Con el fin de eliminar las barreras económicas, nacionales, raciales, étnicas, culturales, ideológicas y religiosas que siempre han mantenido separada a la humanidad y han sido la causa de innumerables conflictos y guerras, es necesario promover una educación intercultural que anime a los jóvenes a dedicar parte de su tiempo a un voluntariado que ayude a otros pueblos más desfavorecidos, y alentar a los líderes religiosos a limar sus diferencias mediante el diálogo interreligioso para así colaborar juntos por resolver los acuciantes problemas que afectan al mundo.
Impulsar el voluntariado y el dialogo intercultural e interreligioso libro 8 cap 5
1. Impulsar el voluntariado internacional, el diálogo
intercultural e interreligioso,
y el amor a la naturaleza
Capítulo 5 Educación Ética para la Paz
2. 1. La gratitud, confianza y amor hacia padres, profesores y
líderes sociales se debería extender hacia las demás naciones,
hacia la naturaleza y hacia Dios
2. La comunidad internacional: Una gran familia humana en
armonía con la naturaleza
3. Paz mundial a través de superar todas las barreras que han
dividido y enfrentado a los seres humanos
4. Paz intercultural e interreligiosa: La llave para la paz mundial
CAPÍTULO 5 IMPULSAR EL VOLUNTARIADO INTERNACIONAL,
EL DIÁLOGO INTERCULTURAL E INTERRELIGIOSO,
Y EL AMOR A LA NATURALEZA
3. Con el fin de eliminar las barreras económicas,
nacionales, raciales, étnicas, culturales, ideológicas y
religiosas que siempre han mantenido separada a la
humanidad y han sido la causa de innumerables
conflictos y guerras, es necesario promover una
educación intercultural que anime a los jóvenes a
dedicar parte de su tiempo a un voluntariado que ayude
a otros pueblos más desfavorecidos, y alentar a los
líderes religiosos a limar sus diferencias mediante el
diálogo interreligioso para así colaborar juntos por
resolver los acuciantes problemas que afectan al
mundo.
INTRODUCCIÓN
4. La gratitud, confianza y lealtad que se siente hacia los
propios padres, sociedad o nación por la protección,
seguridad y asistencia que se recibe de ellos, se debería
extender o ampliar hacia el conjunto de todas las demás
naciones y culturas, o sea, a la gran familia de la humanidad.
De hecho, muchos de los recursos, bienes o artículos que
utilizamos diariamente suelen provenir de otros países, así
que cuando algo va mal en esos países, esto también afecta a
nuestro país.
Además, todos nos beneficiamos de los inventos,
descubrimientos o tecnologías desarrollados por científicos y
técnicos de otros países y que son el fruto de muchos años de
trabajo y esfuerzo, y que hacen posible que disfrutemos de
una vida más sana, cómoda y feliz.
Así pues, nuestra gratitud y amor que
en nuestra familia o nación deberíamos
extenderla hacia el conjunto de todas las
naciones y culturas, hacia la comunidad
universal de seres humanos.
LA GRATITUD, CONFIANZAY AMOR HACIA PADRES, PROFESORESY LÍDERES SOCIALES SE
DEBERÍA EXTENDER HACIA LA HUMANIDAD, HACIA LA NATURALEZAY HACIA DIOS
Agradecimiento a la humanidad
5. En adición a esto, deberíamos sentirnos
agradecido hacia el conjunto de todos los seres y
cosas que componen la naturaleza y el universo
entero. Sin la luz de sol, el aire o el agua sería
imposible mantener nuestra propia existencia. El
conjunto de la tierra, con todos sus delicados
ecosistemas, es como una gran madre que nos
envuelve, protege y alimenta continuamente. Las
diferentes especies de animales y plantas, y los
diversos elementos minerales nos sirven de
alimentos, medicinas o fuentes de energía que
reconstituyen, curan o vitalizan nuestro cuerpo.
Agradecimiento a la naturaleza
Así pues, el sentimiento de gratitud hacia la naturaleza debería
movernos a tratarla con sumo cuidado y amor, protegiendo y
preservando a todas las especies y ambiente, y no destruirlos o
contaminarlos de una manera despiadada y gratuita por motivos
egoístas.
6. López-Barajas, en la siguiente cita, nos explica con elocuencia desde el punto
de vista pedagógico las virtudes de esta relación humana con la naturaleza.
«La pedagogía es ayuda para el crecimiento. Para ello es de enorme
importancia el contacto con el mundo visible, con la naturaleza. Esta
relación nos enriquece durante la juventud de modo distinto al de la
ciencia sobre el mundo sacada de los libros. Nos enriquece de manera
directa.
Se podría decir que, permaneciendo en contacto con la naturaleza,
nosotros asumimos en nuestra existencia humana el misterio de la
creación, que se abre ante nosotros con inaudita riqueza y variedad de
seres visibles, y al mismo tiempo invita constantemente hacia lo que
está escondido, que es invisible.
La sabiduría parece poner en evidencia de diversos modos la
transparencia del mundo. Es bueno para el hombre leer en este libro
admirable, que es el libro de la naturaleza, abierto de par en par para
cada uno de nosotros.»
Emilio López-Barajas Zayas, «La familia es una institución permanente», en La
familia en el tercer milenio, UNED, Madrid, 1995, pp. 23-24.
7. Además, cuando se llega a la conclusión de que el conjunto del universo y
la humanidad, y las leyes tanto naturales como morales que los regulan,
deben provenir de una primera causa inteligente y amante, un Creador
personal, un Logos, una Mente Universal o un Espíritu o RealidadAbsoluta,
entonces estos mismos sentimientos de gratitud y amor que se sienten por la
humanidad y por la naturaleza se extenderán hacia esa primera causa, Dios o
como se la quiera llamar.
De hecho, el sentimiento de religiosidad humano que ha dado origen a
todas las religiones, es decir, la gratitud, fe, confianza, amor, respeto y
veneración por Dios, o el origen del universo, es la expansión, prolongación o
extensión de la gratitud, confianza, amor filial y veneración que se siente
hacia los propios padres y antepasados, de la lealtad que se siente por la
propia nación, y del respeto y veneración que se siente por la naturaleza.
