado el enfado y les atacó disparándoles flechas.
El Cano muy enfadado le recordó que el Rey de España le dio la orden de ser amables
con los habitantes que encontraran en tierras extrañas.
Siguieron su camino y encontraron otras islas, el 7 de abril llegaron al puerto de Cebú y
Magallanes para hacer ver su fuerza entró a cañonazos. Allí encontraron al Rey de
Cebú al cual no le había gustado la manera en la que habían aparecido en su isla.
Después del malentendido de la llegada a puerto establecieron una buena relación con el
Rey, tanto que pasaban los días y ni Magallanes ni la tripulación querían irse, salvo
El Cano que le recordaba que debían seguir con su viaje para encontrar las especias.

16. El Rey hacía todo lo que le decía Magallanes llegando incluso a jurar fidelidad a la
Corona Española, a cambio le pidió a los reyes de las otras islas que se convirtieran en
súbditos de Cebú, cosa que no le hizo ninguna y no estaban dispuestos a cumplir.
Una de las islas vecinas era la de Mactán en la que reinaban dos reyes que siempre
estaban peleándose, Zula y Cilapulapu, lo que aprovechó el Rey de Cebú, convenciendo a
Zula de que se uniera a Magallanes, pero el otro Rey Cilapilapu no iba a obedecer a
ningún extranjero.
Ante lo que Magallanes ordenó destrozar su pueblo, lo que enfureció a sus habitantes,
ya que ellos no les habían hecho nada.
Zula le mandó un mensaje a Magallanes en el que decía que Cilapulapu no se
convertiría en súbdito de la Corona Española, pero que si le mandaba un barco lleno de
hombres armados lo derrotarían. Magallanes no lo dudó ni un instante, solo El Cano se
olía que aquello no iba a terminar bien y le decía que no fuera, y le volvió a recordar lo
que le había dicho el Rey de España, que no hiciera daño y fuera amable con los
indígenas, pero no le hizo caso.

18. Cuando desembarcaron él y sus hombres les estaban esperando más de mil indígenas
con flechas y piedras. A pesar de ser menos llegaron al poblado y quemaron sus
casas, lo que enfureció aún más a sus habitantes que ya solo pensaban en una cosa,
en matar a Magallanes. De repente se les vino encima una lluvia de flechas, en ese
instante Magallanes vio como una se dirigía directamente hacia él, sintió un fuerte
golpe en el pecho, y se dio cuenta que se había caído del árbol en el que se había
quedado dormido, a los pies estaba su padre que a lo lejos lo había visto empezar a
moverse en la rama viendo la caída.
Al levantarse, le contó a su padre todo lo que le había sucedido, no podía creer que
todo hubiera sido un sueño, pero una cosa sí que tenía clara, acabaría convirtiéndose
en Capitán de un gran barco y exploraría el mundo hasta más allá de lo conocido.
FIN

19. La aventura de Magallanes