Leyendas

Manuel de Jesús Hernández Reyes
Muchos años atrás, cuando el mundo era aún muy joven,salvajes y
maravillosas criaturascorrían libres por todas partes. El más hermoso de
todos ellos era el unicornio.
Eran muy perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, pero el
unicornio no era fácil de capturar, no solo era suave y gentil, sino también
extremadamente rápido, seguro y agraciado, lo que frustraba hasta a los
más expertos cazadores.
Pero lo que aseguraba la captura segura del unicornio,era la ayuda de una
joven e inocente muchacha jóven, Pues le atraía su pureza,se acercaba
confiado y descansaba su cabeza en las piernas de la joven.
Era así como la indefensa y despreocupada criatura era capturada. Y de
esta manera,despues desaparecieron todos los Unicornios. ¡el mundo ahora
lamenta la pérdida de este ser tán mágico! Y ahora que es demasiado
tarde, aun extrañamos su belleza.
Preguntas guías sobre la leyenda:
LA LEYENDA DEL UNICORNIO
¿Qué mensaje deja esta lectura?,
¿Qué parte del texto te gustó más?,
¿Qué parte no te gustó y por qué?,
¿Cómo te gustaría que fuera el final?

Alegría, en el departamento de Usulután, parece subir a las montañas de
oriente. Cerca de la población, una pequeña y volcánica laguna, de aguas
sulfuradas y de color turquesa, ha constituido uno de los atractivos de la
región. Pero estas aguas transparentes también tienen su misterio.
existe una sirena que vive en el fondo de la laguna, a quien le gustan los
hombres guapos y jóvenes, cuando ellos deciden bañarse en en sus mágicas
e impresionantes aguas, atrapa a los más guapos y cuentan que que una
vez al año un joven se pierde y desaparece para siempre...,la causa es
una sirena criolla, de extraordinaria belleza, que enreda al muchacho
entre sus legendariosamoríos.
Como en los antiguos tiempos griegos, esta sirena hermosa canta por las
noches, con su voz melodiosa, viejas historias de amor.
¿Dónde ocurre la historia?
La Leyenda de la Laguna de Alegría

Se cuenta que una vaca bajaba del cerro por la noche intimidando a los
hombres del pueblo. Un día, hombres de coraje decidieron luchar contra la
vaca embrujada.
Armados de palos y sonajas, salieron una noche a pelear y se lanzaron
contra el animal decididos a matarla, pero la Vaca con su gran fuerza y
brujería los iba destruyendo uno a uno hasta terminar con todos.
Al ver esto, nadie más se atrevía a enfrentarla porque sabían que era
difícil acabar con ella. Las personas decidieron ignorar su existencia y con
el transcurso del tiempo nunca más volvieron a saber de la vaca
embrujada. Algunas personas dicen que la Vaca fue tragada por el cerro o
que, se fue a otra parte, lo cierto es que desde entonces los habitantes
de Conchagua viven en paz.
L a l e y e n d a d e l a V a q u i t a d e
C o n c h a g u a

Leyenda
Se cuenta que en la cumbre del cerro Conchagua, a tres kilómetros al sur
de la población, en una cueva habitaba una hermosa mujer que se dedicaba
a robar grandes cantidades de dinero.
Su nombre era Juana Francisca Callejas. Pero le decían Juana Pancha. Era
una hechicera que volaba de un lugar a otro y con la rapidez del viento
podía desaparecer.
Con frecuencia hacía sus hechizos, que la llevaban al palacio de los
capitanes generales de la antigua Guatemala y en ocasiones se convertía en
un animal casero, capaz de entrar en cualquier lugar y sustraer los
botines.
Dicen que una noche, cuando viajaba a su acostumbrada visita de la Unión
a Guatemala, unos hombres hechiceros la atraparon y en consejo
acordaron que debían quemarla.

Ella, en venganza, dejó la cueva encantada y toda persona que llega ahí
nunca más vuelve a salir, y entre más lo intenta más se pierde en los
opuestos caminos que conducen a su misteriosa abertura.
Sin embargo hay una profecía que dice que “el embrujo cesará a las tres
de la tarde en un Viernes Santo, si alguien se atreve a entrar a la cueva
y dormir esa noche, solo, sin temor a lo que pueda escuchar”.

