El nombre lo toma la playa de una de sus rocas, cuya forma recuerda a la de un camello (o a la de un menos popular dromedario). Playa del Camello con el "camello" bañándose y los bosque de La Magdalena de fondo. Límite norte de la Playa con la Isla de Mouro al fondo y Neptuno niño sobre la "montaña". Junto al aparcamiento, en el muro que salva el desnivel entre este y la Avenida de la Reina Victoria, hay una cita de la obra Gloria (1877) de Benito Pérez Galdós: A la izquierda de la boca de la ría había una serie de rocas que se mostraban completamente en marea baja, y en la pleamar eran indicadas por móviles espumarajos del agua. Uno de los peñascos tenía forma parecida a un camello, y de aquí vino el nombre de Los Camellos dado a todo el arrecife.