• El pastor mentiroso: Un joven pastor cuidaba un rebaño de ovejas cerca de un pueblo.
Se aburría mucho estando solo en el campo y se le ocurrió una idea para divertirse.
Empezó a gritar “¡El lobo! ¡El lobo!” fingiendo que un lobo atacaba a sus ovejas. Los
habitantes del pueblo acudieron en su auxilio armados con palos y piedras, pero al
llegar vieron que no había ningún lobo y que el pastor se reía de ellos. El pastor repitió
la broma varias veces hasta que los habitantes del pueblo se cansaron de sus mentiras
y dejaron de hacerle caso. Un día, un lobo de verdad apareció por el campo y atacó al
rebaño del pastor. El pastor volvió a gritar “¡El lobo! ¡El lobo!” esperando que lo
socorrieran, pero nadie le creyó ni le ayudó. El lobo mató a muchas ovejas y el pastor
perdió su trabajo y su reputación. La enseñanza de este cuento es que no hay que
mentir ni engañar a los demás, pues podemos perder su confianza y su respeto.