Esta leyenda se ha vuelto muy popular entre los pescadores, moradores y
visitantes de del Lago de Coatepeque y se ha propagado tanto que se
relata la misma leyenda en todos los lagos y lagunas de El Salvador.
Al parecer, el dueño de una hermosa mansión localizada a orillas del Lago
de Coatepeque salió a dar un paseo en una canoa artesanal; al estar cerca
de la isla fue arrastrado por una corriente subterránea y llevado hasta los
dominios de la diosa de agua dulce. Nunca se le volvió a ver con vida.
A los pocos meses se apareció a las personas que cuidaban su propiedad y
se las heredó. Ellos quedaron perplejos al verlo pues sus rodillas se habían
ensanchado tanto que parecían un par de balones de fútbol, al igual que
sus labios y se asemejaba a una criatura marina más que un ser humano.
Las tabas son las rodillas de donde proviene el nombre.
La leyenda del Tabudo

El tabudo es como una especie de magnate submarino y cuando le agrada
una persona, se le aparece aparentando ser un humilde pescador para
ganar su confianza, luego se lo lleva hasta lo más profundo del lago; a los
hombres los convierte en enormes peces de colores y a las mujeres en
sirenas de agua dulce.

LA LEYENDA DE CHASCA LA PRINCESA
DE LA BARRA DE SANTIAGO
Fue en un tiempo lejano. En la Barra de Santiago vivía Pachacutec, un
viejo rico pero cruel, tenía una hermosa hija, prometida por él a un
príncipe Zutuhil, se llamaba Chasca y era la joven más bella de la
comarca. Un día, ella conoció a un pescador, apuesto, fuerte y de corazón
noble, a quien llamaban Acayetl, Quien vivía en la Isla Zanate, ambos se
amaron inmensamente, pero Pachacutec, se oponía a ese amor; sin
embargo, todos los días cuando el sol abría los ojos a las montañas, ella
escapaba y se iba a la playa donde Acayetl desde su canoa cantaba
dulces canciones.
Pero una mañana fue triste, la poza del cajete amanecía dorada por el sol,
un viento frío se arrastraba raspando los piñales vecinos, olía a una
mezcla, triste y fría, triste y solitaria; así estaba la poza del cajete. De
pronto una canoa apareció, era Acayetl, corría al encuentro de su amada
Chasca, ya se acercaba a la playa, cuando de entre los juncos de la
orilla, un hombre oculto disparó una flecha mortal y certera, era un
enviado de Pachacutec.
El pescador cayó muerto, y cuando el mar se estaba poniendo rojo, una
mujer gritó en la playa; era Chasca. Corrió completamente loca en su

dolor, poco después volvió con una piedra atada a la cintura y se lanzó al
agua; el mar abrió sus alas sobre el cuerpo de la virgen.
Cuentan que algún tiempo después cuando el viejo Pachacutec murió era
una noche de luna llena, entonces fue cuando apareció por primera vez
Chasca, en su canoa hecha de una madera blanca celestial, al lado de su
amado Acayetl.
Y desde aquella noche Chasca se convirtió en la Diosa de los pescadores,
porque salía en la Barra de Santiago, en las noches con luna llena,
remando sobre una canoa blanca. Acompañada por su eterno y amado
compañero Acayetl. Y cuando eso sucedía la pesca era muy buena, por lo
que los pescadores esperaban verla y recordarla y hasta la fecha aún se
recuerda a la Princesa de la Barra de Santiago… Chasca!!!

Esta historia se narra principalmente en el municipio de Izalco, en el
Departamento de Sonsonate que es donde sale por las noches una especie
de animal mitológico de gran tamaño, mitad culebra de la parte de abajo y
mitad cerdo en los extremos superiores.
La Cuyancúa, mitad culebra y mitad cerdo, sale por los cañales, donde
canta cuando va a haber temporal. Ella anuncia la llovedera.Dicen que son
bastantes, no sólo es una, y cuando se le encrespa el pelo es cuando se
escucha un sonido parecido a un chillido espeluznante.
Según cuentan los lugareños, se escucha por la noche a lo lejos un chillido
tenebroso seguido de fuertes turbulencias bajo la tierra, dicho sonido se
dice que proviene de éste animal, por lo cual, los lugareños se encierran a
tempranas horas en sus hogares, esto se da principalmente en los
alrededores de los ríos y quebradas, dicho animal se arrastra recorriendo
la zona en busca de alimento. Nadie sabe cómo apareció. Eso es cosa de
encanto. Al visitar el centro turístico Atecozol en Sonsonate puedes
encontrar una imagen en piedra de este fantástico animal.
LA LEYENDA DE LA CUYANCÚA

En todo El Salvador se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas
partes también lo relacionan con otras especies como La Mona o El
Chancho.
Decían nuestros antepasados que habían unas mujeres que a las once de la
noche se daban tres volantines para atrás y luego tres para adelante
(saltaban hacia delante o hacia atrás); que estas mujeres tenían un guacal
donde dejaban su alma y luego tomaban figura de monos, o chanchos y se
dedicaban a hacer diabluras.
Y así estas brujas, acompañadas de la oscuridad de la noche, se trepaban
a los árboles y tiraban frutas a la gente. Se subían a los techos de las
casas, saltando de un lugar a otro y arrojando pedradas contra las
personas que pasaban en la calle vecinas.
Muchas personas habían tratado de agarrarlas y matarlas en cualquiera
de sus formas, pero de nada les servía, pues cuando ya estaban cerca y
creían tenerlas acorraladas se les esfumaban como por encanto.

