Regulación de centros de cuidado para adultos en NYC
1. Que regulen los centros de cuidado para adultos
Por: María del Carmen Arroyo y Jessica Lappin / Concejal de Manhattan
PUBLICADO: Jun, 4, 2013 12:00 am EST
La corrupción rampante entre nuestros oficiales electos y la falta de regulación ha puesto en peligro los centros
de cuido diurno para adultos. El escándalo de soborno que llevó al arresto del Asambleísta Eric Stevenson el
mes pasado involucra un par de centros. Indirectamente financiadas por Medicaid, estas facilidades están
abriendo en los cinco condados y destinadas a favorecer a los neoyorquinos de edad avanzada que son frágiles e
incapacitados. Pero con casi ninguna supervisión por parte del gobierno, el actual sistema de cuidado social para
adultos está colocando a las personas mayores vulnerables y nuestros impuestos, en riesgo.
Sin embargo, a diferencias de los hogares de ancianos y otras instituciones que supervisan a los envejecientes,
la mayoría de estos programas no son regulados por la ciudad o el estado. No se requiere que los proveedores
llenen una aplicación u obtengan una licencia para abrir un centro. Las facilidades no tienen que llevar a cabo
inspecciones o proveer entrenamiento a los empleados. No hay ninguna agencia responsable por monitorear si
los suscriptores reúnen los requisitos de elegibilidad, o si los envejecientes están recibiendo los servicios que
necesitan.
El negocio del cuidado social para adultos diurno está en auge en este vacío de regulaciones. En los últimos dos
años, el número de centros en la ciudad de Nueva York ha aumentado de ocho a casi 200, y el crecimiento ha
sido particularmente alto en comunidades de inmigrantes. Bajo el sistema actual, las compañías de cuidado
reciben $3,800 en fondos de Medicaid mensual por cada persona que inscriban, y entonces les pagan a los
proveedores para servir a sus clientes.
A cambio, a menudo los centros refieren clientes nuevos de vuelta a los planes de cuidado.
Según las guías del Estado de Nueva York, los envejecientes solo son elegibles para cuidado social diurno si
requieren asistencia con las tareas diarias tales como caminar, comer o utilizar el baño. Sin embargo, sin la
aplicación de ley gubernamental, las compañías de cuidado están libres para decidir quién es elegible. Y
mientras más clientes inscriban, más ganan con los planes de salud y los proveedores de cuidado diurno.
Como resultado, los centros están lanzando agresivas campañas de mercadeo para atraer a nuevos clientes.
Algunos han reportado dar efectivo y regalos para reclutar envejecientes saludables que no necesitan el servicio
de cuidado diurno. La competencia por clientes es tan feroz que presuntamente cuatro proveedores le pagaron al
Asambleísta Stevenson $20,000 para que escribiera un proyecto de ley que previniera la construcción de nuevos
centros en los cinco condados.
Nueva York necesita hacer más para asegurarse que las personas mayores perjudicadas estén recibiendo los
servicios apropiados y que el dinero de Medicaid esté siendo gastado sabiamente. Se les debe de requerir a las
facilidades el ofrecer servicios incluyendo supervisión del cliente, comidas y asistencia con el cuidado personal.
Deberían de crear planes individualizados para cada participante y entrenar a los empleados sobre temas de los
problemas de los envejecientes. Además, se deben de mandar evaluaciones para garantizar que los participantes
reúnen los niveles de elegibilidad y puedan ser beneficiados de los programas.
2. Se espera que la población de ancianos de la Ciudad se doble durante los próximos 20 años, el cuidado para
adultos puede y debería de jugar un papel importante en nuestro sistema de salud. Pero primero, debemos de
frenar esta industria antes de que se pierda el control por completo. Con la adecuada supervisión y
responsabilidad, los centros de cuidado para adultos tienen el potencial de reducir costos y proveer servicios
vitales que mejoran la calidad de vida de los envejecientes.