La Ley de Dependencia de 2006 establece los derechos de las personas mayores y con discapacidad que necesitan ayuda para valerse por sí mismas. La ley crea el Sistema de Autonomía y Atención a la Dependencia para financiar servicios como la teleasistencia, ayuda a domicilio y centros de día. La ley también clasifica tres niveles de dependencia y tiene como objetivos ser universal y dar prioridad a la atención a domicilio.