Este documento contiene tres extractos que enfatizan la importancia de ver la realidad tal como es, tomar conciencia de los desafíos que enfrentamos, y ayudar a otros a mirar la belleza del mundo con ojos propios en lugar de a través de lentes prestados. El primer extracto destaca la necesidad de ver la realidad sin filtros. El segundo relata la reacción de un niño al ver el mar por primera vez y pedir ayuda para mirar su belleza. El tercer extracto argumenta que para ayudar realmente a otros a mirar se requ
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YO CREO EN LA REALIDAD CAMBIANTE DE MI PUEBLO
1. Moises Logroño G.
No es el amor que recibes, sino el afecto que das a los demás. No
es el mensaje que te llega, sino quien te lo envía. No es la canción
que oyes, sino a quien te recuerda. No es el tiempo que se va, sino
con quien lo compartes. No es cuanto has educado, sino cuanto
has liberado. No es cuanto has hecho, sino cuanto has
trasformado. Eso es lo más importante Moises
YO CREO
Yo creo, sinceramente creo, que la única manera de cambiar la
realidad consiste en verla tal cual es y no tal como queremos que
sea. Y también creo que la única manera de llegar a estar a la
altura de los desafíos que la realidad y la historia nos plantea,
consiste en empezar a tomar conciencia de ellos. Nuestras
tierras son tierras con una increíble capacidad de ternura y de
hermosura. Se trata de saber mirarlas para poder ayudar a
mirarlas. Y este desafío nos obliga a ser capaces de belleza,
porque si la justicia no es bella no es eficaz, y nos obliga a ser
originales, capaces de voz propia, contra una estructura
internacional del desprecio y de la mentira que confunde
nuestras voces con ecos y nuestros cuerpos con sombras de
cuerpos ajenos.
Yo siempre recuerdo a un amigo mío que tenía un hijo que nunca
había visto el mar. Un chico de unos 5 ó 6 años que le pedía al
padre que lo llevara a ver el mar, o la mar; como la llaman los
pescadores que saber que ella es mujer. Y una vez el padre llevó
a su hijo a ver el mar y el viaje demoró como 3 ó 4 días, hasta
que por fin fueron subiendo un alto médano, una montaña de
arena, más allá de la cual estaba como esperándolos, la mar, que
se anunció primero como un rugido, con un aroma violento, y
cuando llegaron por fin a la cumbre de aquella montaña de arena,
de golpe vieron el mar fulgurante, bellísimo y ante tanta
hermosura el niño se quedó mudo de belleza. Y cuando por fin
pudo volver a hablar pidió a su padre: “Papá ayúdame a mirar”.
2. Moises Logroño G.
Yo pienso que cuando la palabra humana es verdadera, es una
palabra reveladora, una palabra que ayuda a mirar. Pero también
pienso, también creo, también siento, también se, que para mirar
y ayudar a mirar es necesario tener ojos propios y no lentes
prestados, porque mejor no es el que mejor copia, mejor es el
que más crea, aunque creando se equivoque”.
Eduardo Galeano. Premio Latinoamericano
“José Martí”
Periódico Granma 31 de octubre de 1988 pág. 4