Este poema anima al lector a no rendirse y a seguir persiguiendo sus sueños a pesar de los obstáculos y el miedo. Aunque la vida presente dificultades como el frío, el miedo y la oscuridad, el poema enfatiza que aún queda fuego en el alma y vida en los sueños de la persona. El poema insta al lector a abrir puertas, extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrando la vida y recuperando la risa y el canto.