Además, es significativo que la mayoría de las religiones, a pesar de que algunas creen en un Dios más
personal y otras en un EspírituAbsoluto más impersonal, coinciden en atribuirle a esa causa o realidad
última un corazón amante paternal o maternal, algo así como la fuente última de un amor ilimitado,
incondicional, compasivo, desinteresado y altruista hacia todos los seres humanos y el resto de las criaturas.
Agradecimiento hacia Dios o el origen de la humanidad y el universo
8. Y precisamente de ese amor parental u origen
común es de donde se deduce la necesidad de la
fraternidad humana. Por ejemplo, la idea de la
ecumene o la igualdad, dignidad y fraternidad
humana universal de los estoicos provino de la
creencia en que todos los seres humanos participan
de una misma naturaleza, Logos, Dios o padre y
madre común y providente. La fraternidad cristiana
universal también vino de la fe o creencia en que
todos los hombres son hijos de mismo Dios o padre
amante, y lo mismo ocurre con las demás religiones.
Así, podríamos decir que valores como el humanitarismo, solidaridad, compasión, simpatía,
asistencia y ayuda mutua, y amor fraternal hacia todos los seres humanos y demás criaturas proceden
de esta veneración y amor por la común naturaleza de la humanidad, o por la madre naturaleza, o por
Dios, de igual manera que los hijos de una familia se sienten hermanados y unidos por el hecho de
tener un mismo padre y madre que los quieren por igual.
Agradecimiento hacia Dios o el origen de la humanidad y el universo
9. Igual que una nación se puede
comparar a una familia a gran
escala, la comunidad internacional
se podría asemejar a una gran
familia a escala planetaria en la
todas las personas, familias y
naciones se tratarían como
hermanos y hermanas. Desde una
perspectiva religiosa, Sun Myung
Moon lo explica de la siguiente
manera:
«Desde este punto de vista, el mundo es una familia
extendida. En vuestra comunidad hay personas de la
misma edad que vuestros abuelos, tíos y tías, padres y
hermanos y hermanas… A los ojos de Dios toda la gente del
mundo son Sus hijos e hijas.
Por tanto, deberíamos amar a todos como si fueran
nuestros hermanos y hermanas, Si veis a un pobre mendigo
de la misma edad que vuestros padres, tenéis que cuidar de
él como si fuera vuestro padre. ¡Qué bella escena! ¿Es Dios
feliz cuando ve que sus hijos se pelean entre sí? Este es el
principio de las relaciones familiares aplicado al conjunto
de la humanidad, que son la familia de Dios.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 184:65-66, (13 de
noviembre de 1988).
LA COMUNIDAD INTERNACIONAL: UNA GRAN FAMILIA HUMANA EN ARMONÍA CON LA
NATURALEZA
10. Dentro de una nación, las familias, instituciones,
empresas, grupos sociales, partidos y organismos
mantienen su armonía, paz y cohesión interna a través de
vínculos horizontales de hermandad y vínculos verticales de
confianza, lealtad o respeto a los líderes, a semejanza de la
estructura familiar.
Las familias y grupos sociales, a la vez que cumplen el
propósito de preservar su cohesión o perseguir sus propios
fines y intereses particulares, tienen asimismo el propósito
de contribuir al progreso, paz y bienestar del conjunto de la
nación, de forma análoga a como las células y órganos de un
cuerpo, a la vez que cumplen sus funciones propias,
contribuyen a preservar la vida del conjunto del cuerpo.
Por ello, la educación cívica tiene como fin educar a los
individuos para que de una forma voluntaria extiendan sus
vínculos familiares de amor hacia sus padres y hermanos
hasta abarcar a toda la nación, convirtiéndose así en buenos
ciudadanos, fieles a sus leyes e instituciones y solidarios con
sus conciudadanos.
La educación cívica debe enseñar
también que el fin prioritario de las
familias, empresas, organizaciones y
demás organismos e instituciones
sociales es el servir a los intereses
generales, de tal forma que se puedan
superar los egoísmos familiares,
corporativismos, clasismos, elitismos
o partidismos.
11. Cuando subimos al nivel planetario,
vemos que todos formamos parte del
conjunto de la humanidad y de un conjunto
aún más grande de seres vivos y cosas de la
naturaleza, y que estamos tan
profundamente interrelacionados entre sí y
somos tan interdependientes que nuestra
supervivencia, protección, seguridad y
bienestar depende de la salud del conjunto
de la humanidad y de la tierra.
Por tanto, podemos llegar a la conclusión
de que la comunidad internacional de
naciones es como una gran familia a escala
planetaria, en la que cada nación, además
de perseguir sus propios intereses debería
cumplir con su deber fraternal de contribuir
al progreso, bienestar y felicidad del
conjunto de la humanidad.
De hecho, el concepto de nación debería
desaparecer o convertirse en un sinónimo de
provincia perteneciente a una de las regiones
continentales que forman parte de la comunidad
mundial.
12. Es esencial para la paz mundial promover un sentimiento de pertenencia a una gran
familia mundial a través de una educación intercultural que ayude a superar los cerrados y
excluyentes nacionalismos, etnocentrismos, racismos y fanatismos religiosos
Por consiguiente, el fin de este tipo de educación
intercultural para la paz —en la que se puede incluir
la educación humanitaria, ecológica e
interreligiosa— sería el de ayudar a las personas a
que expandieran sus sentimientos o vínculos
verticales de gratitud, confianza y lealtad hacia sus
padres, líderes y nación, y sus sentimientos o
vínculos horizontales de fraternidad y solidaridad
ciudadana de tal manera que se conviertan en
sentimientos de gratitud, confianza y lealtad hacia
la humanidad, la naturaleza y Dios, y en
sentimientos de amor fraternal por personas de
otras naciones, razas, culturas o religiones, e incluso
amor fraternal hacia todos los demás seres vivos y
cosas de la naturaleza.
En otras palabras, el objetivo principal de
esta educación intercultural para la paz sería
ayudar a las personas para que se conviertan en
buenos ciudadanos del mundo, fieles a las
instituciones u organismos internacionales y
solidarios con el resto del mundo; en
trabajadores voluntarios o misioneros que
ayuden a gente de otras naciones; y en grandes
hombres, santos o benefactores de la
humanidad.
Esto es posible porque los seres humanos se
sienten estimulados y motivados por el
profundo deseo o ambición de llegar a ser
personas valiosas, útiles e importantes.
