2. Una nueva manera de educar a los niños…
• Nunca se pega a los niños, bajo ninguna premisa. El
castigo físico no es terapéutico ni pedagógico. Las
últimas tendencias educativas, basadas en la
tolerancia y en la libertad, recomiendan el diálogo
para fomentar la disciplina y modelar la personalidad.
Sin embargo, no hay que confundir la permisividad con
la ausencia de normas.
• Cada niño es único. No los compares, no los etiquetes.
Esto sólo lo humilla y daña su autoestima, no le hace
aprender las razones de las cosas ni cómo hacerlas
correctamente.
3. • No existen niños malos. Detrás de un mal
comportamiento, existe una necesidad
emocional no atendida. Siempre hay que
averiguar las razones detrás de un
comportamiento difícil.
• Los niños no son adultos. No hay que esperar
que se comporten como tales. Aunque en
ocasiones imiten el comportamiento de los
adultos, experimentan según sus propias edades.
• Los niños son naturales. Los adultos somos
quienes ponemos intenciones artificiales en su
comportamiento.
4. • Los niños necesitan estar con sus padres y los
padres necesitan estar con ellos. Ambas partes
tienen asuntos que comunicarse directamente.
La presencia es la manera más efectiva para
conocerse y estrechar lazos afectivos.
• Somos padres y madres. A veces también nos
cansamos y cometemos errores. Entender que la
paciencia se agota, que los nervios atacan y que
la culpa no ofrece mayores soluciones es el reto
para todos los padres, representantes, maestros y
todos aquellos que se dedican a formar niños de
bien.
• Los besos lo curan todo. Hacer las paces luego de
una situación de tensión es vital para reforzar la
idea de que amar también es educar.
5. • Ayúdalo a crecer como persona. Ofrécele
límites y normas claras. No se trata de crear y
sostener un sistema educativo autoritario,
sino de mantener límites con firmeza. La
coherencia en el mantenimiento de los límites
hace que el niño aprenda a respetarse a sí
mismo y a los demás.
• La paciencia y el amor son la mejor medicina.
Si bien es cierto que un pellizco aislado no
traumatiza, hay que procurar eliminar estas
prácticas. Estos patrones educativos sólo
fomentan la violencia, la rebeldía y el temor.