Presentación Seccion 5 -Estado de Resultado Integral y Estado de Resultados.pptx
Verano en la economia española
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VERANO INESTABLE EN LA ECONOMIA ESPAÑOLA.
Manfred Nolte
Puesta toda la atención en la próxima investidura de Presidente del Gobierno y
formación posterior del ejecutivo de la nación, la economía española discurre
por un relativo segundo plano bajo la canícula veraniega con sus éxitos
innegables pero también con sus tupidas sombras y contradicciones
inextricables.
Lo de los éxitos puede constatarse repasando cualquier informe solvente de
coyuntura viendo la evolución de las variables macroeconómicas, aquellas que
aun no hace tanto capotaban a gran distancia bajo la superficie y que ahora
emergen de forma esperanzadora. Así, en lo que hace al indicador central de la
economía, el PIB, el crecimiento del segundo trimestre de 2016 sería análogo al
del primero, en la cota del 0,8% siendo el consumo y la inversión los soportes de
la actividad con una aportación del sector exterior prácticamente nula. Con ello
es posible que la recuperación de la economía supere las estimaciones del
consenso de analistas, lo que obligaría a revisar al alza las previsiones hasta la
zona del 3% para el conjunto de 2016. Los indicadores vinculados al consumo
privado -ventas minoristas y confianza del consumidor- se mantienen muy
robustos. También el índice de confianza empresarial ha registrado en el tercer
trimestre de 2016 un avance del 0,5%, similar al del trimestre previo (0,6%). De
proseguirse en esta senda la economía española alcanzaría a finales de 2016 o
principios de 2017 el mismo PIB que teníamos en el año 2008, cerrando uno de
los grandes capítulos de la crisis. Hablaríamos con propiedad de toda una
década perdida, pero no debemos de olvidar que otros países europeos se
encuentran en parecidas o peores circunstancias que las nuestras.
Los vientos de cola extraordinariamente benignos para nuestra economía
parecen no agotarse y ello tiene su reflejo directo en el mercado de trabajo, que
ganó tracción en el segundo trimestre de este año. El aumento de 99.000
trabajadores afiliados en junio de 2016 ha sido el mayor en dicho mes en la
última década, lo que eleva el numero de cotizantes a los 17,8 millones de
trabajadores. El paro mantuvo su trayectoria descendente y la caída del
desempleo registrado al final del segundo trimestre ha sido superior a la del
primero. El incremento de las rentas salariales lo ha sido por el incremento del
numero de trabajadores ya que la tasa de aumento por asalariado es nula o
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ligeramente negativa, extremo este que otorga un gran dinamismo a la creación
de empleo. La competitividad se ha visto asimismo reforzada por la tasa
interanual a junio del Índice armonizado de precios de consumo de la Unión
Monetaria, con un diferencia de 1 pp. superior al IPC armonizado español,
manteniéndose así el diferencial de inflación favorable a España frente a la
eurozona. Es cierto que buena parte del crecimiento del PIB obedece al número
de horas trabajadas y no al aumento de la eficiencia del proceso productivo,
pero con tasas de paro del 20% todo es necesario, mientras se traduce en
acciones el clamor repetidas veces pronunciado de la gran cruzada educacional
que exige el país.
Uno de los elementos más positivos del dinamismo del ciclo expansivo de la
economía española es el del equilibrio de las cuentas con el exterior,
manteniendo una capacidad de financiación superavitaria del 2,1% del PIB,
fruto de que el ahorro nacional más que compensa el aumento de las
inversiones.
Como no podía ocultarse, las sombras que acechan a la economía española son
considerables. Solo citaremos dos.
Empezando por lo más urgente, el déficit público continúa fuera de control, con
lo cual, causa admiración que alguien tache de ‘austero’ o artífice de ‘recortes’ al
ejecutivo en funciones. Mientras que el déficit debería descender un 28% el
primer cuatrimestre, en realidad ha crecido un 18%. Tal y como lo ha
denunciado la semana pasada la Autoridad Independiente de Responsabilidad
Fiscal (AIReF), España concluirá 2016 con un déficit fiscal de hasta el 4,7% del
PIB, frente al 3,6% planificado. Y es que el déficit del Gobierno central hasta el
mes de mayo ya supera al de estas mismas fechas en 2015. El desmán es tal
envergadura que la AIReF ni siquiera considera posible enjugarlo mediante la
ambigua subida del Impuesto de Sociedades anunciada por el gobierno interino
de la nación.
El segundo de los grandes problemas se refiere a las pensiones. La asombrosa
noticia de que la Seguridad Social haya tenido que disponer de su Fondo de
Reserva para abonar 1.000 millones de euros a Hacienda por retenciones del
IRPF, tras sacar 8.700 millones adicionales para el pago de la pensión ordinaria
y la extra de junio, es un hecho de tal gravedad que desata toda las alarmas.
Denota la ausencia de liquidez del tesoro y el pánico a recurrir a una emisión
adicional de deuda publica que situaría su financiación en el ámbito genérico
fiscal no contributivo. Alguien ha recordado, además, que entre diciembre y
enero próximos podría repetirse la misma operación. La cuestión de la
pensiones tendrá que ser prioritaria una vez constituido el nuevo gobierno.
Desde su máximo histórico en 2012 con 66.815 millones, el Fondo de Reserva
ha perdido ya 55.151.
Lo anterior ayuda a explicar que aunque las variables macro se desarrollen con
una valoración positiva, un alto grado de incertidumbre envuelve, con todo, a la
economía española. No en vano la pésima evolución de nuestro selectivo Ibex a
lo largo de la crisis (no olvidemos los máximos de 16.000) tiene mucho que ver
con el retraimiento de los grandes inversores internacionales. Tampoco ha
ayudado precisamente esa astracanada denominada ‘Brexit’, - son ya diez
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gestoras de fondos en el Reino Unido las que han bloqueado los reembolsos de
los fondos inmobiliarios-, ni la crisis bancaria italiana, ni el loco apogeo del
terrorismo internacional. Según algunas fuentes, el desatino ingleÉs podría
costarle a la economía española entre tres y cuatro decimas del crecimiento
previsto(2,7%) para 2017.
Y en lo que concierne a la incertidumbre creada por el panorama político en
nuestro país, las estimaciones de BBVA Research sugieren que, “podría restar
0,3 pp en 2016 y 0,6 pp en 2017 al crecimiento del PIB respecto a un escenario
sin esa incertidumbre”. El problema se agrava por la previsible incapacidad para
formar un Gobierno realmente operativo en nuestro país. Todo ello no hace sino
aumentar el grado de susceptibilidad de la comunidad internacional en un
momento decisivo para la salida definitiva de la crisis.
Frankfurt sigue inundando de liquidez al mercado y mantiene artificialmente
bajos los tipos de nuestra deuda publica. Ya me dirán Vds., como se sostendría
en otras circunstancias que el Tesoro Público haya colocado la semana pasada
3.000 millones de euros a tres años con un interés negativo del 0,154. En
general los tipos de interés continúan en terreno negativo con el Euribor a doce
meses en el -0,061%, y la media del mes de julio en -0,060% (-0,028% en
junio). Para alborozo de los deudores y desesperación de los ahorradores.