1. Silicio
INTRODUCCION
El silicio es el segundo elemento más abundante en la
corteza terrestre y se puede encontrar una gran cantidad de
él en la tierra; sin embargo, el silicio solo puede ser
absorbido por la planta en forma de ácido
monosilícico.
La mayoría de las dicotiledóneas (plantas de hojas
amplias) recogen pequeñas cantidades de silicio y
acumulan menos del 0,5 % en sus tejidos. Algunas
monocotiledóneas (pastos) como el arroz y otros pastos de
humedales acumulan entre un 5 y un 10 % de silicio en sus
tejidos.
2. Función del silicio
El silicio parece beneficiar a ciertas plantas cuando están bajo
estrés. Se ha comprobado:
• Que mejora la tolerancia a las sequías y retrasa la defoliación
prematura de algunos cultivos que no se riegan y que puede
mejorar la capacidad de resistencia de las plantas a las
toxicidades de micronutrientes y de otros metales (por
ejemplo, aluminio, cobre, hierro, manganeso, zinc, etc.).
• Además, se ha comprobado que el silicio ayuda a incrementar
la resistencia del tallo. Por ejemplo, las investigaciones
demostraron que cuando el arroz y el trigo tienen deficiencia
de silicio, sus tallos se debilitan y colapsan bajo la lluvia o el
viento (un estado llamado encorvamiento)
• Las flores de Pascua tratadas con silicio han mostrado una
reducción en la cantidad de tallos rotos.
• También se ha demostrado que el silicio incrementa la
resistencia de ciertas especies de plantas a ataques patógenos
de hongos. En el caso de cenicilla y de phytophthora, el
ataque de estas enfermedades fue retrasado en zinias, rosas,
girasoles, pepinos (todos con cenicilla) y gerberas (con
phytophthora) tratados con silicio, pero después de entre 1 a 3
semanas, tanto las plantas tratadas con silicio como las que
no, tenían la misma cantidad de enfermedad.
3. • El Silicio es removido anualmente por los
cultivos en cantidades de 200 a 500 kg/ha. El
silicio lo emplean las plantas para transportar en
sus tejidos, minerales y compuestos orgánicos
como los azúcares, así mismo para formar
estructuras, en la cutícula de las hojas, que
permiten resistir estrés biótico y abiótico.
• El Silicio en el suelo FRANCO, tiene una
concentración promedio por hectárea de suelo
cultivable se estima un contenido de 2,500
toneladas. Por ello, las deficiencias se han notado
de manera lenta, aunque en suelos donde además
de la erosión biológica ocurre la hídrica, como el
los climas tropicales, la productividad de los
cultivos se ve severamente afectada por la falta
de silicio y la alta concentración de aluminio.
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6. El Si actúa formando una barrera física en las células epidérmicas de
las hojas que impide la penetración de las hifas de los hongos o estiletes
de insectos chupadores como los áfidos.
Sin embargo, este no es el único mecanismo de defensa que induce el
Si. Existen otros componentes dinámicos de Si distribuidos en las zonas
de infección que reducen el daño ocasionados por el patógeno.
Las plantas atacadas por insectos aumentan su liberación de enzimas de
las defensa como peroxidasa, polifenoloxidades y fenilalanina
amonioliasa cuando reciben suplementos de silicio. La peroxidasa
participa en la lignificación y en la síntesis de suberina que incrementa
la dureza de los tejidos de la planta y al mismo tiempo genera quinones
que poseen propiedades antibióticas. La actividad de la enzima PAL
aumenta la producción de compuestos fenólicos. Claramente, muchos
de los compuestos de defensa producidos por las plantas suplementadas
con Si cuando son atacadas por insectos funcionen de forma similar a
aquellos generados cuando la planta es atacada por enfermedades.
Para una buena protección de las plantas es necesario aplicar Si
continuamente en las raíces o mediante aplicaciones foliares ya que una
vez fijado en los tejidos este elemento no puede ser traslocado.
El SILICIO COMO PROTECCION MECANICA
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8. • Deficiencia: Como el silicio no se considera un elemento
esencial, la mayoría de las plantas crecerán de manera normal
sin él. No obstante, unas pocas plantas han manifestado efectos
perjudiciales si no se aplica silicio. Como se mencionó
anteriormente, el arroz, el trigo y otros cultivos gramíneos
exhiben una incidencia reducida de encorvamiento cuando se
les proporciona silicio. Los tomates pueden tener un desarrollo
anormal de su flor, y al igual que los pepinos y las fresas,
pueden tener un conjunto reducido y posiblemente deforme de
frutas. En algunas plantas, la deficiencia de silicio también
puede incrementar la posibilidad de que adquieran toxicidad
por manganeso, cobre o hierro.
• Toxicidad: Aunque es poco común, los niveles de silicio en
exceso pueden competir con la absorción de otros nutrientes.
Se comprobó que los altos niveles de silicio en las gerberas y
los girasoles, las deformó. Las plantas consideradas como “no
acumuladoras” de silicio son más sensibles al exceso de silicio
en comparación con las que son “acumuladoras” (consulte la
siguiente tabla).
9. Acumuladoras
(>1,5% de Si)
Intermedias
(entre 1,5 y 0,5%
de Si)
No Acumuladoras
(<0,5% de Si)
Coníferas Crisantemos Begonias
Helechos Pepinos Geranios
Colas de caballo
(equisetos)
Caléndulas Gerberas
Musgos
Balsaminas de
Nueva Guinea
Pensamientos
Arroz Calabazas Petunias
Cañas de azúcar Rosas Bocas de dragón
Calabaza amarilla y
cabocha
Girasoles
Trigo Tomates
Zinias
En esta tabla, las plantas se categorizan basadas en su tendencia a acumular silicio. Las “acumuladoras”
acumulan altos niveles de silicio en sus tejidos; las
“intermedias” acumulan niveles moderados y las “no acumuladoras” acumulan bajos niveles en sus tejidos.
También se indica el porcentaje de silicio que se acumula en el tejido, bajo la categoría de cada planta.
10. Dónde encontrar silicio
El silicio no se incluye en la formulación de la mayoría de los
fertilizantes, pero muchos contienen un poco en forma de contaminante.
Normalmente, las fuentes de agua proporcionan silicio, al igual que los
componentes del sustrato; incluso el polvo contiene silicio utilizable.
Aunque cada fuente de silicio utilizable no proporciona niveles
importantes para un cultivo, puede que sumadas conformen la cantidad
de silicio suficiente para negar la necesidad de complementar con un
fertilizante de silicio, especialmente para los cultivos no acumuladores.
Adicionalmente, con la acción de agentes abióticos, temperatura,
lluvia (agua) y el CO2 disuelto en el agua en la forma de ácido
carbónico (H2CO3/CO2), actúan sobre los minerales arcillosos y liberan
el ácido silícico a una concentración de 1 a 50 mg/kg, al mismo tiempo
liberan elementos minerales, formándose silicatos de calcio, magnesio,
potasio, zinc, hierro, incrementando grandemente la capacidad de
intercambio catiónico de los suelos y el pH del suelo se torna básico,
en niveles de 7.5 a 8.5. En estas condiciones de pH y capacidad de
intercambio catiónico los suelos son altamente productivos.