2. El agua, a lo largo de la historia, no sólo ha
servido para nosotros, los humanos, sino
que también ha sido fundamental para el
desarrollo de los demás seres vivos que
habitan en nuestro planeta. Desde los
pequeños insectos que habitan en La Tierra
hoy en día hasta los dinosaurios extinguidos
hace millones de años. Y una de sus
principales causas fue la escasez de agua a
causa de un meteorito.
3. La Mesopotamia, que en griego significa
"tierra entre los ríos", estuvo poblada
principalmente en las llanuras del sur de los
ríos Tigris y Éufrates. Los dos ríos sirven
como fuentes principales de agua de
la Mesopotamia y nacen en la parte oriental
de Turquía. Corren paralelos entre
sí, creando las fronteras de La
Mesopotamia, y mueren al formar el río
Shatt al Arab que desemboca en el Golfo
Pérsico.
4. Los avances de la ingeniería han alterado el
flujo natural de este sistema fluvial,
contribuyendo a su uso como beneficiosa
fuente de agua.
En los comienzos de la agricultura se
preparaban terrenos para la retención del
agua, utilizando terrenos para cultivos que
tras inundaciones se convertían en fértiles.
5. Siguieron pequeñas derivaciones cursos de
agua y cauces para la inundación
intermitente o riego artificial a las que se
añadieron obras de conducción, regulación
y captaciones de agua para la puesta en
explotación de mayor cantidad de terrenos
fértiles con carencia de agua,
desarrollándose, inicialmente, las grandes
civilizaciones generalmente en los valles
fértiles de los ríos.
6. En la alta Mesopotamia y en la región de los
Zagros, otros ríos más pequeños excavan
valles en las zona anexas a Mesopotamia: el
Khabur y sus numerosos afluentes
constituyen la región conocida como el
«Triángulo de Khabur», el Balikh, afluente
del Éufrates, el Gran y el Pequeño Zab y
el Diyala, afluente del Tigris, el Karun y
el Karkheh en Susa.
7. Hacia el 6 000 años a.C, las primeras
comunidades agrícolas prosperaron en la
baja Mesopotamia. Su supervivencia sólo
fue posible mediante el establecimiento de
un sistema de riego, sin que la superficie
agrícola de esta región se viera limitada a las
riberas de los principales ríos. La adición del
limo aportado por las inundaciones de los
ríos y el agua necesaria por el riego dio
8. rendimientos significativamente más altos
que los obtenidos en las zonas de secano en
la zona de la alta Mesopotamia, donde el
regadío también fue desarrollado para
aumentar la producción agrícola.