13. Por esta razón, los seres humanos desean
elevar su valor a través de servir a conjuntos de
personas cada vez más grandes, ya que de esta
forma recibirán el aprecio y reconocimiento de
un número mayor de personas y su valor se
elevará extraordinariamente equiparándose al
del conjunto al que sirven.
Ya que el conjunto más grande de seres
humanos es la humanidad misma y Dios,
quienes llevan una vida de servicio por la
humanidad son los que llegan a ser admirados
e incluso venerados como santos por gente de
todos los pueblos y culturas, alcanzando así la
más alta valoración como seres humanos.
También, la educación
intercultural debería alentar
o animar a las naciones o
culturas particulares a
cumplir con su deber
fraternal o fin prioritario de
contribuir al desarrollo,
progreso y bienestar de
naciones o culturas más
desfavorecidas, superando
los egoísmos nacionales,
raciales, culturales o
religiosos.
Es esencial para la paz mundial promover un sentimiento de pertenencia a una gran
familia mundial a través de una educación intercultural que ayude a superar los cerrados y
excluyentes nacionalismos, etnocentrismos, racismos y fanatismos religiosos
14. PAZ MUNDIAL A TRAVÉS DE SUPERAR TODAS LAS BARRERAS QUE HAN DIVIDIDOY
ENFRENTADO A LOS SERES HUMANOS
Superación de las barreras
de las desigualdades
económicas
Superación de las barreras
nacionales
Superación de las barreras
raciales, étnicas y culturales
Superación de las barreras
religiosas e ideológicas
15. PAZ MUNDIAL A TRAVÉS DE SUPERAR TODAS LAS BARRERAS QUE HAN DIVIDIDOY
ENFRENTADO A LOS SERES HUMANOS
Son principalmente cuatro clases de barreras; la primera
son las barreras económicas o de diferencias de riquezas
que han originado múltiples guerras por hacerse con el
monopolio de las riquezas y revoluciones contra las
situaciones de injusticia económica; la segunda son las
barreras nacionales que han ocasionado innumerables
guerras entre naciones por la conquista de poblaciones y
territorios; la tercera son las barreras étnicas, raciales y
culturales, que siempre han generados tensiones y
conflictos debido a que algunas razas o culturas han
pretendido la supremacía, el dominio e incluso la
exterminación de otras razas o culturas; y la cuarta son las
barreras ideológicas y religiosas, que asimismo han
provocado un sin número de cruentos conflictos entre
naciones con distintas ideologías y religiones.
16. Sun Myung Moon expresa en esta cita su
esperanza en que el siglo XXI vea el comienzo de
una nueva era en la que se superen
definitivamente estas barreras que enfrentan a la
humanidad.
«La discriminación racial, las luchas religiosas
y el nacionalismo egoísta provocan situaciones
en las que se violan los derechos humanos. La
era en la cual la gente ha sido dominada por la
fuerza ha pasado. En el siglo XXI veremos nacer
la era en la que las personas vivan juntas,
transcendiendo las razas, naciones y religiones.
Esto significa que va a comenzar la era del
gobierno a través del verdadero amor.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC,
369:221, (24 de febrero de 2002).
17. Promover el voluntariado internacional
entre los jóvenes
Superar, por medio de la reconciliación,
el perdón y el servicio mutuo, los viejos
resentimientos y odios raciales, étnicos
y religiosos
Potenciar el desarrollo económico de
todas las regiones deprimidas del
mundo hasta que se consiga la meta de
la ecualización mundial del bienestar
material mediante la transferencia libre
de la tecnología
SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS DE LAS DESIGUALDADES ECONÓMICAS
18. La primeras barreras que habría que suprimir son las barreras de las
diferencias económicas. Igual que en una familia es impensable que
unos hermanos disfruten de suficientes medios de vida mientras que
otros sufran necesidades, cuando se considera a la humanidad como
una gran familia, es indignante y repulsivo para la conciencia humana
ver que mientras en las naciones ricas o desarrolladas los individuos y
familias nadan en la abundancia material y tienen problemas de
sobrepeso, en las naciones subdesarrolladas, en cambio, los
individuos y familias sufren pobreza, enfermedades y hambre, hasta
el punto de no tener nada con que alimentar sus hijos y éstos mueran
de desnutrición.
Este problema tiene dos aspectos. El primero de ellos es la
necesidad de ofrecer un socorro o alivio inmediato a situaciones de
desamparo, hambre, pobreza, enfermedad o tragedia humanitaria
causada por desastres naturales, epidemias, accidentes o guerras.
Para lo cual es vital la solidaridad de la gente y de los gobiernos de los
países ricos, así como el trabajo de las ONG y las Naciones Unidas.
SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS DE LAS DESIGUALDADES ECONÓMICAS
19. En este sentido, sería muy conveniente y beneficioso fomentar
mediante de la educación intercultural, especialmente entre los
jóvenes, el voluntariado o servicio desinteresado de asistencia a
otros pueblos en situaciones de pobreza que se realiza a través de
las ONG u otras organizaciones de asistencia. Este trabajo
voluntario no sólo es valioso e importante por la ayuda que se
ofrece y el servicio que se presta en sí mismo, sino por el gran valor
educativo y moral que tiene para las personas.
A través del servicio voluntario a otros pueblos —si se hace con
una motivación pura y desinteresada— se puede desarrollar la
capacidad de amar a personas de otras naciones o culturas,
superando así las barreras nacionales, étnicas o raciales, o lo que lo
mismo, amar al entero género humano, y así madurar moralmente
al ensanchar el corazón, la comprensión y la conciencia hasta un
nivel cosmopolita o universal.
Promover el voluntariado internacional entre los jóvenes
20. A través de un servicio voluntario y altruista por parte de los jóvenes de las
naciones ricas en beneficio de las personas necesitadas de las naciones
subdesarrolladas se podrían disolver, mediante el amor incondicional, el perdón y
la reconciliación mutua, los profundamente arraigados odios y resentimientos
históricos producidos por el imperialismo, el colonialismo, el racismo y la
esclavitud. En cierto sentido, los jóvenes procedentes de los países ricos o
desarrollados que fueran a servir a pueblos más pobres estarían pagando las
deudas que sus antepasados contrajeron al conquistar, colonizar o esclavizar a los
antepasados de esos pueblos.