También contaban nuestros antepasados que esas mujeres podían
convertirse en chanchas grandes, negras y llenas de lodo. Apenas veían a
la persona señalada, aligeraban su trote y comenzaban a gruñir, embestían
furiosamente a la persona y le daban trompadas y mordiscos en las piernas
hasta derribarla y hacerle perder el conocimiento, al día siguiente, la
víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos vacíos.

Las flores de pascua no siempre han sido rojas. La leyenda refiere que en
tiempos ya lejanos, las pascuas eran blancas. Una vez terminada la
estación de las lluvias, el verano iba transformando la esmeralda de sus
hojas en alburas de espuma, de nube, de vellón, de nieve y de inocencia
Junto a los ranchos florecía la infinita blancura de las pascuas y los indios
la ofrendaban a sus dioses como símbolo supremo de paz.
Pero vino la guerra, y con ella el incendio, el pillaje, la matanza, la
carnicería. Densas columnas de humo se elevaron sobre las cúspides de
nuestras más altas montañas, huyendo de la "fraternidad de los hombres".
Cerca de las viviendas, a lo largo de todos los caminos, todas las veredas
zigzagueantes de los cerros, la sangre corrió, a maneras de arroyos y de
ríos desbordados.

La tierra absorbió piadosamente aquella sangre generosa y las raíces de
las pascuas bebieron aquel torrente de vida sacrificado inútilmente. Y al
llegar el primer verano, junto a los últimos restos de los ranchos
semidesiertos y a la orilla de todos los senderos, en medio del asombro de
los pocos sobrevivientes, las pascuas florecieron rojas, ensangrentadas...
La sangre florecía, las pascuas, más humanas que la humana especie, la
ofrecían en copas teñidas a los dioses protectores.
Desde entonces, las flores de las pascuas dejaron de ser símbolo supremo
de la paz, para convertirse en el símbolo supremo del sacrificio...

Hace muchísimo tiempo cuando San Juan Nonualco solo era un grupo de
ranchitos, habitado en su mayoría por aborígenes quienes vivían en mayor
parte de la Cacería, un matrimonio acompañado de unos perros entró a la
montaña a buscar su alimento, no pasó mucho tiempo para que se
encontraran con un hermoso venado, al que dieron muerte con una
escopeta, arco y flecha.
Emprendieron el camino de regreso cargando su presa, no habían caminado
mucho cuando de repente en su camino se toparon con un tigre feroz, que
se comía al ganado de la zona y había dado muerto a otros cazadores, el
tigre hambriento amenazaba con devorar a los señores y en tal situación
no tuvieron más tiempo que para subirse a un árbol para salvar sus vidas.

El tigre después de hacer huir a los perros, se dio el festín con el venado,
Los señores que eran devotos del Señor de la Caridad, comenzaron a
gritar pidiendo auxilio, clamaron de todo corazón a la milagrosa imagen que
les hiciera un milagro, la ayuda llegó pronto otros cazadores oyeron los
gritos y acudieron al lugar, los señores agarraron valor, bajaron del árbol,
recogieron sus armas y dieron muerte al tigre, todo esto lo consideraron
como un milagro del Señor de la caridad y prometieron que en gratitud por
el favor recibido representarían el caso tal como había sucedido, para dar
testimonio de fe ante los demás.
Los señores creyeron conveniente cumplir con su promesa en la fiesta
dedicada al Señor de la Caridad, la cual se celebra a principios de Mayo,
y así fue, cumplieron su promesa, fabricaron 6 máscaras de madera e
igual número de trajes para personificar el caso: El viejo, La Vieja, dos
perros, el tigre y el venado y dos personas mas una tocaba el tambor y la
otra un pito, al compas del sonido de estos instrumentos hacían la danza
frente a la ermita donde se veneraba al Milagroso Señor de la Caridad.
Los mayores haciendo uso de su ingenio para darle mayor colorido e
interés a dicha danza, cuando mataban al tigre, callaba el pito y el
tambor, seguidamente se destazaba al tigre y procedían a repartir sus
partes entre sus amistades y lugareños.
El reparto se inicia de la manera siguiente:
La degoyadura para el señor cura
Las cejas para las viejas
Las jachas para las muchachas
Los ojos para los Patojos
Los riñones para los mirones y así sucesivamente hasta terminar con todas
partes del cuerpo del tigre.

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