1. “TODO LO QUE SEA NECESARIO”.
Manfred Nolte
D o s a c o n t e c i m i e n t o s , a m b o s
relacionados con el Presidente del
Banco Central Europeo (BCE) dan pie
al recuerdo de una decisión de
formidables consecuencias económicas.
A m b o s r e s u l t a n s e r c i e r t o s e
irrevocables al día de hoy aunque estén
diferidos en el tiempo. En un caso el
diferimiento es de unos pocos días. En
el otro hablamos de algunos meses.
Comencemos por lo último. Desde
noviembre de 2011 y durante ocho años
el banquero italiano ha presidido la
Autoridad emisora y monetaria central
del Eurosistema -el Banco Central
Europeo(BCE)- y bajo su mandato en
Europa y en el mundo ha transcurrido
una de las crisis financieras más crueles
de la historia. Dado que el mandato
estatutario del cargo se extiende a un
plazo máximo de ocho años, Draghi
dejará el cargo de banquero central el
31 de octubre de 2019. En este periodo,
en su segunda parte, Mario Draghi ha
asumido las nuevas competencias de
supervisión bancaria que prescribe el proyecto de Union bancaria europea. Un paso
decisivo cuya consecuencia es que las entidades financieras españolas ya no se controlan
desde el Banco de España en Madrid, sino en la sede del BCE en Frankfurt. Pero con ser
básica, la competencia citada palidece ante la responsabilidad central que le otorgan los
Tratados de la Union y que se refieren a la formulación de la política monetaria de la zona
del euro. Ello incluye la adopción de decisiones relativas a los objetivos monetarios, los
tipos de interés oficiales y el suministro de reservas en el Eurosistema, así como la
adopción de las orientaciones necesarias para su aplicación.
Pero Mario Draghi tuvo el infortunio de acceder al cargo en el epicentro de la crisis
teniendo que responder durante su mandato a retos financieros y sistemáticos
desconocidos desde la gran crisis de 1929. La gran replica del italiano fue la adopción de
un paquete de medidas conocidas con el nombre de ‘políticas monetarias no
convencionales’ (PMNC) y también como ‘relajación cuantitativa’.
Hasta la antesala de la gran crisis de 2008 y durante la década que la precedió los Bancos
Centrales de las economías avanzadas, entre ellas todas las europeas, los Bancos centrales
navegaban por aguas tranquilas y familiares. La política monetaria se llevaba a cabo
básicamente ajustando los tipos de interés a corto plazo y vigilando el desarrollo de la
cantidad de dinero del sistema, la oferta monetaria, ingredientes básicos ambos de la
2. evolución de los precios y de la inflación. En situaciones normales los señalados tipos de
corto se arbitraban con los tipos de largo, que se formaban según las fuerzas del libre
mercado de forma similar al tipo de cambio de las monedas nacionales.
Con la irrupción de la crisis global originada en Estados Unidos y rápidamente extendida a
todos los países de la Union europea, el equilibrio descrito se vino abajo, destruyendo la
homogeneidad de los mercados financieros -plagado de crisis bancarias- y obligando en un
efecto inmediato a reducir los tipos de interés nominales al entorno del cero por ciento.
La PMNC del Banco Central europeo obedeció en ese momento a objetivos que
aparentemente no correspondían a su misión y que fueron duramente contestados por
Alemania y sus halcones, apelando a su propio Tribunal constitucional y al Tribunal de
Justicia Europeo. Afortunadamente para la Eurozona y afortunadamente para España sin
éxito. Tales objetivos consistían en restaurar el funcionamiento de los mercados
financieros y acomodar la política monetaria al entorno de tipos cero. Adicionalmente, y
este es el más audaz movimiento de Mario Draghi, se trataba de adoptar medidas para
‘apoyar la estabilidad macroeconómica’ , objetivo que según su promotor también se
incluía en los estatutos del Banco emisor europeo.
El paso inmediato fue la intervención de los tipos de la deuda pública de los países de la
Eurozona mediante los programas de compra en los mercados secundarios. El recién
nombrado Presidente del Banco Central europeo simplemente no podía permanecer
impasible ante los sucesivos rescate solicitados por varios países periféricos, entre ellos
España. El 26 de julio de 2012 en una alocución al empresariado británico en Lancaster
House, Londres pronunció aquellas palabras históricas: “Dentro de nuestro mandato, el
BCE está preparado para hacer todo lo que sea necesario para defender el euro. Y,
créanme, será suficiente.”
Draghi hizo honor a su advertencia. Los tipos recularon del 7,50% en aquella fecha-julio de
2012- al 1,70% al día de hoy para el bono español a 10 años. Dado que nuestra deuda
pública supera los 1,17 billones de euros, cada punto de servicio de la deuda reducido
significa un ahorro para el contribuyente de 10.000 millones de euros. Los años
transcurridos de programa son seis. Basta realizar el computo de años transcurrido por
diferencial de tipos para concluir en el incalculable regalo que ha deparado a España ekl
mandato de Mario Draghi.
El 31 de diciembre de 2018 -esta es la segunda noticia- la compra de títulos por parte del
BCE toca a su fin. Se me ocurre que echaremos en falta sobremanera al genial Mario
Draghi.