Así, los jóvenes voluntarios, arriesgando sus vidas para servir, ayudar o amar a
quienes les consideran como sus enemigos, no sólo podrían aliviar las penalidades
físicas de estos pueblos sino también ayudar a disolver los resentimientos
históricos entre los países ricos y pobres. Es decir, el trabajo voluntario no
solamente puede aliviar el hambre o sufrimiento de unos pueblos sino que
también puede contribuir decisivamente a la paz mundial a través de fomentar el
perdón mutuo y la reconciliación entre pueblos, razas o culturas que por diversas
razones históricas albergan odios o resentimientos ancestrales mutuos.
Superar, por medio de la reconciliación, el perdón y el servicio mutuo, los viejos
resentimientos y odios raciales, étnicos y religiosos
21. Como dice Sun Myung Moon:
«Cuando los jovenes inspirados por
el verdadero amor de Dios se
comprometan a sacrificarse y servir a
las personas de otros países menos
favorecidos, podrán comenzar a
resolver el problema de la pobreza y
el hambre en el mundo. Podrán
empezar a curar las heridas causadas
por las diferencias entre ricos y
pobres. Ellos pueden ayudar a las
personas de estos países a superar las
animosidades y odios provocados por
las diversas experiencias históricas.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl,
HSA-UWC, 288:201, (28 de noviembre de 1997).
22. Ahora bien, para resolver definitivamente
el problema del hambre y la pobreza, así
como suprimir las barreras o diferencias
económicas producidas por la desigual
distribución de riquezas, sería necesario que
el proceso actual de globalización
económica tuviera como fin prioritario
potenciar el desarrollo económico de todas
las regiones deprimidas del mundo hasta
que se consiga la meta de la ecualización
mundial del bienestar material.
Es decir, que todos los pueblos y culturas
puedan disfrutar del mismo nivel o calidad
de vida que el resto de sus naciones
hermanas.
Para acelerar este proceso sería muy conveniente y
necesario que las empresas y multinacionales invirtieran y
crearan empresas y fábricas en los países subdesarrollados,
no solamente movidos —como ocurre ahora— por el
interés miope de disponer de mano de obra barata, de
ampliar sus mercados u obtener beneficios inmediatos.
Más bien deberían tener la meta de potenciar al
desarrollo económico de estos países subdesarrollados,
creando empresas mixtas, transfiriéndoles tecnologías y
personal especializado, y reinvirtiendo los beneficios para
crear más trabajo y riqueza en el propio país.
Esto, a la larga, sería mucho más beneficioso para las
multinacionales mismas, puesto que ellas o sus filiales se
convertiría en el futuro en las entidades económicas más
prósperas del país.
Potenciar el desarrollo económico de todas las regiones deprimidas del mundo hasta que
se consiga la meta de la ecualización mundial del bienestar material mediante la
transferencia libre de la tecnología
23. Sun Myung Moon nos habla de la importancia y la necesidad de que los
países más desarrollados transfieran su tecnología a los países
subdesarrollados con el fin de conseguir la paz mundial y eliminar la barrera
de las diferencias económicas entre naciones.
«Cuando las naciones avanzadas transfieran su tecnología a las naciones
menos desarrolladas con el espíritu de ayudarles a llegar a ser
económicamente independientes, en vez tratar de explotarlas y obtener sus
recursos naturales, entonces la humanidad será capaz de eliminar la guerra y
el hambre. (…)
Nunca podremos conseguir la paz mundial hasta que aquellas naciones,
que han sido bendecidas con riquezas y tecnología, voluntariamente las
compartan con las demás naciones del mundo. Las bendiciones de la ciencia
y la tecnología están ahí para el beneficio de la humanidad, y deberían ser
compartidas.Todas las naciones deberían tener las mismas oportunidades
de usar la tecnología para el bienestar de su pueblo. (…) Si no es así, los
países avanzados serán objetos del resentimiento y odio de los países que
son privados de ella.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, (25 de noviembre de 1988).
24. Bouché Peris nos comenta en la siguiente cita que junto al desarrollo sostenible, la
solidaridad y cooperación son condiciones esenciales que hacen posible una cultura de paz.
«Junto al desarrollo sostenible y, coherentemente con él, se impone una cultura
de la solidaridad y un imperativo de la cooperación internacional sin fronteras. (...)
La solidaridad, pues, no es una mera cuestión retórica, sino un deber moral de
asistencia en momentos críticos, no solamente transitorios, y en situaciones
estructuralmente dadas, aunque no por ello inamovibles ni permanentes
destinadas a perpetuar su estado. La solidaridad así entendida es una indiscutible
categoría antropológica.
En este sentido, la cooperación se entiende no ya como un mero beneficio
mutuo entre países, sino como ayuda al desarrollo y promoción integral de las
comunidades desfavorecidas, que persigue una humana calidad de vida, una
adquisición de conocimiento (desterrando el analfabetismo), una convivencia
democrática, una garantía del respeto a los derechos humanos, entre otros. En
definitiva, un crecimiento económico, es cierto, pero precedido por la equidad, la
justicia social y la realización humana plena. Sin duda, son éstas condiciones que
hacen posible una cultura de paz.»
J. Henri Bouché Peris, «Antropología de la violencia y la paz», en Educación para la Paz. El 2000,
Año Internacional de la Cultura de Paz, Marín Ibáñez, R., UNED, Madrid, 2000, pp. 82-83.
25. La segunda barrera que habría que
superar es la barrera de las fronteras
nacionales, que ha sido el origen de tantas
guerras entre naciones que se diputaban
entre sí el dominio de territorios y
poblaciones.
Hoy día las naciones deberían colaborar
estrechamente para resolver los problemas
económicos, sociales y humanos que afectan
a todas o a muchas de ellas por igual.Así que
el proceso de integración que, por lo
general, comienza con la creación de
mercados únicos en los que se permite un
libre intercambio de capital y mercancías, se
debería ampliar, permitiéndose también la
libre circulación de la información,
conocimientos, tecnología, arte, cultura y,
finalmente, la libre circulación de personas.
SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS NACIONALES
«Vivimos —esto es innegable— en una Aldea
Global, que ha dejado chiquitos a los estados-nación
y requiere para sus problemas soluciones globales.
