La ley federal de educación establece que la educación impartida por el Estado debe mantenerse ajena a cualquier doctrina religiosa. Además, los servicios educativos deben extenderse a quienes carecen de ellos para ayudar a eliminar las desigualdades económicas y sociales. Finalmente, la educación estatal será gratuita y las inversiones en educación son de interés social.