(...) En una Aldea Global el egoísmo es actitud pasada
de moda, como los son las pequeñas endogamias, los
vulgares nepotismos y amiguismos, las aldeítas
locales, la defensa de los míos, los nuestros, sea en la
política, sea en la economía, en la universidad o en el
hospital.
Ante retos universales no cabe sino la respuesta de
una actitud ética universalista, que tiene por
horizonte para la toma de decisiones el bien
universal, aunque sea preciso construirlo desde el
bien local. Lo otro, los oportunismos miopes, es cosa
no sólo trasnochada, sino suicida y homicida.»
Adela Cortina, Ciudadanos del mundo, Alianza Editorial, Madrid,
1997, pp. 260-261
26. También, a causa de este imparable proceso de
globalización económica se crea una
interdependencia mutua cada vez más grande
entre las naciones, que hace que los estados
nacionales pierdan gran parte de su poder o
autonomía, lo cual también es bueno para la paz
mundial, ya que muchas de las guerras del pasado
fueron debidas a las ambiciones de poder y
conquistas de los estados nacionales.
Así pues, se debería seguir avanzando en este
proceso de integración entre naciones hasta el
punto de que los antaño independientes estados
nacionales se conviertan en administraciones
locales, las naciones en provincias y las fronteras
nacionales en meras delimitaciones
administrativas, y que los ciudadanos lleguen a ser
ciudadanos del mundo.
De esta forma, sería casi imposible que se
reprodujeran los antiguos conflictos o guerras
entre naciones.
Como Sun Myung Moon dice, «Todas las
personas anhelan vivir en un mundo unificado
que transcienda las nacionalidades. Este anhelo
brota del mundo interior del corazón.»Y en otra
ocasión añade, «a partir de ahora, la definición
de “mi país” tendría que ampliarse.
Aunque todos tenemos un país natal donde
hemos nacido y residimos, en un sentido más
amplio, “mi país” es el mundo entero que Dios,
nuestro Padre, ha creado para nosotros.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC,
115:117, (10 de noviembre de 1981). 219:121, (28 de agosto
de 1991)
27. La tercera barrera que debería caer son las
barreras raciales, étnicas y culturales que
durante gran parte de la historia han
mantenido separados y aislados a los pueblos
del mundo, y que provocaron que unos pueblos
o razas dominaran, colonizaran o esclavizaran a
otros. En este sentido, el incremento del
turismo y el imparable fenómeno de la
inmigración están contribuyendo a que muchas
naciones se estén convirtiendo en un mosaico
de razas, etnias y culturas diferentes que
reflejan al mundo entero. Esto les obliga a
comunicarse, comprenderse, tolerarse y
convivir pacíficamente como buenos vecinos.
Esta misma buena convivencia y vecindad
debería ampliarse al conjunto del mundo.
SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS RACIALES, ÉTNICASY CULTURALES
28. Los diferentes pueblos, etnias y razas
del mundo deberían enriquecerse
mutuamente, aprender de los aspectos
positivos tanto espirituales y humanos
como materiales que cada una de ellas
pueden ofrecer a la otra. Se podría crear
así una cultura mundial común más rica
y equilibrada, al mismo tiempo que se
mantenga las características únicas y
peculiares de cada cultura.
29. «La mundialización de la cultura, en gran parte causada por la
multiplicación y eficacia de los canales de comunicación, y
especialmente por las nuevas tecnologías de la información,
hace que todas las culturas, los modos de vida, las costumbres y
los productos, puedan ser contemplados, admirados e
imitados, en todos los rincones del planeta. La radio, la
televisión, el cine, los periódicos, los libros, los satélites de
comunicaciones e internet ganan una difusión creciente.
Cualquier mensaje audiovisual puede llegar casi
instantáneamente a todo el planeta. La UNESCO en sus
Recomendaciones ha insistido en la libre circulación de bienes
culturales, con lo cual el impacto se multiplica. Se va hacia una
civilización verdaderamente mundial, hacia la aldea planetaria
de la que hablaba MacLuhan, o la aldea electrónica, como se
designa ahora. (...)
Marín Ibáñez, en la siguiente cita nos habla de este proceso de
mundialización de la cultura y la necesidad de un entendimiento
mundial entre las culturas.
30. El desafío con que nos encontramos es el de lograr las
ventajas indudables de una civilización auténticamente
planetaria y a la vez conservar la identidad cultural a la que
cada uno tiene derecho. El contacto de grupos, de culturas
dispares, obliga a una plural convivencia, a una superación de
los enfrentamientos, que sin renunciar a la diversidad de
lícitos modos de vida, haga posible una vida común. (...) Urge
llegar a un entendimiento cada vez más amplio y más
universal, a una cultura ya no sólo nacional o continental,
sino planetaria y a la vez mantener todo lo original y lo
valioso de cada una, incluyendo por supuesto todas las
regiones y las minorías.»
Ricardo Marín Ibáñez, «La educación intercultural y la paz», en Educación para la
Paz. El 2000, Año Internacional de la Cultura de Paz, UNED, Madrid, 2000, pp. 187-
188.
31. Dado que la ignorancia o falta de educación ha sido y
sigue siendo unas de las causas del subdesarrollo, pobreza,
situación de dependencia y sometimiento de muchos
pueblos o etnias, se debería también impulsar
vigorosamente una mundialización de la educación.
Aparte de las muy necesarias campañas de alfabetización
y acceso a una educación básica mínima de niños, niñas y
adultos, especialmente las mujeres, se deberían utilizar las
nuevas tecnologías para intercambiar y trasmitir, a escala
internacional, todo tipo de conocimiento y material
educativo, ya sean científico, técnico o humanista.
Se debería facilitar el acceso a una educación superior y
cualificada a los ciudadanos de países subdesarrollados que
carezcan de instituciones educativas adecuadas y que no
dispongan de medios para cursar sus estudios en las
universidades de los países desarrollados.
Impulsar la mundialización de la educación
32. Conviene resaltar también que para solucionar
completamente los problemas causados por los
prejuicios raciales y culturales no basta con la
convivencia pacífica, la tolerancia o el respeto mutuo.
De hecho, en muchos países en los que conviven
diferentes razas o culturas se puede ver como, por lo
general, los miembros de cada comunidad étnica o
religiosa se recluyen en sus propios barrios o guetos, van
a sus propias iglesias o templos, y se relacionan y se
casan casi exclusivamente con personas de su propia
comunidad racial o cultural, sin hacer grandes esfuerzos
por comunicarse o entenderse con otras comunidades.
Este tipo de actitud sigue siendo en el fondo orgullosa,
etnocéntrica y racista —por parte de todos los grupos
raciales y culturales—, a pesar de que en vez de odio o
desprecio ahora se profese respeto y tolerancia.
Promover los matrimonios mixtos interraciales e internacionales
Es decir, permitimos que personas de
otras razas o culturas sean nuestros
vecinos, pero no queremos mezclarnos
con ellos ni conocerlos y, de este modo,
trazamos nuevas fronteras o líneas de
división entre barrios.
33. Promover los matrimonios mixtos interraciales e internacionales
Si todos los seres humanos somos como
hermanos y hermanas de la gran familia humana,
¿por qué seguir manteniendo las distancias o
creando nuevas fronteras imaginarias? ¿Por qué no
podemos relacionarnos, mezclarnos, tener amigos
e incluso casarnos con personas de otras razas,
religiones o culturas?
Así pues, si queremos la paz mundial no
deberíamos quedarnos en el respeto y la
tolerancia, sino avanzar hacia una comunicación,
entendimiento e integración más profunda entre
las diferentes etnias y culturas.
De hecho, se debería avanzar hacia una
progresiva integración o fusión entre razas y etnias
a través de establecer lazos de sangre mediante
matrimonios mixtos interraciales e interculturales.
34. «la manera más rápida de lograr la unidad de todas las
razas son los matrimonios internacionales. Un hombre y una
mujer que provienen de dos esferas culturales
completamente diferentes tienen que llegar a vivir juntos en
armonía a través del amor de Dios. (…) Solamente el más
consistente y profundo amor puede superar las diferencias
de nacionalidad, raza, cultura y educación.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 258:122, (17 de marzo
de 1994).
Sun Myung Moon es famoso por promover este tipo de
matrimonios y con frecuencia repite que
35. «a los ojos de Dios, no hay diferencia
entre la gente blanca, negra o amarilla.
El amor hace a Dios ciego al color. Él no
ve el color de la piel de las personas. El
color del corazón es mucho más intenso
y vibrante que el color de la piel.»
Sun Myung Moon, Blessed Family, p. 845
En otras ocasiones comentaba que una
madre que tuviera en sus brazos un par de
hijos suyos, uno blanco y otro negro, sería
completamente ciega al color de la piel.Y
también que
36. SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS RELIGIOSAS E IDEOLÓGICAS
Paz intercultural e interreligiosa: La llave para la
paz mundial
Un amor universal y un orden moral universal
Promover el diálogo intercultural e interreligioso
Propuesta de crear en las Naciones Unidas un
consejo permanente de representantes de todas
las religiones del mundo
Hacia una constitución mundial
Necesidad de una revolución pacífica y silenciosa
que logre la paz interior dentro de los individuos
y la paz y armonía familiar
37. La última, y quizás la más difícil, de las barreras que habría que superar
para conseguir la paz mundial son las barreras de las distintas
cosmovisiones o creencias religiosas e ideológicas que separan a los
pueblos y culturas, y que han sido las causas de múltiples y cruentas
guerras religiosas e ideológicas a lo largo de la historia.
Estas cosmovisiones, y en especial las creencias religiosas, son las que
más se arraigan en la mente y en corazón humano, y por ello quizás sean
también las más difíciles de cambiar y las que se defienden con más
pasión y determinación. Por la historia reciente, podemos ver que
mientras que las ideologías políticas duran un tiempo y luego
desaparecen, las religiones en cambio duran milenios y sobreviven a
todo tipo de cambios sociales, económicos o políticos. Muchas de las
teorías o visiones científicas también suelen durar mucho tiempo,
aunque éstas, con el avance de la ciencia, cambian más fácilmente que
las creencias religiosas.
Por consiguiente, para lograr la paz mundial es absolutamente
necesario superar esta última barrera de las creencias religiosas que son
las que sustentan a las diferentes civilizaciones y culturas.
SUPERACIÓN DE LAS BARRERAS RELIGIOSAS E IDEOLÓGICAS
38. Tras el fin de la confrontación militar e ideológica
entre las naciones democráticas y el bloque
comunista, que se saldó con el triunfo del
liberalismo democrático, muchos pensaron que ya
no existía el peligro de más guerras o
confrontaciones mundiales. Pero, como predijo muy
acertadamente Huntington, en el futuro el peligro
de guerras mundiales puede provenir de choques,
con una fuerte carga religiosa, entre las grandes
civilizaciones del mundo. El trágico atentado
terrorista a las torres gemelas de NuevaYork puso
de relieve este peligro real de confrontación entre
civilizaciones y, por tanto, la necesidad de llegar a
un entendimiento, comprensión o paz entre
culturas y religiones mundiales.
Paz intercultural e interreligiosa: La llave para la paz mundial
39. Samuel P. Huntington, en el párrafo final de su famoso libro, aconseja lo siguiente:
«En los años cincuenta, Lester Pearson advertía que los seres humanos
estaban entrando en “una época en la que las diferentes civilizaciones tendrían
que aprender a convivir en intercambio pacífico, aprendiendo unas de otras,
estudiando cada una la historia e ideales, el arte y la cultura de las demás y
enriqueciendo unas las vidas de las otras. La alternativa, en este pequeño
mundo superpoblado, es el malentendido, la tensión, el choque y la catástrofe”.
El futuro de la paz y de la civilización depende de la comprensión y
cooperación entre los líderes políticos e intelectuales de las principales
civilizaciones del mundo. (...) En la época que está surgiendo, los choques de
civilizaciones son la mayor amenaza para la paz mundial, y un orden
internacional basado en las civilizaciones es la protección más segura contra la
guerra mundial.»
Lester Pearson, Democracy in World Politics, Princenton University Press, 1955, pp. 83-84. Samuel P.
Huntington, El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidós, Barcelona, 1997, pp.
385-386.
40. Sun Myung Moon cree también que la armonía
interreligiosa es esencial para la paz mundial.
«La esencia de mi enseñanza es que la armonía interreligiosa
es una condición necesaria para la paz mundial. Ninguna religión
por separado ha manifestado a Dios de una forma completa. Por
ello, la diversidad y las diferencias entre religiones han sido
inevitables.
Sin embargo, como muchos grandes líderes religiosos han
enseñado, somos todos como hermanos y hermanas de una gran
familia, porque todos somos hijos del mismo Padre Celestial. Por
consiguiente, los conflictos y divisiones interreligiosas son
absolutamente innecesarios.»
Sun Myung Moon, Let Us Bring Religious Harmony for the Sake ofWorld Peace, Lotte
Hotel, Seoul, Korea,TheThirdYouth Seminar on World Religions, August 14, 1984.
41. «Observando las religiones, vemos que cada una de ella mantiene una
actitud antagónica hacia los demás, creyendo que es la mejor. Esta actitud
crea un ambiente hostil que puede causar grandes dificultades en el futuro. Si
las religiones mantienen este punto de vista, ¿cómo pueden ayudar a construir
un mundo de paz? Creo que se producirán tremendas consecuencias dañinas si
no se derrumban los muros que dividen a las religiones.
Por esta razón estoy llevando a cabo un trabajo interreligioso. Es
tremendamente difícil romper las barreras que existen entre ellas debido a que
las religiones han estado guiando a sus seguidores, de diferentes
nacionalidades y culturas, durante miles de años. Las cuatro grandes
religiones: cristianismo, Islam, budismo y confucianismo tienen historias que
se remontan a miles de años. Si en el futuro se atacan mutuamente y luchan
entre sí, se destruirá la paz en el mundo y la humanidad perecerá.
La pregunta es: ¿Cómo nos podemos reunir a estas organizaciones
religiosas para que, en vez de luchar, puedan dialogar entre sí y encaminarse
juntas hacia un único mundo de paz?»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 210:117, (17 de diciembre de 1990).
42. Muchos líderes religiosos nos advierten y aconsejan lo
mismo. Hans Küng, famoso por ser un ferviente defensor de la
idea de lograr la paz y reconciliación entre religiones, nos dice:
«Todas las religiones del mundo han de reconocer la
responsabilidad que les compete con respecto a la paz
mundial. Por eso no me cansaré de reiterar una tesis por la
que he comprobado una creciente simpatía en todo el
mundo: No puede haber paz entre las naciones sin paz
entre las religiones o, dicho más brevemente: ¡Imposible
la paz mundial sin paz religiosa!»
H. Küng, Proyecto de una ética mundial, Trotta, Madrid, 1991, p. 98.
En especial, las religiones deberían dejar a un lado todas las
cuestiones que las separan —como, por ejemplo, la autoridad de los
textos sagrados, las doctrinas oficiales, la lealtad excluyente hacia sus
fundadores, las jerarquías eclesiásticas, ciertas prácticas religiosas,
ritos o costumbres particulares— y concentrarse en lo común a todas,
en lo que las une, que en esencia son dos ideas fundamentales; el
concepto de un amor universal y el de un orden moral universal.
Creo que lo más importante es
intentar alcanzar un consenso en lo
esencial, en lo común a todas las
religiones, es decir, encontrar unos
valores universales que puedan ser
compartidos por todas las
tradiciones filosóficas y religiosas.
43. Todas las religiones coinciden en la idea de que toda la
humanidad debería vivir en paz y armonía entre sí y con la
naturaleza, como una gran familia unida por un amor
universal de origen divino, celestial o cósmico, un amor
universal, altruista y desinteresado, que para todas ellas
es el valor supremo, la finalidad del universo, el sentido de
la vida y la felicidad plena.
Al mismo tiempo, todas las tradiciones religiosas
concuerdan en la creencia de que existe un orden moral
objetivo en el universo —o sea, una ley divina, natural o
principio cósmico— que debería regular la conducta
humana individual y social. De hecho, existe entre todas
ellas una coincidencia asombrosa en los preceptos y
principios éticos más importantes y esenciales.
Un amor universal y un orden moral universal
44. Ibn Arabi, místico sufí andalusí, y Gandhi nos ilustran estos dos
conceptos comunes a todas las religiones.
«Hubo un tiempo en que yo reprochaba a mi prójimo si su
religión no estaba cercana a la mía. Pero mi corazón es capaz
[ahora] de convertirse en todas las formas religiosas: es una
pradera para las gacelas, el claustro de un monje cristiano, un
templo para los ídolos, las tablas de la Ley mosaica, el libro del
Corán.Yo profeso la religión del amor.Y sea cual fuere la dirección
que tome la cabalgadura, el amor es mi credo y mi fe.»
Ibn Arabi, citado por Joaquín Lomba, «El pensamiento islámico occidental», en Filosofías
no occidentales, Miguel Cruz Hernández, ed., Trotta, Madrid, 1999, p. 271.
«En verdad la religión debería penetrar cada una de nuestras
acciones. Aquí religión no quiere decir sectarismo. Significa creer
en un orden moral que gobierna el universo, que no es menos real
debido a que sea invisible. Esta religión transciende al hinduismo,
islam, cristianismo, etc. No las reemplaza, sino que las armoniza y
les da realidad.»
Mahatma Gandhi, All men are brothers, Navajivan Publishing House, Ahmendabad, 1960, p. 77.
45. Así pues, una medida clave para garantizar una paz mundial
estable y duradera sería —amparándose en el logro histórico de
los sistemas democráticos de garantizar la libertad de creencias
religiosas y políticas— promover la comunicación, diálogo y
discusión entre culturas y profundizar en el entendimiento y
comprensión mutua entre las diferentes tradiciones religiosas,
filosóficas, científicas e ideológicas. La finalidad de este diálogo
debería ser ponerse de acuerdo en un núcleo de valores
fundamentales o unos principios éticos universales, que puedan
ser aceptados por todas las culturas y religiones.
Unos valores que puedan servir para resolver los problemas
individuales, familiares, sociales, nacionales e internacionales que
afectan actualmente a todo el mundo. La meta de todo este
trabajo de investigación ha sido precisamente ésta, intentar
sintetizar ese núcleo de valores universales que puedan ser
compartidos por todas las tradiciones.
De aquí, la propuesta de
principios éticos universales que
hemos presentado en el volumen
sexto de esta investigación, que
esperamos que sea útil o
provechosa para el ansiado fin de
la paz mundial.
Promover el diálogo intercultural e interreligioso
46. En este sentido, las Naciones Unidas deberían
jugar un papel determinante en la consecución de
esta meta. Por ejemplo, siguiendo las
recomendaciones de destacados pensadores y
líderes religiosos, debería organizar
periódicamente conferencias internacionales de
líderes religiosos, como las que se celebraron en el
año 2000 con motivo del inicio de un nuevo
milenio.También sería muy interesante que —
como propuso Sun Myung Moon junto con otros
líderes religiosos a principios de siglo— se creara
en las Naciones Unidas un consejo permanente de
representantes de todas las religiones del mundo,
lo cual sería de gran ayuda para mediar en los
conflictos y guerras actuales.
Propuesta de crear en las Naciones Unidas un consejo permanente de
representantes de todas las religiones del mundo
47. Sun Myung Moon desgrana su propuesta en la siguiente cita:
«La paz mundial podría lograrse plenamente sólo cuando la sabiduría y
los esfuerzos de los líderes religiosos del mundo, que representan las
preocupaciones internas de la “mente y conciencia”, trabajaran
cooperativamente y respetuosamente con los dirigentes nacionales que
poseen la sabiduría práctica y experiencia del mundo de la realidad externa
o "cuerpo." En este sentido, es hora de considerar seriamente la posibilidad
de una reestructuración de las Naciones Unidas. Por ejemplo, tal vez es
posible imaginar las Naciones Unidas como una institución bicameral.
La estructura actual de las Naciones Unidas, compuesta por
representantes nacionales, puede considerarse como un Congreso donde
están representados los intereses de cada nación miembro. Sin embargo,
creo que debería tomarse en consideración la formación de una Asamblea
religiosa o Consejo de representantes religiosos dentro de la estructura de
las Naciones Unidas. Esta Asamblea o Consejo estaría compuesto por
respetados líderes espirituales provenientes de campos como la religión, la
cultura y la educación.»
48. Por supuesto, los miembros de esta Asamblea interreligiosa
tendrían que haber demostrado una capacidad para trascender a
los limitados intereses de naciones individuales y defender las
preocupaciones de todo el mundo y la humanidad en general.
Las dos cámaras, trabajando juntas en mutuo respeto y
cooperación, serían capaces de lograr grandes avances en la
realización de un mundo de paz. La sabiduría y la visión de los
grandes líderes religiosos complementarían de una forma
sustancial la visión política, experiencia y habilidad de los líderes
políticos de todo el mundo.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, (18 de agosto de 2000).
Y concluye explicando lo beneficioso que sería para la paz
mundial la existencia de estas dos cámaras:
49. Es posible que las naciones europeas se pongan de acuerdo en elaborar una
constitución europea, pero es poco probable que el modelo de las
constituciones occidentales, de corte liberal y marcadamente individualistas,
pueda ser aceptado por todas las demás culturas o civilizaciones no
occidentales, y convertirse así en el modelo de una futura constitución mundial.
Por esta razón, es necesario que, antes, se amplíen y enriquezcan los clásicos
valores liberales democráticos, basados en los derechos humanos hasta crear
un núcleo de valores más completos que puedan ser aceptados, tanto por las
culturas occidentales como por las no occidentales. Sólo así sería factible
elaborar una constitución universal, y luego a partir de ella una legislación y un
tribunal de justicia internacional que puede ser aceptado por todas las culturas.
A partir de lo cual sería muy fácil avanzar en el proceso de integración
regional y mundial que podría conducir a la formación de un ejército común que
velara por el cumplimiento ese derecho o legislación internacional y que
mediara en todos los posibles conflictos regionales que pudieran surgir entre
naciones o minorías étnicas. Incluso se podría pensar en un parlamento mundial
y en alguna forma de gobierno mundial o federación mundial de naciones que
alejaran para siempre el fantasma de las guerras entre naciones.
Hacia una constitución mundial
50. No obstante, todas estas posibles medidas económicas,
políticas, legislativas, judiciales y administrativas a una escala
internacional —a pesar de ser medidas muy necesarias que
contribuirían, sin lugar a dudas, en gran medida a la meta de la paz
mundial— aún no serían suficientes por sí mismas para garantizar
una paz realmente estable y duradera. Como ya hemos
explicamos, la paz mundial comienza con la paz interior dentro de
los individuos y la paz y armonía familiar.
Así pues, lo que más se necesitaría sería una revolución pacífica
y silenciosa, mediante una educación ética basada en un núcleo de
valores y principios éticos universales que ayudara a una mayoría
de personas a cambiar sus actitudes, motivaciones, corazón y
conciencia, así como alcanzar la madurez moral, autodominio o
paz interior necesaria para formar familias armoniosas y estables,
comunidades sanas y solidarias, y un mundo justo y en paz.
Necesidad de una revolución pacífica y silenciosa que logre la paz interior
dentro de los individuos y la paz y armonía familiar
51. Sun Myung Moon, en las siguientes citas, expresa su visión
profética para el nuevo milenio y su firme esperanza en que se
va a llevar a cabo esta revolución pacífica y silenciosa que nos
lleve a la ansiada paz mundial.
«La nueva era que aparecerá en el siglo XXI será una era
de valores universales. Una era en la que las cosas
materiales no dominarán nuestras mentes y espíritus. Una
era en la que viviremos en unidad con Dios. En el nuevo
milenio las personas se darán cuenta que vivir por los demás
es mucho más valioso que vivir por uno mismo. El egoísmo
se desvanecerá y el altruismo basado en los principios de la
interdependencia, la prosperidad mutua y los valores
universalmente compartidos finalmente emergerá
triunfante.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 219: 122, (28 de agosto
de 1991).
52. «El mundo futuro será el mundo de una nueva cultura
del corazón, que traerá la armonía entre Dios, la
humanidad y la creación, y una cultura del amor basada
en verdaderas familias. Será un mundo de verdadero
amor donde todas las personas viven por los demás y
todos los pueblos viven juntos en armonía y cooperación.
Será un mundo de interdependencia, prosperidad mutua
y valores universalmente compartidos. En el futuro
viviremos el sueño de una única familia global en la cual
todos seamos como hermanos y hermanas. Estará
basada en el ideal de la verdadera familia centrada en los
Verdaderos Padres y realizada mediante un verdadero
amor que transciende las razas.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 288: 174, (27 de
noviembre de 1997).